“Mucha gente rezaba por mí, había cadenas de oración para que me dieran fuerza, fortaleza, para que el Congreso siguiera en pie”. Así recordó la parlamentaria María del Carmen Alva Prieto (Acción Popular) parte de su gestión como presidenta del Congreso de la República en el periodo 2021-2022, durante la ceremonia de condecoración realizada el último 14 de junio, que ha generado críticas dentro y fuera del Legislativo.

“Asumía la responsabilidad de no permitir el cierre del Congreso, porque todo indicaba que nos enfrentábamos a una crisis política que podía producir un quiebre constitucional y teníamos que estar preparados”, mencionó en referencia al gobierno de Pedro Castillo y agregó que el Parlamento fue “el bastión de la democracia”.

En el evento, que se llevó a cabo en el hemiciclo Raúl Porras Barrenechea, se develó un retrato hecho al óleo de Alva Prieto, valorizado en S/9.000. Colegas de su bancada, exmiembros de la Mesa Directiva que lideró, funcionarios, exautoridades y familiares de la legisladora estuvieron presentes en el recinto parlamentario.

El retrato de Alva Prieto estuvo valorizado en S/9.000 y fue develado durante su condecoración".

Como es costumbre, Alva Prieto también recibió la medalla de honor en el grado de Gran Cruz, el máximo distintivo que otorga el Congreso de la República, previa aprobación del denominado Consejo de la Medalla.

Esta es la primera condecoración aprobada por el grupo en lo que va de la actual gestión, que encabeza José Williams Zapata (Avanza País). No obstante, desde que inició el periodo parlamentario 2021-2026, se han gestionado 10 condecoraciones, según pudo confirmar OjoPúblico.

Las nueve previas se tramitaron durante la administración de Alva Prieto, pero solo se llegó a entregar ocho, pues una fue rechazada por el homenajeado por “principios democráticos”. 

Asimismo, en el periodo legislativo anterior (2016-2021) se entregaron, al menos, 30 reconocimientos por los expresidentes del Parlamento Luz Salgado, Luis Galarreta, Daniel Salaverry y Manuel Merino, respectivamente.

Por ejemplo, en setiembre de 2016, Salgado —entonces presidenta del Congreso— condecoró a su antecesor Luis Iberico (2011-2016), distinguiéndolo con la medalla de honor en el grado de Gran Cruz, y develando su retrato en la galería de expresidentes del Legislativo.

ANTECEDENTE. Luz Salgado condecoró al expresidente del Congreso Luis Iberico, en 2016.

Foto: Congreso de la República

 

Especialistas consultados por este medio coincidieron en que, si bien estas condecoraciones son parte de la historia del Congreso, el momento no fue el adecuado.

Además del contexto político y social, la desaprobación del Parlamento asciende a 81%, según la última encuesta de Ipsos para América TV. Días atrás, El Comercio reveló, además, que el Parlamento aumentó en 43% su presupuesto este año. 

En este contexto, “el mensaje es de desprecio implícito a la opinión que tiene la mayoría sobre el Congreso”, sostiene el ensayista y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Marcel Velázquez.

Por este motivo, expertos plantean que los encargados de evaluar estos reconocimientos no sean congresistas pertenecientes al periodo parlamentario vigente.

El reconocimiento a Alva Prieto: así se gestó su condecoración

 

Si bien se han vuelto tradicionales los homenajes a expresidentes del Parlamento, la condecoración de María del Carmen Alva gatilló críticas tanto por la oportunidad, teniendo en cuenta la crisis política y social y la epidemia de dengue, como por los cuestionamientos a su propia gestión, donde hubo agresiones y comentarios calificados como racistas.

Pese a ello, al interior del Congreso, la condecoración fue aprobada por el Consejo de la Medalla el 27 de abril; aunque según fuentes de OjoPúblico el homenaje a la parlamentaria de Acción Popular se empezó a preparar hacia finales del segundo semestre de 2022. 

En principio, se buscaba tener el cuadro de María del Carmen Alva listo para diciembre. Sin embargo, se tuvo que reajustar el programa pues los plazos eran muy ajustados.

La pintura de Alva Prieto fue una de las más tediosas de realizar, de acuerdo a fuentes consultadas por este medio. El cuadro necesitó varias modificaciones, debido a detalles que se solicitaron a lo largo del proceso de elaboración. Se pidió, por ejemplo, cambiar el color del saco, retratarla con una blusa distinta y agregarle una medalla en el pecho, que no aparecía en la foto referencial.

Así, el 24 de febrero de este año, el Congreso emitió, finalmente, la orden de servicio Nº000258 por S/9.000 a favor del artista César Yauri Huanay, de 61 años, quien también ha retratado a otros siete extitulares del Parlamento.

