LIMA. La capital concentra al 26,6% de las personas que se autoidentifican como afroperuanas.
“‘¿Esa negra quiere ser candidata? No representa, no nos representa’. Eso me decían, a veces, cuando caminaba haciendo campaña política. Hasta murmuraban que podía entrar a su casa para robar. Otra de las afirmaciones es que debo saber de deportes, como si fuera lo único sobre lo que puedo hablar. Nos restringen generalmente a estos temas”, dice Virginia Zegarra, socióloga y activista afroperuana, al recordar su participación en las elecciones de 2020, como candidata al Congreso de la República por el Frente Amplio.
La experiencia de Zegarra vinculada al racismo en el ámbito político no termina allí. “Cuando en algún momento, como representante de organización, he tenido que exponer un tema en el Congreso de la República, en el ingreso, me han dicho: ‘los artistas no entran por esta puerta, por favor, ¿usted viene a bailar no?’. Yo generalmente uso trenzas [africanas] y, por eso, ya asumían que era bailarina. Yo iba a exponer los temas de la realidad nacional, no solamente desde la perspectiva afro, porque tenemos una serie de temas que abordar y estoy preparada para hacerlo. Pero los prejuicios que ya se tienen, consciente o inconscientemente, afloran cuando te ven. No tienes posibilidad de cambio y fortalecimiento”, comenta.
Los prejuicios que se tienen, consciente o inconscientemente, afloran cuando te ven", dice Virginia Zegarra.
Muchas personas podrían interpretar lo narrado por Virginia Zegarra como un hecho aislado, pero tanto en Perú como en distintos países de la región y el mundo, se han consignado experiencias similares, marcadas por el racismo y la discriminación racial. “Típicamente, [los afrodescendientes son] etiquetados con estigmas y estereotipos, [y se] enfrentan a barreras estructurales que impiden su plena inclusión social y económica. Esto no solo los afecta a ellos, sino también a las sociedades y economías de los países en los que viven”, detalla el informe Afrodescendientes en Latinoamérica: Hacia un marco de inclusión (Banco Mundial, 2018).
En el caso peruano, el país no cuenta con normas o medidas impulsadas desde el Estado que garanticen la representación política. Tampoco tiene un registro que permita la autoidentificación étnica de los postulantes. Pero, en 2022, el Ejecutivo aprobó la Política Nacional del Pueblo Afroperuano al año 2030, que tiene como uno de sus objetivos mejorar la participación ciudadana de las organizaciones que las representan.
OjoPúblico analizó la participación y representación política afroperuana, reconociendo que es una población subrepresentada en los espacios de toma de decisión. Y, además, entrevistó a candidatos y candidatas, líderes y especialistas afroperuanos en procesos electorales para indagar en las razones detrás de la escasa presencia de esta población en las listas de las actuales elecciones regionales y municipales.
Candidaturas afroperuanas
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) no solicita autoidentificación étnica a las y los candidatos a las elecciones regionales y municipales 2022, por lo que los registros que se tienen de las personas afroperuanas que postulan o participan en política provienen de iniciativas de la sociedad civil.
Ashanti Perú – Red Peruana de Jóvenes Afrodescendientes y el Centro de Desarrollo Étnico (Cedet), por ejemplo, realizaron registros de las candidaturas afroperuanas en Lima Metropolitana y regiones para el actual proceso electoral.
Para elaborar el mapeo de Lima Metropolitana, Ashanti Perú consultó las listas oficiales de las candidaturas en la plataforma virtual del JNE. Luego, hizo una evaluación a través del fenotipo y, en una siguiente etapa, comparó ese indicador con el lugar de nacimiento de los candidatos y con los apellidos de familias afroperuanas.
Aunque la organización aclara que la identidad étnica trasciende el color de la piel, aplicó esta metodología ante la ausencia de autoidentificación étnica en el registro de las postulaciones. Es así que, luego de revisar más de 5.000 perfiles de candidatos para los 43 distritos de la capital, el mapeo identificó, en términos generales, a 60 personas afroperuanas entre los postulantes a alcaldes y regidores.
