En sus redes sociales, la congresista del partido Renovación Popular, Milagros Aguayo, compartió una serie de gráficas con supuestos datos sobre el impacto de la interrupción del embarazo en la salud mental de las mujeres. Uno de los mensajes de la también pastora religiosa indicaba lo siguiente: “Un aborto provocado aumenta el riesgo de padecer problemas psicológicos en las mujeres”. Luego de revisar estudios médicos al respecto y consultar con especialistas, OjoPúblico concluye que esto es falso.
Fuente: Facebook de la congresista Milagros Aguayo.
El estudio al que hacía alusión la congresista Aguayo se denomina ‘Aborto y salud mental: síntesis cuantitativa y análisis de la investigación publicada en 1995-2009’, publicado inicialmente en el British Journal of Psychiatry, bajo la autoría de Priscilla K. Coleman.
Dicha publicación concluyó en 2009 que el aborto aumentaba el riesgo de las mujeres de tener problemas de salud mental en un 81% y que el 10% de los problemas de salud mental eran atribuibles a los abortos. Sin embargo, el estudio fue largamente cuestionado por otros investigadores, así como por instituciones académicas, debido a graves errores en la metodología, el análisis y las conclusiones a las que llegó.
La discusión ocasionó que el Royal College of Psychiatrists, a cargo de la revista, encargara a un equipo de expertos la revisión de este metaanálisis. Los auditores concluyeron que esta publicación no podía considerarse una revisión sistemática formal. Esto debido a que no se habían hecho públicos los criterios de selección de los estudios incluidos y, además, 13 de los 23 estudios incluidos eran de una calidad inferior.
Tras este pronunciamiento, investigadores de la Universidad de California, Princeton y la Escuela de Medicina de Hull York, liderados por la psiquiatra Julia Steinberg, publicaron el artículo ‘Fallas fatales en un metaanálisis reciente sobre el aborto y la salud mental’, en el que reunieron las deficiencias metodológicas del estudio de Coleman.
Steinberg y sus colegas identificaron siete errores en el estudio original, así como errores en los estudios que fueron seleccionados por Coleman para realizar el análisis. Otro de los problemas más resaltantes fue la falta de control de afecciones mentales preexistentes a la situacion de aborto en las mujeres.
Así, concluyeron lo siguiente: “Desafortunadamente, gran parte de la investigación publicada (incluido ese metaanálisis) que afirma encontrar una asociación entre el aborto y la salud mental está plagada de errores y deficiencias metodológicas y analíticas, y se utiliza para desinformar las políticas y la práctica clínica”.
El Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos se pronunció también y señaló que los resultados de Coleman estaban en conflicto con cuatro de las revisiones bibliográficas más recientes sobre el aborto y la salud mental. Estas no encontraron evidencia de que las mujeres que tienen abortos enfrentan un mayor riesgo de problemas de salud mental.
Consultada para esta verificación, la congresista Milagros Aguayo confirmó que su publicación se basaba en el estudio "Aborto y salud mental: Síntesis cuantitativa y análisis de investigaciones publicadas entre 1995-2009", de P. Coleman, y adjuntó como sustento una noticia de la agencia de noticias cristianas AciPrensa, así como la publicación original.
OjoPúblico compartió con la congresista Aguayo la carta de rectificación del Royal College of Psychiatrists que descalifica el estudio que citó, así como la publicación de Steinberg con el resumen de errores. En respuesta, la parlamentaria comentó que se trataba de un estudio de investigadoras feministas que tenían otra interpretación.
Sobre la rectificación de la revista no se pronunció.
“Es un artículo escrito por académicas feministas. Si bien tiene un título tendencioso como ‘fallas fatales en un estudio de metaanálisis’, ellas solo dan un punto de vista distinto al estudio”, comentó por escrito Aguayo.
La psiquiatra e investigadora Marta Rondón, coordinadora del Programa de Prevención y Atención Integral de Violencia Contra la Mujer del Instituto Nacional Materno Perinatal, explicó que el estudio citado por Aguayo tenía “fallas metodológicas muy grandes”.
Estudios sin sustento
Cabe señalar que, la autora del estudio que cita la congresista Milagros Aguayo ha sido desacreditada en más de una ocasión, debido a similares errores metodológicos en otros estudios que tratan de relacionar el aborto con problemas en la salud mental.
