Durante un debate electoral, la candidata al Congreso por el partido Avanza País y vocera frecuente del grupo Con mis hijos no te metas, Beatriz Mejía, comentó que la violencia hacia las mujeres y las personas LGTBI tenían como causa la desatención de la salud mental en el país y, como parte de sus argumentos, dijo lo siguiente: “Los casos de asesinatos de personas LGTBI se producen [...] siempre dentro de la relación de pareja”. Tras revisar los datos disponibles al respecto, OjoPúblico concluye que esta afirmación no es verificable.
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La frase específica y completa de Mejía fue la siguiente: “Los casos de asesinatos de personas LGTBI se producen también al interior de las parejas, de las relaciones de pareja. Eso es lo que está más presente. Rarísima vez que se pueda ver, no veo yo en ninguna noticia, que alguien mató a una persona homosexual porque simplemente era homosexual. Es siempre dentro de la relación de pareja”.
En el país, actualmente la única entidad de referencia que recoge información específica sobre el número de homicidios de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales por alguna causa relacionada a su identidad u orientación sexual es el Instituto de Estudios en Salud, Sexualidad y Desarrollo Humano (Iessdeh) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, que reporta estos incidentes periódicamente en el ‘Informe Anual del Observatorio de Derechos LGTB’.
Este documento ha recogido desde el 2016 las vulneraciones a los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual, registrando hasta el 2018, 40 asesinatos de personas LGTB.
En detalle, el Informe del Observatorio de Derechos LGTB 2018 identificó un total de 14 asesinatos, de los cuales en 7 casos estaban involucrados parejas estables u ocasionales, o personas que tenían algún vínculo con la víctima. Los otros 7 ataques fueron ocasionados por personas sin vínculo con las víctimas o que no han podido ser identificadas.
Con respecto al 2017, el Informe Anual del Observatorio de Derechos LGTB reportó 7 crímenes de odio: 5 fueron contra hombres gays y 2 contra mujeres trans. De este total, en 4 de ellos se consignó que el agresor sería la pareja sentimental o pareja ocasional de la víctima. El resto de casos (3) fueron ejecutados por personas no identificadas o que no tenían vínculo con la víctima.
En 2016, el Observatorio de Derechos LGTB contabilizó 18 homicidios de personas gays, lesbianas o trans. En la mayoría de estos (7) no se pudo identificar a los agresores. En otros crímenes, los responsables eran amigos o conocidos de las víctimas (4). Además, hubo otros 2 casos calificados como homicidios culposos en el informe, donde si bien no hubo una intención deliberada de matar, la falta de atención y ayuda por parte de personal médico y/o familiares, generó un “sometimiento al peligro de las víctimas” que culminó en su deceso.
Respecto a las víctimas que fueron atacadas por sus parejas: 3 correspondieron a parejas estables y 2 a parejas ocasionales.
Los datos del Observatorio de Derechos LGTB provienen principalmente de noticias sobre crímenes hacia lesbianas, gays o personas trans. Sin embargo, muchas veces los medios de comunicación no reconocen a las víctimas como personas LGTB, sino que las describen como hombres vestidos de mujer, o viceversa, lo que dificulta contabilizar estos crímenes de manera precisa.
También recogen denuncias publicadas en redes sociales, que luego son contrastadas con personas cercanas o que conocían a las víctimas, según explicó a OjoPúblico la antropóloga Ximena Salazar, investigadora del Centro de Investigación Interdisciplinaria en Sexualidad, Sida y Sociedad de la Universidad Cayetano Heredia y parte del equipo que realizó los informes.
Salazar explicó que en aquellos casos en los que se tipificó que los agresores eran parejas o parejas ocasionales de las víctimas, el Observatorio no pudo determinar si las víctimas tenían relaciones afectivas prolongadas con sus agresores o eran personas que acababan de conocer, así como tampoco se pudo precisar si los agresores eran personas LGTB.
Debido a esto, la tipificación correspondiente al término ‘pareja’ en el informe del Observatorio LGTB debía ser analizada con cuidado, pues no se ha realizado un análisis específico de cada caso y según la realidad de cada grupo identitario.
Por ejemplo, Salazar resaltó los casos de mujeres trans que se dedican al trabajo sexual y conocen a personas que tienen otras intenciones. “Generalmente conocen a un hombre identificado como heterosexual, y esta persona va a tener una relación un poco más frecuente con ellas [...] como verse todos los días, pero el objetivo final de estos hombres es robarles todo lo que tienen. Es complicado llamar a eso ‘pareja’, el concepto se torna muy ambiguo en ese sentido”.
