DIFUSIÓN. El presentador de Fox News, Tucker Carlson, ha replicado las afirmaciones falsas de Putin sobre la invasión de Ucrania se realizó en defensa propia.
Por Sheera Frenkel y Stuart A. Thompson
Luego de que el presidente Vladimir Putin de Rusia afirmara que la acción contra Ucrania se había realizado en defensa propia, el presentador de Fox News, Tucker Carlson, y la comentarista conservadora Candace Owens, repitieron la aseveración. Cuando Putin insistió en que estaba tratando de “desnazificar” a Ucrania, el moderador de pódcast de extrema derecha Joe Oltmann, y Lara Logan, otra comentarista de derecha, se hicieron eco de esa idea.
El eco también se dio en sentido contrario. Algunos sitios de noticias estadounidenses de extrema derecha, como Infowars, atizaron una vieja e infundada aseveración del gobierno ruso de que Estados Unidos financió laboratorios de armas biológicas en Ucrania. Los funcionarios rusos aprovecharon esa narrativa. El Kremlin aseguró que tenía documentación sobre programas de armas biológicas que justificaban su “operación militar especial” en Ucrania.
A medida que la guerra se ha intensificado, la matriz de opinión del Kremlin y algunos discursos de la derecha en Estados Unidos —alimentados por personajes de la extrema derecha— se han fusionado. En las redes sociales, los pódcast y la televisión, fluyen las falacias sobre la invasión de Ucrania en ambos sentidos. Los estadounidenses amplifican las mentiras de los rusos y el Kremlin propaga las fabricaciones que pululan en los foros en línea estadounidenses.
Al reforzar y retroalimentar los mensajes del otro, algunos estadounidenses de derecha les han dado credibilidad a las afirmaciones de Rusia y viceversa. Juntos, han creado una realidad alternativa, en la que han reformulado al bloque occidental de los aliados como provocadores, mentirosos y embusteros, lo que ha fortalecido a Putin.
Al principio, la guerra dejó desconcertados a algunos conservadores que habían insistido en que no se produciría ninguna invasión. Muchos criticaron a Putin y al ataque de Rusia a Ucrania. Desde entonces, algunos han pedido más apoyo para Ucrania.
Pero en los últimos días, varios comentaristas de extrema derecha han vuelto a inclinarse hacia narrativas favorables a la causa de Putin. La principal ha sido la teoría de conspiración de las armas biológicas, que ha brindado una manera de hablar sobre la guerra y, al mismo tiempo, centrar las críticas en el presidente Joe Biden y el gobierno de Estados Unidos en lugar de Putin y el Kremlin.
“La gente se pregunta si la extrema derecha en Estados Unidos está influenciando a Rusia o si Rusia está influenciando a la extrema derecha, pero la verdad es que se están influenciando mutuamente”, aseguró Thomas Rid, profesor de la Universidad Johns Hopkins que estudia la guerra informativa rusa. “Están impulsando las mismas narrativas”.
Sus comentarios entrecruzados podrían tener implicaciones de gran alcance: podría agravar la polarización en Estados Unidos y tener un impacto en las elecciones de medio mandato de noviembre. También podrían crear una brecha dentro de la derecha, ya que podría enfrentar a aquellos que están a favor de Rusia con los republicanos que se han convertido en férreos defensores de la idea de que Estados Unidos aumente su respuesta militar en Ucrania.
SEÑALAMIENTOS. Comentaristas de derecha como Candace Owens han responsabilizado a Estados Unidos de la guerra en Ucrania.
Foto: Scott McIntyre / The New York Times
“La pregunta es cuánto van a incidir las figuras de extrema derecha en la discusión mediática general, o cuánta presión le aplicarán a su partido”, afirmó Bret Schafer, miembro principal de la Alianza para la Protección de la Democracia, una organización sin fines de lucro con sede en Washington. “A ellos y a Rusia les conviene enturbiar las aguas y confundir a los estadounidenses”.
Muchas de sus narrativas bélicas engañosas, que a veces son indirectas y contradictorias, han llegado a millones de personas. Si bien Facebook, YouTube, Twitter y otras plataformas limitaron el alcance en línea de los medios estatales rusos tras el comienzo de la guerra, una variedad de canales de Telegram, blogs y pódcast de extrema derecha asumieron la tarea de propagar las afirmaciones del Kremlin. Dentro de Rusia, los medios estatales han reflejado a su vez lo que han dicho algunos estadounidenses de extrema derecha.
Según la empresa de seguimiento de medios Zignal Labs, las menciones de laboratorios de armas biológicas vinculadas con la guerra en Ucrania, por ejemplo, se han más que duplicado —a más de mil por día— desde principios de marzo en las redes sociales, la televisión por cable y los medios impresos y en línea, tanto en ruso como en inglés.
