PALACIO. Pedro Castillo recibió a los licenciados excombatientes una semana después de que la fiscal de la nación presentó una denuncia constitucional en su contra.
El martes 18 de octubre, el presidente Pedro Castillo recibió en Palacio de Gobierno ―como ya lo había hecho en mayo y agosto― a decenas de licenciados de las Fuerzas Armadas que enfrentaron a las organizaciones terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), entre 1980 y 2000.
El patio se llenó de hombres uniformados con polos, boinas negras y pantalones caqui formados en filas, como en un cuartel. Tres de sus representantes tomaron la palabra y dijeron haberse autoconvocado a través de la Corporación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas del Perú:
“Estamos aquí para garantizar el respeto irrestricto a la democracia, al equilibrio de poderes, para garantizar un Perú mejor”, señaló uno de los representantes, Jeremías Huamán Ramírez. “Si en caso no se ponen de acuerdo [los poderes del Estado], todos los licenciados estamos de acuerdo para ponernos en insurgencia, lo que la Constitución manda”, añadió Jairo Grandez Ramírez.
Mientras que, otro de ellos, Pedro Bullón Ordoñez, hizo énfasis en una de las principales demandas de los grupos de licenciados excombatientes ―a quienes comúnmente se les conoce como reservistas―: que el Estado reconozca su labor y les permita acceder a una serie de beneficios económicos y sociales.
Carla Granados: "existe una instrumentalización política de las demandas de los licenciados excombatientes".
El mandatario Pedro Castillo ya se había reunido en Palacio con licenciados excombatientes, pero esta vez los recibió en el contexto de una nueva crisis en su gobierno: una semana después de haber sido denunciado constitucionalmente por la fiscal de la nación Patricia Benavides, y luego de haber enviado una misiva a la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitando la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.
Durante su intervención, el presidente elogió la labor de los licenciados y decidió confrontar a la prensa, como lo ha hecho ya en reiteradas ocasiones. “Esos son los medios de comunicación ―les decía a los excombatientes― que están sesgados para mentirle al país, coludidos con un grupo de poder que han mancillado al pueblo peruano”, reclamó.
Para Carla Granados, historiadora militar y teniente en retiro, desde hace años existe una instrumentalización política de las demandas de los licenciados excombatientes de las FF.AA. “Esta se da por parte de grupos de la ultraderecha y también, obviamente, por parte del oficialismo y quien entró al Gobierno”, indica.
En otras palabras, en los últimos años, personajes políticos de distintos partidos han pretendido atender los reclamos de estos veteranos de guerra. Pero —remarca Granados—, sobre todo para ganar aliados para sus propios intereses: vacancias presidenciales o elecciones, entre ellos.
Estos acercamientos se han registrado, por lo menos, desde 2017, con la excongresista Karina Beteta (Fuerza Popular), Edwin Donayre (Alianza para el Progreso) y, entre 2020 y 2021, con los exparlamentarios Freddy Llaulli, Otto Guibovich, Luis Roel Alva, Yessi Fabián Díaz (Acción Popular) y Javier Mendoza Marquina (Unión por el Perú).
Más recientemente, con Pedro Castillo ya instalado en el Ejecutivo, también se han reunido con los congresistas Kelly Portalatino Ávalos, Américo Gonza Castillo, Waldemar Cerrón Rojas, Margot Palacios (Perú Libre), Lucinda Vásquez Vela (Bloque Magisterial de Concertación Nacional) e Illich López Ureña (Acción Popular).
VISITAS. En 2022, los licenciados excombatientes de las FF.AA. han visitado Palacio de Gobierno en mayo, agosto y octubre.
Foto: Presidencia Perú
En este contexto, si las demandas de los licenciados excombatientes no son atendidas realmente, considera la historiadora Granados, el escenario político y social podría sumar aún más inestabilidad. “Si se sigue usando a los veteranos, las consecuencias pueden ser cada vez más radicales y de posturas que podrían hacer que la crisis democrática no solamente termine en el terreno de lo político, sino también en la violencia”, dice.
Los licenciados de las FF.AA. son todos aquellos que han concluido el servicio militar (voluntario u obligatorio). Eso sí, no todos los licenciados son excombatientes, pues estos han participado en guerras o conflictos.
