THE GUARDIAN. Luke Harding estuvo en el Hay Festival Arequipa 2018 para hablar sobre fake news y sobre campañas de desinformación en la política actual.
Luke Harding (Reino Unido, 1968) cree que el periodismo digital es el futuro, pero también muestra su preocupación por el potencial de las redes sociales como Facebook y Twitter, convertidas en armas de desinformación masiva. “Estamos llegando a un punto en el siglo XXI en que la verdad es cada vez menos importante”, dice sobre el impacto del discurso de autoridades políticas como Trump y Putin.
¿Cuál cree que es el papel del periodismo de investigación en tiempos dominados por algoritmos, redes sociales, noticias falsas y corrupción?
Yo diría que el periodismo de investigación es más importante que nunca. Hay momentos en los que siento que somos casi la última clase de personas sensatas que quedan en la sala. La política se ha vuelto loca, ciertamente en Europa y en mi país, Gran Bretaña, pero también en algunas regiones de América que están yendo a una dirección muy extraña, ya sea a la extrema izquierda o la derecha. Creo que somos necesarios para exponer la corrupción, en calidad de personas que creen en la verdad, no en muchas verdades, sino en la verdad. En realidad, investigar es una manera empírica de responsabilizar al poder y de exponer la corrupción. Creo que el periodismo de investigación es más crucial ahora que en cualquier otro momento de mi carrera profesional.
En su libro WikiLeaks y Assange: Un relato trepidante sobre cómo se fraguó la mayor filtración de la historia del 2011, uno de los episodios más interesantes narra cómo trabajó The Guardian con esta primera gran filtración de información. ¿Cuánto cambió el periodismo desde entonces?
El periodismo ha cambiado enormemente. Si se piensa en el viejo modelo de periodismo de investigación, se piensa en Woodward y Bernstein, dos periodistas estadounidenses famosos por provocar la caída de Richard Nixon en los años 70, llamando a las puertas, y gastando el cuero de sus zapatos. Pero ahora si piensas en el periodismo de investigación, sería como un geek frente a una computadora trabajando con enormes conjuntos de datos. Lo que cambió es cómo gran cantidad de información puede ser muy fácilmente filtrada. Con Wikileaks el 2010, trabajamos estrechamente los cables del Departamento de Estado, de Irak y Afganistán. Esta gran cantidad de datos luego se fue haciendo más grande. Formé parte del equipo, junto con ustedes [Ojo-Publico.com], que trabajaron en los Panama Papers. Estamos hablando de 10,5 millones de documentos, tardaríamos 22 años para leerlos todos. Hemos mejorado en la manera de analizar este material y en la forma de trabajar con colegas de todo el mundo para escribir grandes historias internacionales.
“Antes pensaba que las compañías offshore eran una pequeña parte de la economía mundial, ahora entiendo que ellas son la economía”.
Como parte de su trabajo, ha analizado el poder de las noticias falsas y las redes sociales para influir en la política. ¿Rusia juega un papel negativo en el uso de estas herramientas?
Rusia está tratando de remodelar el mundo. Lo que resulta interesante y misteriosamente fascinante es que se está usando las formas tradicionales de influencia de la KGB. Se están tomando estas técnicas para apoyar a candidatos perjudiciales de extrema derecha e izquierda. Ya no se trata de ideología, sino de ser una mala influencia. Y están tenido mucho éxito. Han actualizado estos métodos para el siglo XXI utilizando Facebook, Twitter y las redes sociales para crear noticias falsas, lo que es increíblemente eficaz y también muy alarmante.
¿Cuál es la responsabilidad de Google, Facebook y otros gigantes tecnológicos en los últimos temas políticos a nivel global y en ciertos resultados electorales?
