La expansión del dengue en Piura y su relación con la crisis climática

Perú atraviesa una epidemia de dengue que, hasta el 21 de junio, afectaba a 161.471 personas en el ámbito nacional. Piura, uno de los lugares más impactados, acumula alrededor del 30% de casos y apenas se está recuperando de los estragos ocasionados por El Niño costero. Los datos del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades muestran que el dengue se está expandiendo a áreas geográficas de la región que, hace cinco años, no eran afectadas. Especialistas destacan que los cambios ocurridos en el clima y el incremento de la urbanización influyen en la creación de escenarios que facilitan la propagación del vector. “Esto es solamente un preludio de lo que va a venir, a menos que tomemos acciones de adaptación y mitigación [frente a la crisis climática]”, advierten.

FOCO. Este 2023, la región Piura concentra alrededor del 30% del total de contagios registrados en Perú.

FOCO. Este 2023, la región Piura concentra alrededor del 30% del total de contagios registrados en Perú.

Foto: Minsa

Antes, el vector que transmite el dengue [el mosquito aedes aegypti] solo se encontraba a nivel del mar, pero cada día se adapta más a las alturas y, eso, es preocupante”, dice Luis Espinoza, infectólogo del Hospital de Apoyo de Sullana, ubicado en Piura.  

Los vínculos entre el aumento de la temperatura y el incremento de casos de dengue son cada vez más evidentes en esta región del norte del país, cuyos distritos se distribuyen entre los 7 y los 3.275 metros de altitud. 

Espinoza trabaja en la atención de pacientes y destaca que, a diferencia de hace cinco años, aumentó la cantidad de atendidos, se presentaron casos en zonas en las que antes no, y todo ello causó que el sistema sanitario colapse desde mediados de mayo. En lo que va del año, el 90% de distritos de Piura ha reportado infecciones.

El médico destaca que el incremento de contagios no solo se está registrando en la ciudad de Piura, sino en todos los distritos de la región. “Nosotros, antes del dengue, ya estábamos colapsados. Al Hospital de Sullana se le han agregado 60 camas y, aún así, no fue suficiente. Atravesamos una etapa crítica”, advierte.

Perú presenta un incremento exponencial de casos de dengue. Hasta el 21 de junio, el país contaba con 161.471 casos notificados. El 29,3% de ellos correspondía a Piura. Micaela Pérez, docente piurana de 56 años que vive en el distrito de Castilla, narra la incapacidad del sistema de salud para responder a la alta demanda de atención.

“El dengue está afectando a todas las familias piuranas. [A fines de abril], fui al hospital a que me diagnostiquen, pero no lo logré. Llegué y había una cola inmensa. Yo era la número 60 e iban por la 10. Solo era una doctora la que atendía en un tópico pequeño, y se demoraba más de 20 minutos por paciente. Muchos estaban en el piso y no soportaban los malestares. Decidí regresarme a mi casa y ver la forma de atenderme en el privado”, cuenta.

Micaela afirma que, a la grave situación que atraviesa Piura por el dengue, se suman los estragos ocasionados a inicios de año por el Niño costero, un fenómeno natural que ocasiona el calentamiento de la temperatura de la superficie del mar y, consecuentemente, el incremento de las lluvias.

“La temporada intensa de lluvias que hemos tenido en este último año realmente ha generado un impacto muy fuerte en nuestra localidad. Ha habido inundaciones en viviendas que, antes, no se habían inundado y las personas han tenido que salir de sus casas porque era peligroso”, añade.

La idoneidad climática para enfermedades transmitidas por el aedes aegypti se ha incrementado”, dice Willy Lescano.

El mismo fenómeno ocurrió en 2017. Pero, entonces, los casos de dengue fueron notablemente inferiores a los actuales. Hasta el 21 de junio pasado, el país registró 168,7% más casos que los reportados en el mismo periodo de 2017 (60.093). La región Piura, por su parte, reportaba 10% más de lo registrado ese año.

La complicada situación no solo evidencia la precariedad del sistema de salud peruano, sino la falta de preparación ante la crisis climática. La misma es ocasionada por las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles.

Pese a que Perú emite solo 0,38% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, es una de las naciones más vulnerables a los efectos del cambio climático, como lo demuestra un reciente estudio publicado en The Lancet.

Por ello, Gabriel Carrasco, epidemiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), destaca la urgente necesidad de que Perú se prepare para futuros escenarios climáticos. Dicha preparación incluye la transición hacia energías más limpias. Sin embargo, el país presenta avances insuficientes, de acuerdo con un análisis de la plataforma Climate Action Tracker.

 

Dengue y su estrecho vínculo con el cambio climático

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre los estrechos vínculos entre la crisis climática y la salud. El pasado 24 de mayo, un grupo de expertos en salud afirmó, en una mesa redonda, que el cambio climático constituye uno de los mayores desafíos de salud del siglo.

“Está trayendo eventos climáticos extremos más mortales, aumentando las enfermedades no transmisibles, y facilitando la aparición y propagación de enfermedades infecciosas”, advirtieron. 

Willy Lescano, director del Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático y Salud de la UPCH, explica que el dengue es una de esas enfermedades cuya propagación es favorecida por factores ambientales.

