El Perú tiene la tasa más alta de fallecidos por Covid-19 por millón de habitantes. En las últimas semanas, sin embargo, se ha registrado en promedio un descenso en el número de fallecidos por día. ¿Qué significa la reducción de fallecidos por Covid-19 y por qué es importante entender que esto no significa que hayamos superado la pandemia? Sobre esto conversamos en OjoPúblico-Pregunta con Juan More, virólogo e inmunólogo peruano, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; Zulma Cucunubá, epidemióloga colombiana e investigadora del Imperial College y Rodrigo Carrillo, investigador peruano, epidemiólogo y científico de datos.
“Estamos en una situación medianamente favorable, los números de mortalidad están bajando, pero no es un momento para cantar victoria, mucho menos para dejar las medidas sanitarias y prácticas que hemos ido adquiriendo en las últimas semanas. Mascarillas, distanciamiento, higiene, lavado de manos y más”, señaló Rodrigo Carrillo, epidemiólogo peruano y científico de datos.
Modelos matemáticos
Entre los puntos analizados durante el programa estuvieron las lecciones aprendidas sobre el uso de modelos matemáticos para analizar el comportamiento de la pandemia. Rodrigo Carrillo aseguró que este tipo de metodologías no permitían predecir qué iba a ocurrir y cuándo en la pandemia, pero sí podían ser de utilidad frente a diferentes escenarios. “Al inicio [los modelos] nos presentaban un escenario bastante desolador para el Perú, donde el pico de la curva iba a ser más elevado de lo que realmente ha sido. Había también modelos que nos hablaban del número de camas y de igual manera no nos daban los mejores estimados. [Pero], la respuesta del Estado y de la sociedad con las medidas restrictivas que se impulsaron permitieron que se atenuara la curva”, señaló.
¿Pero cómo incorporar a estos modelos indicadores que ayuden a medir factores culturales o sociales en Perú u otros países de Latinoamérica? Carrillo indicó que se podrían sumar, pero advirtió que en algunas oportunidades la información era escasa, sobre todo, cuando se analizaba la situación a nivel de provincia, región o distrito.
“No solo es importante saber qué porcentaje de la población se ha infectado sino quiénes son"
Por su parte, la epidemióloga colombiana e investigadora del Imperial College, Zulma Cucunubá, coincidió en que los modelos matemáticos son útiles y que las personas debían entender que estos no estaban diseñados para realizar predicciones sino para proyecciones. “Para tomar decisiones a largo plazo no hay manera de predecirlas, no existen metodologías porque depende de lo que hagamos de aquí en adelante, puede tomar diferentes caminos. Y eso es lo que le llamamos proyecciones, y esas proyecciones son lo que permitieron al Estado tomar decisiones como las cuarentenas y evitar una cifra mayor de fallecidos”, dijo.
Cucunubá también señaló que “estos modelos nos permiten al menos tener una idea de cuáles son las necesidades que vamos a tener. Por supuesto a medida que avanza la pandemia vamos mejorando, esta es una rama de la epidemiología que si bien ha estado desarrollada en Europa ha sido poca utilizada en América Latina”, contó la experta.
¿Y qué nos pueden decir los modelos para lo que se viene? La epidemióloga dijo que es muy complicado determinar lo que sigue en esta pandemia. “Hay demasiadas variables en juego, el comportamiento de la población puede variar de ciudad en ciudad. Generar un modelo que nos diga qué va pasar a nivel país puede quedar corto para cada una de las 'micro pandemias' que tenemos en distintas regiones. Los modelos matemáticos son útiles y es un ejercicio que vale la pena dedicarle tiempo, atenderlo, analizarlo, e interpretarlo con la fineza del dato, con la fineza con el que ese dato se ha construido”, sostuvo Cucunubá.
Errores en el análisis de las cifras
En la parte final del programa, los invitados realizaron una lectura sobre los errores cometidos en la interpretación de las cifras sobre la pandemia. Rodrigo Carrillo consideró que debido a su heterogeneidad las cifras se deben interpretar con contexto y considerando su origen. En ese punto, el investigador también recordó la importancia de la prensa científica para ayudar a que se entiendan las conclusiones para la población en general. Carrillo también destacó la abundante información y la aparición en pandemia de personas que se encargaron de analizar los datos. Sobre este último punto, el investigador reiteró en que se debía tener en cuenta de dónde venía la información y cómo se analizaba a fin de evitar algún sesgo o conflicto de interés.
