Desde el año pasado la pesca industrial peruana ha sufrido las consecuencias de alteraciones oceanográficas relacionadas al fenómeno El Niño. El volumen de peces encontrados en setiembre del 2014 fue tan bajo que no hubo segunda temporada de pesca.
Al inicio de este año se tuvo una primera temporada de pesca modesta y existían muchas expectativas del Ministerio de la Producción y de la industria pesquera para completar una captura mayor a la del 2014 con la apertura de una segunda temporada. Desafortunadamente, El Niño se agudizó y provocó la disminución y dispersión del stock de anchoveta durante la segunda mitad de este año.
En el gráfico inferior se puede ver la variación de las anomalías de temperatura de la superficie del mar para la costa central y norte del Perú. La imagen evidencia que ya estamos viviendo las consecuencias de un evento El Niño fuerte y, por lo tanto, deberíamos tener un cuidado especial con la información que sustenta las decisiones de manejo de los recursos pesqueros.
EL NIÑO. Variación de las anomalías de temperatura de la superficie del mar. Fuente: Imarpe
En este contexto, entre setiembre y octubre de este año, el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), organismo técnico especializado en la evaluación de las especies marinas y dependiente del Ministerio de la Producción (Produce), realizó un Crucero de Evaluación Hidroacústica de Recursos Pelágicos 1508-10 (que mide el volumen de especies en el mar) (1). Los resultados de esta expedición señalaron la existencia de 3.38 millones de toneladas métricas (TM) de anchoveta, un valor muy por debajo de lo esperado y que no permitía fijar una cuota de extracción.
El sector industrial cuestionó la calidad de estos hallazgos argumentando una supuesta incapacidad para detectar con precisión el volumen de anchoveta. Sin embargo, la metodología utilizada para esta evaluación se ajustaba a un protocolo ya establecido que permite una estimación replicable para su validación (2).
Además de los resultados de este crucero se usó un procedimiento denominado Balance Poblacional. Esta metodología se realiza en gabinete y toma los datos de la evaluación acústica de la temporada anterior (que se realizó durante el verano) y hace una proyección actual. Pero estas estimaciones no consideran la posible migración parcial del stock de la anchoveta hacia el sur y la pérdida de juveniles debido a la pesca incidental e ilegal y a los descartes que no se contabilizan en los desembarques. Estas condiciones no se cumplen y solo se ha considerado el reporte oficial de capturas como fuente de mortalidad. Por lo tanto, los resultados del método de balance poblacional también presentan limitaciones y no son válidos.
IMPACTOS. El Niño ha provocado la disminución y dispersión del stock de anchoveta. Foto: Oceana.
UNA TERCERA EVALUACIÓN
Como el crucero de investigación solo encontró 3.38 millones de Toneladas Métricas (TM) y el balance poblacional indicaba que debían haber 6.48 millones de TM, en octubre pasado se realizó una nueva evaluación denominada operación Eureka (3), con la finalidad de obtener mayor información y evaluar la posibilidad de abrir una segunda temporada de pesca. Esta evaluación fue realizada utilizando embarcaciones proporcionadas por el sector privado.
El sector pesquero industrial sufrió de insomnio, pues esta información era suficiente para cancelar la segunda temporada de pesca.
En esta ocasión, no se pudo determinar el tamaño de la biomasa de anchoveta, pues la metodología empleada no lo permite, pero se hallaron otros resultados. El porcentaje de individuos de anchovetas juveniles (por debajo de las tallas comerciales) era aún más alta que en la primera evaluación (84% versus 61%) y se notó que la especie estaba muy concentrada en las proximidades de la costa.
Probablemente el sector pesquero industrial sufrió de insomnio por varios días, pues esta información hubiera sido suficiente para cancelar la segunda temporada de pesca, pero no fue así. Luego de una incesante presión de la industria, a finales del pasado octubre se llevó a cabo una tercera evaluación denominada “Exploración Acústica Conjunta 1510” (4). Esta vez se utilizó una metodología nueva, diseñada exclusivamente para esta expedición, y de la cual no se conoce ni su poder de detección ni su error de muestreo. Esta evaluación entregó un valor de 6,07 millones de TM.
