En los últimos años, en la política de Perú y de la región han aparecido una serie de personajes y grupos que se oponen firmemente a reconocer una serie de derechos, como los sexuales y reproductivos, educación, religión, justicia y más. Los llaman con distintos nombres: derecha extrema, derecha radical, ultraderecha, conservadores, ultraconservadores, pero ¿quiénes son y cuál es su poder?
Rodrigo Gil Piedra, politólogo e investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), viene estudiando el surgimiento, avance y consolidación del movimiento conservador en el país. Para él “cualquier actor que tenga una posición contra esta agenda social progénero, proaborto, proderechos de minorías ingresaría al campo del movimiento conservador”.
Según su hipótesis, además, nos encontramos actualmente en la etapa de “politización con vínculos partidarios” del conservadurismo nacional. En el curso de diez años, afirma Gil Piedra, “se ha producido un proceso de politización del movimiento conservador, se desplazó de un movimiento que se erigía y participaba a nivel de las calles, las movilizaciones y los medios de comunicación, a uno que hoy se expresa como movimiento político a través de partidos, de instituciones y del Congreso”.
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Se habla del conservadurismo, de ser conservador, de los antiderechos, de la derecha, ¿qué implica ser un movimiento conservador o un partido de derecha conservador y cómo se manifiesta en Perú?
Creo que una primera distinción importante se da entre dos tipos de derechas que están comenzando a operar en el Perú y en el mundo. Hay una derecha más de tipo convencional, que defiende el libre mercado, el músculo del empresariado privado para lograr los grandes avances que los países requieren. Pero, dentro de todo, esa derecha defiende y respalda las instituciones democráticas, el Estado de derecho, lo que se ha ganado en términos de una democracia más sólida en las últimas décadas, sobre todo en América Latina.
Frente a ella, hay otro tipo de derecha que empieza a renegar de ese tipo de defensa de las instituciones democráticas, que ciertamente también defiende el modelo económico basado en el mercado o el neoliberalismo, pero que tiene ciertos reparos en defender algunas instituciones democráticas, o varias de ellas, cuando sus intereses no son atendidos, o cuando no logran conquistar o ganar lo que ellos están pretendiendo políticamente.
Hay otro tipo de derecha que empieza a renegar de la defensa de las instituciones democráticas".
Esta derecha, que se puede llamar más una ultraderecha o una derecha radical, empieza a erosionar varias de las bases democráticas que nos rigen.
(...) Operan en términos de los valores culturales y la defensa de ciertas tradiciones que tienen que ver con la familia, el matrimonio tradicional y contra de la “ideología” de género. Entonces, es una derecha conservadora, que defiende un statu quo, que ellos ven que empieza a estar en peligro por el avance de fuerzas progresistas, que lo están erosionando. Ahí es donde comienzan a politizarse, es lo que yo veo que pasa en el caso peruano.
En sus estudios ha propuesto la hipótesis de que la evolución del movimiento conservador en Perú está dividida en tres etapas: el repliegue, que va del 2011 al 2015; la politización, que comprende del 2016 al 2021; y el desenlace, que es a partir del 2021 hasta hoy. ¿Podría explicarnos en qué consisten estos periodos?
Quería adelantar que han cambiado, en el curso de la investigación, los nombres de esas etapas. Ahora le he llamado al primer periodo el de la politización embrionaria; al segundo periodo lo he denominado politización proactiva; y el tercer periodo es el de la politización con vínculos partidarios.
El periodo de la politización embrionaria arranca cuando gana Ollanta Humala las elecciones del 2011. Se caracteriza por una respuesta política y social al avance de políticas y programas impulsados por el gobierno humalista, que actores del movimiento conservador veían como nocivas. Entonces, la regulación del aborto terapéutico era un tema que estaba yendo en contra del derecho a la vida.
(....) Pero dentro de todo las fuerzas de este movimiento están fragmentadas, todavía no hay vinculaciones tan claras entre actores. El cardenal Cipriani y la Conferencia Episcopal son actores que lideran esta campaña de defensa de esta agenda moral, a favor de la vida y de la familia tradicional, pero aún son actores que están partidos.
EN EL PAÍS. El movimiento conservador se fue consolidando, según Piedra Gil, en las manifestaciones públicas de colectivos como Con mis hijos no te metas.