Es sabido que la población afroperuana se encuentra distribuida en distintas partes del país. Sin embargo, Lima es la ciudad que concentra la mayor presencia de personas que se autoidentifican de esta manera, alcanzando un 26,6% con respecto al total del Perú, según los Censos Nacionales 2017, realizados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En Lima Metropolitana, se identificó a 60 personas afroperuanas entre los postulantes a alcaldes y regidores".
Esto no se ve reflejado con una participación significativa de afroperuanos en el actual proceso electoral. El mapeo de Ashanti Perú reporta que, entre las personas que aspiran a ser regidores de los 43 distritos electorales de la capital, solo 57 fueron identificadas fenotípicamente como afroperuanas.
Son 463 candidaturas las que se presentan a las alcaldías distritales de Lima. En ellas, tres postulantes fueron percibidos como afrodescendientes. Es decir, el 0,65 % del total. Esos son los casos de Emilio Alberto Chávez Huaringa (Podemos Perú), candidato a la alcaldía de Cieneguilla; David Carlos Fernández Dávila Álvarez (Podemos Perú) y Kelly Yrene Fernández Herrera (Fuerza Popular), candidatos a la alcaldía de Barranco.
En paralelo, desde Cedet se hizo el ejercicio de identificar algunas candidaturas a gobernadores regionales, alcaldes provinciales y regidores en todo el país. De este modo, se encontró un total de 20 personas que podrían ser identificadas como afroperuanas.
“Necesitamos saber cuántos candidatos y candidatas afroperuanos tenemos. Lamentablemente, esto es difícil sin un registro oficial. Nosotros hemos intentado hacerlo, pero no podemos registrar a todo el país, si no hay autoidentificación étnica en el momento de la postulación”, señala Oswaldo Bilbao, director ejecutivo de Cedet.
Subrepresentación en la política
En los Censos Nacionales de 2017 del INEI, el 25,8% de la población de 12 años o más declaró que se autopercibía como parte de algún pueblo indígena por sus costumbres y antepasados. Dentro de este grupo, el 22,3% se identificó como quechua, el 2,4% como aimara, el 0,9% como parte de las etnias amazónicas y el 0,2% como integrante de otro pueblo indígena.
En paralelo, el 5,9% de la población total del Perú indicó que se autopercibía como blanca y el 60,2% como mestiza. En cuanto a las personas que se identificaban como afrodescendientes, se registró al 3,6% de la población del país.
Aunque distintos especialistas y activistas reconocen la importancia de que, por primera vez, se haya realizado la pregunta de autoidentificación étnica a las y los afrodescendientes en este censo, consideran que posiblemente exista un subregistro. En otras palabras, que la cantidad consignada sea menor a la población afroperuana que realmente hay en el país.
“Hay un subregistro por muchos motivos: hubo gente no fue censada o no se hizo la pregunta y, también, gente afro que no se autoidentificó. Tampoco tuvimos una buena campaña por parte del Estado, y no nos articulamos como organizaciones de la sociedad civil para comunicar”, dice Marco Ramírez, presidente de Ashanti.
El 3,6% de la población peruana indicó que se identificaba como afrodescendiente en el último censo".
Un sector importante de la población afroperuana —según información del INEI— se encuentra en situación de pobreza. Las organizaciones comunitarias, como los comedores populares, ollas comunes, asociaciones de campesinos y barriales, son los principales espacios de organización y formación política.
Precisamente, en términos socioeconómicos, las y los afroperuanos experimentan altos niveles de pobreza, la cual asciende al 33,3%, frente al 21,7% del promedio nacional, de acuerdo a lo reportado por el INEI en el 2017. Esta situación también impacta en la posibilidad de que afrodescendientes cuenten con los recursos económicos que se requieren para solventar una campaña electoral.
