El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) dispuso la incautación de un cargamento de 84 aves amazónicas conservadas en sal que un ciudadano ruso estaba a punto de enviar a su país, una modalidad inédita de tráfico de fauna silvestre que podría conectar con el coleccionismo altamente especializado, según funcionarios de la institución que presentaron hoy los ejemplares recuperados.
El cargamento constaba de 84 aves endémicas del Perú, entre las cuales había 45 picaflores, dos troncones de ala negra, dos relojeros, un cacique de espalda amarilla y varias más. También había tres murciélagos y un mono pichico emperador. A diferencia de los casos usuales de tráfico de especies, en que se envía animales vivos o sometidos a taxidermia, esta vez solo se había embalado la piel y las plumas de las aves. En el caso del mono, la piel iba cuidadosamente separada del cráneo y los huesos.
Letty Salinas, del Museo de Historia Natural, y Jessica Gálvez-Durand, de Serfor, presentan los ejemplares incautados el 26 de abril en los almacenes de Talma, en el Callao.
Los ejemplares estaban embalados en bolsas con sal al interior de una caja de cartón, como una encomienda para envío aéreo. El tipo de paquete y el destino despertaron la sospecha de los agentes de aduanas, que al pasar la caja por el escáner detectaron una coloración característica de la materia orgánica. En seguida dieron aviso a Serfor.
“Ya habíamos visto que la industria biomédica también comercia (fauna silvestre) de manera ilegal. Ahora esto posiblemente iba a una colección científica”, señaló Jessica Gálvez-Durand, Directora de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre.
Entre los indicios para esta sospecha destaca la inclusión de los cráneos del mono y de los murciélagos, elementos que no suelen interesar a los coleccionistas comunes, pero que aportan información científica sobre estas especies valiosa para un especialista.
Las aves estaban cubiertas con sal en bolsas al interior de una caja. El paquete y el destino, la ciudad rusa de Tyumen, despertaron la sospecha de los agentes de Aduanas. / Serfor.
“Esto es una selección de belleza. Está muy bien seleccionada. Es una muestra de una sección de nuestra fauna de los ambientes montanos y de límite con selva baja", precisó Letty Salinas, Jefa del Departamento de Aves del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, una de las instituciones que participan en una estrategia nacional para combatir el tráfico de fauna silvestre.
Las aves incautadas proceden de la Amazonía Sur, entre Ucayali y Cuzco. Ahora pasarán a integrar la colección científica del Museo de Historia Natural.
Salinas indicó que se trata de especies protegidas bajo parámetros internacionales que regulan de manera muy precisa el comercio e incluso la investigación científica.
"Este caso va a servir para enriquecer el mapa de rutas del tráfico que ya tenemos", indicó Jessica Gálvez-Durand, de Serfor. Sin embargo, el autor del envío salió del país poco antes del decomiso.