RESPUESTA. El anuncio del inicio de la cuarta ola de covid-19 en Perú es crucial para controlarla, pero requiere de acciones para evitar hospitalizaciones y muertes.
La cuarta ola de covid-19 encuentra a Perú con más de 5 millones de personas sin completar el esquema de vacunación con dos dosis y sin un plan de respuesta claro. Una revisión del estado actual del sistema de salud evidencia que, aunque ha habido importantes avances y el país cuenta con más información e instrumentos para responder a la pandemia, es necesario reforzar aún más el sistema de salud para evitar un alto número de hospitalizaciones y muertes.
El pasado 26 de junio, el Ministerio de Salud (Minsa) anunció el comienzo de la cuarta ola de nuevo coronavirus en el país. El comunicado se dio luego de un incremento sostenido de contagios a lo largo de más de dos meses, según una alerta epidemiológica emitida un día antes por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC).
La nueva ola de contagios se desarrolla en un escenario distinto al de las anteriores, especialmente, respecto a las dos primeras olas. “Los picos de casos preocupan incluso si son chicos, porque hay gente que muere, pero nada comparado a lo que hemos visto hace un año o hace dos, justamente porque buena parte [de la población] ya está vacunada y ya se han infectado”, explicó Pablo Tsukayama, investigador que lideró el grupo de vigilancia genómica de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
Estamos desarmados, no tenemos plan. Por lo menos, el ministro no lo ha presentado”, resaltó Víctor Zamora.
Si bien ha habido un importante avance en la inmunización contra la covid-19, todavía hay personas que no han recibido ninguna dosis. A la fecha, el 84% de personas están vacunadas con dos dosis contra la enfermedad, pero aún hay adultos mayores y residentes en zonas alejadas que no han recibido ninguna de ellas. La médica e investigadora en epidemiología clínica Yolanda Angulo-Bazán sostuvo que los avances en inmunización van a permitir que menos personas enfermen de gravedad por covid-19, pero es necesario que el Minsa intensifique la campaña de vacunación.
“Lo primero, independientemente de la variante que esté circulando, es cerrar las brechas en las personas que no tienen vacunación o esquemas completos y si son población de riesgo, mayores de 60 años, o con inmunodeficiencia”, destacó la especialista.
A la necesidad de vacunar a la población faltante se suma el hecho de que el país aún no cuenta con un documento técnico que describa las acciones que se implementarán ante el nuevo incremento de casos. En lo que va del año, se ha publicado el “Plan de Respuesta ante la tercera ola pandémica por covid-19” y el “Plan frente a la pandemia por covid-19 para el año 2022”. Sin embargo, este último estuvo centrado, principalmente, en la preparación ante una posible tercera ola, registrada a inicios de año.
Más allá de la información sobre el incremento de casos, quedan interrogantes sobre las acciones a adoptar. ¿El país cuenta con capacidades para atender el incremento de nuevos contagios?¿Cuál es el plan de respuesta a seguir? Especialistas consultados por OjoPúblico describen el posible escenario a enfrentar con los linajes BA.4 y BA.5 de ómicron y alertan sobre las acciones de salud pública que aún están pendientes de implementación por parte del Minsa.
NUEVA OLA. En los últimos dos meses, se ha registrado un aumento sostenido de casos de covid-19 en el país.
Foto: Andina / Renato Pajuelo
Una cuarta ola entre desacuerdos
El anuncio de la cuarta ola se dio luego de una serie de declaraciones confusas por parte de representantes del Minsa sobre los criterios para considerar el inicio de la misma. El 21 de junio, el viceministro de salud pública, Joel Candia, indicó que a partir de julio podríamos entrar a una cuarta ola. "Probablemente, en la quincena o a fines de julio estemos teniendo la cuarta ola de acuerdo al Instituto Nacional de Salud (INS) y al Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC)", señaló entonces.
Tres días después, César Munayco, director de vigilancia en salud pública del CDC, dijo que, aunque había un aumento de casos, aún no estábamos en una cuarta ola porque no había un incremento de hospitalizados ni de fallecidos. Ese mismo día, el titular de la cartera de Salud, Jorge López Peña, también descartó una nueva ola de contagios, pero con una justificación distinta. “Tenemos conocimiento de que ha habido un incremento de casos positivos de covid-19, lo cual todavía no llega al 5%, como para decir que estamos en una cuarta ola”, sostuvo en una conferencia de prensa.
