Jesús Cossio: Con tus libros has hecho una larga crónica de diferentes conflictos, si pudieras establecer un elemento en común en esos conflictos -Palestina, los Balcanes, la Primera Guerra Mundial-, ¿cuál podría ser: autoritarismo, xenofobia, choque de ideologías?
Mi trabajo es sobre la realidad de los conflictos, pero éstos se basan en la naturaleza humana. Yo no podría haber dicho esto hace diez años pero es de lo que tratan mis cómics, en realidad. Algunos de mis libros son acerca de un grupo específico de seres humanos. Por ejemplo, en mi libro sobre la Primera Guerra Mundial veo a los seres humanos convertidos en una masa y cómo la naturaleza humana responde a ese tipo de situaciones. Si existe un interés en el autoritarismo y la xenofobia yace, por decirlo de alguna manera, bajo la sombrilla de mi interés en la naturaleza humana.
JC: Has dicho que te interesa ser honesto más que objetivo, sin embargo hay quienes creen que dejar de lado la objetividad es convertirse en un observador parcializado que puede exagerar o tergiversar los hechos. Hubo alguien que te preguntó si habías entrevistado a víctimas de atentados palestinos, como si fuera una falta tuya no poner los testimonios de israelíes con el mismo peso. ¿Cómo respondes a esto?
Todo se trata de elección de las situaciones. Por ejemplo, en algunos casos como el de Israel contra Palestina, mi conclusión es que la ocupación está mal. Viviendo en los Estados Unidos uno no escucha casi el punto de vista de los palestinos, así que lo que hago es presentar ese punto de vista como una manera de corregir la historia. Lo que hago es agregar algo a la historia dominante. Eso no significa que no existan víctimas israelíes, creo que nada de lo que dibujo tiene como fin omitir el hecho de que existen víctimas israelíes, pero yo elijo hablar desde el punto de vista de los palestinos.
Pienso que está bien admitir cual es mi punto de vista, lo pongo muy en claro. Cuando yo hablo de Palestina, y en todas las entrevistas que he dado lo digo, lo que quiero es darle voz a los que no tienen voz. Y si las personas quieren juzgarme, o juzgar mi trabajo como una falla porque no hablo del otro lado, pueden hacerlo. Soy honesto acerca de mi opinión sobre lo que pasa en Palestina. De las víctimas no se puede esperar que se comporten como ángeles porque se encuentran oprimidas y la gente que es oprimida puede comportarse de manera violenta.
CONFLICTOS CONTEMPORÁNEOS. Versiones en español de Notas al pie de Gaza y Reportajes, de Joe Sacco (Malta, 1960), quien estará presente en el Hay Festival de Arequipa.
Daniel Jiménez: Dentro del periodismo usualmente hay una discusión permanente acerca de cómo acercarse al aspecto de la objetividad. Como narrador y autor de cómic pero también como periodista, ¿Cuál es tu posición en esta discusión? ¿Cómo asumir el concepto de objetividad en el periodismo desde el punto de vista narrativo?
No estoy seguro de que exista la objetividad verdadera. Si nosotros tres hablamos de lo que hay en esta mesa hoy vamos a decir lo mismo, pero dos días después si se nos pregunta que hubo en la mesa vamos a decir algo diferente, entonces yo no creo que exista una objetividad “verdadera” porque así uno se engaña a sí mismo y engaña al lector, especialmente en asuntos tan controversiales.
Lo importante es reportar honestamente lo que uno ve. Si uno habla de la situación de indígenas que están siendo oprimidos por autoridades, un periodista debería decir: “Bien, voy a hablar con esta compañía de carbón”, pero usualmente lo que la compañía dice tiene como objetivo ocultar la verdad. Entonces, el trabajo del periodista es ir, ver lo que ocurre y tomar decisiones al respecto.
"El trabajo del periodista es ir, ver lo que ocurre y tomar decisiones al respecto"
JC: Cuando dibujas tienes una posición de cronista, pero cuando pasan los años tus obras ya no son exactamente crónicas, también llegas a tener el papel de historiador. Es decir, tus libros se convierten en fuentes históricas para quienes se interesan en algún conflicto. ¿Cómo ves el cambio con el paso del tiempo, de cronista a historiador?
Me siento cómodo con eso porque el dibujo toma mucho tiempo y no dependo de las noticias, no tengo un afán de publicar mis cómics para darle a la gente una primicia. Una desventaja del dibujo es que toma mucho tiempo pero yo tomo eso y lo convierto en una ventaja. El tiempo le permite a uno cavar más profundo, buscar una cualidad más universal en las historias.
