PROTESTAS. Trabajadores de Belmond Hotels salieron a las calles en varias ocasiones para denunciar que la empresa impulsaba despidos.
La tarde del 3 de julio del año pasado, en medio de la primera ola de la pandemia de la Covid-19, un mensaje llegó a los correos electrónicos de 66 trabajadores de la empresa Perú Belmond Hotels S.A, cuyo director es el excandidato presidencial de Renovación Popular, Rafael López Aliaga, según reveló él mismo ante el Jurado Nacional de Elecciones. En dicho mensaje se les comunicaba el inicio de un procedimiento de cese colectivo. Entonces, los empleados ya estaban en suspensión perfecta de labores desde el 11 de mayo de 2020.
En la relación de trabajadores de Perú Belmond Hotels S.A, -entre sindicalizados y no sindicalizados afectados por la medida- había 11 empleados del hotel Belmond Sanctuary Lodge de Machu Picchu, un trabajador del Belmond Las Casitas del Colca, en Arequipa; y 54 del Belmond Hotel Monasterio, que funciona en Cusco.
El día anterior, los empleados del hotel en el Cusco habían recibido una invitación para una reunión presencial, a las 11.00 am. No obstante, a pedido de los trabajadores, la cita fue virtual y se realizó el 4 de julio. En aquella ocasión, el administrador del hotel, Arturo Schwarz, informó al personal que, debido al Estado de Emergencia, la empresa había solicitado al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) el cese de un grupo de trabajadores.
El Ministerio de Trabajo dispuso que Belmond Hotels S.A. pague las remuneraciones de 34 empleados que estaban con suspensión perfecta".
Casi un año después de interpuesto el pedido, la Dirección General de Trabajo del MTPE rechazó la solicitud de Perú Belmond Hotels S.A. para aplicar la terminación colectiva de los contratos de 34 trabajadores. La resolución, a la que accedió OjoPúblico, dispone que la empresa pague las remuneraciones que los 34 empleados dejaron de percibir durante el periodo de suspensión perfecta de labores comunicada por la empresa, es decir desde julio de 2020 hasta julio de 2021. Asimismo, ordena a la empresa a reponerlos en sus puestos de trabajo.
La resolución fue notificada a ambas partes el 6 de julio y puede ser impugnada por la empresa con un recurso de reconsideración ante la misma Dirección General de Trabajo. “Esperemos que la empresa cumpla con reponernos en nuestros trabajos”, dijo a este medio Hernán Flores Siancas, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Hotel Monasterio del Cusco – Perú Belmond Hotels S.A.
El documento del Ministerio de Trabajo se refiere a 34 empleados, pues fueron los que no aceptaron la propuesta de cese de la empresa. Otros 32 trabajadores sí accedieron a la medida laboral y fueron indemnizados por la compañía.
Rafael López Aliaga preside la empresa Perú Holding de Turismo, compañía que tiene inversiones con la multinacional Belmond LTD y maneja hoteles y trenes de lujo en Cusco, Urubamba, Machu Picchu y Arequipa, tal como señalamos en este informe.
Medida polémica de la empresa vinculada a López Aliaga
Belmond Hotels S.A solicitó el cese colectivo de sus empleados bajo el argumento de que la pandemia paralizó el funcionamiento de sus servicios vinculados al turismo y ocasionó un serio problema de rentabilidad, porque sus ventas cayeron a cero. Afirmaron que cubrir sus costos y gastos fijos dependía de la implementación de un proceso de reestructuración de la compañía, debido a la suspensión indefinida de los servicios del hotel Belmond Las Casitas del Colca, Belmond Hotel Monasterio y del restaurante del hotel Belmond Sanctuary Lodge.
La compañía señaló en una carta, enviada al sindicato y a los trabajadores no sindicalizados en julio del año pasado, el inicio del cese colectivo. “Este cambio estructural amerita necesariamente el cierre de operaciones en las líneas de negocio antes citadas y, por lo tanto, quedarían inoperativos los puestos de trabajo por el resto del año 2020 y hasta el 2021 (aún no se tiene el estimado del mes de reinicio)”, se lee en el documento.
El procedimiento de cese colectivo ingresó al MTPE el 31 de julio de 2020, sustentado en la causal de “motivos estructurales”, una de las cuatro causas objetivas establecidas en el artículo 46 de la Ley de Productividad Competitividad Laboral. La medida fue adoptada a pesar de que la empresa recibió un préstamo del Banco Interbank de S/ 10 millones en el marco del programa estatal Reactiva Perú, cuyo objetivo era asegurar la cadena de pagos.