El que quiera hacerse un cuadro, que se lo pague. O que le tomen una foto para colocarlo como tradición", opinó José Élice. 

“Desde la primera vez que realicé los retratos, he cobrado lo mismo según el precio que manejo en España, donde radico. El precio lo fijo en euros y, acá, se hace la conversión en soles, pero la moneda también se devalúa”, dijo el pintor en conversación con OjoPúblico.

A opinión del exoficial mayor del Congreso, José Élice, son los mismos parlamentarios los que deberían hacerse cargo del presupuesto de sus cuadros o, en caso contrario, restringirlos a un diploma o resolución legislativa.

“Estas pinturas son costosas. Entonces, el que quiera hacerse un cuadro, que se lo pague. O que le tomen una foto para colocarlo como tradición. Es un contrasentido en estos momentos difíciles por los que atraviesa el país dar esta señal, más aún con la bajísima aprobación que tiene el Congreso”, opinó.

El otro reconocimiento que recibió la congresista es evaluado y otorgado por el Consejo de la Medalla. Este grupo está conformado por siete integrantes: el titular del Congreso, los miembros de la Mesa Directiva, los portavoces de las dos bancadas con mayor representatividad y la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores. 

Aunque este último cargo recae en la propia Alva Prieto, fuentes de este medio informaron que ella no participó en la votación de su homenaje.

Así, el 27 de abril pasado, suscribieron el acta José Williams (como presidente del Consejo de la Medalla); Martha Moyano, Silvia Monteza y Alejandro Muñante (como primer, segundo y tercer vicepresidente); Patricia Juárez (representante de Fuerza Popular) y Flavio Cruz (representante de Perú Libre).

Fue “en mérito a sus eminentes servicios prestados a la nación en su calidad de presidenta del Congreso”, según se lee en el documento.

DOCUMENTO. Acta de la sesión del Consejo de la Medalla, en la que se aprobó la condecoración a Alva Prieto, el 27 de abril.

Imagen: Fuente OjoPúblico

 

Al ser consultada por esta decisión, en medio del contexto político y social que atraviesa el país, la congresista Patricia Juárez indicó que “los países vivimos constantemente en situaciones difíciles” y que, pese a eso, los protocolos deben continuar.

“Lamentablemente, hay muchas circunstancias que rodean la coyuntura política, económica social y los grandes problemas que tenemos a nivel nacional. Pero tenemos, de todas maneras, que continuar, tenemos que cumplir con lo que corresponda y en este caso, bueno, la Legislatura que está por terminar”, declaró a OjoPúblico.

Vale precisar que solo los expresidentes del Parlamento cuentan con retratos como parte de su condecoración. El resto de homenajeados reciben una medalla, un diploma y un solapero de tela. 

 

Una historia de condecoraciones

 

La creación de la medalla de honor del Congreso data de hace más de 35 años, durante el gobierno de Fernando Belaunde Terry, a través de la Ley Nº 15082.

Fue en el mandato del expresidente Alberto Fujimori en el que se realizaron las últimas modificaciones a la norma y se aprobó su estatuto. En este documento, se estipulan los grados de las distinciones a otorgar y se recalca que el Gran Cruz será concedido “a los soberanos, jefes de Estado, presidentes de Poderes del Estado, más altos dignatarios de la Iglesia, más altos jefes de las Fuerzas Armadas y más altas personalidades ciudadanas”.

El estatuto también señala que una condecoración requiere ser aprobada por el Consejo de la Medalla, siempre “a propuesta del presidente del Congreso”. Además, los méritos del candidato deberán estar detallados en un documento. Las medallas que se otorgan son en grados de Gran Cruz, Gran Oficial, Comendador, Oficial y Caballero.

Durante la presidencia de Alva Prieto, se prepararon nueve condecoraciones, aunque una no fue recibida: la del exministro Uriel García, quien basó su decisión en “principios democráticos”. 

Tres fueron otorgadas en el grado de Gran Cruz a los extitulares del Parlamento Luis Galarreta, Pedro Olaechea y Manuel Merino.

Otras cuatro se entregaron en el grado de Gran Oficial a Amin Chaoudri (embajador del Reino de Marruecos), Alexander Grobman Tversqui (académico y científico), Julio Velarde Flores (presidente del Banco Central de Reserva), Federico Kauffmann Doig (historiador, arqueólogo y antropólogo).

Y, finalmente, se otorgó una en el grado de Caballero al docente Víctor Raúl Cánepa Llanos.

 

OjoPúblico conoció que, para las ceremonias de Galarreta y Merino, los cuadros develados estuvieron valorizados en S/8.045 y S/9.260, respectivamente.

El retrato del excongresista acciopopulista Manuel Merino fue el que tuvo el precio más alto. Su condecoración también generó polémica al recordarse la violenta represión a las marchas contra su asunción al poder, en noviembre de 2020, que terminó con las muertes de los jóvenes Inti Sotelo y Bryan Pintado.

