IMPACTO. Una economía en recesión implica que el ciudadano de a pie tenga menos oportunidades de acceder a empleo adecuado y, con ello, la reducción de sus ingresos.
En un contexto de crisis política, social y climática, se confirmó que la economía peruana registró dos trimestres consecutivos en negativo, lo que es calificado por los economistas como “recesión técnica”. Sin embargo, entidades como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) no lo reconocen así.
El último martes, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que el Producto Bruto Interno (PBI) de Perú en junio cerró con una caída de -0,56%, con ello se acumuló una disminución de la producción económica de -0,45% en el primer semestre del año.
Los sectores que más se vieron impactados fueron Pesca (-31,65%) y Agropecuario (-3,37%), principalmente por el factor climático del Fenómeno El Niño. Cabe precisar que ante ello se canceló la temporada de pesca de anchoveta, principal recurso que se exporta como harina de pescado. Mientras que en el agro afectaron las sequías.
Otros sectores con relevancia en el resultado económico del país y que presentaron resultados a la baja fueron Manufactura (-6,09%) y Construcción (-8,97%); ambos agrupan a una gran cantidad de mano de obra (empleo).
“El desenvolvimiento de la actividad productiva del país se vio afectado por las condiciones de El Niño costero, que afectó las actividades primarias (agropecuario y pesca) y de transformación (manufactura y construcción), y los rezagos de los conflictos sociales de finales del año anterior e inicio del presente, afectaron las expectativas de inversionistas y demás agentes económicos, aunado a los inicios del fenómeno de El Niño Global”, se lee en el informe del INEI.
A contraparte, el sector minería presentó un comportamiento positivo, lo cual permitió paliar los resultados del PBI; es decir, evitó una mayor caída. El economista Luis Arias Minaya enfatiza que este sector fue impulsado por el precio de los commodities y el proyecto de cobre Quellaveco (Moquegua).
“El desempeño positivo de la actividad minera metálica en junio de 2023 estuvo asociado al aporte fundamental de Anglo American Quellaveco que reporta producción de cobre desde setiembre de 2022 y de molibdeno a partir de mayo del presente año, tras la puesta en marcha de la planta de molibdeno”, explica el INEI.
En las últimas semanas ya se anticipaba este panorama, y aunque ha surgido un debate sobre si es correcto calificar el estado actual de la economía como “en recesión” o no, el consenso de los economistas consultados por OjoPúblico para este informe es que la situación económica es preocupante y los más afectados son los más vulnerables, por lo que se prevé un potencial aumento de la pobreza para este 2023 —actualmente en 27,5%, según el INEI— y por segundo año consecutivo. Además enfatizan que el foco de atención debe estar en qué hacer para revertir esta situación.
¿Estamos en recesión?
Al confirmarse la cifra en negativo de junio y de todo el primer semestre del año, los economistas coinciden en que los indicadores denotan que el Perú se encuentra en recesión.
La explicación se basa en que el PBI cayó en dos trimestres consecutivos: en el primer trimestre (enero-marzo) la cifra fue de -0,4%, y en el segundo trimestre (abril-junio) alrededor del -0,5%. Sumalo a ello, hay un efecto negativo en diferentes indicadores.
"La definición que usa el NBER [Buró Nacional de Investigación Económica] en Estados Unidos, responsable de calificar las recesiones, es que esto ocurre cuando uno o más mercados dejan de operar. Los dos mercados principales son el de trabajo y el de capital; es decir, las inversiones. Una mirada a estos dos mercados [en Perú] nos dice que efectivamente han dejado de operar racionalmente", explicó hace unos días el exministro de Economía, Alfredo Thorne, en su cuenta de Twitter.
Por ejemplo, la inversión privada cayó 12% en el primer trimestre y se estima una caída para el segundo trimestre del año.
El exministro de Economía, Alonso Segura, precisa que la prolongada inflación restó poder adquisitivo y la demanda interna viene cayendo hace meses.
El economista Luis Arias Minaya suma el factor de la recaudación tributaria, que ha caído por siete meses consecutivos. “Es una recesión pura y dura, y de lo que tenemos que preocuparnos es cómo salimos de esto”, apunta.
Además, Arias Minaya advierte la importancia de que sectores como Manufactura y Construcción acumulen hasta tres trimestres en rojo, pues son los que más empleo generan.