¿Los licenciados son reservistas? Sí, explica Granados. Después de cumplir el servicio militar, los licenciados pasan a ser reservistas. En otras palabras, empiezan a formar parte de la reserva de las Fuerzas Armadas y pueden ser convocados en caso de una emergencia nacional o situaciones de seguridad (la covid-19 fue una de ellas).
A estos también se suman, indica Granados, todos los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú en situación de retiro, sin importar su rango. Es decir, los reservistas pueden ser licenciados, suboficiales u oficiales en retiro.
Una variedad de organizaciones
Las demandas y facciones de los licenciados excombatientes de las Fuerzas Armadas son variadas y tienen diferentes matices. De manera preliminar, OjoPúblico ha podido identificar al menos a cuatro agrupaciones de gran alcance.
La que tiene presencia a nivel nacional es la Confederación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas del Perú (Conliffaap). También está la Corporación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas del Perú, que se reunió con Castillo el último martes. Las otras dos son la Federación de Licenciados de las Fuerzas Armadas - Región Junín y Selva Central y la Asociación Nacional de Defensores de la Democracia (Asonaded).
Todas ellas integran a numerosos grupos de licenciados excombatientes. La Conliffaap, según su página web, reúne a 20 federaciones. Y estas, a su vez, agrupan a otras asociaciones. De manera similar, la Federación de Licenciados de las Fuerzas Armadas - Región Junín y Selva Central engloba a 17 federaciones distintas de licenciados.
OjoPúblico ha logrado identificar, de manera preliminar, a cuatro agrupaciones de gran alcance".
Aunque las asociaciones entre estos grupos y el etnocacerismo son frecuentes, no todos ellos simpatizan con la ideología política liderada, principalmente, por el exmilitar condenado por el asesinato de policías, Antauro Humala. Incluso entre las agrupaciones de licenciados que se reconocen como etnocaceristas hay facciones que no se identifican con la figura de Humala y deslindan de sus propuestas políticas.
En la reunión del pasado 18 de octubre en Palacio de Gobierno, hubo tres licenciados con especial protagonismo: Pedro Bullón Ordóñez, Jairo Grandez Ramírez y Jeremías Huamán Ramírez, quienes integran la Corporación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas del Perú.
Pedro Bullón Ordóñez ha sido presidente de la Federación de Licenciados de las Fuerzas Armadas - Región Junín Selva Central al menos hasta mayo de este año. Esta organización ha registrado en su página de Facebook las reuniones que han tenido con congresistas de la bancada de Perú Libre, el Bloque Magisterial de Concertación Nacional y Acción Popular.
PARTIDOS. Los licenciados excombatientes se han reunido con diversas organizaciones políticas, como Fuerza Popular, Acción Popular o Perú Libre.
Foto: Congreso de la República
Jairo Grandez Ramírez, por su parte, militó en Acción Popular entre 2005 y 2019. Y, actualmente, se encuentra afiliado a Podemos Perú. En las elecciones congresales extraordinarias de 2020 postuló al Legislativo por la región San Martín con la agrupación política de José Luna Gálvez, aunque sin éxito.
En tanto, Jeremías Huamán Ramírez ha sido militante de Juntos por el Perú (2008-2011), Súmate por una Nueva Libertad (2014-2017) y Unión por el Perú (2020-2021). En 2010, postuló al cargo de regidor provincial de Trujillo (La Libertad) con el Partido Humanista Peruano.
Además, en las elecciones generales del año pasado, buscó inscribirse como candidato a congresista de Unión por el Perú por la región La Libertad. Pero fue excluido por no reportar una sentencia penal por incumplimiento de asistencia familiar. Al menos hasta agosto de este año, Huamán Ramírez se desempeñó como asesor del Grupo Parlamentario Perú Bicentenario, de acuerdo al registro de personal del Congreso.
La Corporación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas del Perú participó de la reciente reunión en Palacio".
Antes de participar en la reunión del pasado 18 de octubre con el presidente Pedro Castillo, la Corporación Nacional de Licenciados de las FF.AA. registró al menos una visita al presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres. La misma ocurrió el último 4 de octubre.