Al respecto, Marco Ramírez, quien también es autor de La Identidad Necesaria: Participación y Representación Política del Pueblo Afroperuano, señala que la falta de interés para participar en política responde a “factores de discriminación estructural, contextos de pobreza y marginación histórica, que direccionan las prioridades y las aspiraciones del pueblo afroperuano a actividades económicas que contribuyen a saciar sus necesidades básicas. Se posterga así la participación política, considerando los costos y tiempo que involucran hacer política”.
El abogado afroperuano agrega que es preciso fomentar un interés más amplio entre los candidatos por la agenda afroperuana. “Influye mucho [que no seamos mayoría numérica] porque los partidos y los candidatos ganan con votos. Entonces, sí hay un tema que tiene un peso importante: la cantidad. Pero, independientemente de esto, es importante crear una mayor conciencia para que los candidatos puedan reivindicar las demandas afroperuanas. La agenda afroperuana todavía no logra ser entendida, tanto por el público afroperuano como por el no afroperuano”.
Ramírez plantea trabajar para tener más líderes políticos no afroperuanos y afroperuanos en los partidos, porque “si bien hay quienes no son víctimas directas del racismo estructural, sí pueden ser sensibles y votar por un candidato afroperuano que reivindique la agenda”.
Marco Ramírez considera que es necesario fomentar un interés más amplio entre los candidatos por la agenda afroperuana".
Por su parte, Oswaldo Bilbao fue enfático al sostener que los partidos no tienen una mirada étnico-racial dentro de la construcción de su agenda. “Si comenzamos a evaluar y analizar sus propuestas, hay una invisibilización. Te están poniendo para completar lista porque se acordaron, o nos tienen allí [a los afroperuanos] exigiendo”, dice.
Desde la sociedad civil también se reconoce un grado de responsabilidad en la poca representación política afroperuana. El internacionalista y activista afroperuano, Owan Lay, señala a OjoPúblico que es necesario construir ciudadanía desde las organizaciones afro.
“Hay una responsabilidad para la construcción de la sociedad que merecemos. Pero, cuando tienes déficit, no sabes cómo ingresar o cómo contribuir para la construcción de esa sociedad que uno merece y, por eso, tienes un conjunto de actores que están desarticulados”, opina Lay.
Este medio también consultó la opinión del excongresista afroperuano José Luis Risco, quien reconoció la falta de protagonismo en el terreno político de las y los afrodescendientes. “Somos personas que siempre estamos en el balcón, espectando lo que pasa, y nuestra participación solamente se resalta cuando es en el deporte o en la música, pero en el quehacer político muy poco”.
Además, Risco identifica una desarticulación del movimiento afroperuano. Algo que, en su opinión, impide tener representación política e incluso una agenda común. “Yo noto que hay una variedad de organismos que representan al afro a nivel nacional, y estos son los que se mastican, pero no se pasan. Cada quien tiene una pequeña isla y nadie hace un esfuerzo de conciliación”, señala.
EDUCACIÓN. El 11,5% de las personas afroperuanas de 15 años o más tiene estudios universitarios y el 12% estudios superiores no universitarios.
Foto: Ashanti
El racismo y la invisibilización a lo afroperuano
El racismo y la invisibilización a lo afroperuano son constantes en los procesos electorales. La actriz y cantante afroperuana Ebelin Ortiz asumió recientemente la regiduría de Lima Metropolitana, al lado de su madre Gloria González, quien también ostenta este cargo desde el inicio de la actual gestión municipal. Ella afirma que “los partidos políticos ni siquiera nos ven [a los afroperuanos]”. “Es más —agrega—, creo que nos invitan por cuanta gente vamos a traer a su lista, y no por un interés en la agenda afroperuana”.
Ortiz tiene experiencia en participación de procesos electorales y, como mujer afroperuana, es objeto de agresiones racistas a través de las redes sociales. En esta línea, reconoce que, además del racismo, debe enfrentarse al machismo y la misoginia.