“Es un tema protocolar”, respondió la congresista Alva Prieto ante las críticas por la condecoración a su correligionario. Aquella vez sostuvo que era un tema administrativo pendiente por resolver hacia el final de su gestión. Sin embargo, no se condecoró a los también expresidentes del Parlamento Francisco Sagasti y Mirtha Vásquez.

Durante su gestión, Alva Prieto otorgó ocho condecoraciones: tres en grado de Gran Cruz, cuatro en Gran Oficial y una en Caballero".

En tanto, en el periodo legislativo anterior sumaron, al menos, 30 las condecoraciones otorgadas, según fuentes de este medio. La expresidenta del Parlamento Luz Salgado otorgó seis; Luis Galarreta, 12; Daniel Salaverry, 10; y Manuel Merino, dos.

Entre los personajes que pasaron por el Congreso para recibir estas condecoraciones figuran el exdirector técnico de la selección peruana, Ricardo Gareca, en el grado de Caballero, en noviembre de 2017; y el cardenal Juan Luis Cipriani, en el grado de Gran Cruz, en mayo de 2018. Ambos fueron homenajeados por Luis Galarreta.

Artistas como Juan Diego Flórez también recibieron una condecoración. El tenor peruano recibió el homenaje en el grado de Oficial, de parte de Luz Salgado, en junio de 2017. En un rango más alto, el rey de España, Felipe VI, fue condecorado por Daniel Salaverry, en el grado de Gran Cruz, en noviembre de 2018.

 

El mensaje político de las condecoraciones

 

El monto destinado para estas ceremonias recae en la Oficina de Protocolo del Parlamento, que recibe un presupuesto anual. Pese a que se trata de una costumbre que data de varios años, el exoficial mayor del Congreso José Élice se mostró en contra de estos eventos.

“Pueden ser, en parte, una tradición. Pero, a mí, siempre me han parecido una huachafería. Yo las eliminaría en todo el Estado, pese a que tengo algunas. Siempre he pensado que deben eliminarse”, comentó. 

En tanto, el también exoficial mayor del Parlamento José Cevasco consideró que es lo que rige por tradición. En el caso de las condecoraciones a expresidentes del Congreso, acotó que el costo de los retratos “se viene pagando históricamente”.

Según detalló, las medallas que se entregan son elaboradas con bastante anticipación, debido al trabajo que demanda. “Hacer esas medallas demora meses y lo hace la Casa de la Moneda, porque guarda los cuños”, indicó.

Para la politóloga Paula Távara, el contexto es clave en estas condecoraciones. De acuerdo a la última encuesta de Ipsos para América TV, el Congreso cuenta con 81% de desaprobación. En medio de esa crisis de representatividad, el mensaje que deja al país con estos actos es desalentador.

Es otra muestra de un Congreso que le da la espalda a los temas que interesan a la ciudadanía”, dijo Paula Távara.

“No es negativo que esto exista en el sentido de construir nación y la idea de colectivo. Pero, si lo vemos fuera de lo conceptual, no era atinado. Es otra muestra de un Congreso que le da la espalda a los temas que interesan a la ciudadanía”, dijo a OjoPúblico.

A su opinión, esto refleja una intención de los congresistas —en este caso particular de María del Carmen Alva— de “no perder su cuota de poder” y obtener todo lo que esté a su alcance mientras se pueda. 

Y es que la congresista fue condecorada pese a los cuestionamientos que recibió su gestión. En agosto del año pasado, imágenes captadas en el hemiciclo del Congreso generaron rechazo, tras observarse a Alva Prieto jaloneando del brazo a su colega de Cambio Democrático, Isabel Cortez. El hecho ocurrió tras la suspensión del Pleno por incidentes entre parlamentarios.

A raíz de este hecho, la legisladora de Acción Popular se vio obligada a pedir disculpas por su “reacción inadecuada”. Si bien el caso fue denunciado ante la Comisión de Ética, al final este grupo solo dio una “recomendación pública”.

Otro incidente fue el que protagonizó, recientemente, con la legisladora Francis Paredes (Bloque Magisterial), en el marco de la votación para el retorno a la bicameralidad. En esta oportunidad Alva Prieto fue captada, nuevamente, por las cámaras tomando del brazo a Paredes, cerrando su laptop y buscando que cambie su voto, mientras la agarraba del hombro.

Tenemos que cumplir con lo que corresponda y, en este caso, la Legislatura que está por terminar”, argumentó Patricia Juárez.

Es por eso que, para el catedrático Marcel Velázquez, una condecoración debe ser dada por instancias que gocen de un buen funcionamiento y un reconocimiento por parte de la ciudadanía. “Y eso no ocurre con el actual Congreso”, señaló.