Consultado por OjoPúblico, Julio Ruíz, representante del CDC —entidad adscrita al Minsa—, señaló que el ministerio adoptó el criterio del 5% de positividad tomando como referencia uno de los indicadores que presenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el seguimiento de las pandemias, publicados en diciembre de 2020 y actualizados en febrero de 2022. “Nosotros trazamos un indicador que de cada 100, el 5% sale positivo. Si está por debajo de eso, entonces no tenemos por qué preocuparnos porque la transmisión que está en la comunidad es baja”, afirmó.
Según información del Repositorio Único Nacional de Información en Salud (Reunis), que utiliza datos proporcionados por el Instituto Nacional de Salud (INS), la positividad del 5% se superó al finalizar la semana epidemiológica 22 (del 29 de mayo al 4 de junio). “En la semana 23 (del 5 al 11 de junio), se rompe esa barrera [del 5%] y vemos que ya tenemos una eminente cuarta ola”, dijo Julio Ruíz, presidente del CDC, a OjoPúblico.
En otras palabras, durante la semana en la que el ministro López Peña y otros representantes del Minsa dieron explicaciones confusas (del 19 al 25 de junio), el país ya había superado el 5% que ahora plantean como sustento para marcar el inicio de un nuevo pico de contagios.
Apenas dos días después de hacer una referencia errónea respecto a la positividad, el titular de Salud anunció el inicio de la cuarta ola, durante una entrevista periodística. “Hemos visto el incremento [de casos] y sobrepasado el 5% en diferentes provincias de nuestro país, como Junín, Arequipa, Cusco y la capital”, reconoció entonces.
En efecto, 15 regiones ya han superado ese límite. Según la información del Minsa, al 28 de junio, Lima, Arequipa, Callao, Moquegua, Ancash, Cusco, Tacna, Pasco, Junín, Lambayeque, La Libertad e Ica son las regiones cuya positividad es superior al 5%.
Un plan de respuesta necesario
La alerta epidemiológica, emitida el 25 de junio, y el anuncio del inicio de la cuarta ola constituyen dos elementos claves para que, tanto los centros de salud como su personal y la población, estén informados sobre la alta circulación del virus y atentos a los síntomas. Sin embargo, el manejo de una nueva ola requiere de un plan de respuesta por parte del Minsa.
“El ministro anuncia la cuarta ola, pero no dice qué vamos a hacer. El plan es lo más urgente ahorita. Estamos desarmados, no tenemos plan. Por lo menos, el ministro no lo ha presentado”, resaltó Víctor Zamora, exministro de salud, a este medio.
En el pasado, los comunicados sobre nuevas olas de contagios fueron acompañados de documentos técnicos que orientaron las acciones de cada institución del Estado. Por ejemplo, durante la segunda ola —que inició en las últimas dos semanas de diciembre de 2020, según información del CDC— se implementaron un conjunto de medidas focalizadas. A pesar de que las mismas se dieron a conocer el 13 de enero y entraron en vigencia el 15 de ese mes, en noviembre de 2020 ya se había publicado un “Plan de preparación y respuesta ante posible segunda ola pandémica por covid-19”.
Es necesario reforzar aún más el sistema de salud para evitar un alto número de hospitalizaciones y muertes".
Algo similar ocurrió en los meses que transcurrieron entre la segunda y la tercera ola, pues en julio de 2021 se publicó un “Plan de respuesta ante segunda ola y posible tercera ola pandémica por covid-19 en el Perú”. El anuncio oficial de la tercera ola se realizó en la primera semana de enero de 2022 y fue seguida, aproximadamente diez días después, por la publicación del “Plan de Respuesta ante la tercera ola pandémica por covid-19”.
Más recientemente, en febrero de este año, se publicó el “Plan frente a la pandemia por covid-19 para el año 2022”. No obstante, este hizo énfasis en los escenarios esperados en un posible tercera ola, pues se estimaba que esta se iba a extender por nueve meses. La misma, sin embargo, finalizó a inicios de abril, después de cuatro semanas con casos en descenso.
Dicho documento tiene una sección en la que describe la “estrategia frente a posibles futuras olas pandémicas por covid-19”. Pero la información que allí se presenta reproduce un gráfico desarrollado en el “Plan frente a la segunda y posible tercera ola pandémica en julio de 2021”. Es decir, proporciona información sin actualizar.
Hasta el momento, el Minsa no ha informado sobre un plan de respuesta para la actual ola de contagios. Al ser consultado por OjoPúblico, el director del CDC, Julio Ruiz, evitó pronunciarse de manera directa sobre el tema y solo indicó que la entidad estaba provista de recursos a modo de prevención. “El Ministerio de Salud tiene todo esto ya premunido, porque hemos hecho compras anteriores y tenemos la experiencia. Estamos dotados de camas y espacios. Hemos aprendido”, dijo.
