ANTÍTESIS. Shell expresó su propósito de "emisiones cero". Sin embargo, documentos internos de la empresa contradicen sus declaraciones.
Por Hiroko Tabuchi
Documentos obtenidos por los investigadores del Congreso de Estados Unidos demuestran que, en privado, los ejecutivos de la industria petrolera les restaban importancia a los mensajes públicos de sus propias empresas acerca de sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y menoscababan el compromiso de impulsar las políticas climáticas asumido por toda la industria.
Los documentos internos de Exxon muestran que el gigante petrolero presionó a una organización industrial, la Iniciativa Climática de Petróleo y Gas (OGCI, por su sigla en inglés), para que eliminara de un comunicado de 2019 las palabras que pudieran “dar lugar a un posible compromiso de apoyar las metas del Acuerdo de París”, un pacto histórico establecido en 2015 entre los países del mundo para impedir el catastrófico calentamiento global. La versión final del comunicado no hizo mención alguna de este acuerdo.
En la empresa Royal Dutch Shell, un correo electrónico enviado por un empleado en octubre de 2020, en el cual hablaba sobre temas de debate del presidente de Shell en Estados Unidos, decía que el anuncio que hizo la empresa sobre proponerse “cero emisiones netas” —el momento en que el mundo ya no estaría arrojando hacia la atmósfera gases que calienten el planeta— “no tiene nada que ver con nuestros planes de negocios”.
Estos y otros documentos, revisados por The New York Times, proceden de un depósito de cientos de miles de páginas de correos electrónicos, memorandos y otros archivos de estas empresas obtenidos por orden judicial como parte de una inspección del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes acerca de los intentos de engañar a la población realizados por la industria de los combustibles fósiles a lo largo de varias décadas con respecto a su participación en el cambio climático, al desestimar las pruebas de que la quema de combustibles fósiles estaba provocando el aumento de la temperatura del planeta, incluso cuando sus propios científicos advertían que existía una relación evidente.
Los ejecutivos restaban importancia a las declaraciones de sus propias empresas sobre sus esfuerzos para reducir las emisiones".
Se espera que, este jueves, el comité de la Cámara Baja analice algunos de sus primeros hallazgos. “Está demostrado que, durante décadas, estas empresas engañaron de manera deliberada a la población estadounidense acerca de los riesgos del cambio climático”, señaló el representante demócrata de California Ro Khanna, quien encabezó la investigación junto con la representante demócrata de Nueva York, Carolyn Maloney, quien dirige el comité de la Cámara. “El problema es que siguen engañando”, aseveró Khanna. En una audiencia del año pasado, ejecutivos de la industria petrolera enfatizaron su respaldo a una transición hacia las energías limpias y negaron que hubiesen engañado a la población. Reconocieron que la quema de sus productos estaba provocando el cambio climático, pese a que ninguno prometió retirar su apoyo económico a los intentos de obstaculizar las medidas para combatir el cambio climático, y dijeron que los combustibles fósiles iban a quedarse.
La orden judicial del comité ha solicitado documentos relacionados con la contribución de las empresas al cambio climático, sus esfuerzos de cabildeo y mercadotecnia con respecto al clima y el financiamiento de terceros acusados de difundir desinformación acerca del cambio climático. De acuerdo con los funcionarios del comité, varias de las empresas y organizaciones citadas —que incluyen a Shell, Exxon Mobil, Chevron, BP, el Instituto Estadounidense del Petróleo y la Cámara de Comercio de Estados Unidos— todavía no presentan algunos de los documentos esenciales que les han sido solicitados.
Según los funcionarios, una parte considerable del material presentado hasta ahora incluye recortes de prensa y otros materiales que ya eran públicos. Pero los documentos reunidos muestran que, en los últimos años, los debates internos de las empresas no siempre han coincidido con las campañas de mercadotecnia y las declaraciones públicas, y que algunas de las estrategias primordiales de las empresas se basan en tecnologías que no han sido probadas.
