A días del tiroteo que conmovió a los Estados Unidos, en el que murieron 19 niños y 2 maestros en una escuela en Texas, se instaló en la agenda argentina el debate por la libre portación de armas. Javier Milei, diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires (La Libertad Avanza), se pronunció a favor de la libre tenencia y, en el programa “Solo una vuelta más” en Todo Noticias, dijo: “Aquellos Estados que tienen libre portación de armas, le guste o no a la progresía, tienen muchos menos delitos (que) donde vos tenés obligados a estar indefensos a los honestos”.
La discusión sobre lo que ocurre cuando las sociedades se arman es larga y compleja porque existe un debate entre el derecho a poseer un arma y los problemas que puede ocasionar que los civiles tengan, porten y usen armas en relación con el aumento de la violencia y de las muertes que eso conlleva.
Alejandra Otamendi, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet especializada en temas de armas, señaló en este podcast de 2018 que, según los estudios que hay sobre el tema, “a mayor cantidad de armas de fuego en la sociedad civil, mayor cantidad de muertes con armas de fuego, tanto por homicidios como por femicidios, suicidios y accidentes con armas de fuego”, al contrario de lo que dijo Milei.
Diego Fleitas, investigador de la Asociación de Políticas Públicas, profesor sobre tendencias delictivas en la Universidad de Tres de Febrero y ex director de Investigación y Diseño de Políticas de Seguridad del Ministerio de Seguridad nacional durante el gobierno de Cambiemos, coincidió en diálogo con Chequeado en que lo que dijo Milei es falso. “Si bien la violencia es multicausal, la presencia o fácil acceso de armas de fuego, facilita o agrava hechos de violencia. Lo cual ocurre aún más cuando hay derechos de portación de armas”, señaló el especialista.
Así lo demuestra la evidencia más sólida sobre el tema. Un estudio publicado en 2019 en la revista Journal of Empirical Legal Studies estimó que los delitos violentos aumentaron entre un 13% y un 15% debido a la adopción de leyes que permiten la posesión oculta de armas. Diversos especialistas consultados por este medio apuntan a que este es uno de los últimos trabajos metodológicamente más sólidos sobre el tema.
Según la investigación, los datos presentados socavan uniformemente la hipótesis de que “más armas” significa “menos delincuencia”. “Ni siquiera hay el menor indicio en los datos de que las leyes RTC [N. de la R.: right to carry laws, en inglés, leyes que permiten la portación de armas] reducen los delitos violentos. De hecho, el peso de la evidencia de las estimaciones de datos de panel, así como del análisis de control sintético, respaldan mejor la opinión de que la adopción de leyes RTC aumenta sustancialmente los delitos violentos en general en los 10 años posteriores a la adopción”, indica el estudio.
En la misma línea, otro estudio publicado en 2018 en la Revista Panamericana de Salud Pública (Pan American Journal of Public Health, en inglés) -que depende de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)- titulado “Facilidad del acceso legal a licencias de portación oculta de armas de fuego y tasas de homicidio en los Estados Unidos”, llegó a la asociación de que, en los Estados Unidos, “las leyes que obligan a emitir la licencia se asociaron significativamente con tasas de homicidio totales 6,5% mayores, tasas de homicidio por arma de fuego 8,6% mayores y tasas de homicidio por arma corta 10,6% mayores”.
“Hubo algunos estudios realizados en los años ‘90 que señalaban que la portación de armas prevenía el delito. Sin embargo, estudios posteriores señalaron que estaban mal hechos, y estudios más serios y recientes como los realizados por [los investigadores John] Donahue y [Michael] Siegel muestran que la portación de armas incrementa los niveles de violencia y delito”, contextualizó Fleitas, en referencia a los estudios publicados por la Revista Panamericana y a Journal of Empirical Legal Studies.
En la misma línea, Tobías Schleider, especialista en seguridad de la Universidad Nacional del Sur, señaló a este medio que los “estudios en todo el mundo (en nuestro país son escasos, pero nada indica que pueda ser una excepción) muestran que las armas son un vector indudable de violencia: más armas implican más violencia”, e incluso destacó que “en los países donde hay controles de armas estrictos, la violencia disminuye. Japón, Corea del Sur y Canadá, por ejemplo, tienen tasas de delitos violentos bajísimas, y son muy estrictos en el control de armas y municiones”.
“El argumento de que las armas sirven como instrumento de defensa es falaz: por ejemplo, la existencia de armas en el hogar aumenta en más de 12 veces la probabilidad de que uno de sus habitantes resulte herido en caso de sufrir un asalto”, agregó Schleider.
La revista de divulgación científica estadounidense Scientific American publicó en 2017 un artículo donde, tras el análisis de más de 30 estudios revisados por pares, concluye que “más armas están vinculadas a más delitos”. Como ejemplo de esta situación, se cita un trabajo publicado por investigadores del Boston Children’s Hospital y la Universidad de Harvard en 2015 donde se informa que los asaltos con armas de fuego eran 6,8 veces más comunes en los estados con niveles más altos de posesión de armas que en los que tenían menos.
Y, además, que las personas que tenían acceso a armas de fuego en su casa tenían casi el doble de probabilidades de ser asesinadas que las personas que no las tenían.
Otro estudio publicado por la Universidad de California señaló que en 2019 el 60% de las muertes por armas de fuego en los Estados Unidos fueron suicidios. Y, además, que las armas de fuego son el medio utilizado por la mitad de quienes se suicidan en todo el país. A este número se le agrega que el 37% del total de muertes por armas de fuego fueron homicidios.
Allí, la organización llegó a la conclusión de que, en promedio, los estados con leyes más estrictas tienen menos violencia armada. De hecho, los 13 estados que no implementaron las protecciones básicas, denominadas por la organización como “fracasos nacionales” en el ranking, tienen casi 3 veces más muertes por armas de fuego que los 8 estados con leyes más estrictas.
Según Briony Swire-Thompson, investigadora científica senior en la Universidad del Nordeste (Estados Unidos), es importante desmentir desinformaciones -como en este caso sobre el tema armas- todas las veces que haga falta dado que las personas no suelen creer más en las falsedades porque se las desmienta.
Por lo tanto, al contrario de lo que dijo el diputado de La Libertad Avanza, hay una mayor asociación entre las leyes más permisivas de portación de armas y una mayor cantidad de crímenes. Por eso, lo que dijo Milei es falso.
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