DE ALTO NIVEL. La Cumbre UE-CELAC 2023 reunió al menos a 19 presidentes de Europa, América Latina y el Caribe. La presidenta Dina Boluarte no estuvo presente.
Ocho años transcurrieron para que los 60 países integrantes de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se congregaran nuevamente en un único espacio a dialogar sobre temas claves para ambas regiones, firmar compromisos y afianzar lazos diplomáticos. El lugar escogido fue la sede del Consejo Europeo en Bruselas, Bélgica. Después de la pandemia, era una cita de líderes a la que se llegaba con muchas expectativas.
El evento, que tuvo lugar durante dos días, concluyó con una declaración final, en la que se expusieron posiciones e intenciones de los países miembros, principalmente referentes a la crisis climática y el medio ambiente. El documento comprende 41 puntos y fue suscrito por todos los Estados participantes, “con una única excepción por estar en desacuerdo con uno de los apartados”: Nicaragua. Incluso Venezuela, a través de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, suscribió el acuerdo.
Durante el 17 y 18 de julio, los países sostuvieron reuniones bilaterales que les sirvieron para consolidar acuerdos entre sí. Incluso el presidente de Chile, Gabriel Boric, se reunió con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. Sin embargo, la presidenta de nuestro país, Dina Boluarte, no asistió a la cita.
En su lugar, acudió la canciller Ana Gervasi, quien no tuvo muchas actividades, pero las pocas que concretó fueron bastante reservadas. “Tiene una agenda complicada”, indicaron desde la Cancillería. Gervasi tampoco respondió al consultarle por la ausencia de la presidenta Boluarte en este evento, que coincidió con las protestas en el Perú.
EN BRUSELAS. La canciller Ana Gervasi acudió en representación del Perú, a diferencias de los países vecinos que asistieron con sus jefes de Estado.
Imagen: Unión Europea
Una semana después de concluida la cumbre, especialistas coinciden en que esta terminó con acuerdos más generales, que la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos fue muy ligeramente abordada y que la ausencia de Boluarte a la cita no representa un avance para nuestro país.
La necesidad de la cumbre
Tras no haber sostenido un encuentro de alto nivel durante casi una década, esta cumbre se hacía cada vez más necesaria para ambas regiones, aunque, según la abogada Juanita Goebertus, directora de la división de las Américas de Human Rights Watch, lo era más para Europa.
“Ante el avance de China, que tiene una relación mucho más pragmática basada simplemente en relaciones económicas, el sentimiento de Europa es que estaba perdiendo espacio [en las relaciones comerciales]”, sostiene.
Y es que en esta cumbre se han discutido temas de impulso económico entre ambas regiones, así como también se han prometido grandes inversiones. Para el politólogo Alonso Cárdenas, Europa se ha quedado “en tercer nivel” de las relaciones comerciales con América Latina.
“Europa llega tarde a América Latina y ya la presencia de otras superpotencias, como China y en menor medida Estados Unidos, prácticamente ha abarcado todos los aspectos estratégicos y claves, por ejemplo, la producción de alimentos, el acceso a las materias primas y también el acceso a la energía”, indica.
"El sentimiento de Europa es que estaba perdiendo espacio en América Latina", señala Juanita Goebertus.
Una muestra de ello, según comenta Alonso Cárdenas, es que pese a la realización de esta cumbre, las negociaciones con el Mercosur siguen “empantanadas”. Sobre este punto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, dijo que seguirán en conversaciones para llegar a un acuerdo a más tardar en diciembre de este año.
Cárdenas también señala que esta reunión se hacía importante para la región europea, que esperaba pronunciarse en conjunto sobre la guerra en Ucrania. “Ellos esperaban una condena total de Rusia a Ucrania que no se dio”, considera.
En un sentido similar se pronunció la internacionalista Mayte Dongo, quien confirma que este era un asunto de mayor interés para la UE, porque “están cambiando su política y están intentando coordinar el tema de seguridad”.
“Ellos querían que este espacio sea más para el tema de Ucrania, pero no es el tema principal para los latinoamericanos. Hay puntos en común en términos de la posición en la Asamblea de las Naciones Unidas, pero también hay choques en el sentido de que nosotros queríamos poner más la atención en otro tipo de agenda”, enfatiza.