Lo que se espera de la cuarta ola
El establecimiento de acciones frente a una cuarta ola debe responder a las características del virus que circula en el contexto actual. BA.12.1 —un sublinaje de la variante ómicron— predomina en el país, pero su presencia ha disminuido en las últimas tres semanas, de acuerdo con el CDC de Perú. En simultáneo, los linajes BA.4 y BA.5 de la misma variante han ido en aumento.
Pablo Tsukayama, investigador del Laboratorio de Genómica Microbiana de la UPCH, enfatizó en que se espera un escenario similar al de la tercera ola que tuvo como principal responsable al linaje BA.1 de ómicron. “Los contagios con las variantes de ómicron que actualmente circulan en el país son similares con lo que tuvimos en diciembre y enero con BA.1, que causó picos muy grandes y parecidos en todo el planeta”, detalló.
La evidencia científica disponible permite conocer el posible comportamiento del virus en esta nueva ola. Ambos linajes han demostrado ser más contagiosos que las versiones del virus anteriormente identificadas. En Sudáfrica, las variantes BA.4 y BA.5 pasaron de representar menos del 1% de los casos, en enero de 2022, a 35% y 20%, respectivamente, a finales de abril.
Un crecimiento similar se ha registrado en los últimos meses en Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron que ambos linajes pasaron del 1%, a inicios de mayo, a causar el 22% de los contagios, en la semana del 11 de junio.
LINAJES. La presencia de los linajes BA.4 y BA.5 de ómicron han puesto en alerta al sistema de salud.
Foto: Minsa
Además de su alta transmisibilidad, los linajes BA.4 y BA.5 han demostrado tener una mayor facilidad para evadir la inmunidad producto de infecciones anteriores y de la vacunación, según dos preimpresiones no revisadas por pares científicos y publicadas en BioRxiv, una en mayo y otra en junio de 2022.
“BA.2.12.1 es solo modestamente (1,8 veces) más resistente a los sueros de individuos vacunados y reforzados que BA.2. Sin embargo, BA.4/5 es sustancialmente (4,2 veces) más resistente”, concluye el estudio publicado el 27 de junio.
“El riesgo es que gente [a la] que ya le ha dado se pueda infectar nuevamente”, afirmó Pablo Tsukayama. El especialista destacó, además, que aunque se genere un nuevo pico de casos, se ha visto en otros países, como Sudáfrica, que los picos de hospitalización y fallecimientos son menores que en olas anteriores.
Ambas características, explicó la investigadora Yolanda Angulo-Bazán, sugieren que los dos linajes pueden tener un impacto en el aumento de casos sintomáticos, principalmente, en personas vacunadas que no hayan tenido infección previa. “Muy probablemente ese sea el perfil de casos que vamos a ir viendo en el transcurso de los días”, precisó.
Acciones a tomar en cuenta
A pesar de que el “Plan frente a la pandemia por covid-19 para el año 2022” no describe acciones específicas ante la cuarta ola, sí enumera los principales problemas que enfrentaba el Minsa para controlar la entonces esperada tercera ola, y persisten hasta el actual pico de casos. Dentro de los principales retos, el documento señala las “brechas de dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 para mayores de 18 años y población pediátrica de 5 a 11 años no vacunada contra la covid-19”.
Además, enumera como tres dificultades más la “limitada captación de sospechosos y tamizaje a través de la prueba molecular en el primer nivel de atención”, las “inadecuadas condiciones físicas y tecnológicas de los establecimientos de salud del primer nivel de atención que atienden covid-19” y la “existencia de brecha de recursos humanos en los establecimientos de salud que atienden casos de covid-19 y no covid-19”.
En pocas palabras, las acciones deberían estar dirigidas a evitar hospitalizaciones y la muerte —a través de la vacunación—, la identificación —con toma de muestras— y la atención de pacientes —a cargo de los centros de salud y personal preparado para atender dichos casos—.
Cerrar brechas de vacunación
Teniendo en cuenta la evidencia reunida hasta el momento, los especialistas coinciden en que, si bien es posible volver a contagiarse, la vacunación ayuda a evitar que se agrave la enfermedad. Por eso, resaltan la importancia de aplicar las dosis a aquellas personas que no han recibido ninguna o que no han completado el esquema inicial ni el de refuerzo. A nivel nacional, más de 3 millones de personas no han recibido ninguna dosis contra la covid-19, 5 millones no se aplicaron la segunda y 9 millones no han recibido la tercera dosis.
En el grupo de 31 a 50 años, en el que se han concentrado los contagios desde las últimas semanas, hay más de 600.000 personas que no han recibido ninguna dosis, más de 1 millón sin la segunda y más de 2 millones sin la tercera dosis. Sin embargo, también hay personas mayores expuestas a contagiarse y enfermar de gravedad por falta de una protección contra el virus.