BENEFICIADA. A pesar de recibir un préstamo de Reactiva Perú, Belmond Hotels S.A. inició un procedimiento de cese colectivo de 66 de sus trabajadores.
“Este [dinero] no fue usado para la mantención de los puestos de trabajo, sino para la compra de renuncias de trabajadores no sindicalizados [un fin diferente al contemplado por Reactiva] con la promesa de pagar 12 sueldos a cambio de aceptar el cese de mutuo disenso”, señaló a OjoPúblico Hernán Flores Siancas, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Hotel Monasterio del Cusco – Perú Belmond Hotels S.A.
A pedido del sindicato, la empresa entregó en julio del año pasado un reporte de flujo de caja proyectado a diciembre de ese año, así como el uso del dinero de Reactiva Perú. En ese documento, Belmond había programado el uso de por lo menos S/ 2,5 millones del préstamo de Reactiva Perú para el pago de los ceses voluntarios.
A principios de mayo de 2020, antes del inicio del proceso de cese colectivo, los funcionarios de la empresa hotelera llamaron a los empleados que estaban con suspensión perfecta de labores desde ese mes para ofrecerles una indemnización a cambio de firmar un mutuo disenso.
La tarde del 14 de mayo, Alejandro Huamán Huamán, empleado del Belmond Hotel Monasterio de Cusco, recibió la llamada del administrador del hotel, Arturo Schwarz, quien por encargo de sus superiores le planteó la propuesta de una compensación económica a cambio de aceptar el cese de mutuo disenso.
Belmond usó parte del préstamo de Reactiva Perú para el pago de los ceses voluntarios".
“Tenemos la orden de comunicar a todos nuestros trabajadores que nuestra casa matriz va a conseguir y va a enviar los fondos necesarios para cubrir una suerte de indemnización por la salida de los trabajadores que decidan de manera voluntaria dejar la empresa, es decir, a través de suscribir convenios de mutuo disenso. En tu caso corresponde un sueldo y medio por cada año laborado con un tope de 12 sueldos de tu haber básico”, dijo Schwarz en esa conversación que fue grabada por el empleado.
Alejandro Huamán pidió un poco de tiempo para evaluar el ofrecimiento. “Me cogió frío, no tengo todavía ninguna decisión, tendría que pensarlo y consultarlo”, respondió escuetamente el trabajador. Ante esta respuesta Schwarz le dijo: “Yo no tengo mucho tiempo para poder esperarte, Alejandro. Voy a estar en la oficina hasta las 7, así que piénsalo y espero tu llamada, pues. Tengo que enviar la comunicación a Londres y ya no tenemos mucho tiempo. Espero que tomes la decisión que mejor te convenga”.
Pero Huamán nunca le devolvió la llamada. Él, junto a otros 33 empleados que no aceptaron la propuesta, presentaron su caso ante el Ministerio de Trabajo.
La propuesta de Belmond y la contrapropuesta de los trabajadores
El artículo 48 de la Ley de Productividad Competitividad Laboral establece que el proceso de cese colectivo obliga a la empresa a entregar al sindicato o a los trabajadores en forma individual información sustentada sobre las razones de la solicitud de terminación de contratos, así como generar espacios de negociación directa y reuniones de conciliación.
Por eso, una vez iniciado el proceso de cese ante el MTPE el año pasado, Belmond cumplió con convocar a reuniones de trato directo (negociaciones) para acordar las condiciones de la terminación de los contratos o las medidas que pudieran adoptarse para evitar o limitar el cese de personal.
Como el trato directo no prosperó con 46 empleados, ya en junio de este año Belmond empezó la etapa de conciliación con intervención de la Autoridad Administrativa de Trabajo (AAT) del Ministerio del Trabajo, que se desarrolló en tres sesiones los días 17, 18 y 21 de junio. En este punto, la empresa hotelera vinculada a López Aliaga planteó dos caminos para acogerse al procedimiento de terminación colectiva de contratos de trabajo.
El primero consistía en el “mutuo disenso”, que consideraba el cese inmediato, el pago de una gratificación extraordinaria por un monto ascendente a 15 remuneraciones brutas mensuales y, en el caso de los trabajadores de grupo de riesgo, se condonaría el 100% de la deuda en horas de trabajo de la licencia con goce compensable. Esto porque el trabajador está obligado a compensar las horas pagadas por el empleador en cuanto finalice el Estado de Emergencia.
CUSCO. Entre los trabajadores afectados con el cese colectivo propuesto por Belmond Hotels figuraban empleados del Hotel Monasterio de la ciudad imperial.
