NEGOCIO DE LA SALUD. Dispares resultados entre las aseguradoras y prestadoras de salud privada.
Lejos de fortalecer la infraestructura del sistema de salud pública, la pandemia la afectó aún más y amplió la desigualdad en el acceso a servicios oportunos y de calidad. Los más pobres deben enfrentar largas colas o consultas que muchas veces llegan tarde, y los que pueden pagar migran o eligen un sistema privado que tras la pandemia ajusta precios y recalcula tarifas.
Aunque la pandemia afectó inicialmente las ganancias de un sector, las cifras más recientes hablan de un repunte del negocio de la salud en América Latina.
“La salud privada viene creciendo a tasas altas a raíz de la deficiencia que tiene el sector público. La evolución principal se ha dado en las atenciones ambulatorias, ya que dio origen a la telemedicina; de igual forma [el precio de] los tickets promedio sigue subiendo”, asegura Jimena Morote, office manager y consultora en la empresa consultora Total Market Solutions (TMS).
Multinacionales en Latinoamérica
UnitedHealth Group es una de las compañías de salud más grandes del mundo, ocupa el puesto 11 de las 500 empresas más grandes del mundo, según Forbes, y es uno de los principales actores en el negocio de la salud en Latinoamérica. Tras la pandemia, el 2021, los ingresos de esta compañía aumentaron en 12%, lo que representa USD 287 mil millones.
A través de compañías como la chilena Banmédica S. A. (uno de sus principales motores de inversión), esta sociedad estadounidense mantiene negocios en Perú, Chile y Colombia.
En Chile es dueño de Clínica Santa María, Clínica Dávila, VidaIntegra. Y en Perú es accionista de la Empresa Prestadora de Salud Pacífico (a través de Empremédica S.A.), y participa conjuntamente con el conglomerado Credicorp en las clínicas San Felipe, San Borja, Sánchez Ferrer y otras.
PACÍFICO SEGUROS. Es uno de los socios del grupo norteamericano UnitedHealth (Banmedica) manteniendo una serie de negocios en clínicas en Perú.
Crédito: Andina
Mientras que en Colombia, UnitedHealth Group participa a través de CDC Holding Colombia y Banmédica Internacional SpA, como propietaria de la Clínica del Country y la Clínica La Colina.
Aunque el 2020 sus ingresos se redujeron, el 2021 UnitedHealth Group registró ganancias por $115 millones de dólares en Latinoamérica. Una parte importante de estos ingresos correspondieron a sus aseguradoras de salud y vida.
El 2021, con el impulso de la vacunación contra la covid-19, la atención volvió a su ritmo en los servicios privados. La memoria de la compañía Cámara Chilena de la Construcción (CChC) señala que el 2021, respecto al 2020, “se registró un aumento de 27% en consultas médicas, 43% en exámenes de laboratorio y 79% en atenciones dentales, mientras que las intervenciones quirúrgicas se incrementaron 24%”.
Salvo el primer año de la pandemia, durante la última década el negocio de la salud ha generado muchas ganancias a los principales grupos económicos de la región. Entre 2015 y 2019, solo en Chile, Perú y Colombia estos conglomerados obtuvieron utilidades por más de mil millones de dólares: USD 323 millones, USD 430 millones y USD 300 millones en Colombia respectivamente.
El 2021 UnitedHealth Group registró ganancias por $115 millones de dólares en Latinoamérica.
Otro grupo importante en Latinoamérica es el conglomerado británico British United Provident Association (BUPA), especializado en servicios de seguros de salud.
Según su informe financiero en Chile, el 2021 reportaron pérdidas estimadas en USD 26 millones (23.495 millones de pesos chilenos), aunque percibieron ganancias por 24.179 millones (USD 28 millones) de parte de su empresa prestadora de servicios Integramédica. Y es que sus aseguradoras perdieron más de lo que ingresó por las ganancias de las clínicas.
Entre 2015 y 2021, este conglomerado tuvo utilidades por USD 141 millones.
Suben las ganancias para las prestadoras
La Cámara Chilena de la Construcción (CCHC) es una organización gremial que se ha expandido en varios negocios. En el sector pensiones tienen, por ejemplo, el 40% de la AFP Hábitat. Y en el rubro de la salud tienen inversiones en las aseguradoras (llamadas Isapres en este país) Consalud, y otros corredoras de seguros como Confuturo y Vida Cámara; y en la prestación de servicios a través de la Empresa Red Salud, una red de clínicas, centros médicos y clínicas dentales
A esta última empresa le fue bastante bien en 2021. De acuerdo a su información financiera, todas sus clínicas generaron utilidades por un total de casi USD 25 millones de dólares (21 mil millones de pesos). Y en 2020 habían tenido una pérdida por USD 7 millones (5 mil millones de pesos en pérdidas).