Todas estas evaluaciones fueron sistematizadas en un reporte resumen preparado por Imarpe (5) que señala que la biomasa esperada al mes de noviembre "debería ser" de 6.22 millones de TM y por lo tanto la institución asume que el resultado de la evaluación acústica de fines de octubre refleja mejor la composición del stock de anchoveta (5).
Hoy en día se requiere pescar el doble de peces para alcanzar los volúmenes de una temporada normal.
Sobre esta suposición, el Imarpe recomienda la posible cuota y la apertura de la segunda temporada de pesca de anchoveta. Sin embargo, se debe indicar que el mismo organismo técnico hace repetidas referencias a las limitaciones de los balances poblacionales antes mencionados.
¿CUÁL ES EL ESTADO REAL DE LA ANCHOVETA?
Es importante señalar que, como lo reportan los informes ya citados, la anchoveta se encuentra en mala condición para la pesca. En primer lugar, cerca de 14 meses de clima alterado y escasez de alimento confluyen para tener anchovetas con poco contenido graso y menor peso. Aunque se ha argumentado que el menor peso se debe a la reproducción, lo cierto es que este año el contenido de graso ha estado por debajo de los promedios históricos de referencia en un 30 a 50%.
Solo como ejemplo, en octubre en Pisco, se obtenían de 100 a 120 individuos por cada kilo pescado, cuando el valor normal es de alrededor de 40 a 50 peces por kilo. Es decir, hoy en día se requiere pescar el doble de peces para alcanzar los volúmenes de una temporada normal. Si llevamos esta proporción al tamaño de la cuota autorizada para la segunda temporada, estamos hablando de que se pescarán miles de millones de individuos adicionales para ser convertidos en harina de pescado.
El reporte de biología del Imarpe indica que la actividad reproductiva todavía continua cerca a su nivel más alto.
Además, las tres evaluaciones reportan una proporción de juveniles (tamaño menor de 12 cm) demasiado alta. La última evaluación señala que 61 de cada 100 individuos encontrados fueron juveniles que han nacido el último verano o durante esta última temporada.
Aunque la ley prohíbe la pesca de juveniles para permitir así la recuperación del stock, no es fácil discriminarlos durante las operaciones de pesca y por eso, el régimen de manejo vigente establece un límite de captura de hasta un 10% de juveniles en cada viaje de pesca. Sin embargo, dado que con frecuencia se capturan porcentajes de juveniles que exceden por mucho este límite, la industria los deshecha (descarta) en altamar para evitar ser multados.
Por otra parte, este año la reproducción de la anchoveta se ha retrasado y todavía no da señales claras de que dicha temporada esté por terminar. El reporte de biología del Imarpe de esta semana indica que la actividad reproductiva aparentemente está decreciendo, pero que todavía muchas hembras estarían por reproducirse.
Con la anchoveta en malas condiciones y con poca grasa, con altos porcentajes de individuos juveniles, en plena reproducción y agrupada en densos cardúmenes próximos a la costa, ¿es correcto abrir una temporada de pesca? ¿Qué argumentos se pueden utilizar para justificar esta medida?
RIESGOS. La pesca de individuos juveniles de anchoveta está prohibida, pero con frecuencia la industria pesquera no cumple la norma. Foto: Oceana.
¿BUENA CIENCIA O BUENOS DESEOS?
El argumento central para realizar nuevos estudios después de los resultados del Crucero de investigación inicial fue que sus valores eran menores al que resulta de la evaluación indirecta por Balance Poblacional. Al respecto, es relevante indicar que existen varios métodos de estimación de biomasa usando el Balance Poblacional, pero resulta que el empleado en este caso por Imarpe tiende a sobreestimarla (6).
Por ejemplo, otro método, denominado Modelo de Evaluación Integrada, también desarrollado por investigadores del Imarpe es bastante más preciso (6). Lo lógico sería esperar que en un periodo de riesgo como el que representa El Niño, se tomen mayores precauciones y se empleen las mejores metodologías disponibles y los estimados más conservadores. Pero en este caso ocurrió exactamente lo contrario, como si con los nuevos estudios se intentara llegar como sea a la biomasa que permitiera abrir la temporada.
