REPROGRAMACIÓN. Luego de que se denunciara la presunta filtración del examen de admisión a San Marcos, las autoridades universitarias decidieron repetir el examen para Medicina.
Un año y medio después de su preparación diaria en Andahuaylas, provincia de la región Apurímac, María*(17) viajó más de un día completo a Lima para rendir el examen de admisión a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y alcanzar una de las 58 vacantes otorgadas para la carrera de Medicina. En el bus de retorno a su ciudad, María —junto a su madre que la acompañó en todo el trayecto— se enteró que logró la ansiada vacante. Unos días después, las autoridades universitarias no reconocieron los resultados por una presunta filtración de la prueba.
Luego de la decisión del Consejo Universitario de San Marcos aprobada el 22 de marzo, los más de 4.300 postulantes para 58 vacantes de Medicina repetirán el examen el próximo 2 de abril. Las autoridades tomaron esta medida sin evaluar casos particulares como el de María u otros jóvenes que se trasladaron desde sus regiones para realizar la evaluación de ingreso.
Junto al examen del 2 de abril, también rendirán la prueba los postulantes a las áreas académicas de Ingeniería, Humanidades, Ciencias Jurídicas y Sociales, programadas para el 19 y 20 de marzo último, pero suspendido por la presunta filtración del examen en las primeras jornadas del proceso.
En la última semana, padres de familia y estudiantes afectados han exigido frente a la Oficina Central de Admisión (OCA) que la rectora de San Marcos, Jerí Ramón Ruffner, investigue las irregularidades denunciadas en la prueba de ingreso, pero que no anule las vacantes logradas el último 12 de marzo para Medicina. La Defensoría del Pueblo también solicitó que se realice una reunión con los ingresantes afectados, pero al cierre no hubo ninguna comunicación de parte de la universidad.
“Esta era mi cuarta postulación [a San Marcos] y no me parece justo que me quede sin estudiar la carrera que siempre he soñado”, relata Kiara* (20) y agrega que en los últimos días ha sido hostigada y acusada en redes sociales de haber comprado una vacante.
Desde que egresó de su colegio público en Lima, los padres de Kiara han gastado S/410 (S/350 de examen y S/60 de carpeta de postulante) por cada proceso de admisión donde su hija no obtuvo una vacante. Este gasto no incluye el pago de la academia que en promedio cuesta S/450 mensuales, simulacros realizados por la propia universidad ni el tiempo invertido para alcanzar un lugar en la carrera de Medicina. Es decir, en un año, los padres pueden llegar a invertir más de S/5.800 solo en academias y postulación.
A los reclamos sin atender se ha sumado el pedido formal de la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu) a la universidad para que brinde información sobre las presuntas irregularidades identificadas en el último examen de ingreso. Pero, desde la Sunedu informaron a OjoPúblico que todavía no tenían respuesta de la solicitud. ¿Qué papel tienen las autoridades sanmarquinas en este caso y qué vacíos hubo en el proceso de admisión anulado para los ingresantes de Medicina?
Control y seguridad vulnerada
La Oficina Central de Admisión (OCA) de San Marcos es la responsable de organizar todo el proceso de ingreso. En el último examen de marzo, esta oficina registró a más de 26.000 postulantes para las 66 carreras que ofrece esta universidad pública. Los profesionales que estuvieron a cargo de la organización e implementación del reciente examen son el vicerrector académico Carlos Francisco Cabrera Carranza junto al jefe de la OCA, Víctor Ricardo Masuda Toyoku. Desde este despacho también tienen un papel relevante la oficina de Elaboración de Pruebas y la de Procesos de Admisión y Estudios.
En agosto del 2021, a menos de dos meses del inicio de la gestión de Jerí Ramón como rectora, el contador Víctor Ricardo Masuda Toyofuku fue designado director general de la OCA. Antes de ocupar el cargo Masuda Toyofuku —al igual que Ramón Ruffner— se desempeñó como docente permanente en la facultad de Ciencias Contables de San Marcos.
Con este cargo de confianza, el director tenía la responsabilidad de coordinar y supervisar el desarrollo del examen de ingreso. Luego de las primeras dos jornadas realizadas entre el 12 y 13 de marzo se reportaron varias denuncias de filtración de la prueba que culminaron con la suspensión y reprogramación de la prueba. Masuda Toyofuko expuso ante el Consejo Universitario sobre el tema: detalló las presuntas irregularidades y se centró en los altos puntajes obtenidos en la escuela de Medicina.
El funcionario señaló que los tres primeros puestos de esta carrera obtuvieron casi puntaje perfecto (1.915 de 2.000 puntos), un hecho sin precedentes en otras pruebas, y mencionó el caso del 2021, cuando los postulantes alcanzaron menos de la mitad de la calificación lograda el 12 de marzo último. “Eso es lo que debe estar sometido a investigación”, indicó a los presentes en la reunión virtual.