Foto: OjoPúblico/ José Víctor Salcedo
La segunda propuesta fue “la evaluación de reincorporación” del empleado en función a las necesidades operativas de la empresa en áreas y lugares de trabajo distintos al Hotel Monasterio, Hotel Casitas del Colca y del Restaurante Tinkuy del Hotel Sanctuary Lodge porque los tres están cerrados y son objeto de reestructuración.
Los trabajadores que optaban por la última propuesta debían aceptar una remuneración de S/ 930, una jornada reducida hasta el 30% y reconocer la validez de la suspensión perfecta de labores desde su inicio hasta la fecha de su reincorporación. Mientras que a los trabajadores de grupo de riesgo se le condonaría el 50% de la deuda en horas de trabajo de la licencia con goce compensable.
En esta fase, Belmond logró acuerdos con 12 trabajadores (de los 46 con los que negociaba) que aceptaron el mutuo disenso a cambio de los beneficios económicos ofrecidos por la empresa, mientras que los otros 34 rechazaron las dos alternativas y entregaron una contrapropuesta.
“Las propuestas 1 y 2 expuestas por su empresa no han sido aceptadas por los trabajadores sindicalizados en razón a que el cese colectivo iniciado por la empresa no cumple con los requisitos para su aprobación y no resulta la medida adecuada para evitar la quiebra de la empresa, existiendo otras alternativas que muy bien pueden concretizarse antes de asumir esta medida finalista extrema”, respondió el sindicato a la directora de Recursos Humanos de Belmond, Natalie Gildemeister, el 21 de junio de este año.
Los fundamentos del rechazo al cese colectivo
Según la resolución de la Dirección General de Trabajo que desaprobó el cese de los 34 trabajadores, Perú Belmond Hotels S.A. no cumplió con el requisito de entregar a los empleados información pertinente y sustentada sobre la situación de la empresa y las razones que justificaban el pedido de cese colectivo.
La compañía hotelera solo entregó los estados financieros de Belmond Hotel Monasterio, Belmond Sanctuary Lodge y Belmond Casitas del Colca con lo proyectado al cierre del 2020 en inglés, y sin explicación o desarrollo de esa información, señala la resolución firmada por el director general de Trabajo del MTPE, Juan Carlos Gutiérrez Azabache.
Esa información, contradice la afirmación de Belmond de que “la empresa cumplió con proporcionar al sindicato y a los trabajadores no afiliados la información técnica y económica pertinente y suficiente para entablar una negociación efectiva entre las partes, además de que dicha información fue explicada por los representantes de la empresa en las reuniones sostenidas con ellos”.
“Los conceptos detallados, así como las variables e indicadores en el cuadro estaban en inglés… En atención a lo expuesto esta dirección general determina que no se ha dado cumplimiento al requisito materia de análisis”, señala Gutiérrez Azabache.
Perú Belmond Hotels S.A. no entregó a los empleados información pertinente y sustentada", señala el Ministerio de Trabajo.
Belmond tampoco justificó por qué incluyó en la lista de la terminación colectiva de contratos a los nueve miembros del sindicato cuando estos tienen una doble protección contra el despido, traslado o desplazamiento de personal. La empresa argumentó que, en estos casos, su contratación está relacionada a la operatividad de sus unidades y, al estar estas cerradas y sin atención al público, no era necesaria la continuidad de sus contratos.
No obstante, para Gutiérrez Azabache la empresa no sustentó de forma específica la necesidad de incluir en la medida a dirigentes protegidos por el fuero sindical, “así como tampoco ha fundamentado por qué no es posible reubicar a los mencionados dirigentes en otros puestos de trabajo, de modo que puedan continuar realizando labores en otras áreas o secciones de la empresa”.
“La empresa invocó un motivo de carácter estructural y económico para decir que está habilitada para iniciar un proceso de cese colectivo, pero no entregó información específica sobre la nueva estructura de los negocios y tampoco justificó porque fueron incluidos todos los dirigentes”, señaló a OjoPúblico Rachell Mayena Herrera, asesora legal del sindicato.
La abogada consideró improbable que un recurso de reconsideración prospere, porque los incumplimientos encontrados por la Dirección General de Trabajo ya no pueden ser subsanados. “Lo que tendría que hacer el director general de Trabajo es ratificar su propia decisión. Los requisitos que ha incumplido la empresa no se van a poder subsanar a través de un recurso de reconsideración. Por esas razones, se debe ratificar esta decisión y los trabajadores deben retornar a sus puestos”, aseguró.
OjoPúblico envió un correo electrónico al área de prensa de Belmond solicitando una entrevista con un vocero. Al cierre de esta edición, nos respondió la agencia de comunicación Métrica (que señaló gestionar la cuenta de dicha empresa), diciendo que “la compañía hotelera no tiene comentarios para esta etapa”.