El registro de visitas muestra que, en dicha oportunidad, Leli Marlene Guerra Morales, Ricardo Aguilera Ulloa, Pedro Fernando Bullón Ordóñez, Óscar William Caballero Tejada, Jairo Grandez Ramírez, Jeremías Huamán Ramírez, Justo Magno Jara Ayala, Willy Montoya Quispitongo, Carlos Daniel Monzón Cuba, Silverio Nolasco Ñope Cosco, Carlos Rodolfo Rojas Carrillo, Fernando Santiesteban Valverde y Emillio Elmer Suna Apaza asistieron a una reunión de trabajo con Aníbal Torres.
Willy Montoya Quispitongo, uno de los integrantes de la Corporación Nacional de Licenciados de las FF.AA. que se reunió con Aníbal Torres y también estuvo en el encuentro del martes último en Palacio de Gobierno, fue sentenciado a 10 años de prisión en la década de 1990 por robo agravado.
Asonaned es una de las organizaciones de licenciados que registran reuniones con funcionarios del Ejecutivo".
Otro miembro de esta agrupación con alcance nacional es el expresidente de la Junta de Fiscales Superiores del distrito de Amazonas, Silverio Nolasco Ñope Cosco, de acuerdo a información de la página de Facebook de Asonaded "Heroes De La Pacificación Nacional", que dirige Jairo Grandez Ramirez. Ñope Cosco fue destituido del cargo en diciembre de 2021, luego de proponerle a una de sus asistentes mantener relaciones sexuales con él a cambio de un ascenso.
Entre las demás organizaciones que registran reuniones con funcionarios del Ejecutivo está la Asonaded, que se reunió con Pedro Castillo en agosto pasado. También la Confederación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas (Conliffaap), que registra visitas a Palacio en mayo y agosto de este año. Esta última, además, ha gestionado con el Legislativo la aprobación de normas que buscan beneficiar a los licenciados excombatientes.
“Nosotros siempre dialogamos con todas las autoridades de turno, sea cual fuera su posición, porque es un derecho ganado frente a un deber cumplido”, sostuvo Fredy Ponce, presidente de la Conliffaap, al ser consultado sobre el tema. En conversación con OjoPúblico, Ponce señaló que la organización que dirige no participó ni fue convocada para la reunión del pasado 18 de octubre en Palacio de Gobierno.
Según la historiadora militar Carla Granados, los licenciados excombatientes comenzaron a agruparse en diversas organizaciones ante lo que consideran la indiferencia por parte del Estado. “Ahora forman parte de un gran movimiento, la Confederación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas [Conliffaap], que reúne a todas estas federaciones que, a su vez, tienen liderazgos propios y están en pie de lucha de sus derechos”, indica.
Se trata de una población sumamente golpeada por los efectos de su participación en los conflictos de los años 1980 al 2000, dice Granados, que prepara una tesis doctoral sobre los licenciados excombatientes. Entre el 30 o 40% del personal de tropa reclutado durante los años 80 y 90 no sabía leer ni escribir, añade la historiadora.
“Eran adolescentes de origen andino o amazónicos que fueron reclutados, en muchas ocasiones, a la fuerza. Los reclutaron de sus escuelas, en sus barrios, en el campo. Sus familias nunca más supieron de ellos y, así, aprendieron a ser soldados contraterroristas y sobrevivieron como pudieron”, cuenta. Según sus investigaciones, ahora son hombres de entre 35 y 55 años, que en total sumarían alrededor de medio millón.
Las demandas y su viabilidad
¿Qué ha impulsado a esta gran cantidad de licenciados excombatientes a reunirse y desfilar por las plazas y las calles de la capital peruana? “Nuestro objetivo es la reivindicación del licenciado, particularmente de las zonas de emergencia donde hubo presencia terrorista de los años 80 al 2000”, dice Fredy Ponce Ángeles, presidente de la Confederación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas.
En otras palabras, buscan ser reivindicados por la sociedad peruana y, de esta manera, también obtener beneficios sociales similares a las de otras personas condecoradas por su participación en campañas militares. Según Fredy Ponce, el personal de tropa que participó en la lucha contraterrorista ha estado desprotegido a diferencia, por ejemplo, de los grupos de élite de las Fuerzas Armadas.