En 2008, Coleman presentó el estudio ‘Aborto inducido y trastornos de ansiedad, estado de ánimo y abuso de sustancias: aislamiento de los efectos del aborto en la encuesta nacional de comorbilidad’, en la revista Science Direct de la editorial Elsevier. Esta publicación usó los datos de la Encuesta Nacional de Comorbilidad de Estados Unidos, para examinar las asociaciones entre los antecedentes de aborto y varios tipos de trastornos como ansiedad, ataques de pánico, trastorno de estrés postraumático, trastorno bipolar, depresión, trastornos de abuso de sustancias, entre otros.
La autora concluyó que el aborto estaba relacionado con un mayor riesgo de sufrir problemas de salud. Sin embargo, este estudio también fue desacreditado luego de que otros investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California y del Instituto Guttmacher, de Nueva York, realizaron el análisis de los mismos datos obteniendo resultados contrarios al equipo de Coleman.
Por entonces, la crítica más importante fue que el estudio de Coleman basó sus conclusiones en los trastornos mentales que fueron registrados en la categoría de por vida en la encuesta nacional. Estos incluían problemas de salud mental ocurridos antes y después del aborto. El problema de ello era que no se podía establecer con certeza si los trastornos mentales fueron en efecto provocados por el aborto o eran preexistentes.
Este hecho hizo que Coleman corrigiera los errores estadísticos, pero insistiera en que sus conclusiones sobre el aborto no variaban.
Ante los cuestionamientos recibidos incluso a las correcciones, Alan Schatzberg, editor en jefe de la revista ScienceDirect y profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, indicó que el análisis de Coleman "no respalda las afirmaciones de que los abortos condujeron a la psicopatología". Esto debido a que el estudio de Coleman usó los diagnósticos de enfermedades mentales de por vida, en vez de considerar solo los trastornos mentales posteriores al embarazo.
El deslinde del Royal College of Psychiatrists fue también reportado en agencias de medios internacionales. Y en la misma línea se manifestó el Journal of Psychiatric Research al explicar que el estudio de Coleman tenía problemas para comprobar la causalidad entre el aborto y trastornos mentales.
“Básicamente, Coleman comparó tasas de prevalencia de vida de trastornos del afecto, adicciones y trastorno de estrés post traumático (TEPT) en mujeres con/sin aborto, de manera que no había modo de saber si la depresión/adicción/TEPT estaban relacionados en el tiempo con el aborto. Por ello, tanto el British Journal como el Journal of Psychiatric Research publicaron rectificaciones”, dijo la psiquiatra Marta Rondón a OjoPúblico sobre dicho incidente en la comunidad científica.
Evidencia sobre el impacto del aborto en la salud mental
La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) ha precisado que el riesgo relativo de problemas de salud mental después de un solo aborto electivo en el primer trimestre no es mayor riesgo para la salud mental que llevar a término el embarazo.
Al contrario, la APA encontró que las mujeres a las que se les niega un aborto tienen más probabilidades de experimentar niveles más altos de ansiedad, menor satisfacción con la vida y menor autoestima en comparación con las mujeres que recibieron un aborto.
En 2017, la revista de Psiquiatría de la American Medical Association publicó el estudio ‘Salud mental y bienestar de las mujeres 5 años después de recibir un aborto o de que se lo nieguen’ que trabajó con una muestra de 956 mujeres que fueron monitoreadas semestralmente por ese periodo. Algunas de los hallazgos fueron que las mujeres a las que se les negó un aborto reportaron significativamente más síntomas de ansiedad y menor autoestima y satisfacción con la vida.
El estudio demostró que las mujeres que recibieron abortos deseados tuvieron resultados de salud mental similares o mejores que aquellas a las que se les negó un aborto deseado.
Así, el estudio concluyó lo siguiente: “Por lo tanto, no hay evidencia para justificar leyes que exijan que las mujeres que buscan un aborto sean advertidas sobre las respuestas psicológicas negativas. […] Estos hallazgos sugieren que los efectos de que se les niegue un aborto pueden ser más perjudiciales para el bienestar psicológico de las mujeres que permitirles obtener los procedimientos deseados”.
En función a lo expuesto, OjoPúblico concluye que la afirmación de la congresista Milagros Aguayo acerca de que “un aborto provocado aumenta el riesgo de padecer problemas psicológicos en las mujeres”, es falsa.