“Los insultos en Twitter están a la orden del día, a mí me encanta el debate. Pero, cuando los haters empiezan a hablar de raza y a desvalorizar mi intervención por ser afroperuana, el debate pierde valor para mí. También me he encontrado en alguna reunión política con algún término o frase incómoda, y he tenido que exigir respeto”, comenta.
“Los partidos políticos ni siquiera nos ven [a los afroperuanos]”, dice Ebelin Ortiz.
David García, activista afroperuano y candidato a regidor por el partido Morado en Pachacamac, también señala que se han presentado experiencias vinculadas a estereotipos y prejuicios racistas en campaña. Vivir el impacto del racismo podría desmotivar la participación de afroperuanos en las distintas contiendas electorales, sostiene Martín Hernández, abogado afroperuano y candidato a regidor de San Juan de Miraflores por Fuerza Popular.
“Ahora último, el caso de Martha Moyano y de [Rosangella] Barbarán [memes racistas difundidos en redes sociales], es racismo puro. Eso retrae a la gente y hace que decida no participar porque teme que vaya a ser insultada. Disminuye la participación, y yo creo que es momento de rechazar este tipo de actitudes racistas en pleno siglo XXI”, dice.
El proceso de reconocimiento
Durante los últimos años, algunas personas afroperuanas han ocupado cargos políticos. Sin embargo, eso no ha significado que todas ellas impulsen una agenda específica para la población afroperuana.
Quienes sí asumieron esa tarea fueron José Luis Risco, excongresista por Unidad Nacional, y Martha Moyano, parlamentaria en diversos periodos por Fuerza Popular. En 2006, ambos políticos impulsaron un proyecto para declarar al 4 de junio como el Día de la Cultura Afroperuana, y lograron que se aprobará a través de la Ley 28761.
“Con el congresista Risco iniciamos una defensa de este proyecto porque los dos lo presentamos y, finalmente, logramos, con una sola abstención y el resto a favor, que se aprobara esta iniciativa casi con unanimidad”, explica Moyano, quien se desempeña nuevamente como congresista, a OjoPúblico.
Tanto Risco como Moyano, coinciden en que reconocieron su identidad afroperuana luego de ser elegidos como congresistas. “Cuando inicio mi proceso político no asumo que soy afrodescendiente, yo entro como militante a un partido con una decisión propia. En el proceso, empecé a asumir que, efectivamente, era una afrodescendiente y que estaba en un partido político. Entonces, elaboramos la propuesta de crear el Día de la Cultura Afroperuana, junto a muchos dirigentes y líderes afrodescendientes”, agrega Moyano, quien actualmente preside la Mesa de Trabajo Afroperuana del Congreso de la República.
PROCESO. Martha Moyano explica que reconoció su identidad afroperuana luego de ser elegida como congresista.
Foto: OjoPúblico / Edwin Zapata Alvarado
¿Cuotas para afroperuanos?
La reciente elección de Francia Márquez, líder social y defensora ambiental afrocolombiana, como vicepresidenta de Colombia hace que el movimiento afrodescendiente de la región reflexione sobre la representación política de esta parte de la población en la toma de decisiones.
En Colombia existe la “circunscripción especial de negritudes”, que “puede interpretarse como un mecanismo de instauración de los derechos políticos de una población poco considerada para la toma de decisiones públicas”, indican los politólogos Fernando Giraldo García y José Daniel López Jiménez en la publicación Estudios sobre la participación política de la población afrodescendiente: la experiencia en Colombia.
¿Sería viable un sistema de cuota afro en la política peruana? Hay posiciones a favor y en contra. “Yo sí creo que, a nivel local, el primer paso sería pensar en cuotas para personas afrodescendientes en las comunidades o localidades con presencia afrodescendiente que determine el censo y el Ministerio de Cultura, en coordinación con el Jurado Nacional de Elecciones”, señala Marco Ramírez.