En el caso de sus aseguradoras, el Confuturo tuvo ganancias por 28,5 mil millones de pesos (USD 38 millones) en 2020, mientras que en 2021 superó los 123 mil millones (USD 145 millones): cuadruplicó sus ganancias. Pero no a todas les fue igual. Vida Cámara pasó de tener utilidades por 18 mil millones de pesos en 2020 (casi USD 25 millones) a 5.182 millones de pesos (USD 6 millones) en 2021.
CLÍNICA SANTA MARÍA. Es una de las principales clínicas privadas de Chile, perteneciente al Empresas Banmedica, que también son propietarios de aseguradoras.
Crédito: Empresas Banmédica Corporativo.
Sin embargo, en general, los negocios en la salud de la Cámara Chilena de la Construcción obtuvieron resultados positivos en 2021. Las utilidades alcanzadas por su sociedad de inversiones (Inversiones La Construcción, que mantiene sus unidades de negocio en salud) superaron los USD 100 millones (88 mil millones de pesos chilenos).
También en Chile, el Instituto de Diagnóstico S.A., conocido como Clínica Indisa, el 2021 obtuvo ganancias de alrededor de USD 24 millones, muy superior a los 4,7 millones de dólares del 2020. Esto representa un aumento de un 490%.
Por su parte, Clínica Las Condes, que también presentó pérdidas el primer año de la pandemia, al año siguiente se recuperó con creces y generó ganancias por USD 21,6 millones (18.416 millones de pesos chilenos). Ese 2021 fue el mejor año para el conglomerado, que entre 2015 y 2021, recibió ganancias por USD 122 millones.
En Perú la situación durante la pandemia fue distinta. No fue tan fácil la integración con el Estado. La negociación no fue fácil y tampoco obligó a las clínicas privadas a entregar camas de cuidados intensivos. Se trata de un negocio que viene en alza desde 2016, con una facturación que alcanzó aproximadamente los USD 537 millones (1.826 millones de soles) en 2018, según la consultora Total Market Solutions (TMS), de acuerdo a un estudio que analizó 17 clínicas de Lima que concentran el 70% del servicio privado de salud del país.
Los negocios en la salud de la Cámara Chilena de la Construcción obtuvieron superaron los USD 100 millones el 2021.
A diferencia de lo que ocurrió en Perú, “el Ministerio de Salud de Chile estableció aumentos periódicos y obligatorios de las camas críticas disponibles para los establecimientos públicos. Además, estos establecimientos privados debieron adoptar medidas especiales de seguridad y costos para sumar tecnología, infraestructura y personal”, dice a OjoPúblico Javier Fuenzalida Santander, vicepresidente ejecutivo de Clínicas de Chile.
Durante la emergencia, las clínicas aportaron al sistema de salud pública de Chile 1.710 unidades de camas UCI en el pico de la pandemia. Esta cantidad representa casi el 40% del total de camas disponibles en el peor momento de la segunda ola, en febrero de 2021. Alrededor de 14 mil pacientes (52%) hospitalizados en camas del sector privado provinieron del sistema público, asegura Fuenzalida Santander.
El impacto financiero en las compañías de salud en Perú fue diferenciado. En el caso de uno de los grupos más importantes, la red de clínicas del Grupo San Pablo (Surco, Arequipa y Trujillo, Jesús del Norte y San Gabriel), el 2020 alcanzó ingresos por USD 128 millones. El mayor ingreso proviene de su clínica en Surco, que entre 2018 y 2020 reportó ganancias por más de USD 136 millones.
El Grupo San Pablo cuenta con varias decenas de empresas en los sectores salud, construcción, hotelería y educación, pero la clínica San Pablo es su buque insignia. Además, es una de las instituciones que cuenta con mayor cantidad de afiliados entre las Administradoras de Fondos de Aseguramiento en Salud (IAFAS) privadas del país y también presta servicios de seguros.
Otro grupo importante en Perú es Credicorp, que participa en varias áreas del negocio de la salud. A través de Pacífico Seguros y Reaseguros presta servicios de seguros de salud y vida, al mismo tiempo que es socio de Pacífico EPS junto a UnitedHealth Group.