CAMPAÑA PUBLICITARIA. Años atrás, Exxon promocionó la promesa de combustibles elaborados a base de algas.
Foto: Sunday Huffaker / The New York Times
En el memorando de Exxon que describía las modificaciones que pretendía hacerle a la declaración de políticas de la industria, el cual fue redactado antes de las conversaciones de Naciones Unidas sobre el cambio climático global en 2019, Peter Trelenberg, gerente de planeación y políticas ambientales de Exxon, escribió: “Se necesita eliminar la referencia al Acuerdo de París” en la declaración porque “crear un vínculo entre nuestro respaldo/compromiso y el Acuerdo de París podría plantear una posible promesa de respaldar los objetivos del Acuerdo de París”.
Este memorando, dirigido al director general de Exxon, Darren Woods, y a otros altos ejecutivos, proseguía con la indicación de que Chevron había “manifestado que, en general, apoyan estas modificaciones”.
Tanto Exxon como Chevron se negaron a hacer comentarios. Un representante de la Iniciativa Climática de Petróleo y Gas no comentó nada sobre el documento de apoyo, pero señaló que “el respaldo a los objetivos del Acuerdo de París sustenta todo lo que hace la OGCI”.
Archivos independientes de Exxon muestran que la empresa batallaba con una campaña publicitaria multimillonaria que promueve la posibilidad de combustibles hechos con algas. La campaña se enfocaba en la promesa de la tecnología y presentaba imágenes de enormes estanques de algas, junto con una científica que deseaba autodenominarse “agricultora de energía”. (En The New York Times han aparecido algunas versiones de estos anuncios).
Una serie de notas de presentación que había preparado uno de sus ejecutivos para una charla sobre ingeniería en setiembre de 2018 afirmaba que la tecnología “sigue estando a décadas de distancia de la dimensión que necesitamos”. Y, en un correo electrónico de noviembre de 2016, un empleado de Exxon mencionó que un boceto inicial del anuncio, elaborado por la agencia de publicidad BBDO a nivel mundial, tenía que “remplazar cualquier mención que insinúe que esa tecnología existe ahora”.
BBDO no respondió a nuestra solicitud de proporcionar comentarios.
Los documentos internos de Shell que hablaban de su propuesta de “cero emisiones netas” también incluían lineamientos para los empleados que decían: “Favor de no dar la impresión de que Shell está dispuesta a disminuir las emisiones de dióxido de carbono a niveles que no tengan un sentido desde una perspectiva económica”.
Shell hablaba de un objetivo de 'cero emisiones netas', pero incluía lineamientos contradictorios para sus empleados".
Curtis Smith, un portavoz de Shell, señaló en un comunicado que la empresa le había proporcionado al comité casi 500.000 páginas en documentos y que “los pocos que decidieron destacar son prueba de los exhaustivos esfuerzos de establecer objetivos firmes”. En esos documentos se incluyen “complejos debates internos y externos”, afirmó.
El trabajo del comité llega cuando la agenda del cambio climático de los demócratas se ha visto fortalecida por la aprobación de un proyecto de ley fiscal y climático que incluye casi USD 370.000 millones en programas e incentivos fiscales destinados a acelerar la transición del país de una economía basada en el petróleo, el gas y el carbón, a una alimentada por el viento, el sol y otras energías renovables.
Muchas ciudades y estados han demandado a empresas petroleras con el argumento de que engañaron a la población acerca de la participación de los combustibles fósiles en el calentamiento del planeta, lo cual ha tenido efectos perjudiciales en las comunidades locales. El año pasado, un tribunal neerlandés dictaminó que Shell debía acelerar de manera sustancial su labor para disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Shell apeló.
El comité de la Cámara tiene programada una audiencia para el jueves con el propósito de analizar las ganancias históricas recientes de la industria petrolera y escuchar a los expertos y a las personas afectadas por los últimos fenómenos climáticos extremos. También había solicitado que asistieran los miembros de la junta directiva de las empresas petroleras, pero estas se rehusaron.