El error es pensar que vamos a volver a una normalidad sin que haya un cambio sustancial en los sistemas de vigilancia".
Por su parte, Zulma Cucunubá señaló que en la región se tenía como error pensar que la pandemia tenía una duración de meses y corto plazo. “Nosotros ya tenemos una gran carga por dengue y malaria, que debieron haberse controlado hace mucho, pero esa falta de inversión en ciencia, en las redes de laboratorio, en la capacidad científica nos pone en una situación desventajosa con respecto al mundo El error -creo yo- es pensar que vamos a volver a una normalidad sin que haya un cambio sustancial en los sistemas de vigilancia, y perder la oportunidad que esta pandemia que nos deje fortalecidos”, finalizó.
Para Juan More en el Perú el principal error recayó en el uso de pruebas rápidas como una medida para detectar de manera temprana la enfermedad. “Las pruebas rápidas lo que mide es exposición y mide exposición tardía. Es decir, la positividad que da una prueba rápida lo da en un rango de una semana a más. Y ya ese individuo ha generado un grado de anticuerpos y tal vez no reduciría la enfermedad. Entonces, estamos básicamente yendo una semana tarde”.
Estudios de seroprevalencia
La investigadora Zulma Cucunubá también planteó que un indicador importante en los modelos epidemiológicos es la tasa de ataque, entendida como la parte de la población que se ha infectado. Para tener esta información se necesitan los estudios de seroprevalencia.
“No solo es importante saber qué porcentaje de la población se ha infectado sino quiénes son, si son los niños o adultos, conocer qué tanto los adultos mayores, o qué profesiones han sido las que han tenido mayor exposición. Y eso nos permitirá trazar, alimentar los modelos y poder elaborar nuevos escenarios y trayectorias”, explicó Cucunubá.
La respuesta del Estado y de la sociedad con las medidas restrictivas permitieron que se atenuara la curva"
Para Zulma Cucunubá, las cifras de América Latina la presentan como la región con más alta tasa de fallecidos por Covid-19 en el mundo y en este escenario con alta cantidad de personas contagiadas (más de 7.7 millones de casos solo en Sudamérica) es probable que se haya generado inmunidad en determinadas zonas, pero en pequeños territorios y en lugares muy puntuales, no en las ciudades capitales.
Respecto a las reinfecciones, el virólogo Juan More comentó que “el hecho de que un individuo se haya expuesto al virus no significa que el individuo posteriormente sea inmune a la enfermedad. No se conoce aún la extensión de ese concepto. Y ni los tiempos en los cuales esa inmunidad que se ha producido podría protegernos. Para otros coronavirus se conoce que la dinámica de los anticuerpos puede llegar a los dos años, pero no sabemos qué sucede con SARS-CoV-2”, dijo More.
El virólogo también señaló que era importante diferenciar la inmunidad de la seroprevalencia porque este último medía la manera en que una población determinada se encontraba expuesta al virus a partir del tipo de prueba utilizada en el recojo de información. “Por eso es importante hacer el estudio de seroprevalencia. Nos va a dar este panorama de cuánta población está expuesta al virus y a partir de allí, tener un resultado sólido, confiable, con un diseño que nos permita hacer un acercamiento real a lo que está pasando en nuestra población”, dijo.
El investigador también se refirió a la importancia de conocer las metodologías realizadas en los estudios de seroprevalencia en Perú donde, por ejemplo, Iquitos registraba un 70% de población expuesta al SARS-CoV-2. “[Se debe] hacer un estudio sólido, serio, con una prueba que realmente nos estime la exposición de los individuos y los niveles de anticuerpos protectivos frente al virus. Si una población tiene un 50% de anticuerpos neutralizantes contra el virus, a partir de allí podríamos decir qué podemos hacer con aquella población”, indicó.
A su turno, Rodrigo Carrillo señaló que estos estudios realizados en el Perú se habían desarrollado con muestras aleatorias y coincidió con More en que se debían desarrollar a nivel nacional, pero que representaba retos logísticos para su implementación. “Valdría la pena discutir y pensar si es más efectivo hacer estudios pequeños en ciudades que sean escogidas porque están empezando la pandemia o porque están terminando su mayor número de casos y hacer estudios de población general un mes y otro pasado tres semanas”.