INSOMNIO. El estrés del trabajo y la ansiedad provocada por la pandemia afectan nuestro ciclo de sueño.
Por Anahad O’Connor
Es normal despertar varias veces durante la noche, a menudo cuando el cerebro atraviesa distintos ciclos de sueño más o menos profundo. Las personas mayores a menudo tienen que salir de la cama para ir al baño. Todo esto suele ser inofensivo. La mayoría de la gente no tiene dificultad para volver a dormirse y puede que a la mañana siguiente ni siquiera recuerden que se despertaron a mitad de la noche.
Pero si con frecuencia te despiertas a media noche y te encuentras en una batalla para volverte a dormir, podría haber un problema subyacente. Si en un periodo de al menos tres meses esto te ocurre al menos tres veces por semana, lo tuyo podría ser insomnio crónico, explica Kannan Ramar, especialista en medicina del sueño en la Clínica Mayo de Minnesota y expresidente de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño.
Dos de los principales motores del insomnio son el estrés y la ansiedad. Si te despiertas y miras el reloj y luego empiezas a preocuparte de que al día siguiente debes estar descansado para ir a trabajar, o del pago de las cuentas y otras inquietudes de la vida, esto podría activar tu sistema nervioso simpático, que controla la llamada reacción de lucha o huída. Los niveles de adrenalina, conocida como la hormona del estrés, se elevarán y aumentarán tu ritmo cardíaco, lo que crea un estado elevado de excitación lo que hace particularmente complicado que vuelvas a quedarte dormido.
“Podrías preguntarte: ¿Esta es la misma hora a la que desperté anoche? ¿Por qué me pasa esto siempre?”, dice Ramar. “Estos pensamientos no son útiles para volver a dormirse”.
Si te das cuenta de que llevas 25 minutos o más despierto, los expertos aconsejan que salgas de la cama y realices una actividad que te tranquilice mentalmente, cualquier cosa que combata los pensamientos estresantes que te roban el sueño. Los estiramientos ligeros o los ejercicios de respiración pueden ayudar, así como la meditación, que los estudios han demostrado pueden ayudar a combatir el insomnio crónico.
Puedes sentarte en el sofá a tejer, o leer un libro o una revista con luz suave. Eso sí, evita leer en tu teléfono móvil pues la luz azul de estos dispositivos puede detener la producción de melatonina, la hormona que causa somnolencia. Sin embargo, puedes recurrir a tu teléfono para usar una aplicación como Calm o Headspace, diseñadas para ayudar a meditar y dormir.
Al final, cuando empieces a sentir cansancio, vuelve a la cama e intenta dormitar. Luego, al siguiente día, pon en práctica los siguientes hábitos de higiene del sueño para mejorar tus probabilidades de dormir profundamente toda la noche.
- Limita tu consumo de alcohol por la noche. En pequeñas cantidades, el alcohol puede funcionar como sedativo y ayudarte a dormir más rápido. Pero también puede ocasionar que te despiertes a mitad de la noche mientras tu cuerpo lo metaboliza. Los estudios muestran que consumir alcohol antes de meterte a la cama puede llevar a una mala calidad de sueño.
- Evita la cafeína después de las 2 p.m. porque puede quedarse en tu organismo hasta bien entrada la noche. Si tomas una taza de café a las 3:30 p.m. una cuarta parte de la cafeína que contiene podría seguir en tu cuerpo hasta 12 horas más tarde.
- No tomes siestas tarde, pues esto puede dificultar que concilies el sueño y te mantengas dormida por la noche. Tomar siestas muy tarde reduce lo que los científicos llaman el impulso homeostático, que básicamente es la presión de tu cuerpo para dormir por la noche. Si quieres tomar siestas en el día, asegúrate de hacerlo por la mañana o a hora temprana de la tarde y procura que sean breves, de no más de 30 minutos. “Entre más prolongada o más cerca sea de tu hora de dormir, más probable es que te cause problemas”, dijo Sabra Abbot, profesora asistente de neurología en medicina del sueño en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern en Chicago.
- Mantén un calendario estricto. Despertar y dormir a horas inconsistentes puede confundir tu ritmo circadiano, el ciclo innato del cuerpo que nos dice cuándo despertar y quedarse dormido y dificultar que duermas sin interrupciones. Intenta despertar a la misma hora todas las mañanas (intenta exponerte al menos a 15 minutos de luz solar por la mañana, lo que ayuda a detener la producción de melatonina) y acuéstate todas las noches a la misma hora. Los estudios muestran que las personas que tienen horarios irregulares para dormir son más propensas a desarrollar síntomas de insomnio.
- Si te levantas frecuentemente para ir al baño, intenta limitar tu consumo de líquidos antes de ir a la cama.
Si ninguna de estas medidas te ayuda, un especialista en sueño puede evaluarte y determinar si tienes un problema más serio, como apnea del sueño o síndrome de piernas inquietas, condiciones que requieren tratamiento médico. Una clínica del sueño también podría ayudarte a contactar a un terapeuta cognitivo conductual para que identifiques y atiendas comportamientos particulares que podrían estar causando tu insomnio crónico.