La guerra en Ucrania fue uno de los temas que complicó la elaboración de la declaración final de la cumbre. Durante las sesiones plenarias, el presidente chileno Gabriel Boric fue uno de los que más destacó con su postura al respecto. “La declaración conjunta está trabada porque algunos no quieren decir que es ‘la guerra contra Ucrania’”, dijo en la última reunión de líderes.
"Today it is Ukraine, but tomorrow it could be any one of us," Chilean President Gabriel Boric says at the EU-CELAC Summit. "What is happening in Ukraine is an unacceptable imperialist war of aggresion that violates international law." pic.twitter.com/czHLSqqe3o
— Benjamin Alvarez (@BenjAlvarez1) July 18, 2023
FIRMEZA. En la última sesión plenaria, el presidente chileno se pronunció contra la "violación al derecho internacional" por parte de Rusia.
La ausencia de Dina Boluarte
Al mediodía del lunes 17, los jefes de Estado de la CELAC iban llegando uno tras otro al edificio Justus Lipsius, del Consejo Europeo, para participar de la cumbre. Al menos 19 presidentes se hicieron presentes, entre ellos, de los países sudamericanos de Argentina, Chile, Colombia, Uruguay, Brasil y Bolivia.
Pese a la presencia de estas importantes autoridades, la jefa del Estado peruano, Dina Boluarte, no llegó. En el país, se había convocado para el 19 de julio a manifestaciones y protestas en contra del gobierno.
Para la internacionalista Mayte Dongo, la cumbre era una oportunidad que el Perú pudo aprovechar para afianzar lazos a mayor nivel, debido a que en estas reuniones “se pueden firmar acuerdos y compromisos de inversión”.
“Estamos entrampados en lo doméstico. En la cumbre, ha habido encuentros paralelos con empresarios, con representantes europeos, de partidos y líderes. En principio, una marcha no debería ser una amenaza, hay que priorizar bien las cosas”, sostuvo.
La presidenta Dina Boluarte no acudió a la cita, que se realizó después de ocho años.
Durante los dos días, la canciller Ana Gervasi fue la encargada de sostener encuentros bilaterales en representación de nuestro país, pero lo hizo solamente con sus pares extranjeros, es decir, con ministros y no con presidentes.
Gervasi sostuvo siete reuniones durante el evento, solo tres de ellas fueron con representantes de países europeos. Los encuentros fueron con el canciller de Chile, Alberto van Klaveren; con el canciller de Portugal, João Gomes; con el primer ministro de Haití, Ariel Henry; con el canciller de República Checa, Jan Lipavsky; con el canciller de Trinidad y Tobago, Amery Browne; con el canciller de Brasil, Mauro Vieira, y el canciller de Grecia, Georgis Gerapetritis.
También se conoció que participó de una sesión del Grupo de Contacto del Consenso de Brasilia; en el que estuvieron además sus pares de Bolivia y Paraguay. No obstante, pese a estos encuentros, no habría causado simpatía a nivel internacional. Así lo consideró el politólogo Alonso Cárdenas, quien consideró que los gestos que dejó la cumbre “dicen mucho de la imagen del Perú”.
“Se le vio totalmente aislada tanto de los presidentes de la región latinoamericana como de los presidentes de la Unión Europea. El lenguaje corporal dice mucho. Ha sido como un rechazo a una persona que está salpicada por las violaciones a los derechos humanos y eso ha sido un mensaje muy fuerte”, señaló.
Enfoque verde y digital
A lo largo de los dos días de reuniones, uno de los temas que más destacó fue el ambiental, tanto a nivel de diálogo como de firmas de compromisos. “Es innegable, si uno mira la declaración, sí hubo un tema que se trató más a profundidad y ese fue justamente la crisis climática con un énfasis de desarrollo sostenible, pero particularmente, en el caso de América, con un énfasis en la protección de su biodiversidad”, señala la abogada Juanita Goebertus, de Human Rights Watch.
Horas previas al inicio de la cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen; el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sostuvieron una mesa de negocios con los presidentes del BID, Ilan Goldfajn; y del Banco de Desarrollo de América Latina, Sergio Díaz-Granados.
En este espacio se discutieron temas relacionados a inversiones en energías renovables e hidrógeno verde, descarbonización, digitalización para servicios públicos, materias primas críticas, desarrollo humano y tecnología. Todo ello en el marco de la agenda de inversiones de la iniciativa europea Global Gateway, que promueve “una transición verde y justa”.