Mi intención es que los personajes de mis libros se sientan como personas reales dentro de cien años. Lo que hago entonces es practicar periodismo de campo pero por medio del dibujo. De esta forma, lo que cuento se vuelve algo histórico.
CLÁSICO. El primer día de la guerra de Somme en 1916 acabó con la vida de 20 mil soldados británicos.
JC: Hay algo extraño en el hecho de narrar conflictos -me ha pasado con mis cómics-, y es que a veces algunos lectores rechazan la parte más dura de lo que uno narra ya que no quieren creer que sea posible tanta brutalidad. Lo cierto es que cuando uno recoge los testimonios, éstos son incluso peores de lo que finalmente aparecen en un libro.
Creo que eso es completamente cierto. La primera vez que estuve en Palestina hablé con un grupo de hombres que habían sido torturados por agentes israelíes y elegí contar la historia más típica, no la más extrema, porque la historia típica es lo suficientemente terrible y más personas tuvieron una experiencia parecida. Puede que la violencia física haya sido inusual en un caso, pero elegí contar el tipo de historia que escuché un cierto número de veces.
"No tengo un afán de publicar mis cómics para darle a la gente una primicia"
A mí todavía me sorprende la capacidad que tienen los seres humanos para hacerse cosas tan brutales los unos a los otros y eso es lo que me mantiene haciendo mi tipo de trabajo, tratar de entender por qué esto ocurre. Pero si a una persona cualquiera todavía le sorprende que tales cosas sean posible, yo lo invitaría a mirar las brutalidades de los nazis, matanzas a nivel industrial, asesinatos masivos completamente sistemáticos. Si esa persona conoce sobre eso, ya sabe que cualquier cosa es posible, le sorprenda o no.
DJ: ¿Te han afectado los testimonios que recoges para narrar tus historias?
Una vez que uno empieza tiene que continuar hasta terminar, pero se me ha hecho más difícil con el tiempo, para ser honesto. Cuando yo entrevisto a una persona se hace más fácil porque un periodista tiene que ser frío como un cirujano. Las personas tratan de cambiar de tema, pero uno intenta mantenerlos acorralados. Lo que uno hace es tratar de obtener la información infringiendo el menor dolor posible y uno sabe que en 20 minutos va a estar escuchando una historia diferente. Sin embargo, es mucho más difícil dibujarlo que escucharlo porque cuando uno dibuja uno habita el cuerpo de la persona que está dibujando, ya sea una víctima o un perpetrador, uno tiene que pensar como es el movimiento de un hombro al detener el golpe de un palo.
Por ejemplo, el libro sobre Gaza es la historia de dos masacres y es algo que yo no disfruté narrando pero no importa si lo disfrutas o no, tienes que contar la historia.
BOSNIA Y PALESTINA. Dos escenarios de guerra en los años 90, fueron retratados por Joe Sacco en libros convertidos en clásicos sobre la violencia.
"Cuando uno dibuja uno habita el cuerpo de la persona que está dibujando"
JC: Todo el tiempo vemos violencia en la televisión y el cine, pero es la violencia que el capitalismo permite como entretenimiento para al mismo tiempo aturdirnos con ella: autos volando, gente disparando, bombas explotando. ¿Podrías decir que lo que tú haces es un acto político, mostrar de otro modo la violencia para que la gente entienda el contexto en que sucede?
En parte creo que es verdad. No ocurre esto con todos mis cómics, pero en varios de mis trabajos sí, porque la violencia es algo horrible, no algo bello. He visto libros acerca de la guerra de Bosnia, por ejemplo, un libro de Joe Kubert, y yo admiro su trabajo sobre la violencia, pero las explosiones son bellas y uno ve niños saltando por los aires por una explosión y están intactos, no les pasa nada, mientras que la gente en los bombardeos de verdad queda despedazada. Nuestros actos de matanza no son espectáculos sino horrores, por lo tanto creo que ser realista en tu arte es un acto político, porque el mundo real es un mundo duro.
*Jesús Cossio es autor de los libros Rupay (en coautoría con Alfredo Villar y Luis Rossell) y Barbarie; ambos abordan el periodo de violencia política en el Perú. Él estará presente en un conversatorio con Joe Sacco en el marco del Hay Festival de Arequipa.