En esa línea, según el último reporte del INEI sobre la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN), en el primer trimestre del año la población ocupada en el país se redujo -0,3%, esto se reflejó en 54.600 personas menos frente al mismo periodo del año anterior.
La caída se dio en las zonas rurales (-4,1%), donde hay más pobreza, que pasó de tener 3'624.000 personas con empleo en el 2022 a 3'476.300; esto implica que 147.700 personas se quedaron sin trabajo. En tanto, en la zona urbana hubo un incremento del 0,7%.
Sin embargo, para el presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, ello no es suficiente para hablar de una recesión técnica, ya que —señaló— el empleo y el consumo siguen creciendo.
"Es cierto que hemos caído en dos trimestres, pero hay otros factores que no se están cumpliendo. El consumo está creciendo al igual que el empleo, por eso es difícil que estemos en recesión técnica", sustentó Velarde durante el Foro Económico 2023 organizado por la Cámara de Comercio Americana del Perú (AmCham Perú).
Ya desde julio, cuando agencias y analistas advirtieron que la economía peruana ingresaba a una “recesión técnica”, el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras, descartó que ello sea así y lo calificó de “subjetivo”. “Hay una discusión en torno a la caída por segundo trimestre consecutivo, pero eso no existe en ninguna parte del mundo. Las definiciones no son tan mecánicas", expresó en agosto último en conferencia de prensa.
Más allá de si se califica como recesión o no, la economista Carolina Trivelli enfatiza que el estado de la economía del país es preocupante, y las cifras ya venían mal desde finales del año pasado.
Tanto Arias Minaya como Segura Vasi concuerdan en que —a excepción de la pandemia— el Perú no pasó por una situación similar a la actual desde la crisis financiera global del 2009, cuando la economía tuvo dos trimestres de caída y el año terminó en 0,9%. Advierten que el resultado del PBI de este año podría ser igual o incluso peor.
“En aquel entonces fue una crisis financiera global, la peor crisis en 100 años. Ahora tenemos condiciones externas que no son tan malas en realidad. La razón por la cual pasa esto en Perú es por fuente interna: todo el desorden de incertidumbre generado por [Pedro] Castillo, los fenómenos naturales, protestas que generaron contracción de diversas actividades económicas en los primeros meses del año, poca claridad en las políticas públicas. Es como un pesimismo generalizado por factores de fuente doméstica, del propio país, no es una cosa externa”, explica Alonso Segura.
El Perú no pasó por una situación económica similar a la actual desde la crisis financiera global del 2009.
El exministro de Economía señala que “la recesión que está pasando el Perú es ligera y se estima que sea corta”, ya que hay factores que sugieren que —si no hay un choque externo no anticipado— en el tercer trimestre el PBI retomaría al tramo positivo. Sin embargo, aclaró que eso no implica una fuerte recuperación, con lo que el año 2023 se proyecta un crecimiento por debajo del 1%.
Arias Minaya estima por su parte que en la segunda mitad del año el PBI se ubicaría alrededor de 1%, y por lo tanto el crecimiento del 2023 estaría muy cercano a 0%. Coincidió en que si se le agrega algún factor, como el gran riesgo del fenómeno de El Niño global, que se superpone a El Niño costero, la situación podría extenderse o complicarse aún más el 2024.
Por el lado del Ejecutivo, el ministro de Economía, Alex Contreras, afirmó que los indicadores denotan que en julio y agosto habrá mejoras frente al resultado de junio. “La meta en el corto plazo es converger al crecimiento de 3% y hacia adelante seguir trabajando en acelerar el crecimiento”, sostuvo en conferencia de prensa.
No obstante, el mismo MEF redujo el estimado de crecimiento del PBI para este año de 2% a 1,5%, cifra considerada optimista por los economistas. A fines de este mes, el Ministerio de Economía presentará el Marco Macroeconómico Multianual 2024-2027, donde actualizará las proyecciones.
Hace unos días, el Instituto Peruano de Economía (IPE) recortó su proyección de crecimiento al 0,8% (antes 1,7%) para este año, esto es secundado por diversos economistas, entre ellos extitulares del MEF, que estiman una cifra por debajo del 1%. De ser así, podría llegar a ser el crecimiento más bajo en 20 años.