Por ello, por lo menos desde 2017, la organización que lidera ha sostenido reuniones con diversos grupos parlamentarios y funcionarios del Ejecutivo en las que, según detalló, se abordaron temas vinculados a la promulgación de normas que les permitirán acceder a beneficios económicos y sociales. Por ejemplo, el Congreso anterior promulgó por insistencia dos normas en favor de los licenciados de las FF.AA con votos de todas las bancadas.
La primera de ellas fue la Ley N° 31177, publicada en El Peruano el 27 de abril de 2021, que incluye a los excombatientes de la lucha contraterrorista 1980- 2000 en los beneficios otorgados previamente para los exparticipantes de la campaña militar contra Ecuador de 1941.
Estos beneficios incluyen, por ejemplo, una bonificación económica mensual que aún no está establecida. Para eso, los excombatientes deben cumplir con dos requisitos: contar con un parte de guerra y ser considerados como “Defensores de la Democracia”.
Dicha norma fue resultado de la acumulación de tres proyectos de ley impulsados por Karina Beteta Rubín, Roy Ventura Ángel y Gilmer Trujillo Zegarra, parlamentarios de Fuerza Popular del Legislativo de 2016-2021. Sin embargo, antes de su aprobación por insistencia en abril de 2021, quedó en suspenso luego de que el gobierno de Martín Vizcarra la observara señalando ―entre otros aspectos― que la propuesta eran inviable, porque propone que la aplicación de la norma se cargue a los presupuestos de los ministerios del Interior y el de Defensa a pesar de que el Legislativo no tiene iniciativa de gasto.
RECONOCIMIENTO. La historiadora Carla Granados explica que muchos licenciados excombatientes aún pasan por los efectos del conflicto de 1980 al 2000.
Foto: Presidencia Perú
La segunda de las normas en favor de los licenciados excombatientes es la Ley N° 31291 promulgada por el Congreso y publicada en el Peruano el 20 de julio de 2021. Esta ley dispuso que la distinción de defensores de la democracia se les otorgue a los mineros que participaron en la construcción de los túneles del operativo Chavín de Huántar y también “a los miembros de las Fuerzas Armadas, licenciados de las Fuerzas Armadas, miembros de la Policía Nacional del Perú y comités de autodefensa que participaron en operaciones de lucha contra el terrorismo, que pusieron en riesgo su propia integridad física aun cuando no resultaron heridos ni discapacitados”.
La distinción de defensores de la democracia fue creada en 2008 e, inicialmente, designaba así a los miembros de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas, comités de autodefensa y personas fallecidas, heridas o discapacitadas producto de su participación en la lucha contra el terrorismo. Pero no incluía, por ejemplo, a los licenciados excombatientes sin secuelas físicas. Entre ellos se encuentran quienes se reunieron con Pedro Castillo el martes pasado en Palacio de Gobierno.
Los entonces parlamentarios por Acción Popular Freddy Llaulli —que también es licenciado de las Fuerzas Armadas— y Otto Guibovich —excomandante general del Ejército— acogieron los pedidos de los licenciados de las FF.AA. para que dichas normas sean debatidas y votadas en el Pleno.
Los licenciados y el etnocacerismo
¿Cuál es la relación del etnocacerismo con los licenciados excombatientes de las FF.AA.? El llamado etnocacerismo, cuyo líder más conocido es Antauro Humala, no cuenta con la participación de todos los licenciados de las Fuerzas Armadas, ni a la totalidad de los reservistas, explica a OjoPúblico el historiador y politólogo, Michael Mendieta, quien ha investigado la trayectoria del etnocacerismo.
En su tesis Camisas verdes en el Perú: el proyecto de Estado del etnocacerismo, modernidad y nacionalismo, Michael Mendieta explica que el etnocacerismo ―una variante del etnonacionalismo que Isaac Humala propuso en la década del 80― fue difundido, alrededor del 2000, por los hermanos Antauro y Ollanta Humala en las Fuerzas Armadas, especialmente en el Ejército del Perú.
