IMPACTO. La crisis por la pandemia aceleró la "urbanización de la pobreza" en Perú.
En 15 años de crecimiento económico, entre 2004 y el 2019, el Perú redujo el porcentaje de pobreza de 59% a 20%. Y lo que era motivo de orgullo para la economía nacional fue encarado por la pandemia de la Covid-19. El 2020 aumentó el desempleo y la pobreza alcanzó al 30% de la población, y aunque la situación mejoró ligeramente, ahora un informe del Banco Mundial —basado en cifras oficiales del 2021— concluye que aún estamos lejos de alcanzar los niveles previos a la emergencia sanitaria: el 25,9% de personas se encuentra en esta precaria situación.
“La magnitud de la pérdida de bienestar durante la crisis reveló la fragilidad de las mejoras sociales alcanzadas en las dos décadas anteriores”, resume el Banco Mundial en su reciente informe denominado “Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú”.
La emergencia sanitaria también dejó entrever que la mayor cantidad de pobres están situados en las zonas urbanas. Esta tendencia ya venía desde antes de la pandemia, pero la crisis aceleró dicho proceso. En cifras, entre 2013 y 2019 el porcentaje de pobres en zonas urbanas ya representaba más del 50%, pero con la llegada de la Covid-19 se incrementó hasta casi el 70% en 2021.
El Banco Mundial explica que el aumento de la pobreza urbana se sustenta en que la mayor densidad poblacional en esas áreas generó mayor riesgo de contagio, por lo que se tuvo medidas de contención más estrictas.
A detalle, la cuarta parte de la población pobre se concentra en Lima (24%), y sumado a las otras 12 ciudades más grandes del país (Callao, Trujillo, Tacna, Piura, Arequipa, Iquitos, Cusco, Chiclayo, Chimbote, Cajamarca, Pucallpa y Huancayo) representan el 40% del total.
La cuarta parte de la población pobre se concentra en Lima".
Entre las características de los identificados como pobres urbanos se destaca que, al 2021, solo el 12% pertenece a hogares cuyo jefe de hogar cuenta con estudios superiores, solo el 42% tenía acceso a internet y un 38% es titular de alguna cuenta bancaria. Además, la alta tasa de informalidad y la baja afiliación a un sistema de pensión hace que tengan menos probabilidades de acceder a la protección social.
Ante este panorama, el organismo multilateral enfatizó que se requiere actualizar el sistema de protección social en Perú, que no está preparado para responder a la creciente “urbanización de la pobreza” y la vulnerabilidad ante nuevas crisis.
“La urbanización de la pobreza y su concentración en núcleos urbanos revelaron la urgencia de actualizar la estrategia para reducir la pobreza y reformular el sistema de protección social, que no está equipado para responder al fenómeno de la urbanización de la pobreza”, precisó.
Es preciso señalar, que aunque la población pobre se concentra en zonas urbanas, estas se encuentran en mejor situación que las personas en situación de pobreza de las zonas rurales, quienes sufren de más privaciones y trabajan en empleos más vulnerables.
Fuente: Banco Mundial, en base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Alta vulnerabilidad de caer en la pobreza
Aunque Perú tuvo uno de los paquetes de medidas más grandes para paliar la pérdida de ingresos durante la pandemia —como los subsidios familiares—, que logró evitar un incremento de la tasa de pobreza de 3,6 puntos porcentuales adicionales, esto no fue suficiente para proteger a los peruanos en caer en pobreza.
El Banco Mundial resalta que la vulnerabilidad a la pobreza en Perú —medida como el porcentaje de la población que vive con un ingreso de entre USD 6,85 y USD14 al día en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) de 2017— ha alcanzado su nivel más alto en dos décadas. Esto pone a un importante porcentaje de la población en riesgo inminente frente a cualquier choque.
Y es que en 2021 se identificó que el 40% de peruanos estaban en riesgo de caer en la pobreza, la cifra más elevada desde 2004. “Esta alta tasa de vulnerabilidad provocó la pérdida de 10 años de progreso social durante la crisis de Covid-19, lo que representó el mayor retroceso en América Latina y el Caribe”, resalta el organismo internacional.
Y sumado a los ya identificados como pobres, el Banco Mundial concluye que por lo menos el 70% de la población es pobre o es vulnerable a caer en la pobreza; es decir, siete de cada 10.
Siete de cada 10 peruanos es pobre o es vulnerable a caer en la pobreza".
Asimismo, el informe resalta que, al igual que la pobreza, la vulnerabilidad se concentra en áreas urbanas, ya que “las personas pobres y vulnerables no tienen mecanismos formales y adecuados de mitigación y dependen de sus familias para cubrir sus necesidades de alimentación durante los choques”.
“La reducción de la pobreza en el Perú en las últimas dos décadas ha sido destacable, sin embargo, hoy siete de cada diez peruanos son pobres o vulnerables de caer en la pobreza (...) Perú necesita recuperarse plenamente del impacto de la pandemia, ahora tiene la oportunidad de reducir la fragilidad social y avanzar hacia un crecimiento más equitativo y sustentable”, señaló Luis Felipe López-Calva, director global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial.
Fuente: Banco Mundial: estimación de pobreza y vulnerabilidad con información de la SEDLAC y líneas de pobreza internacional.
Medidas para enfrentar la pobreza
En su informe sobre la pobreza en Perú, el Banco Mundial recomienda tres medidas de política pública para recuperar los avances del pasado.
Para ello, sugiere impulsar el acceso a servicios públicos de calidad. Pese a que en las últimas dos décadas hubo mejoras en el acceso, todavía el 60% de los hogares peruanos carecen de uno o más servicios esenciales como agua potable, saneamiento, electricidad e internet.
También plantea enfocarse en enfrentar la alta informalidad y precariedad laboral, pues tres de cada cuatro trabajadores son informales y la pandemia empeoró la calidad del empleo. Esto repercute en la capacidad redistributiva del sistema fiscal: solo ocho de cada 100 trabajadores tributan directamente sobre sus ingresos laborales.
Aún el 60% de hogares peruanos carecen de uno o más servicios esenciales como agua, saneamiento, luz e internet".
Finalmente, el informe enfatiza en que se deben cerrar las persistentes brechas de género para impulsar el crecimiento económico, y con ello la reducción de la pobreza. Esto debido a que en promedio las mujeres tienen empleos de menor calidad y de productividad más baja, y en las últimas dos décadas las mujeres no aumentaron su tasa de participación en el mercado laboral con respecto a los hombres, el cual se sitúa en cerca de 20 puntos menos.
Para Pilar Maisterra, directora interina del Banco Mundial para la región Andina, corregir el rumbo requiere impulsar el crecimiento por encima de la senda actual. “Para que este crecimiento sea inclusivo y centrado en mejorar la capacidad productiva de la población más pobre, se debe impulsar el empleo de calidad y la participación laboral de las mujeres, así como mejorar la gestión de recursos y la capacidad de implementación de los gobiernos locales y regionales”, apuntó.
Cabe señalar que el análisis del Banco Mundial se basa en las cifras oficiales al 2021. En las próximas semanas el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) presentará la actualización de las cifras de pobreza para el año 2022. El organismo multilateral estima el ratio de pobreza en el Perú en un 31,8%, considerando el umbral de USD 6,85 de ingresos diarios.