“Esto me enseñó [el expresidente] Fernando Belaúnde: (Me dijo) no mire usted esos aportes, ahí está el tesorero del partido que se encarga de ese tema”, recordó Alan García en el programa Cuarto Poder cuando le preguntaron si las constructoras brasileñas, Odebrecht y Camargo Correa, habían financiado su candidatura presidencial. Ante la insistencia, el exJefe de Estado no pudo dar una respuesta categórica: “No, no creo”, fue su última palabra.
El tesorero nacional del Partido Aprista Peruano (APRA) durante nueve años, incluyendo la campaña que llevó a la presidencia a Alan García, fue Luis Gasco Bravo, empresario aprista que lideró sociedades offshore en las Islas Vírgenes Británicas y que fue cliente de la polémica firma Mossack Fonseca, como revelamos ayer. Gasco extendió sus negocios en este paraíso fiscal apenas cerró el balance financiero del partido el 2006, tras manejar una de las campañas más irregulares de la última década, según confirmó Ojo-Publico.com.
#FondosdePapel, la plataforma creada para investigar las finanzas partidarias, estableció el patrón que siguió el APRA en aquella elección: El 98% de los aportantes que el partido identificó ante la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) fueron personas que entregaron dinero en efectivo, en cuotas sistemáticas de 1 sol hasta 20 soles. De los S/ 5,8 millones recaudados en esa campaña presidencial, el 40% (S/ 2,3 millones) se obtuvo con estos aportes al menudeo, pagados en algunos casos por gente vinculada al crimen organizado.
CASA DEL PUEBLO. El dinero al menudeo ingresa como cuotas partidarias o actividades realizadas en las sedes apristas./ Audrey Córdova
El manejo financiero aprista del 2006 –que tuvo como secretarios generales a Jorge del Castillo y Mauricio Mulder– fue responsabilidad de Gasco Bravo. El reglamento de supervisión de fondos no obliga a los partidos a emitir comprobantes de pago ni bancarizar montos menores a 1 UIT (S/4.050 a la fecha), por lo que el listado de nombres que se entrega a la ONPE para acreditar a sus aportantes se basa, principalmente, en actas privadas que administra el tesorero y supervisa el secretario general del partido. Es el tesorero quien deposita lo recaudado a un banco.
Fue en esa contienda que Alfredo Sánchez Miranda, hijo de Orlando Sánchez Paredes, empresario investigado por lavado de activos provenientes del narcotráfico, aportó US$5.000 para apoyar a García en la segunda vuelta. La donación fue confesada cinco años después, el 2011, y Alan García no pudo negarlo. El pago se hizo a través de Humberto Abanto, abogado aprista y director de una de las empresas de los Sánchez Paredes, vulnerando así el reglamento electoral que ordena bancarizar estos montos. El dinero ingresó a la contabilidad del partido, pero Abanto y Sánchez no aparecen en la lista de financistas.
Tres de cada diez disciplinados aportantes de cuotas al menudeo no tienen carnet aprista
El Superintendente de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Sergio Espinosa, encargado de investigar casos de lavado de dinero, dijo en entrevista con Ojo-Publico.com: “Si hay una organización que tiene muchísimos aportes de ese nivel uno podría empezar a sospechar. Si solo el 20% ha sido directamente bancarizado, y el resto no, tendría que ser parte de la información que la ONPE nos notifique como acto de prevención”.
LOS ‘MECENAS’ DEL APRA
El APRA registró los montos como si hubieran sido entregados en seis días por un promedio de 50 mil personas a la vez, sin embargo, pese a que la ONPE pide ser certeros en sus reportes de campaña, las fechas no reflejan el momento en que el financista dejó el aporte, solo el mes en que lo hizo. Según ello, la recaudación más alta se ingresó la víspera de Año Nuevo, el 31 de diciembre del 2005, el partido obtuvo un total de S/666.344 gracias a 41.014 simpatizantes.
Los aportes menudos y masivos no levantaron suspicacias en la ONPE, quizá porque el elevado número de militantes del APRA (224 mil) hace suponer que se trata de cuotas obligatorias. Sin embargo, el cruce de la lista de financistas con la de militantes muestra que tres de cada diez disciplinados donantes no tienen carnet aprista.
CON CARNET. El alto número de militantes apristas ayuda a no levantar sospechas sobre los miles de aportes al menudeo que se registraron en la campaña del 2006. / Andina.
