INAUDITO. La laguna natural Sapi Sapi luce rodeada de estructuras hechas con tubos oxidados como parte de una supuesta intervención que revalorizaría este espacio natural.
Fundada el 30 de abril de 1830 por el curaca kukama Manuel Pacaya, Nauta es una de las pocas ciudades de la Amazonía que fueron constituidas por un indígena. Pero ni su historia ni el crecimiento paulatino de su población, libró a este pueblo de sufrir numerosas frustraciones.
Tras el declive del boom del caucho, los descendientes de los barones del caucho, fueron haciéndose del poder político y desplazando a las autoridades indígenas de Nauta. Asumieron los cargos políticos, pero sin perder su actitud de desprecio a los pueblos ni el afán de despojarlos de sus riquezas y territorios, generando servilismo y abuso al interior de las nacientes haciendas de entonces.
A mediados del siglo pasado, con la llegada de la escuela a la Amazonía, la imposición de un idioma que homogenizara las sociedades, incluyendo a las indígenas, pretendía crear una sociedad única, que se asimilara inmediatamente a las premisas del 'desarrollo' abusivo, esclavizante y violatoria de los derechos de los pueblos.
Con los años, las políticas económicas basadas en la explotación de recursos y corrupción, así como sus impulsores solo fueron cambiando de formas y de rostros. Así se consolidó la ocupación de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, en donde se dio la expulsión sistemática a los kukama de sus propias tierras, prohibiéndoles el ingreso y dándolas en concesión por muchas décadas a las empresas extractoras de madera, pieles de animales y petroleras.
Se está llenando a la laguna de Sapi Sapi de estructuras metálicas, logrando así contaminarla y destruirla.
El proyecto Hidrovía Amazónica es otra de esas millonarias iniciativas económicas que pretende dragar los ríos amazónicos y ponerlos al servicio de las empresas exportadoras, sin consentimiento de los pueblos indígenas y dejándolos en condiciones de vulnerabilidad y un galopante peligro de inseguridad alimentaria al destruir la dinámica de sus ríos. Pese al retiro de la empresa Cohidro, después de la batalla legal del pueblo kukama en contra de este megaproyecto, las intenciones del Estado peruano de continuar siguen pie.
Otra muestra del abuso contra los kukama y su riqueza natural se dio a inicios del 2021, cuando el Gobierno Regional de Loreto, en complicidad con la Municipalidad Provincial de Loreto-Nauta, deciden convertir la laguna Sapi Sapi de Nauta en un atractivo turístico. El presupuesto es de más de S/6 millones para una intervención nefasta: un parque ecológico natural al que se está llenando de estructuras metálicas, logrando así contaminar y destruir la laguna. Para ello se utiliza el dinero del fideicomiso.
Como podemos ver la actitud de los políticos no ha cambiado. Una sola premisa les mueve: apoderarse de los fondos destinados a la Amazonía y sus pueblos. Para eso no importa si las iniciativas son viables o si tienen o no estudios de impacto ambiental, solo se deja de lado la opinión de los pueblos o se las violentan con más iniciativas legales desde el Congreso, apoyados por el dinero de las empresas.
Pese a muchas protestas en Nauta, la maquinaria estatal sigue destruyendo y se penaliza a los que protestan en favor de defender los espacios naturales, la espiritualidad y la cultura del pueblo kukama.