La congresista Martha Moyano, en cambio, no concuerda con el mecanismo de cuotas y apela a promover la participación de las y los afrodescendientes en los partidos políticos. “Soy partidaria de hacer que, al interior de los partidos, entiendan que todos podemos y debemos participar sin leyes, sin forzar, sin decir bueno tú tienes este espacio porque así dice la ley”, sostiene.
¿Es posible una agenda común?
La población que se autoidentifica afroperuana, según el censo del 2017, está distribuida mayoritariamente en siete lugares. Las regiones de Lima (26,6%), Piura (15,1%), La Libertad (12,3%), Lambayeque (9,5%), Cajamarca (7,2%), Ica (4%), y la Provincia Constitucional del Callao (4,6%).
De las 772.332 personas de 15 años o más que se perciben como afroperuanas, el 12% declaró tener estudios superiores no universitarios y el 11,5% señaló contar con estudios universitarios, mientras que el 4,9% dijo que no tenía ningún nivel de educación. Esta situación es diferente a la que se observa en la población que se identificó como blanca o mestiza, donde la educación superior universitaria es mayor.
La mayoría de las lideresas y líderes afrodescendientes consultados por OjoPúblico coinciden en la urgencia de construir una agenda afroperuana que trascienda las posturas ideológicas. Una de ellas es la congresista Martha Moyano quien señala: “soy una persona, soy mujer, soy militante y soy afrodescendiente, eso lo asumo con mucha responsabilidad. Por eso, yo aprendí a enseñarle a esta sociedad que siempre ha estado discriminando, aunque dice que no es discriminadora”.
La población afroperuana es heterogénea en diversos aspectos, lo cual podría verse reflejado también en los partidos políticos. “Hay posiciones ideológicas distintas. El hecho de ser afro no significa que pensamos igual, si vamos a criticar por eso perdemos la esencia. Cuando hay movimientos afros y estamos en un escenario de defensa de los derechos de los afrodescendientes, no tiene por qué haber ningún tema ideológico. Yo he sufrido discriminación desde otros afrodescendientes por mi ideología, he dicho ‘bueno no importa, sé que no pensamos igual, pero vamos a continuar en la lucha y la defensa de los derechos de los afrodescendientes, derecho a la vivienda, el respeto, a la dignidad’”, cuenta Moyano.
La mayoría de líderes y lideresas coincide en la urgencia de tener una agenda afroperuana que trascienda ideologías".
El internacionalista Owan Lay profundiza en la discusión trayendo a colación reflexiones que se dan entre las y los activistas afroperuanos, quienes plantean la necesidad de analizar si es posible referirnos a un movimiento afroperuano. “A pesar de nuestras dificultades, yo creo que mucho de lo avanzado es gracias a la articulación de las organizaciones afrodescendientes. Entonces, hoy podemos hablar, no de los negros en el Perú, sino de los afrodescendientes gracias a las organizaciones que han contribuido a hacer incidencia en los principales tomadores de decisión”, agrega.
En las últimas décadas, tanto en el Perú como en el resto de la región, la agenda política ha estado centrada en terminar con la invisibilidad de la población afrodescendiente, de modo que se reconozcan sus contribuciones en la construcción de los países. Y destacar, además, la urgencia de eliminar el racismo y la discriminación racial, que tiene un severo impacto en la vida de las personas.
Finalmente, la subrepresentación en los partidos y movimientos políticos en las actuales elecciones regionales y municipales evidencia que es preciso explorar mecanismos y estrategias para cambiar dicha situación, que incluyan la articulación con otros movimientos sociales. Esto, con la finalidad de que mujeres, hombres y diversidades afrodescendientes ejerzan su derecho a la participación política, lo que contribuiría al desarrollo de los pueblos afrodescendientes y al fortalecimiento de una democracia intercultural.