Masuda Toyofuko reconoció que en la primera fecha del examen —cuando se registraron los resultados irregulares en la evaluación para Medicina— no se contó con el servicio de “barrido electrónico” para detectar metales porque, según él, podían haberse presentado “un maltrato y tocamiento indebido a los postulantes”. Sin embargo, no pudo explicar porqué sí lo implementaron al día siguiente. Este método de revisión evita el ingreso de cualquier tipo de dispositivo electrónico que permita una comunicación externa así como armas u otro objeto distinto a los exigidos para la prueba.
El funcionario tampoco explicó si la universidad, como parte del servicio de "barrido electrónico", sumó un sistema de detección de señal electromagnética de celulares como ocurrió en exámenes pasados. De acuerdo al portal de transparencia de San Marcos y el del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), en los últimos meses no hubo ningún contrato de servicios de seguridad relacionado al examen de admisión. Fuentes especializadas en el desarrollo del examen de la universidad señalaron a OjoPúblico que, como parte de un protocolo de seguridad interno, estos contratos tenían la calificación de "confidencial".
RECLAMO. Un grupo de ingresantes a la carrera de Medicina de San Marcos se han opuesto a la decisión de repetir el examen de admisión por una presunta filtración de las respuestas.
Foto: Andina.
Pero una decena de postulantes de Medicina y otras carreras entrevistados por OjoPúblico contradicen la versión del director de la OCA al indicar que ellos sí pasaron dos niveles de seguridad para detección de metales, antes de ingresar a las aulas donde rindieron la prueba por tres horas y tuvieron, además, la supervisión de docentes. “Nos revisaron con un detector y también pasamos una máquina, como las del aeropuerto, antes de entrar a los salones”, señaló uno de ellos.
Para conocer las posibles fallas en el reciente examen de San Marcos, este medio entrevistó a dos extrabajadores de las oficinas de Procesos de Admisión y Estudios; y del área de Elaboración de Pruebas, despachos que pertenecen a la OCA. Ambos entrevistados permanecen como docentes en la universidad y pidieron no ser identificados por temor a represalias al interior de la casa de estudios.
Los exfuncionarios de la OCA coincidieron en que una filtración previa al desarrollo de la prueba era muy “complicada” porque una semana antes los docentes que elaboraron el examen se internaban sin comunicación externa en un lugar con acceso conocido solo para las máximas autoridades universitarias. Al culminar esta etapa, los exámenes se trasladaban en cajas lacradas hacia la imprenta de la universidad, para su posterior impresión y compaginación en la madrugada uno a dos días antes de la prueba.
El día del examen, según la declaración de los extrabajadores, los aspirantes a una vacante pasan controles de seguridad donde se decomisan celulares, aretes y otros dispositivos. Para la prueba, según el reglamento de admisión, el postulante además de su documento de identidad e implementos de bioseguridad, solo debe portar un lápiz, borrador y tajador. Es aquí, de acuerdo a la hipótesis de las fuentes, donde el proceso pudo tener sus principales fallas.
Uno de los exfuncionarios sostuvo que la universidad debió considerar la entrega de equipos de protección propios como mascarillas para reducir el riesgo de que ingresen dispositivos que permitieran la comunicación dentro de las aulas, una modalidad que ya se había detectado en años anteriores.
Luego de la decisión del consejo universitario de San Marcos, los más de 4.300 postulantes de Medicina repetirán el examen el 2 de abril.
Asimismo, una de las fuentes consultadas calificó de “grave error” si se confirma la falta del servicio de detección de ondas electromagnéticas de celular y recordó que la contratación de estos equipos era lo “mínimo” que se debería hacer y su costo no es tan alto si se consideran los más de S/11.000.000 de ingresos que recibe la universidad como parte de la cuota por rendir el examen.
“En la investigación también se debe analizar si, como en procesos pasados, se realizó más de una versión de la prueba con el orden de las respuestas modificadas para reducir las opciones de que se haya filtrado durante el desarrollo del examen”, dijo uno de los entrevistados.
Los entrevistados indicaron que los cargos administrativos que tenían en San Marcos ahora los ocupan docentes de la facultad de Ciencias Matemáticas, quienes en los últimos años no se han inscrito en capacitaciones regulares que realiza la misma universidad sobre temas vinculados al desarrollo del examen en organización y seguridad. Estos talleres internos permiten que los funcionarios de la OCA tengan más herramientas previo a un nuevo proceso de admisión.
La OCA, dirigida por Víctor Masuda, cuenta con un despacho clave en la evaluación de ingreso a San Marcos. Se trata de la oficina de Elaboración de Pruebas hoy dirigida por Eugenio Cabanillas Lapa, exdecano de Ciencias Matemáticas cuando la actual rectora Jerí Ramón se desempeñaba como vicedecana de la facultad de Ciencias Contables y el hoy vicerrector académico, Carlos Francisco Cabrera Carranza, era vicedecano de Ingeniería Geológica, Minera, Metalúrgica y Geográfica.