Respecto a la afirmación que se analiza en esta verificación, Salazar comentó que no necesariamente todos los asesinatos de personas LGTBI eran ocasionados por otras personas de su misma comunidad. “Los asesinatos a personas LGTB no tienen que ver con que entre [ellos] se matan, como afirma [Beatriz Mejía]. De ninguna manera, por allí, eso es falso”, enfatizó.
Otro documento que intentó sistematizar los crímenes y agresiones cometidos hacia personas LGTB fue el ‘Informe Anual sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales en el Perú’, publicado desde 2008 hasta 2016 por el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex).
La última edición del informe, que abarca el periodo de abril 2015 y marzo 2016, registró 8 asesinatos de personas LGTB. De estos, la mayoría de los decesos (5) fue ocasionada por personas desconocidas para las víctimas, mientras que en 3 de estos incidentes los agresores han tenido alguna vinculación con la víctima como persona conocida, pareja o posible pareja.
En el periodo de abril 2014 a marzo 2015, el Informe Anual sobre Derechos Humanos de Personas LGTB en el Perú dio cuenta de 13 homicidios, donde en 8 de estos los victimarios habrían sido parejas, ex parejas o parejas ocasionales. En los otros 5 sucesos los agresores fueron amigos, personas conocidas por las víctimas, compañeros de departamento o desconocidos.
El reporte también precisó que calificaba como pareja “a una persona que la víctima conocía desde hace cierto tiempo”, mientras que identificaba como pareja ocasional a “alguien que [la víctima] conoció recientemente y con quien pretendía tener o tuvo sexo casual”.
Según dicho criterio, un desconocido pudo haber sido una pareja ocasional, pero el informe utilizó el primer término cuando la nota informativa en la que se basaba no brindó “ningún dato que deje entrever que la víctima y su asesino se conocieron previamente en un centro laboral, un bar u otro lugar”.
Con respecto al periodo de enero 2013 a marzo 2014, el informe recopiló 17 asesinatos hacia personas LGTB, de los cuales la mayoría se perpetró contra trans femeninas (10), seguidas de gays (6) y lesbianas (1). Durante ese año, el documento explicó que en la mayoría de los casos (9) hubo algún tipo de vinculación sexual y/o afectiva, reciente o de cierto tiempo, entre la víctima y el victimario. En los otros 8 crímenes, en cambio, los ataques fueron realizados por amigos, conocidos o clientes.
Por entonces, este mismo documento alertó sobre la existencia de un subregistro en las estadísticas sobre la situación de las personas LGTB debido a la ausencia de data a nivel nacional. Así como destacó la poca cobertura proporcionada por los medios de comunicación hacia hechos que vulneren a las personas LGTB, salvo ciertas excepciones en que existan elementos sensacionalistas.
A una consulta para esta verificación, Percy Castillo, comisionado de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, alertó que hasta la fecha no existe ninguna fuente oficial o estatal que realice un seguimiento a los crímenes cometidos hacia personas LGTB. Sobre la afirmación de Mejía, descartó que esta pueda sostenerse: “No tenemos una base estadística que nos permita registrar los crímenes que se cometen contra la población LGTBI. Entonces, no es sostenible [afirmar] eso empíricamente con ningún dato estadístico. Y, por otro lado, la información que se tiene disponible, no corrobora esos datos”.
Respecto a los datos hallados por el Observatorio en los que los perpetradores serían parejas o parejas ocasionales, Castillo indicó que se debía realizar un análisis muy minucioso de cada caso, y que lo recogido por sociedad civil es una pequeña muestra, donde es complicado diferenciar lo que significan las relaciones de pareja en cada contexto.
Castillo comentó que el registro contra crímenes de población LGBT necesita de una integración entre el trabajo de la Policía, el Poder Judicial y el Ministerio Público. Ninguna de las dos primeras instituciones tiene data precisa sobre el tema. “Solo el Ministerio Público, que recién está empezando”.
“Decir que [los asesinatos a personas LGTB] son crímenes motivados en pareja es un prejuicio que hemos identificado como dañino a la investigación de estos crímenes [y que] esconde la posibilidad de que se trate de un crimen de odio. Por eso solicitamos que [estas] hipótesis no sean las que primen en la investigación penal”, enfatizó el comisionado.
Beatriz Mejía también fue consultada para pedirle precisiones sobre su afirmación. La candidata de Avanza País envió en respuesta un mensaje por Whatsapp que corregía su afirmación original, indicando que los asesinatos de personas LGTB al interior de la pareja: “se dan principalmente, no siempre”. Agregó que su fuente fue el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex).
Tras lo expuesto, OjoPúblico concluye que la afirmación de la candidata al Congreso, Beatriz Mejía, acerca de que los asesinatos de personas LGTBI se producen siempre dentro de relaciones de pareja no es verificable.
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