“Lo que ellos [los parlamentarios] están diciendo es ‘no nos interesa lo que piensa la sociedad peruana y nosotros seguimos celebrándonos y premiándonos’, sin respetar ni atender la posición mayoritaria de la sociedad peruana”, dijo Velázquez a OjoPúblico.

Recalcó que el grado de Gran Cruz “es uno de los grados más altos” y, a su consideración, esta distinción tendría que ser otorgada a aquellos que hayan desempeñado “una actuación excepcional”. 

“No lo puedes estar ofreciendo simplemente a aquel que cumple con su labor funcional. Ellos se han desempeñado en ese cargo, es un cargo alto, pero el desempeño ha sido deplorable y, en este caso, podrían haberse abstenido de reconocimiento”, subrayó.

En esa línea, consideró que sería importante que las condecoraciones sean dadas por personas que “no pertenezcan a la misma institución”. El secretario general de la Asociación Civil Transparencia, Ivan Lanegra, se pronunció en un sentido similar. 

“Podrían formar un grupo de excongresistas muy reconocidos, que no tengan ningún tipo de antecedentes negativos, problemas de integridad o demás. Pedirles a ellos que formen una comisión que se encargue de evaluar los reconocimientos”, acotó.

 

La tradición… ¿se respeta?

 

Si bien el Congreso ha acostumbrado homenajear a sus expresidentes con la medalla de honor en el grado de Gran Cruz, no todos los que asumieron el cargo tienen un espacio en la galería de expresidentes del Congreso, ya sea por decisión política o elección propia.

El expresidente Francisco Sagasti, quien en 2020 asumió como titular del Legislativo por un día para, luego, jurar por sucesión constitucional como jefe del Estado, no cuenta con un cuadro en su honor, ni tampoco tuvo alguna ceremonia de condecoración hasta la fecha. 

Un caso similar es el de la expresidenta del Congreso Mirtha Vásquez Chuquilín. Sobre la exlegisladora han surgido controversias debido a que asumió la titularidad del Parlamento de manera interina, tras la sucesión de Sagasti —en su calidad de vicepresidenta— para completar el periodo 2020-2021. 

Aunque Vásquez Chuquilín, según declaró a OjoPúblico, considera que estas faltas de reconocimiento no son trascendentes, sí cree que la reciente ceremonia deja un mensaje claro sobre la “precarización” de la política, que es interpretada por muchos funcionarios como un espacio de rivalidades, más que de convergencias por el bien común.

Mirtha Vásquez y Francisco Sagasti, expresidentes del Congreso, no cuentan hasta la fecha con algún retrato ni condecoración".

“Claramente es un gesto político. Ustedes pueden revisar que figuran los retratos de todos los presidentes que pasaron por el Congreso, incluso los que fueron interinos, como es el caso de Valentín Paniagua, que asumió de una forma similar que el expresidente Sagasti, y también de Carlos Ferrero, que asumió como presidente interino”, dijo. 

Precisamente, fue la gestión de Alva Prieto la que debió evaluar los reconocimientos a Sagasti y Vásquez Chuquilín. Sin embargo, antes de terminar su gestión, la congresista solo dejó develados los cuadros de los expresidentes del Congreso Luis Galarreta, Daniel Salaverry, Pedro Olaechea y Manuel Merino.

Otros extitulares del Parlamento, a los que se les ofrecieron estas distinciones, optaron simplemente por no recibirlas, como es el caso de Víctor Isla (presidente del Congreso en el periodo 2012-2013) y Martha Chávez (presidenta del Parlamento entre 1995-1996), según recordó el exoficial mayor José Cevasco.

 

Otras condecoraciones

 

A lo largo de los años, el Congreso ha recibido a conocidos personajes para ser condecorados. Entre los que más destacan se encuentran los reconocimientos en el grado de Gran Cruz al Premio Nobel Mario Vargas Llosa; el Rey de España, Felipe VI; el presidente de China, Xi Jinping; y el exalcalde venezolano y opositor de Nicolás Maduro, Antonio Ledezma.

La condecoración al exentrenador de la selección peruana de fútbol, Ricardo Gareca, luego de nuestra clasificación al Mundial Rusia 2018, fue otra de las que más resaltó. El exdirector técnico fue recibido en el Congreso junto con otros seis seleccionados: Aldo Corzo, Pedro Gallese, Carlos Cáceda, Miguel Araujo, Alberto Rodríguez y Wilder Cartagena.

Por otro lado, en 2022, el exministro de Salud Uriel García se negó a ser condecorado por el Congreso durante el periodo de Alva Prieto. A través de una carta, indicó que “las actuales instituciones tutelares del Estado peruano han perdido legitimidad y ya no representan la voluntad auténtica del pueblo peruano”.