Cabanillas Lapa trabaja en esta área junto a los también docentes de esta facultad Willy David Barahona Martínez y Zoraida Judith Huamán Gutiérrez, quien ha difundido contenidos en redes sociales en contra de la Sunedu y otros a favor de la campaña al rectorado de Jerí Ramón Ruffner. Por ser cargos de confianza, todos estos puestos no han tenido ningún proceso o perfil requerido para desarrollar las funciones vinculadas al examen de admisión sanmarquino.
El área de Imagen Institucional de la universidad indicó a OjoPúblico que no brindarán declaraciones a la prensa sobre el tema del examen y toda la información de este tema se comunicará solo a través de sus canales oficiales.
Papel del rectorado
En los procesos de ingreso a San Marcos, la Oficina Central de Admisión (OCA) —cuyo director Víctor Masuda fue designado por la rectora Jerí Ramón Ruffner en agosto del año pasado— junto al vicerrectorado académico tienen la responsabilidad de cumplir con el reglamento de admisión a la universidad. Ambas oficinas dependen del rectorado, máxima instancia de gobierno en San Marcos y desde donde se debe dar solución a la crisis generada por la posible filtración de la prueba.
Desde que se alertó la posible filtración del examen, la rectora Jerí Ramón ha cambiado de discurso sobre el tema. Al tomar conocimiento de las primeras denuncias, en la tarde del 13 de marzo último, la rectora sanmarquina dijo primero que habían “grupos políticos” al interior de la universidad que intentaban generar caos y consideraba “imposible” que la prueba haya salido del centro de estudios.
Sin embargo, una semana más tarde, Ramón Ruffner se adelantó al acuerdo con el resto de representantes de la universidad y comunicó la nulidad de todo el proceso de admisión como medida “en salvaguarda del prestigio” de San Marcos. La rectora tampoco ha brindado declaraciones sobre la decisión posterior del consejo universitario de repetir la prueba solo para la carrera de Medicina Humana.
SILENCIO. La Oficina Central de Admisión no ha respondido aún sobre los motivos de anular solo el examen de Medicina y no las otras carreras donde también se rindió la evaluación de ingreso a San Marcos.
Foto: OjoPúblico / Marco Garro.
El último 21 de marzo, luego del reclamo de los ingresantes de Medicina, la congresista del Partido Morado Flor Pablo Medina envió un oficio al presidente de la comisión de Educación, Esdras Medina Minaya, para que cite a la rectora de San Marcos y responda sobre las irregularidades en el examen así como las medidas para sancionar a los responsables. Sin embargo, a la fecha, no hay anuncio sobre la visita de la rectora al Congreso.
Medina Minaya, legislador por Arequipa de Renovación Popular, ha sido impulsor de un dictamen que debilita las funciones de la Sunedu y se encuentra pendiente de segunda votación en el Pleno. Durante su debate en la comisión de Educación, la iniciativa recibió el respaldo de Jerí Ramón y Lidia Ascencios Trujillo, rectora de la Universidad Nacional de Educación Guzmán y Valle.
La rectora Jerí Ramón ha cambiado de discurso desde que se alertó la posible filtración del examen.
El apoyo de la rectora de San Marcos a este dictamen también se dio a través de la Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú (Anupp), donde Ramón Ruffner fue designada presidenta y cuyo mandato culminó en febrero de este año. Sin embargo, la rectora de San Marcos ha buscado permanecer en el cargo.
A inicios de marzo, siete rectoras y el congresista Medina Minaya acompañaron a Ramón Ruffner en una ceremonia de presentación como cabeza de la Anupp, hecho que no ha sido reconocido de manera oficial por más de 30 rectores del país quienes, a través de una elección, eligieron al titular de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Américo Guevara Pérez, como nuevo presidente de la asociación educativa.
Ramón Ruffner, quien cumplirá en junio el primero de sus cinco años de mandato al frente de San Marcos, es doctora en contabilidad por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, institución que perdió el licenciamiento en octubre del 2019 al no acreditar ante la Sunedu las condiciones básicas de calidad en el servicio prestado.
Otro despacho responsable del proceso de admisión fue el vicerrectorado académico. Esta área se encuentra dirigida por Carlos Francisco Cabrera Carranza, doctor en ingeniería industrial por la Universidad Alas Peruanas, institución con licenciamiento denegado por Sunedu en diciembre del 2019. En sus redes sociales, el vicerrector también ha compartido contenidos que defendían la “reorganización de la Sunedu” en defensa de la “autonomía universitaria”, un discurso usado por los defensores del dictamen pendiente de segunda votación en el Pleno.
Mientras se mantiene el silencio de las autoridades sanmarquinas que han evitado pronunciarse más allá de los comunicados difundidos en su página y redes sociales, los reclamos de los ingresantes de Medicina permanecen frente a la OCA, oficina donde buscan la validación de su vacante por ahora truncada.