Solo en la primera sociedad ha logrado superar la barrera de los USD 100 millones en utilidades (año 2018 y 2019), pero en 2021 reportó su única pérdida en los últimos siete años, estimada en USD 33 millones.
En el caso del grupo Auna, que cuenta con 14 centros de atención de salud en siete ciudades del Perú y Colombia –y que también es dueño de Oncosalud y todas las clínicas Auna–, el 2020 declaró pérdidas estimadas en USD 1,4 millones (5 millones de soles) y en 2021 esa cifra superó los USD 5 millones (20 millones de soles). El 2018 presentó utilidades por casi USD 22 millones (74 millones de soles).
La situación de las aseguradoras
Mientras que el negocio de las prestadoras de salud recupera sus ganancias, las aseguradoras reportan una reducción en sus utilidades.
Pacífico Seguros en Perú, por ejemplo, declara pérdidas por USD 33 millones (134 millones de soles) en 2021, mientras que Mapfre pasó de tener ganancias por USD 17 millones a 12 millones y Rímac, de USD 65 millones a 22 millones.
En Chile las empresas aseguradoras reportan mayores pérdidas, especialmente en las Instituciones de Salud Previsional Privadas (Isapres), que en los últimos 18 meses han acumulado pérdidas estimadas en USD 230 millones de dólares.
Por ejemplo, en 2021 las dos Isapres del grupo Banmédica tuvieron pérdidas por más de 60 millones de dólares, y en lo que va de 2022, su isapre homónima tuvo un resultado negativo que alcanza los USD 18 millones. Sin embargo, entre 2015 y 2021, todo el conglomerado tuvo utilidades por USD 141 millones.
A pesar de estas pérdidas, varios de esos grupos económicos lograron sostener utilidades. Si se cuentan todas las operaciones de Banmédica en Latinoamérica, el conglomerado estadounidense tuvo utilidades por sobre los USD 50 millones. En parte gracias a los negocios de prestación de servicios de salud que mantiene UnitedHealth Group.
CONGLOMERADO INGLÉS. Bupa dice ser una sociedad que reinvierte todas sus ganancias en la empresa.
Crédito: BUPA Chile Corporativo.
Todo esto ocurre en un contexto en el que el negocio de la salud se concentra en pocos actores y estos apuestan por la integración vertical como una estrategia de crecimiento empresarial. Además de las redes de clínicas que se han ido constituyendo de manera directa o a través de socios, varios grupos económicos impulsan sus propios laboratorios y empresas de diagnóstico.
Esto también se puede ver en las sociedades del conglomerado británico British United Provident Association (BUPA). Esta compañía no tiene ningún accionista a quien entregar las utilidades. En sus memorias y sitios web aseguran que su gestión es similar a la de una sociedad anónima, aunque sus beneficios se reinvierten en el negocio. Su Isapre, Cruz Blanca, tuvo pérdidas por sobre los USD 50 millones en 2021 y en lo que va de 2022 supera los USD 30 millones.
La pérdida reportada por algunas empresas aseguradoras de salud en Chile ha generado que el gremio de sus representantes asegure que sus asociadas están a meses de la insolvencia y que de ser así podrían dejar a cientos de miles de chilenos sin seguro médico. “Las cifras a mayo de este año nos indican que las isapres mantienen deudas con el sistema prestador privado que ascienden a los USD 540 millones”, asegura Fuenzalida Santander.
Incluso, han generado una “alerta” a las autoridades sobre la necesidad de que las garantías legales que avalan esas acreencias, estén correcta y completamente constituidas: “De acuerdo a nuestra estimaciones, las existentes a esta fecha no serían suficientes dado el altísimo nivel de deuda”, sostienen desde la Asociación de Clínicas de Chile.
A pesar de que está prohibida en varios países, porque no permite una adecuada competencia en el mercado, la denominada integración vertical –como se conoce a la estrategia de crecimiento empresarial donde el financiador de un servicio es el dueño de la empresa que lo ofrece– existe en muchos de estos conglomerados.
En Chile, desde el 2005 las aseguradoras no tienen que ser accionistas directas en clínicas, pero la ley no menciona nada sobre los socios de estas, quienes pueden convertirse en propietarios de ambas sociedades sin problema.
Algo diferente ocurrió en Colombia, donde solucionaron este problema a través de una reforma del sistema con el fin de controlar esta integración de manera más restrictiva. En este país, se establece un límite a los aseguradores (empresas promotoras de salud, EPS), quienes no pueden tener más de un 30% de su gasto en prestadores de su propia red (instituciones prestadoras de servicios, IPS).
En Perú, esta forma de integración no está regulada.