Foto: Andina
Pero a partir del 2016, con el cambio de gobierno y la llegada de Pedro Pablo Kuczynski y, sobre todo, con la conformación del Congreso con la mayoría opositora fujimorista, la formación de las fuerzas conservadoras va a ser proactiva. (...) Encuentran el caballito de batalla necesario para poder unirse y salir a encarar los temas de la agenda pública: se empieza a implementar, desde el primer día del 2017, el nuevo currículo escolar que inserta el famoso tema del enfoque de género, que los conservadores van a denunciar como ideología de género.
En ese periodo van a implementar una serie de estrategias como las movilizaciones, aparecerá Con Mis Hijos no te Metas, la demanda al currículo escolar que interpone el colectivo Padres en Acción, mostrarán vinculaciones mucho más sólidas entre los representantes del movimiento conservador con los políticos en el Congreso que votaban proyectos a favor de ellos. La fortaleza del movimiento en este periodo es más fuerte de lo que ocurre en el período previo.
Para cerrar, la crisis política hace que caiga un Congreso, se convoque a nuevas elecciones y aparezca un Congreso extraordinario por un año, hasta el 2021. Y, en el medio, no podemos olvidar que hubo una pandemia. Es en este escenario de caos en el que aparecen algunos liderazgos, particularmente Renovación Popular y Rafael López Aliaga, que van a recoger todo lo anterior, en los 10 años previos y terminan nucleando, en el período de la politización con vínculos partidarios, al movimiento conservador.
Ha mencionado a Renovación Popular y su líder Rafael López Aliaga, ¿qué figuras o grupos reconocería como los grandes agentes del movimiento conservador en Perú?
La participación política de estos grupos ha ido en declive en los últimos años, es una hipótesis que habría que explorar. Si es que la aparición de Renovación Popular ha institucionalizado al movimiento y ha hecho que pierda peso en las calles y en las protestas. Ya no vemos puentes con carteles contra la ideología de género, las Marchas por la Vida no son quizás tan grandes como las de hace unos años.
(...) A nivel del Congreso se mueven actores a los que habría que prestarle mayor atención. Alejandro Muñante es un actor clave en el movimiento conservador y que, además, proviene de las canteras de Con Mis Hijos no te Metas.
(...) Yo diría que Renovación Popular ha nucleado a varios de esos actores que estaban movilizándose en el período anterior a nivel de la asociación civil. Pero hay una serie de grupos y redes que no vemos públicamente, pero que están haciendo trabajo de hormiga para mantener cosas que se han ganado en los últimos años, y que son fundamentales para su agenda.
Renovación Popular ha nucleado a varios de esos actores del movimiento conservador".
El tema de género está en la mira del movimiento conservador. Actualmente tenemos a la nueva presidenta del Tribunal Constitucional, Luz Pacheco, que se ha pronunciado en contra de varios derechos sexuales y reproductivos. También está lo de la fusión del Ministerio de la Mujer con el Ministerio de Desarrollo, ¿qué poder les otorga controlar este asunto?
Les otorga poder de fuego y eficiencia a nivel de la consecución de puntos de agenda que antes no podían realizar y ahora sí. Les da la capacidad y la posibilidad de tomar decisiones, votar leyes, es algo que ha cambiado en los últimos años en el país en torno a este movimiento.
Antes, la discusión y los planteamientos estaban en la Plaza San Martín, en las marchas y aparecían actores, incluso congresistas, que apoyaban estas iniciativas contra el género, pero dentro de todo, los avances al momento de tomar decisiones y sumar los votos no siempre eran los que ellos querían tener.
(...) En el último tiempo y en los últimos años, sobre todo desde el 2021 en adelante, el movimiento conservador ha logrado conquistar representación en puestos claves en el Estado, lo cual les permite tomar decisiones que son importantísimas para su agenda. El Tribunal Constitucional, el Congreso, los ministerios, iniciativas que, además aunadas a la hiper concentración del poder en el Congreso, hacen que el movimiento tenga un poder de fuego bien interesante.
Se ha referido a la participación de líderes religiosos, no solamente de la Iglesia católica, sino de la Iglesia Evangélica, ¿qué papel juegan estos líderes religiosos con mucho poder en estas iglesias?
(...) En resumen dos cosas: lo primero es que aportan un músculo, una fuerza, una identidad muy potente, que se moviliza a nivel de las calles, en torno a una serie de iniciativas que pueden llegar a ser masivas gracias a este mundo evangélico.
Los líderes evangélicos ramifican el movimiento conservador, le permiten llegar donde no llega la Iglesia católica".