Hace 10 o 15 años, se tenía la sensación de que Facebook, Google y las redes sociales en general, conectaban el mundo, unían a la gente, ayudaban a la democracia y podían hacer que los gobiernos sean más transparentes y responsables. De hecho, sucedió lo contrario. Lo que descubrimos es que gobiernos autoritarios inteligentes y populistas mentirosos pueden usar las redes sociales para beneficio propio. Por ejemplo, lo que Trump ha hecho para difundir un mensaje de nacionalismo emotivo y antiinmigrante ha sido muy efectivo. Estas herramientas, Facebook y Twitter en particular, trabajan bien con las emociones fuertes, pero no funcionan al presentar la verdad, por encima de todas las interpretaciones, de lo que está pasando. Creo que las redes sociales han sido subvertidas por regímenes como Rusia y gente como Donald Trump.
¿Cuál es el papel de los ciudadanos en el combate a las noticias falsas?
Es crucial, estamos llegando a un punto en el siglo XXI en que la verdad es cada vez menos importante. Lo que la gente como Putin y Trump entiende, creo que intuitivamente, es que no se trata de [contar] la verdad, se trata de contar historias. Trump cuenta una historia a sus seguidores: hay un grupo de criminales y terroristas de América Latina que están llegando en caravanas a irrumpir en Estados Unidos y robar sus puestos de trabajo, sus casas y mujeres. ¡Es una locura!, pero funciona. Tiene una especie de poder emocional. Necesitamos que los ciudadanos entiendan que la verdad sigue siendo importante, es un hecho que sin la verdad no se puede tener una conversación significativa sobre gobierno, política, cambio climático, ciencia y tecnología. Por lo tanto, debemos tratar de enseñar a nuestros hijos que la verdad es importante y que deben tener mucho cuidado cuando miran las noticias para entender de dónde vienen y si proceden de buenas o malas fuentes.
“Facebook y Twitter trabajan bien con las emociones fuertes, pero no funcionan al presentar la verdad de lo que está pasando”
¿Entonces es muy importante incluir el factchecking como parte de la educación para las próximas generaciones?
Creo que para la próxima generación es necesario que en las escuelas, tanto peruanas como británicas, se les enseñe a los niños. “Mira, aquí hay dos historias, ¿cuáles crees que es real y cuál crees que es no real?”. Cómo evaluamos las noticias y cómo podemos saber diferenciar una de la otra. Qué es una fuente de noticias confiable y cómo se hace la verificación de datos, para que luego puedan identificar la verdad.
Como sabe, Perú clasificó para la Copa Mundial de Rusia 2018.
¡Sí!, lamento que no hayan ganado, nosotros tampoco ganamos. (risas).
Durante el mundial, los medios latinos hicieron un gran despliegue de los partidos de la Copa del Mundo, pero se informó menos del régimen de Putin y de los cuestionamientos que ha recibido. ¿Son la política y el deporte temas separados?
A las personas que aman al fútbol les gusta decir que la política y los deportes están separados, el problema es que para Putin no lo están. La Copa del Mundo fue una forma importante de presentar a Rusia como una especie de país moderno y dinámico, que no es. Existen serias dudas sobre como Rusia logró ser el anfitrión de la Copa del Mundo. Estuve investigando esa historia durante mi estadía en Moscú y esa fue una de las razones por las que me echaron del país. Creo que debemos tener cuidado con este tipo de eventos deportivos, y entender la situación política en que ocurren.
¿Cómo analiza el impacto del gobierno de Putin en los próximos años?
El plan de Putin es vivir para siempre y permanecer en el poder. El papel que desempeña en Europa es siniestro, odia a la Unión Europea, no le gustan las instituciones sólidas y la Unión Europea es la más fuerte del mundo. Está haciendo todo lo posible por socavar la solidaridad europea, apoyando ideas de la extrema izquierda y de la derecha ya sea en Francia, Alemania y, en cierta medida, el Reino Unido, en donde tuvimos el Brexit, que por cierto es un desastre. Él quiere destruir la democracia occidental y fomentar entre los votantes un cinismo universal, en el que se crea que todos los políticos son corruptos, malos, codiciosos, y decir: “Mira, nosotros podemos ser malos, pero todo el mundo es malo”. Es un mensaje nihilista.
¿La Rusia de Putin tiene una agenda para América Latina?