Impacto en el aumento de la pobreza
Un país con una economía debilitada o en recesión implica que el ciudadano de a pie tenga menos oportunidades de acceder a empleo adecuado, con ello la reducción de sus ingresos que se traduce en un impacto en la pobreza, explica Alonso Segura.
“Son los efectos en las posibilidades que tienen las personas, donde no pueden conseguir un empleo adecuado y sus ingresos caen como consecuencia de ello. Eso, en el sector más vulnerable de la población, significa un incremento de la tasa de pobreza. Y en el sector más pobre de la población, eso significa más hambre”, refuerza por su parte Luis Arias Minaya.
Aunque hay optimismo de que la economía peruana mejorará para la segunda mitad del año, eso no sería suficiente para alcanzar una cifra de crecimiento óptima para este 2023.
Los economistas consultados anticipan que el PBI cerraría entre 0% a 1%, lo que dejaría como principal efecto en la población —en la economía familiar— el incremento de la pobreza por segundo año consecutivo.
“Sería un drama tener un segundo año de incremento de la pobreza. Cómo puede ser que vuelvas a permitir que suba la pobreza habiendo ya subido en un año con más crecimiento (2022 con 2,2%). Con el 1% del PBI para este año, de hecho la pobreza va a subir”, lamentó la exministra de Desarrollo e Inclusión Social, Carolina Trivelli.
Es preciso señalar que la pandemia hizo que la pobreza monetaria se incremente, pasando del 20,2% al 30,1% de la población en el 2020. Para el 2021 se logró reducir al 25,9%, sin embargo en el 2022 esta volvió a subir y se ubicó en 27,5%. Ahora, con el panorama de una economía debilitada y la inflación que demora en ceder, los estimados advierten que podría bordear el 30% nuevamente.
Ante ello, Trivelli reafirma que aún no está todo perdido, ya que si bien es cierto el PBI es un factor que influye en la pobreza, la otra parte queda en manos de las políticas públicas que ayuden a paliar la situación.
Tomó de ejemplo el caso de Chile, que en el 2022 tuvo la misma tasa de crecimiento económico y de desempleo que Perú, pero sus cifras de pobreza se redujeron incluso por debajo de su nivel pre pandemia.
“Es porque ellos sí están haciendo algo, como priorizar acciones que generen oportunidades para ese segmento altamente vulnerable. Y entonces, incluso con bajo crecimiento pueden bajar la pobreza. Eso no es infinito, pero quiero resaltar, que sabemos que el crecimiento ayuda a la reducción de la pobreza, pero sin crecimiento nos estamos condenando a llenarnos de personas que entren en situación de vulnerabilidad”, advierte Trivelli.
La economista explica que ahora que no habrá un crecimiento suficiente del PBI para este año, se debe poner el foco en las acciones que combatan el anticipado incremento de la pobreza.
“Para empezar, no puedes seguir haciendo más de lo mismo, porque eso no sirve. Las cifras del 2022 lo que muestran es justo lo contrario, se hizo más de lo mismo y la pobreza subió. Si eso que se está haciendo, no está atacando el problema en el grupo más vulnerable, entonces hay que hacer algo diferente”, acota.
Trivelli agrega que se debe prestar atención al acceso a la canasta alimentaria, que está muy asociado al empobrecimiento. O como el caso de las ollas comunes, que si bien recibieron un poco más de financiamiento, aún las gestiones son engorrosas, porque el mecanismo establecido hace que se demore la entrega de alimentos de parte de las municipalidades.
Acciones pendientes
En un escenario complejo de la economía, lo que se suele hacer es aplicar políticas expansivas que implican aspectos fiscales y monetarios, dice Luis Arias Minaya. Por el lado fiscal, se tiene que aumentar el gasto público —la inversión pública—, pero actualmente hay muy poco espacio para lograr eso, debido a que el déficit fiscal está fuera de la meta de la regla fiscal para este año.
Por el lado monetario, se suele disminuir la tasa de interés de referencia. Sin embargo, el contexto actual no lo permite, ya que la prolongada inflación está bajando más lento de lo que se esperaba.
“Todo el mundo espera que el Banco Central empiece en algún momento a bajar la tasa de interés, pero cuando ello ocurra hacia el último trimestre, será muy lento y su impacto recién se reflejará hacia finales del primer semestre del próximo año”, añade el ex vicepresidente del BCRP.