La idea infundada comenzó a ser tendencia en los medios en inglés a finales del mes pasado, según el análisis de Zignal. El interés se desvaneció a principios de marzo, cuando comenzaron a propagarse por internet imágenes de ucranianos heridos y ciudades bombardeadas.
Sin embargo, Rusia reavivó esa teoría de la conspiración el 6 de marzo, cuando su Ministerio de Defensa aseguró en un discurso televisado que había descubierto “rastros de un programa biológico militar que se estaba implementando en Ucrania, financiado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos”.
Poco después, Carlson transmitió la declaración rusa en su programa. Fox News se negó a hacer comentarios y señaló segmentos en los que Carlson ha criticado a Putin.
Hace años Rusia sentó gran parte de las bases para su convergencia con muchos en la derecha estadounidense. Antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, la Agencia de Investigación de Internet, una organización que profesionalizó la desinformación en línea y que tiene el respaldo del Kremlin, difundió contenido incendiario a través de Facebook y otras plataformas de redes sociales para sembrar divisiones entre los estadounidenses e impulsar a Donald Trump, el candidato republicano.
Tras ganar las elecciones, Trump elogió públicamente a Putin, llegando incluso a llamarlo “un genio” en una oportunidad. Los comentarios ayudaron a fomentar una visión favorable del estilo de gobierno autocrático de Putin entre algunos estadounidenses.
La pandemia del coronavirus alineó aún más a algunos de la extrema derecha con la máquina propagandística de Rusia. Ambos buscaron socavar la confianza en las vacunas y en los mandatos del uso de cubrebocas para así fomentar la desconfianza en el gobierno federal y las agencias de salud. Los grupos de Facebook y canales de Telegram antivacunas se convirtieron en terreno fértil para que los miembros de la extrema derecha y los troles rusos buscaran teorías de conspiración para promover, aseguró Schafer.
CONSPIRACIONES. Las menciones en los medios de comunicación en inglés relacionadas con los laboratorios de armas biológicas en Ucrania aumentaron al comienzo de la invasión. Días después, los medios de comunicación en ruso se sumaron.
Gráfico: The New York Times | Fuente: Zignal Labs
El mes pasado, la fusión se cristalizó. Mientras la inteligencia de Occidente mostraba que Rusia se estaba preparando para invadir Ucrania, Putin calificó a Ucrania de ser una colonia estadounidense con un “régimen títere” y negó haber planeado una invasión.
En Estados Unidos, Carlson también llamó a Ucrania “un títere que obedece al Departamento de Estado de Biden”.
El 16 de febrero, los medios estatales rusos afirmaron que Ucrania había “disparado proyectiles de mortero” contra un enclave separatista respaldado por Rusia dentro de Ucrania. Charlie Kirk, un activista conservador, citó la falsa afirmación de los medios rusos en su canal de Telegram con 256.000 suscriptores. Días después, Kirk también describió la tensa situación como una “disputa fronteriza”.
Un portavoz de Kirk dijo que era “claramente falso” que el animador de pódcast simpatizara con la invasión de Rusia y que lo que estaba haciendo era “cuestionar con razón” la política exterior de Estados Unidos.
Sin embargo, la invasión resultó ser muy impopular entre muchos estadounidenses, lo que provocó una reacción negativa contra quienes parecían estar del lado de Putin. El 24 de febrero, cuando el comentarista de extrema derecha Oltmann dijo en su pódcast que se pondría “del lado de Rusia”, su coanfitrión, Max McGuire, rechazó esa idea.
“Rusia es el malo en esta situación”, dijo McGuire. Oltmann y McGuire no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Otras figuras de la derecha refutaron algunas matrices de opinión del Kremlin, como la de que Ucrania está repleta de neonazis y que el presidente Volodímir Zelenski es un “nazi drogadicto”. El 26 de febrero, el presentador de Fox News, Neil Cavuto, dijo que esas acusaciones eran “críticas locas e increíblemente absurdas” (Zelenski, quien es judío, firmó una ley para combatir el antisemitismo en el otoño del año pasado).
Algunos rusos han hablado públicamente sobre lo que parecen ser puntos comunes con los estadounidenses de extrema derecha. La semana pasada, en “60 minutos”, el programa de noticias respaldado por el Estado ruso y que no está relacionado con el programa de CBS del mismo nombre, la presentadora, Olga Skabeeva, habló sobre el fortalecimiento de los vínculos del país con Carlson.
“Es evidente que nuestro conocido, el presentador de Fox News Tucker Carlson, tiene sus propios intereses”, dijo, tras transmitir varios extractos del programa de Carlson en los que este sugería que Estados Unidos había impulsado el conflicto en Ucrania. “Pero últimamente, cada vez con mayor frecuencia, esos intereses están en sintonía con los nuestros”.