Y, por otro lado, lo que permite es ramificar al movimiento, llegar a sectores populares donde muchas veces la Iglesia católica no puede llegar o tiene dificultades para hacerlo, o el mismo Estado. Ello hace que se amplifiquen las audiencias de los liderazgos de este movimiento. Creo que son dos cosas importantísimas que pesan al momento de elegir a alguien, de votar algo, de visibilizar una problemática y no son menores.
Junto con la religión y el enfoque de género está el tema de la educación. El movimiento conservador ha logrado una serie de avances y aprobación de leyes que retroceden la evolución de la educación en los últimos años, ¿cómo afecta esto a la educación del país?
La educación ha sido el caballito de batalla de este movimiento. Se han concentrado particularmente en el campo educativo, en el currículo escolar para verlo, fiscalizarlo, modificarlo según sus propias concepción, de qué cosas se tienen que enseñar en las aulas y qué no.
Dicho sea de paso, creo que una característica que distingue al movimiento conservador en el Perú, de otros espacios donde el movimiento también ha estado presente, es en el currículo escolar.
PERFIL. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y su partido Renovación Popular son clave para el fortalecimientos del movimiento conservador, dice Gil Piedra.
Foto: Flickr Municipalidad de Lima
Precisamente, hay que ver este movimiento en un contexto en la región, ¿cómo posiciona el movimiento conservador de Perú respecto a los otros en otros países?
Cada país tiene su particularidad, proviene de un proceso singular que lo diferencia del resto y los liderazgos conservadores o los de la derecha no convencional o la ultraderecha tienen sus propias agendas también. Pero hay algunos temas que creo que sí los vinculan. Uno de ellos es la agenda moral y antiderechos, lo que hemos venido conversando.
Otro gran tema es esta posición anti-establishment, de la denuncia de las clases que han erosionado a los estados de los países donde estos líderes llegan. Pasó con Bolsonaro, ha pasado con Milei, Kast y López Aliaga, uno puede encontrar similitudes.
Pero también hay algo que yo no he mirado tanto, pero que está compartido por estos liderazgos que es el discurso punitivista, incluso autoritario, que es capaz de saltarse las reglas y las instituciones, para promover una mano dura contra la inmigración y una serie de actores que en las sociedades empiezan a desestabilizarlas.
Hemos mencionado varios congresistas, expresidentes, pero también está la presidenta Dina Boluarte, ¿qué rol tiene ella en todo esto?
(...) Si me apuras con una respuesta yo diría que Dina Boluarte va a terminar alineándose sobre esta materia y sobre otras con lo que el Congreso termine de dictaminar. No la veo siendo una defensora de estos temas. De hecho, es este Gobierno el que está promoviendo la fusión del Mimp [Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables] con el Midis [Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social].
Dina Boluarte terminará respondiendo a las directrices de este Congreso".
Entonces, no creo que sea ella la defensora de los derechos de las mujeres, de las poblaciones LGBTQ o del género en la educación. Va a terminar haciendo lo que viene haciendo hasta ahora, que es, básicamente, responder a las directrices que este Congreso le pueda hacer llegar, sin meterse en mucho.
(...) Ella no tiene vela en este entierro, es una jugadora extra dentro de un partido que viene jugándose hace mucho tiempo y donde ella no tiene ningún poder de decisión real.
Finalmente, se vienen las elecciones, ¿cómo ve al movimiento conservador en ese escenario? ¿Se abrirá una cuarta etapa para sus Investigaciones?
Creo que quien viene ganando en la preparación para la campaña, quien viene haciendo el trabajo previo con mayor fuerza y con mayor éxito ha sido este movimiento conservador. (...) Ahora, lo que yo veo aún es disgregación y no una claridad sobre quién podría representar ese movimiento, creo que López Aliaga, si bien en el 2021 lo fue, me parece que se ha ido perdiendo un poco esa figura, sobre todo ahora por lo que viene haciendo en la Alcaldía de Lima.
Entonces, no sé quién vendrá de las canteras de este movimiento o si alguien externo buscará capitalizarlo. Lo que sí creo es que los recursos están disponibles para quien quiera utilizarlos.
(...) Pero me parece que en el partido de 120 minutos el movimiento conservador, o los representantes de este espacio, son quienes han avanzado más. No es un trabajo de una campaña, es un trabajo de 10 años. Habrá que ver qué sucede en el 2026, pero seguramente tendremos presencia de estos actores fuertes en ese momento.