DISPUTA. Keiko Fujimori de Fuerza Popular espera el conteo oficial en Lima, mientras que Pedro Castillo de Perú Libre en su natal Cajamarca.
En la segunda vuelta electoral para elegir al Presidente del Bicentenario, el candidato Pedro Castillo Terrones, de Perú Libre, lleva una ventaja de 0,4% de los votos frente a Keiko Fujimori Higuchi, de Fuerza Popular, según los resultados del conteo rápido realizado por la empresa Ipsos Opinión y Mercado. Debido a que esta metodología tiene un margen de error del 1%, ambos candidatos deberán esperar al conteo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), que dará su primer anuncio hoy a las 11:30 de la noche.
De acuerdo al conteo rápido, los principales bolsones de Fujimori Higuchi se encuentran en Lima Metropolitana (65,2%), Callao (67,6%), la denominada Lima Provincias (52,8%), Ica (53,2%) y el norte peruano: La Libertad (59,5%), Piura (61,6%), Lambayeque (58,2%) y Tumbes (65,9%), regiones que en los últimos años han registrado un importante crecimiento económico en base a las agroexportaciones y algunas operaciones extractivas.
Castillo Terrones, por su parte, ha concentrado su apoyo electoral en regiones del centro y sur del país como Huancavelica (87,3%), Puno (87,4%), Cusco (82,9%) y Ayacucho (84%), zonas del país con elevados indicadores de pobreza y con una serie de demandas sociales insatisfechas. En las mismas regiones, el candidato obtuvo una holgada victoria durante la primera vuelta electoral.
Este ha sido uno de los procesos electorales más polarizados desde el retorno de la democracia".
Desde Tacabamba, en Cajamarca, Castillo Terrones ha llamado a la calma a sus seguidores y conminó a esperar los resultados oficiales de la ONPE, mientras que Fujimori Higuchi pidió “prudencia” ante un margen muy pequeño. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición los simpatizantes de ambas agrupaciones se reunían y desplazaban por las calles del centro de Lima.
La jornada electoral estuvo marcada por denuncias corroboradas por OjoPúblico sobre la difusión ilegal de propaganda electoral en el entorno de diferentes centros de votación, a favor de ambos candidatos. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE), por ejemplo, investigará a Vladimir Cerrón Rojas, líder de Perú Libre, por asistir a votar con un polo con el símbolo de su partido. La Policía, por su parte, intervino a personeros de ambos partidos políticos por presuntas intervenciones de las cédulas electorales.
Fujimori Higuchi recibió los resultados en Lima, mientras que Castillo Terrones en su natal Tacabamba, en la provincia de Chota, Cajamarca. Uno de ellos será el sucesor de Francisco Sagasti Hochhausler del Gobierno de Transición y Emergencia; y recibirá un país en el que han fallecido más de 186 mil ciudadanos debido a la Covid-19; con un proceso de vacunación que, hasta la fecha, ha inoculado al 5,4% de la población con dos dosis; en el año en que se conmemora el Bicentenario de la Nación peruana.
La relación entre el nuevo presidente y el Congreso, por su parte, podrá estar determinada por dos reformas constitucionales que buscan aprobarse en una legislatura extraordinaria del Pleno. Estas modificaciones a la Constitución, promovidas por Alianza para el Progreso, pretenden retornar a la Bicameralidad e introducir modificaciones a la ley que regula la cuestión de confianza. La presentación de este recurso legal por parte del expresidente Martín Vizcarra, rechazado por el Congreso, permitió el cierre de este último en 2019. Un año después Vizcarra fue vacado por el Parlamento.
Estas elecciones también cierran un ciclo de crisis política. Luego de la dimisión de Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, por sus vínculos con Odebrecht; Vizcarra asumió la Presidencia. En 2020, tras un enfrentamiento con el Congreso, Vizcarra fue vacado por sus lazos con el Club de la Construcción. Esto dio paso al régimen de Manuel Merino, quien renunció cinco días después, presionado por marchas nacionales donde dos jóvenes fueron asesinados. En noviembre de 2020, finalmente, Francisco Sagasti asumió la conducción del país.
CAPITAL. La candidata Keiko Fujimori de Fuerza Popular ejerció su voto en Lima, donde también espera los resultados oficiales de la ONPE junto a su familia.
Foto: OjoPúblico/Óscar Rosario
Esta es la tercera candidatura de Fujimori Higuchi, quien perdió en la segunda vuelta de 2011 y 2016 contra Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, de manera respectiva. En el primer caso, la diferencia de votos fue del 5,9%, mientras que en el segundo, de solo 0,2%. Aún así, su partido ha sido una de las principales fuerzas en el Congreso, sobre todo en 2016 cuando obtuvo 73 escaños. De sus tres postulaciones, esta fue la primera vez en que el boca de urna de Ipsos otorga una ventaja a favor de la postulante de Fuerza Popular.
Durante la primera vuelta electoral de este año, Fujimori Higuchi se ubicó siempre entre los primeros cinco puestos de las encuestas, con un porcentaje de entre 6% y 8% de la intención de voto. En el flash electoral de Ipsos de la primera vuelta, Fujimori Higuchi alcanzó el 11,9%; aunque aumentó al 14,5% a las pocas horas, según el conteo rápido realizado por la misma empresa. El recuento oficial de la ONPE, al total de actas contabilizadas, determinó finalmente su pase a segunda vuelta con el 13,4% de los votos válidos.