Este movimiento político busca establecer la fundación de una nueva República del Perú con la reivindicación de la “etnia cobriza”, continúa el historiador Mendieta. En sus inicios, acogió las demandas de, entre otros miembros de las FF.AA., los licenciados excombatientes a quienes erróneamente popularizaron como “reservistas”. De ahí que se crea que los etnocaceristas son, sobre todo, reservistas y licenciados excombatientes.
DESENCUENTROS. Luis Alberto Yucra, de la agrupación Runamasiy, sostuvo que no todos los etnocaceristas comulgan con la propuesta de Antauro Humala.
Foto: OjoPúblico
Sin embargo, la realidad muestra que solo un grupo de estos licenciados de las FF.AA. se identifica como etnocacerista. Incluso, dentro del mismo etnocacerismo, existen fisuras. “Los reservistas no somos patrimonio exclusivo del señor Antauro Humala”, dijo Luis Alberto Yucra, presidente del Partido Etnocacerista Runamasiy, el pasado 19 de octubre, en una conferencia de prensa en la que deslindaron públicamente tanto de Antauro Humala y del gobierno de Pedro Castillo como de las asociaciones de licenciados vinculadas a ellos.
En la misma línea, el secretario general de dicha organización, Carlos Arce Álvarez, sostuvo que el etnocacerismo que ellos representan es un “etnocacerismo ideológico, pero no uno caudillista”, en referencia a la propuesta de Antauro Humala.
En contraparte, los frentes del etnocacerismo de Antauro Humala, el Partido Etnocacerista Revolucionario Unido (P.E.R.U.) y la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O.), han deslindado de los licenciados que se reunieron con Pedro Castillo el martes último en Palacio de Gobierno.
“Respecto a las noticias que circulan en redes sociales, en relación al día 17 donde cierto sector de licenciados de las diferentes Fuerzas Armadas del Perú, harán una marcha convocada por el actual gobierno, la Organización Etnocacerista precisa lo siguiente: Nosotros los Etnocaceristas, juramos fidelidad a la bandera (Nación) antes que al gobierno de turno”, se lee en un comunicado.
“Antauro Humala tiene su gente que le sigue, los reservistas, pero nosotros no. La Asonaded, la Confederación, la Corporación, las diferentes grupos que hay a nivel nacional estamos hace siete años luchando, así que no nos relacionen con Antauro Humala, porque no formamos parte de ese grupo y tampoco pensamos pertenecer, porque nosotros estamos muy ajenos a lo que él pueda pensar”, dijo a OjoPúblico Jairo Grandez Ramirez, miembro de la Corporación Nacional de Licenciados de las Fuerzas Armadas del Perú.
Jairo Grandez: "Antauro Humala tiene su gente que le sigue, los reservistas, pero nosotros no".
“La gente más cercana a Antauro está en el sur de Perú”, indica el historiador Mendieta. Por su parte, Javier Malpartida, director de Tarpurisunchis ―asociación que fomenta la educación y el desarrollo y funciona en Apurímac, región del sur del país― dice haber encontrado a diversos simpatizantes de Humala repartiendo el periódico Antauro en la provincia de Cotabambas.
“Antes de la liberación de Antauro Humala esto no se veía. Es reciente y, además, está empatando con la super nueva decepción que tienen los sectores populares con Castillo”, dice Malpartida. Para el educador, el discurso rudo e incluso grosero del líder etnocacerista pega en los actuales tiempos de polarización y hartazgo.
Por su parte, Michael Mendieta considera que la aspiración de Antauro Humala de convertirse en presidente del Perú podría tener posibilidades en un futuro próximo, pero no a largo plazo. “Más adelante pueden surgir varios escenarios complicados, por ejemplo, que las agrupaciones de derechas articulen una candidatura única contra él”, señala. En ese sentido, la vacancia de Pedro Castillo sería su gran oportunidad.
Mientras tanto, el último sábado el presidente Pedro Castillo asistió al IV Congreso Nacional de las FF.AA., rondas campesinas, comités de defensa y seguridad indígena del Perú, en Pichari, Cusco. “Hoy vamos a decir que, como recibimos a nuestros hermanos [licenciados excombatientes] en Palacio, también vamos a recibir a las autoridades del Vraem [Valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro] para hacer realidad lo que necesitan”, anunció el mandatario.