El año pasado, en plenas elecciones presidenciales, Ojo-Publico.com lanzó la plataforma #FondosdePapel y reveló que el APRA fue el partido que reunió la mayor cantidad de financistas que a su vez están incluidos en las bases de datos de los programas sociales Juntos y Pensión 65, destinados a personas en extrema pobreza, y en los registros de deudores por manutención familiar y multas del Estado.
En esta ocasión cruzamos la lista de financistas apristas con una base de datos preliminar de investigados por diversos delitos y encontramos a 351 mineros informales, 168 procesados por delitos ambientales y 159 funcionarios despedidos por su mal desempeño en la administración pública que, en total, donaron S/157.857 a esta organización política.
Pero el cotejo de datos arrojó más vínculos delictivos entre los financistas del 2006. Uno de ellos es el empresario pesquero Edward Vergaray Galarza, militante aprista, quien junto a su familia fue investigado por la policía de Ancash tras encontrar 8 toneladas de droga en una embarcación que habían vendido recientemente.
Dos miembros de la banda La Gran Cruz también son militantes y aportantes al menudeo
Luego del hallazgo su compañía, que se formó con un capital de S/15 mil, se diversificó y empezó a financiar compras de maquinarias, inmuebles y vehículos por un valor de US$200 mil. Fueron seis los aportes mínimos que hizo Vergaray por un total de 16 soles, incluso el mismo mes en que se encontró la droga. El caso fue archivado el 2011 por el juez de Nuevo Chimbote, Jhonny Quispe Cuba, quien poco después fue separado de la institución con una investigación de enriquecimiento ilícito a cuestas.
GENEROSOS Y PRONTUARIADOS
También encontramos a Lucio Adrianzén Guerrero y Víctor Risco Seminario, ambos poseen carnet aprista y son parte de la banda La Gran Cruz que operó en Piura extorsionando y usurpando terrenos a mano armada entre los años 2002 y 2008. Hoy, los 22 miembros de esta organización criminal son procesados en la Sala Penal Nacional por lavado de activos, pero mientras su carrera delictiva estaba en apogeo se dieron tiempo para hacer siete aportes a la campaña presidencial de García Pérez por un total de 14 soles.
GRAN CRUZ DE PIURA. Los miembros de esta banda son procesados por lavado de activos y usurpación. Dos de ellos son militantes del APRA y aportantes al menudeo. / Óscar Chong.
Dentro de este financiamiento al menudeo existen 80 aportes realizados por sentenciados por tráfico ilícito de drogas y robo agravado cuyas penas fueron posteriormente conmutadas por Alan García, según se descubrió en la Megacomisión del Congreso que investigó la segunda gestión presidencial del APRA. Fueron 24 los delincuentes que entregaron de 1 a 7 soles cada uno durante la misma elección presidencial del 2006 y en el semestre siguiente, pese a estar en prisión.
El presidente de la Comisión de Indultos y Derecho de Gracia fue el aprista Miguel Facundo Chinguel, quien hoy purga una condena de 9 años por recibir coimas para reducir la pena a estos presos. Chinguel, abogado de García Pérez y financista de la campaña de su brazo derecho, Luis Nava, tuvo fuertes vínculos con la familia de Gerald Oropeza, líder de una red de narcotráfico que utilizaba el puerto del Callao para sacar droga a Europa.
Quesada: Los militantes pueden aportar, pero, si después cometen un crimen, el partido no tiene cómo saber.
En la lista del menudeo no aparece Oropeza, pero sí su hermana y dos sobrinos, quienes hicieron 18 aportes en la misma campaña del 2006. Todos en la actualidad son militantes y también financistas al menudeo.
Omar Quesada, secretario general del APRA, respondió nuestas preguntas sobre este tipo de aportes: "El tesorero es el intermediario y el responsable de ponerlo en un banco, y se le tiene que creer porque debe tener la información que sustente lo que presenta. Hay montos menores que nuestros militantes sí depositan directamente al Banco de la Nación y allí tenemos un problema porque debemos exigir un reporte con los nombres de quienes colaboran y eso es un trámite”.
“El Apra tiene miles de militantes. Ellos pueden aportar, pero, si después cometen un crimen, el partido no tiene cómo saber. Hay que dar a las cosas su real dimensión: los aportes se reciben de buena voluntad, pero no es posible saber qué harán ellos más adelante”, agregó.