Fue precisamente durante esa reunión que Ursula von Der Leyen anunció la primera inversión multimillonaria de la UE. “Aportaremos 45 mil millones de euros de inversiones europeas de alta calidad para América Latina y El Caribe. Tenemos 135 proyectos en camino y corresponde conformar la agenda de inversiones y decidir qué sectores priorizar. No es cuánto vamos a invertir, sino cómo vamos a invertir y que las inversiones cumplan con las normas ambientales y sociales más elevadas y con transparencia”, aseveró.
Aunque este punto no fue incluido explícitamente en la declaración, sí se reconoce –en el punto 28– la importancia de abordar inversiones “a favor del desarrollo sostenible, lo que incluye la transformación digital, la educación, las infraestructuras sanitarias, la producción de energía, las perspectivas medioambientales, las materias primas y las cadenas de valor locales”.
INVERSIÓN. En una mesa de diálogo previa a la cumbre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, anunció €45.000 millones para la CELAC. “Hay mucho potencial por explorar [en la región]”, aseveró.
Imagen: Unión Europea
Además, la UE firmó memorandos de entendimiento con Argentina, Chile y Uruguay para garantizar el suministro de materias primas y energías renovables. A consideración de la internacionalista Mayte Dongo, si bien el tema es primordial para Europa, también termina siéndolo para la región latinoamericana por el desarrollo humano.
“La agenda está marcada por temas que interesan a la UE, como el cambio climático y el medio ambiente, pero también nos interesa a nosotros porque necesitamos lograr el desarrollo sostenible, considerando que tenemos muchos recursos”, sostuvo Dongo.
Asimismo, en la declaración final de la cumbre se manifestó por escrito la inversión de USD 100.000 millones “para financiar la lucha contra el cambio climático en apoyo de los países en desarrollo, y de duplicar la financiación para la adaptación al cambio climático de aquí a 2025”.
El silencio sobre los derechos humanos
Si bien se anunció que el tema de la defensa a los derechos humanos sería uno de los principales puntos en la agenda, la declaración final ha dejado solo pronunciamientos generales al respecto: se reafirma su importancia dentro de los valores compartidos entre ambas regiones y se asegura que se continuará trabajando a favor de ello.
“Trabajaremos para mejorar la cooperación y la coordinación en los foros multilaterales pertinentes sobre cuestiones de interés común, a saber: los derechos humanos (…)”, se lee en el punto 17. Además, en el punto 8 aseguran que sigue siendo “principio clave de nuestra alianza renovada”.
Esto ha causado preocupación en la directora de la división de las Américas de Human Rights Watch. A su consideración, los casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua debieron ser un asunto sobre el que debió pronunciarse la cumbre UE-CELAC.
La #Cumbre de la #UE-#CELAC debería culminar con una declaración que condene la invasión de Rusia a Ucrania 🇺🇦 y las gravísimas violaciones a derechos humanos cometidas a diario en Cuba🇨🇺, Venezuela🇻🇪 y Nicaragua🇳🇮.pic.twitter.com/zqKrhQUXHE
— Juanita Goebertus (@JuanitaGoe) July 18, 2023
RECLAMO. Juanita Goebertus lamentó que la declaración final de la cumbre no haya sido enfática sobre la defensa de los derechos humanos.
“Nos preocupó muchísimo la forma en la cual se privilegió definitivamente los temas comerciales, con algo de énfasis los temas ambientales, pero la crisis de la democracia, la manera en la cual estamos viendo un resurgimiento del autoritarismo en la región, estuvo completamente por fuera de las discusiones de la cumbre”, advierte Juanita Goebertus.
Entre varios ejemplos, consideró necesario también un pronunciamiento sobre la crisis política que atraviesa el Perú y las graves violaciones a los derechos humanos que confirmó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su análisis sobre nuestro país tras las protestas de inicios de año.
“En el caso del Perú, que no se haga referencia a lo que ha estado pasando frente a las marchas y la violencia por parte de las autoridades de seguridad frente a los protestantes (…) y en general la crisis institucional, no llamar a elecciones pese a tener un mandato profundamente débil, llama la atención a quienes nos preocupan los derechos humanos”, aseveró.
Para Goebertus, si bien es importante afianzar relaciones comerciales, estas no se desligan de la defensa del Estado de derecho y los valores democráticos. “Ha sido una cumbre muy triste para los derechos humanos”, acotó.