Como justificación para descartar el reporte del Crucero del mes de setiembre, Imarpe (7) indicó que este no estimaba el volumen “real” del recurso. Para probarlo, utilizaron las evaluaciones obtenidas por el método de balance poblacional de los últimos dieciocho años y se las comparó con las evaluaciones acústicas de invierno. Como se ha señalado anteriormente, las estimaciones de balance poblacional asumen una población cerrada, es decir sin migraciones, y que no no hay pesca ilegal y no declarada y que no se dan los descartes de juveniles capturados incidentalmente en el mar. Ninguna de estas suposiciones se cumple en la actualidad en el Perú.
En la tabla 1 del último reporte (8), y tal como se muestra en la figura inferior obtenida del mismo, se aprecia que el ajuste entre la estimación y la evaluación acústica es muy variable en los últimos años.
En el documento Imarpe indica que “parece existir cierto patrón”, pero concluye en señalar que “resulta complicado generalizar la razón de los sesgos (variaciones) positivos o negativos”. Resulta preocupante que Imarpe en lugar de revisar con mayor detalle o proveer más sustento a las razones que expliquen estos sesgos, hayan utilizado estos datos para asignar la tasa de error que existiría en las evaluaciones de invierno. Más aún, concluyen que estas darían estimados de biomasa que estarían 28% por debajo del valor “real”.
Si se hubiera utilizado el promedio de los datos de los dieciocho años, el “error” sería de -5%, pero Imarpe solo selecciona la data de los últimos cinco años, y por eso el “error” aumenta a 28%. Es claro que se han obviado pasos elementales en el análisis de la distribución de este “error” y se han seleccionado los valores más adecuados para maximizarlo y de este modo obtener resultados comparables a los obtenidos de la estimación acústica conjunta, cuyo grado de error es también desconocido. En otras palabras, en la última evaluación [realizada con el apoyo de la industria pesquera] se han violentado reglas básicas de análisis para obtener un número a la medida de los sectores que demandaban la apertura de la segunda temporada de pesca.
Las estimaciones proporcionadas al Ministerio de la Producción no representan la mejor ciencia en la que deba basarse toda decisión de manejo pesquero.
ANÁLISIS. Los especialistas señalan que no se debió autorizar una segunda temporada de pesca. Foto: Andina.
CONCLUSIONES
a. Las fuentes de datos que sustentan la apertura de la temporada: Balance Poblacional y Exploración Acústica presentan serios cuestionamientos planteados por Imarpe, pero se les otorga mayor confianza estadística que al Crucero de Evaluación cuya metodología está claramente definida y que es compatible con la situación oceanográfica que el propio Imarpe describe.
b. Las múltiples evaluaciones llevadas a cabo por Imarpe coinciden en tres puntos: hay demasiados juveniles en el stock, la condición física y el contenido graso de los individuos es muy bajo (incluso por debajo de los valores históricos); y la reproducción de invierno aún no ha concluido. En estas condiciones es irresponsable abrir la segunda temporada de pesca, sobre todo en las condiciones de un El Niño fuerte como el actual.
c. El manejo de los datos y las estimaciones proporcionadas al Ministerio de la Producción (Produce) no representan la mejor ciencia en la que debe basarse toda decisión de manejo pesquero. Existen técnicas más confiables y estimadores de error y riesgo más robustos que ha empleado el Imarpe mismo en otras ocasiones y que no han sido utilizados en esta oportunidad que demanda mayor precaución por la presencia de El Niño.
d. Se requiere una revisión profunda y recálculo de los valores presentados a Produce para que garanticen no solo la sostenibilidad del stock sino la disponibilidad de información adecuada para la evaluación de las consecuencias de una decisión que transgrede las normas operativas del sector de acuerdo a sus protocolos y su mandato de protección de los recursos hidrobiológicos.
e. No se debió abrir la temporada de pesca.