En esta campaña, Fujimori Higuchi no ha realizado un deslinde de su padre, condenado por delitos de lesa humanidad y corrupción, a quien incluso ha prometido indultar de llegar a Palacio. Además ha incluido personajes de dicha dictadura, como el excanciller Francisco Tudela, a su equipo técnico. Su campaña, en cambio, se centró en promover su candidatura como oposición al “comunismo”. Asimismo, Fuerza Popular ha señalado los vínculos de militantes de Perú Libre con el Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), que promueve la amnistía de Abimael Guzmán.
Un eventual gobierno de Fujimori Higuchi tendrá el apoyo de 24 congresistas, entre ellos Alejandro Aguinaga Recuenco, acusado como autor mediato en el caso de esterilizaciones forzadas y beneficiado con las vacunaciones irregulares del caso “Vacunagate”. Su bancada además contará con el eventual apoyo de los grupos parlamentarios de Alianza para el Progreso, partido de César Acuña Peralta, y de Renovación Popular, organización política de Rafael López Aliaga, quienes han mostrado su apoyo explícito a la candidatura de Fuerza Popular en esta segunda vuelta.
Fujimori Higuchi espera los resultados oficiales dos días después de que el juez Victor Zuñiga Urday ordenara el inicio formal del control de acusación en su contra, un paso previo al juicio oral por lavado de activos. El Equipo Especial Lava Jato acusa a Fujimori Higuchi de liderar una organización criminal que lavó más de US$15 millones, entregados en secreto durante sus dos candidaturas presidenciales, por empresarios como Dionisio Romero, de Credicorp, y compañías como la constructora Odebrecht, de Brasil.
Pedro Castillo Terrones, por su parte, solo registra una postulación previa a un cargo público: en 2002 fue candidato a la alcaldía del distrito de Anguia, en Chota, por Perú Posible; aunque sin éxito. Desde setiembre de 2020, Castillo Terrones figura como militante de Perú Libre, una organización fundada en 2007 como un movimiento regional por el exgobernador de Junín, Vladimir Cerrón Rojas. Este partido llevó a Cerrón Rojas como candidato presidencial en 2016, aunque entonces retiró su candidatura antes de la primera vuelta.
Este año, Pedro Castillo no apareció en las encuestas iniciales de la campaña. La primera encuestadora en registrar al candidato de Perú Libre con un 2,4% fue el Instituto de Estudios Peruanos, recién en febrero pasado. Dos meses después, Castillo Terrones se ubicó entre los favoritos para pasar a segunda vuelta en los simulacros, y obtuvo el primer puesto con el 16,1% en el flash electoral de Ipsos de abril. Luego, en el recuento oficial de la ONPE, el postulante de Perú Libre alcanzó el 18,9% de los votos válidos.
La campaña de Castillo Terrones en segunda vuelta ha estado marcada por una fuerte propaganda impulsada desde la oposición de los medios tradicionales y partidos políticos de la derecha peruana, y una serie de contradicciones que revelaron la improvisación del equipo que lo acompañaba. También él ha dado en estas semanas declaraciones contradictorias sobre sus planes económicos.
CAJAMARCA. El candidato Pedro Castillo de Perú Libre espera los resultados oficales de la ONPE en su natal Tacabamba, en la provincia cajamarquina de Chota.
Foto: OjoPúblico / Álvaro Franco
El candidato de Perú Libre también presentó un nuevo plan de gobierno, diferente al ideario escrito por Cerrón Rojas en los capítulos de Economía y Salud, y presentado inicialmente al Jurado Nacional de Elecciones (JNE). En las últimas semanas, además, Castillo Terrones presentó un equipo técnico integrado por personalidades como el exfiscal Avelino Guillén, el excongresista Hernando Cevallos y el científico Modesto Montoya.
De ser elegido presidente, el candidato de Perú Libre contará con el apoyo de 37 legisladores, entre ellos Guillermo Bermejo Rojas, procesado por presunta afiliación al terrorismo. A estos congresistas se podrían sumar los cinco parlamentarios de Juntos por el Perú que lograron acceder a un escaño, pues la excandidata Verónika Mendoza Frisch mostró su apoyo a Castillo Terrones. Algunos militantes de Juntos por el Perú también se han sumado a su equipo técnico, como el economista Pedro Francke.
Castillo Terrones fue conocido de manera pública en el año 2017, como uno de los principales dirigentes de la huelga magisterial contra una evaluación de maestros que impulsaba el entonces Gobierno de Kuczynski, además de demandar un incremento de sueldos y un mayor presupuesto para el sector Educación. Durante esta campaña, el diario El Comercio reveló que 249 militantes de Perú Libre también figuran en el padrón de que presentó el Movadef para su inscripción como partido político, pero que fue denegada.
Este ha sido uno de los procesos electorales más polarizados en el país desde el retorno de la democracia hace dos décadas, en el año 2001; y se ha desarrollado en medio de una intensa y costosa campaña de miedo, que fue impulsada a través de paneles publicitarios en las calles, el apoyo de los medios de comunicación más tradicionales e importantes del Perú, y también de una parte del sector privado peruano.
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