Foto: Andina

EL NIÑO COSTERO. El fenómeno natural ocasionó el calentamiento de la superficie del mar y el incremento de lluvias.
Foto: Andina

 

El especialista que trabaja actualmente en Piura precisa que el incremento de la temperatura contribuye a la creación del escenario ideal, conocido como idoneidad climática, para el crecimiento del vector (el mosquito aedes aegypti) y para la replicación del virus que causa el dengue.

“El informe de Lancet Countdown Sudamérica muestra que la idoneidad climática para enfermedades transmitidas por el aedes aegypti ha estado incrementándose sostenidamente en las últimas décadas”, remarca. 

Además de esos condicionantes, el epidemiólogo Carrasco explica que existen dinámicas sociales que favorecen a la creación de espacios para que el vector se reproduzca y el virus se propague. El primero de ellos está vinculado a las conductas de almacenamiento de agua, que pueden dar lugar a la creación de criaderos del vector.

[Anteriormente] hemos visto brotes de dengue, pero no tan intensos como ahora”, dice Claudia Quezada.

“Si bien hay una asociación muy fuerte entre tener agua potable y tener mayor incidencia de dengue, las personas pueden tener agua potable y, a pesar de ello, seguir almacenando el agua en baldes o en otros recipientes porque el servicio no es constante a lo largo del día”, resalta.

Ello ocurre en Piura. En algunas zonas del distrito de Castilla, por ejemplo, la presión es muy baja y el agua solo viene por horas. “Eso nos hace vivir una situación muy difícil”, dice.

Gabriel Carrasco destaca que otro de los aspectos que contribuyen a la propagación de la infección reside en el crecimiento poblacional y la expansión urbana. El investigador explica que muchas zonas están empezando a ser densas, lo que quiere decir que más personas viven en la misma área urbana.

“Este proceso de urbanización produce un cambio en la composición ambiental, y ese cambio genera interacción con los mosquitos y, finalmente, con la enfermedad”, remarca.

 

Piura, el escenario ideal para el dengue

 

Los datos del presente año y la experiencia de los profesionales trabajando en Piura evidencian cambios en la aparición de casos de dengue en la región. Aunque la infección es frecuente en algunas zonas durante la temporada de verano, los cambios en las condiciones ambientales y en las dinámicas sociales han contribuido a que la región atraviese un aumento de casos.

Claudia Quezada, infectóloga piurana, pone como ejemplo el distrito de Sechura, cuyos casos se mantuvieron por debajo de los 100 desde 2017 hasta 2021. Sin embargo, a partir del año pasado, se registraron más contagios y fallecidos por esta enfermedad. “[Anteriormente] hemos visto brotes de dengue, pero no tan intensos como esta vez”, afirma. 

Una situación similar cuenta su colega del Hospital de Sullana, Luis Espinoza, quien precisa que, en los últimos años, los distritos de Paima y Suyo registraron casos de dengue, algo que no ocurría antes. “Eso nos preocupa porque Paima ya está en una altura considerable y el vector cada vez se adapta más”, agrega. 

En efecto, las cifras del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) demuestran que, la actual epidemia de dengue está afectando al 90% de distritos de la región e incluye a nuevas zonas en las que no se registraron infecciones en los últimos cinco años.

Tal es el caso de los distritos de Ayabaca, Montero y Canchaque, que reportaron infecciones recién este año. Además, los distritos de Suyo, Huancabamba y Bellavista de la Unión registran casos desde 2022. 

Los expertos afirman que, frente a los cambios en el ambiente y en la movilidad de las personas, situaciones similares podrían repetirse a futuro. “Esto es solamente un preludio de lo que va a venir después. Podría ser peor, a menos que tomemos acciones de adaptación y mitigación”, advierte el director del Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático y Salud, Willy Lescano.

El especialista teme que, en un futuro, la transmisión del virus no regrese a niveles bajos, sino que se mantengan altos debido a los períodos de altas temperaturas. “Si la temperatura no baja mucho puede haber transmisión sostenida por más tiempo y, al reiniciarse las temperaturas altas nuevamente, podría pasar que la siguiente temporada de dengue sea más temprana”, explica.

Foto: Andina

COLAPSO. El incremento de casos de dengue genera que los establecimientos de salud se saturen.
Foto: Andina

 

Por ello, Gabriel Carrasco resalta la importancia de que los sistemas de alerta meteorológica colaboren con los de alerta epidemiológica.

“Nuestras contribuciones determinadas a nivel nacional  (NDC) —es decir, los compromisos climáticos que asume el país— tienen que enfocarse en temas de adaptación y en cómo hacemos para afrontar el problemón que se nos viene encima. Va a haber más dengue todos los años. Entonces, necesitamos un sistema que nos diga, al menos con un mes de anticipación, dónde va a explotar el brote”, advierte.

El especialista explica que esto se obtiene al unir la información proporcionada por la Organización Mundial de Meteorología (OMM), el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) y la vigilancia epidemiológica del CDC.

“Estos sistemas de alerta temprana constituyen un mecanismo directo para que con, al menos, un mes de anticipación sepamos dónde van a explotar los casos y tengamos al personal preparado y en la zona”, remarca.

 

 

*Este artículo fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina

 

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