REINICIO. La OMS señala que seguirá vigilando de cerca la seguridad de todos los fármacos del ensayo Solidarity.
La semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) suspendió temporalmente los ensayos clínicos con hidroxicloroquina en pacientes con Covid-19 dentro del ensayo Solidarity. Hizo el anuncio unos días después de que se publicaran los resultados de un macroestudio, publicado en la revista The Lancet, que advertía sobre un incremento en los problemas cardíacos y en el riesgo muerte de pacientes tratados con este fármaco.
Sin embargo, el estudio difundido en la prestigiosa revista fue duramente cuestionado y sus resultados se derrumbaron. El último jueves Richard Horton, editor de The lancet, escribió en Twitter. "Se han planteado serias dudas sobre la fiabilidad de los hallazgos reportados en este artículo". Ahora, la OMS ha anunciado que retomará los ensayos con este medicamento, anunció su director general, Tedros Adhanom, en una videoconferencia de prensa.
Una investigación del diario británico The Guardian además reveló errores en los datos proporcionados para la investigación publicada en The Lancet por la compañía estadounidense Surgisphere. Luego, la compañía admitió que el país de origen de algunos pacientes fueron asignados por error a Australia en lugar de Asia. Sin embargo, luego se detectaron más problemas en la investigación.
El mismo diario descubrió que la compañía que proporcionó los datos, establecida en EEUU el 2008 como una empresa dedicada a la educación médica, es propietaria de una enorme base de datos internacional con acceso a datos de 96.000 pacientes en 1.200 hospitales de todo el mundo.
Además, tres autores del artículo científico sobre el uso de la hidroxicloroquina publicado por la revista británica The Lancet, se han retractado. "No podemos seguir garantizando la veracidad de las fuentes de datos primarios", indicaron a la publicación especializada.
MARCHA ATRÁS. Tres autores del artículo sobre la hidroxicloroquina publicado por la revista británica The Lancet se han retractado.
Investigadores españoles también han manifestado su preocupación por las irregularidades en los datos procedentes Surgisphere y señalan que los resultados y conclusiones basados en sus datos "no pueden ser confiables".
Para el decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, Javier Llamoza Jacinto, a la fecha todos los medicamentos para tratar al Covid-19 se encuentran en experimentación y no existe evidencia suficiente para afirmar que son seguros. Por lo tanto, deben "utilizarse con el seguimiento correspondiente". En el caso de la hidroxicloroquina, Llamoza considera que si se "hace el balance del beneficio-riesgo es un producto que todavía maneja una mayor probabilidad de mejorar el tratamiento de esta enfermedad".
La OMS señala que seguirá vigilando de cerca la seguridad de todos los fármacos del ensayo Solidarity. Hasta ahora, se han reclutado más de 3.500 pacientes en 35 países.
Para el químico farmacéutico, en la medida en que no exista evidencia científica suficiente, todos los medicamentos que se utilicen en esta emergencia, frente a la ausencia de un tratamiento específico, deben utilizarse con el seguimiento y monitoreo correspondiente porque no hay nada determinante en su uso y debe realizarse una vigilancia al paciente. "Lo que sí podemos exigir es que los estudios continúen", precisó.
Transfondo político
Todas estas dudas parecen haber llevado a la OMS a reanudar los ensayos con hidroxicloroquina en pacientes con la Covid-19. Tedros Adhanom señaló, sin embargo, que el Comité de Seguridad de Datos de la organización “seguirá vigilando de cerca" la seguridad de todos los fármacos del ensayo Solidarity. Hasta ahora, se han reclutado más de 3.500 pacientes en 35 países, según el responsable.
También declaró que estaba “especialmente preocupado” por el brote de la Covid-19 en América Central y del Sur, donde los contagios se han extendido rápidamente.
Por otro lado, el potencial de la hidroxicloroquina para tratar la infección causada por el coronavirus se ha convertido también en una cuestión política, con el Presidente Trump y sus aliados alentando su uso, a pesar de que todavía no hay ensayos clínicos de referencia que demuestren su eficacia.