ALTOS PRECIOS. El Banco Mundial advierte que la economía en el mundo va a seguir creciendo lentamente, hasta que se tenga controlada la inflación.
Imagen: Andina.
Alonso Segura apuesta más por reformas, pero no las ve viable con el actual Congreso y Ejecutivo. Sugiere solo mantener el orden en términos de claridad política y reglas de juego para los inversionistas, ya que la inflación está cediendo de a pocos y eso implica que el poder de compra de los hogares y las expectativas económicas se comienzan a recuperar.
Ante la inminencia del Fenómeno El Niño global y sus efectos, Carolina Trivelli señaló que se debe preparar un programa, que además de garantizar insumos para la emergencia como tal, como carpas, agua, comida y frazadas, debe enfocarse en lo que viene después.
“Después de eso la gente necesita recuperar su casa, su fuente de ingresos, su pequeño negocio, su emprendimiento y eso hasta ahora no tenemos. Toda esa gente se va a quedar abandonada después y ese es un problema”, apunta.
En ello coincide Alonso Segura, quien señala que se debe tener planes concretos de respuesta en caso haya consecuencias más severas conforme se acerque el fin de año y el verano. “Eso es importantísimo, de lo contrario vas a tener muchísimos pobres, más de los que queden desplazados por el desastre natural. Eso es clave”.
Tendencia global: se creció
menos de lo esperado
Así como Perú, en otros países se ha deslizado la idea de haber caído en recesión. En mayo pasado la Reserva Federal anticipó que Estados Unidos caería en recesión al cuarto trimestre de este año, mientras que en la zona euro se habló de ello en el primer trimestre del año.
Para el Banco Mundial, no hay una calificación precisa respecto al panorama económico, pero lo que sí tienen claro es que el crecimiento está siendo lento en todo el mundo.
“Todos están creciendo un poco menos de lo que esperábamos y a un ritmo bastante bajo, y nuestro pronóstico en julio era que América Latina en 2023 crecería en 1,5% o 1,6%. El hecho es que todos los pronósticos se han modificado a la baja”, explica para OjoPúblico William F. Maloney, economista jefe en el Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe.
Maloney detalla que hay cuatro factores que están influyendo en el desempeño económico a corto plazo de América Latina. Uno de ellos es la alta tasa de interés de referencia, con lo que todos los países luchan contra la inflación, además de los recortes fiscales.
Otro factor es que el ritmo de crecimiento de los países avanzados del G7 está siendo bajo, lo cual arrastra a las economías emergentes. Por ejemplo, en Estados Unidos se pronostica un crecimiento de menos del 1% y en Europa alrededor de 1,4%.
“Todos están creciendo un poco menos de lo que esperábamos y a un ritmo bastante bajo".
El tercer indicador que impacta es la economía de China, que ha tenido una difícil recuperación luego de la pandemia. Su pronóstico de 5,6% de crecimiento para este año está muy por debajo de lo que tienen acostumbrado.
“Eso es muy importante para el Perú, pues mientras los países avanzados y China crecen menos, obviamente el precio de las materias primas bajan también”, apunta el especialista del Banco Mundial.
Finalmente, destaca que es latente el impacto que pueda dejar el Fenómeno El Niño.
Maloney reafirma que cuando no hay crecimiento de un país, las familias vulnerables no van a recibir mejores ingresos. A ello se suma la inflación de los precios de combustibles y alimentos, además de las sequías que han golpeado en varias partes del continente, entonces ha habido un impacto fuerte sobre la pobreza.
"En promedio el aumento de los precios de los alimentos y combustibles aumentó la pobreza en un punto porcentual".
“Yo creo que en promedio el aumento de los precios de los alimentos y combustibles aumentó la pobreza como un punto porcentual. Y obviamente cuando no crecemos mucho económicamente, eso implica que las familias vulnerables no van a recibir mejores ingresos tampoco”, explica.
El especialista resalta que Latinoamérica es la región que menos ha recuperado las pérdidas de la pandemia. Sin embargo, el bajo crecimiento no se da puramente por razones de corto plazo, sino que hay problemas estructurales en los países de la región.
William F. Maloney, del Banco Mundial, advierte finalmente que el mundo va a seguir creciendo lentamente, hasta que se tenga controlada la inflación, de lo cual han habido avances en la región y que ha tenido cifras más bajas de las registradas por los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).