¿Se puede reactivar la economía en el peor momento de la pandemia, y sin flexibilizar la fiscalización social y ambiental?, esa fue la pregunta del último programa OjoPúblico-Pregunta, que se transmite todos los jueves a las 6.30pm, en el que participaron Juan Luis Dammert, investigador y director para América Latina del Instituto para la Gobernanza de los Recursos Naturales (NGRI), Patricia Ritter, PhD en Políticas Públicas y docente de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos); y Oswaldo Molina, economista y docente investigador de la Universidad del Pacífico.
Ayer se registró la cifra oficial más alta de fallecidos por Covid-19 en el Perú. Los investigadores señalaron que el gobierno debe diseñar una estrategia para reactivar diferentes sectores, pues los impactos del desempleo podrían ser muy altos.
Minería y flexibilización
Al ser consultados sobre la postura del gobierno de promover la inversión minera para reactivar la economía, los invitados coincidieron en que este sector no debería ser el único a priorizar. “No se puede hacer una argumentación en contra de la reactivación económica. Esto es imposible. Y menos desde el privilegio, pero efectivamente hay que ver cómo se hace esa reactivación económica garantizando el distanciamiento social y apoyando a más sectores”, dijo Dammert.
“Creo firmemente que debemos empezar a reactivar la economía, pero no me fijaría solo en minería, yo creo que todos los sectores son importantes, la seguridad alimentaria es fundamental. Es clave hacer un esfuerzo conjunto para salir de manera responsable en la reactivación. Tiene que ser en todos los sectores que pueden llevarse a cabo”, sostuvo Oswaldo Molina.
Para el investigador Juan Luis Dammert se ha esparcido la idea de que la minería se ha “estancado” pero esto no ha ocurrido ni antes ni durante la pandemia. Además, según Dammert, la extracción ha aumentado desde hace una década y la inversión tampoco ha disminuido. En ese sentido, no consideraba que el sector necesite algún tipo de ayuda especial en la reactivación. “Realmente hay otros sectores como el turismo, manufactura, el agro, que requieren un mayor apoyo”, comentó.
Dammert también respondió sobre la propuesta de una nueva ley de minería y señaló que frente a este escenario se puede tener en cuenta, pero sin reducir estándares ambientales y sociales sino con reglas más claras. “Tiene que haber una serie de cambios. Desde el gobierno están diciendo [al sector empresarial] te voy a ayudar a reducir plazos en la consulta, te voy a ayudar a simplificar trámites que tienen que ver con aspectos ambientales y eso, considero, que es un error. Tenemos que repensar en la institucionalidad minera, hacerla más sólida, los trámites que sean absurdos hay que simplificarlos, pero sin reducir estándares”, dijo.
A su turno, Patricia Ritter sostuvo que para dejar de depender de los precios de los minerales se debían considerar otros dos puntos: aumento de la productividad y del capital humano, donde es fundamental poner en valor el papel del trabajo de las mujeres.
Fragilidad estatal
La crisis por la Covid-19 también ha agravado otras crisis que el Perú arrastraba en las últimas décadas: la precariedad del sector público frente a una emergencia es una de ellas y también estuvo dentro de los temas que abordaron los invitados de nuestro programa. “Esta pandemia ha desnudado toda nuestras debilidades, pero también ha desnudado nuestra complacencia. Hemos sido complacientes en promover dos reformas que han quedado pendientes y que nunca vimos. La reforma del aparato estatal, que ahora nos está explotando en la cara, y la reforma política”, señaló Oswaldo Molina.
Para Patricia Ritter, la reforma que debe haber en el Estado peruano debe considerar un componente social. “Tiene que aprender a llegar a la población. Eso tiene que ver con el tema minero, pero también con todos los demás sectores, salud, educación, servicios básicos”, explicó.
En la misma línea, Juan Luis Dammert señaló que era necesario retomar una discusión amplia respecto a la reforma del Estado. “No podemos volver a la vieja normalidad, pero con mascarilla. El Estado allí ha tenido un montón de problemas. Hay que tener una discusión en serio sobre esto. Reducir la informalidad es algo en lo que también tenemos que ponernos de acuerdo y además reducir también nuestra dependencia de recursos naturales”, dijo.
Oswaldo Molina apuntó que la corrupción era un punto por revisar como parte de la reforma estatal. El investigador recordó el caso de los 14 hospitales, revelado en un informe de OjoPúblico, donde se invirtieron S/ 1.900 millones pero en la actualidad se encuentran paralizados. “En plena pandemia un hospital parado es un crimen. [Pero] no solo son hospitales que se pararon. En el Perú, según Contraloría, 867 obras públicas han estado paralizadas por un monto de 16 mil millones. Eso es masomenos el presupuesto del sector salud del año 2018”, agregó.
Reformas pendientes
“En el Perú parece que tienen que ocurrir grandes cataclismos para que estemos decididos a impulsar reformas. Hoy no tiene sentido de hablar de reformas porque tenemos que salvar la vida. Pero no debemos olvidar lo que nos está pasando para poder emprenderlas. Creo que el sector privado es fundamental para reactivar la economía”, indicó.
El investigador también señaló que debe haber una diferencia entre los empresarios y los llamados mercantilistas. Para Molina, este segundo grupo es el que trae los problemas. “Ellos le hacen mucho daño a la economía, la desfiguran. No es lo correcto. Nos falta ser capaces de sentarnos a construir consensos. Es algo que no veo en la clase política actual”, sostuvo.
Patricia Ritter señaló que “tiene que haber un Estado que regule bien, que dé bien los estándares, que amplíe el horizonte, pero no que haga el papel de la empresa. Eso no funciona en ninguna parte del mundo”, explicó.
La investigadora también analizó los retos que debe afrontar ahora el gobierno, lo que representó y expuso que no era momento para caer en errores. “Una cuarentena estricta sirve si se cumple. [Pero] para que se cumpla no puedes tener 70% de la población que vive del día a día. Si pudiéramos regresar tres meses yo me arriesgaría a decir, no hagas una cuarentena estricta porque no va a servir. El otro tema muy importante en el debate es que se habla de economía versus salud. En verdad, esa dicotomía no existe. No hay salud en un país pobre, porque una familia que no tiene ingresos no la puede pagar, ¿cómo resiste?”, señaló Ritter.