Su agenda para América Latina es simple. Él ve al mundo como un juego de suma cero (en donde las pérdidas de uno significan exactamente las ganancias del otro). Entonces, lo que es malo para los Estados Unidos es bueno para Rusia. No le interesan las soluciones neutrales, por lo que esencialmente su objetivo es tratar de frustrar la influencia estadounidense y promover gobiernos que sean hostiles a ellos. Así hemos visto su apoyo a la Venezuela de Chávez y al gobierno de Ecuador, cuando estaba bajo la administración de (Rafael) Correa. Ese tipo de gobierno populista y anti americano es su objetivo. Lo que debemos entender acerca de Rusia es que, aunque en realidad está en muy mal estado económico, Putin la concibe como una superpotencia de los años soviéticos. Sus ambiciones son globales, internacionales y estas incluyen a América Latina. De la misma manera que Putin ha restaurado la influencia rusa en el Medio Oriente, principalmente vía Siria, le gusta hacer lo mismo en América Latina a través de países como Venezuela.
“Rusia está tratando de remodelar el mundo. Lo que resulta misteriosamente fascinante es que se están usando las formas de la KGB”
Usted fue parte del grupo de periodistas que trabajó en los Casos Panamá Papers y Paradise Papers. ¿Desde entonces qué hemos aprendido sobre el mundo offshore?
Lo interesante de los Panamá Papers fue que era como quitarse una venda de los ojos y poder ver cómo es realmente el mundo. Antes pensaba que las cuentas y las compañías offshore eran una pequeña parte de la economía mundial, ahora entiendo que ellas son la economía. Aprendimos que en realidad solo los idiotas pagan impuestos. Usted paga impuestos, yo pago impuestos, pero la gente rica, probablemente también en Perú, no los paga. Esto explica porqué las personas están tan descontentas con la desigualdad y la injusticia. Se aplica una regla para los ricos y otra para los demás. También aprendimos que mi país, Gran Bretaña, es el lugar más corrupto del mundo. No porque robemos o asesinemos, sino porque los cleptócratas y oligarcas, ya sean de Nigeria, Azerbaiyán o Argentina, utilizan las leyes y compañías en territorios británicos para esconder su dinero. Nosotros facilitamos su corrupción y por ello me gustaría disculparme con todos ustedes. Estoy haciendo lo mejor que puedo, como periodista, para sacar esto a la luz.
Este es un gran problema para los países emergentes. ¿Cómo afecta la evasión y la elusión fiscal a los ciudadanos?
Es un gran problema para Perú porque si las personas no pagan impuestos, si los ricos no pagan impuestos, si las empresas peruanas no pagan impuestos, en primer lugar se crea una mayor carga fiscal para todos los demás. Segundo, mira a tu alrededor, la infraestructura, las escuelas, la educación, los servicios de salud. [El pago de impuestos] es básico. Para tener un Estado apropiado y decente se necesita igualdad económica. Una cosa positiva que dejaron los Panamá Papers es que las personas más ricas que evaden al fisco cada vez están más preocupados. Están preocupados por ti, están preocupados por mí, están preocupados por ver sus nombres en los periódicos. En algún momento dirán: bueno, pagaré más impuestos y evitaré la humillación y la vergüenza pública. Espero no ser muy ingenuo. (risas)
“Creo que el periodismo de investigación es más crucial ahora que en cualquier otro momento de mi carrera”
¿Qué piensas del periodismo digital independiente?
Que viva el periodismo digital. Cuando me uní a The Guardian, este era un periódico que tenía un sitio web muy pequeño. Ahora tenemos un sitio web que es leído al día por 20 millones de personas de todo el mundo. Lo digital tiene que ser el camino a seguir. El problema está en cómo ganar dinero en esta era de noticias digitales. Todos están en la búsqueda de financiamiento y creo que no hay una respuesta correcta. Nosotros hemos sido pioneros en el modelo de suscripciones, donde las personas se registran y nos financian a cambio de independencia. Este es un buen modelo.