Tal es el caso de más de 300.000 mayores de 60 años que no han recibido ninguna dosis contra el nuevo coronavirus, más de 400.000 personas a las cuales le falta completar su segunda dosis y más de 1 millón que todavía no recibió su tercera dosis de refuerzo en el mismo grupo etario. “Si la mayor mortalidad ha sido en las poblaciones mayores de 60 años y, especialmente, en las de mayores de 80, uno tiene que concentrarse en proteger esa población al máximo”, resaltó Víctor Zamora.
Además, a nivel nacional, también hay distritos y provincias con bajos niveles de vacunación. La especialista Yolanda Angulo-Bazán señaló que la principal preocupación en cualquier escenario, no solo en una cuarta ola, es cubrir estas brechas. “Tenemos, todavía, departamentos del país y, sobre todo, distritos en áreas rurales o con población vulnerable en donde no se ha llegado con coberturas mínimas, ni siquiera de primeras dosis”, dijo.
Al respecto, Julio Ruíz indicó que el Minsa ha destinado dinero para que las regiones busquen a quienes aún no se han vacunado. “[Para] esas comunidades alejadas tenemos que usar botes, lanchas y hay que tener un mayor presupuesto. El Ministerio tiene toda la situación identificada, la cuestión es el tiempo. Ir hasta allá es una inversión no solo de dinero sino también de tiempo”, enfatizó.
Continuar con el diagnóstico
La identificación temprana de casos es una herramienta útil para conocer la magnitud de los contagios y adoptar medidas a tiempo. Actualmente, el país cuenta con 126 laboratorios aptos: 63 privados, 46 públicos, 11 de EsSalud, cinco de universidades y uno de las Fuerzas Armadas.
A nivel nacional, la proporción de pruebas realizadas al momento representa casi la mitad (45,8%) del total de diagnósticos realizados en todo el año 2021. De acuerdo con Yolanda Angulo, la contabilidad de casos en el país no se ha visto afectada por las pruebas de diagnóstico caseras, como ha ocurrido en Estados Unidos.
“Las pruebas hechas en casa no pasan a la contabilidad del Estado y, en muchos lugares, no son válidas para emitir un descanso médico al trabajador o dar las facilidades necesarias para el aislamiento. Estas pruebas se deben de considerar como de descarte o una prueba que te brinde una alarma para confirmar el resultado en un laboratorio”, precisó.
En paralelo, Zamora resaltó la importancia de fortalecer no solo el diagnóstico de casos, sino también la vigilancia genómica. En relación a ese tema, Pablo Tsukayama indicó que su equipo —que, durante la pandemia, creó un proyecto de vigilancia genómica del Sars-cov-2— y sus colaboradores en Perú ya no cuentan con dinero para continuar con esa labor.
Fortalecer la atención
Los especialistas consultados también destacan la necesidad de reforzar el nivel primario de atención de salud. “Es poco probable que haya un incremento de hospitalización, pero el incremento de casos igual representa una carga para el sistema de salud, sobre todo, para el primer nivel y para los centros de aislamiento. Esos son los que deberían reforzarse en este momento para la atención de casos que ya están viniendo”, dijo Yolanda Angulo-Bazán.
En cuanto a la disponibilidad de camas de hospitalización, al 29 de junio, SuSalud reportó que había 8.596 en hospitalización general, 1.374 camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) destinadas a covid-19, y 382 de Unidad de Cuidados Intermedios (UCIN). “La tercera acción importante es fortalecer la respuesta hospitalaria también con personal”, destacó Víctor Zamora.
El exministro de Salud explicó que los contratos de alrededor de 65.000 trabajadores realizados a través del CAS covid-19 están pronto a vencer. “Lo mínimo es mantener el CAS covid y mejor si pasas a CAS regular”, añadió. Al respecto, el pasado 30 de junio, el Gobierno autorizó la prórroga de estos contratos hasta el próximo 31 de julio. Además, ese mismo día, el Congreso aprobó un proyecto de ley para que el personal contratado bajo el CAS covid-19 pasen a CAS regular.
Al tema del personal se suma un factor adicional: los centros de atención temporal de casos de covid-19, que se instalaron durante la pandemia, se estuvieron desmantelando en los últimos meses. En relación a ese tema, Julio Ruíz indicó que están cambiando los espacios temporales que existían para la atención de casos covid a espacios permanentes de doble flujo, en los que puedan atender varias enfermedades infecciosas a la vez. “Estamos colocando uno por cada capital de región y tenemos varios en Lima”, sostuvo en comunicación con OjoPúblico.