El 3 de marzo del 2013, la vida del administrador de empresas Gilmar Pacahuala Arroyo dio un giro radical después de que ingresó a la Clínica Montefiori, en La Molina, por un persistente dolor en el estómago. Los exámenes que le practicaron en el área de emergencias arrojaron que tenía la vesícula inflamada y debía operarse de inmediato. Pacahuala, de 48 años, aceptó sin titubear la intervención, pero salió del quirófano más enfermo de lo que ingresó. El cirujano que lo asistió, Pedro Bances Pezo, carecía de registro en el Colegio Médico del Perú y le causó una grave lesión biliar. Aunque esto recién lo supo meses después.
El mismo día que fue dado de alta de la operación, Gilmar Pacahuala tuvo que volver a la sala de emergencias de la clínica aquejado por un dolor en el abdomen cada vez más fuerte. El médico le dio entonces un nuevo diagnóstico: apendicitis aguda y peritonitis generalizada. Fue operado por segunda vez y pasó más de veintisiete días internado bajo observación, pero solo empeoró. Su prolongada estancia en la Clínica Montefiori hizo que contrajera una neumonía intrahospitalaria que lo debilitó más y le dejó una deuda en gastos médicos que superó los 40 mil soles.
Gilmar Pacahuala carecía de seguro de salud. La factura de la clínica obligó a su familia a pedir un préstamo bancario para asumir los gastos. “El médico me dijo que se habían presentado complicaciones normales, que mejoraría. Sin embargo, me sentía cada vez peor. En estas condiciones regresé a mi casa. Más enfermo y endeudado”, contó a ojo-publico.com.
Los malestares contínuos llevaron al administrador a visitar otros centros médicos. Los nuevos análisis y exámenes arrojaron que su estado se debía a una lesión de la vía biliar principal ocasionada en un acto quirúrgico. Esto generó que Gilmar Pacahuala presentara un reclamo documentado a la Clínica Montefiori sobre los daños a su salud, cuya junta médica reconoció. Se le ofreció entonces volver a operarlo sin costo alguno, pero durante los trámites la clínica le exigió una garantía de pago de nueve mil soles. Pacahuala rechazó el requisito e indignado buscó asistencia médica en otro lugar para salvar su vida.
El 30 de octubre del 2013, Gilmar Pacahuala fue operado en la Clínica Ortega de Huancayo para recuperarse de la lesión biliar. En julio del año pasado, aun convaleciente, denunció a la Clínica Montefiori ante la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud). Después de noventa días, dicho organismo emitió un informe de auditoría médica que estableció siete graves violaciones a las normas en el manejo de la terapia que recibió, entre las cuales figura que fue operado por un profesional no acreditado.
Pacahuala quiso llevar a la Clínica Montefiori al Centro de Conciliación y Arbitraje de Susalud para que reconociera la negligencia médica, pero el representante legal de la clínica rechazó la petición. Recurrió también al Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), que sancionó a la clínica con una multa de 114 mil soles por falta de idoneidad en sus servicios. Sin embargo, en este último procedimiento sancionador no se tomó en cuenta las evidencias de mala praxis médica detectadas por Susalud. La clínica apeló la multa.
Gilmar Pacahuala no ha recibido hasta hoy reparación alguna.
Aunque algunos casos de graves negligencias han llegado a los medios de comunicación, no existe un registro oficial o independiente sobre los errores médicos cometidos en los centros privados de salud. Para atender esa necesidad, ojo-publico.com ha desarrollado la plataforma digital llamada Cuidados Intensivos, que ofrece la primera base de datos analizada sobre 9.920 establecimientos privados de salud, 61.372 médicos colegiados y 21 empresas administradoras de fondos de salud.
En este espacio, cualquier paciente podrá conocer los antecedentes de una clínica, su nivel de riesgo o si el médico con el que piensa tratarse tiene algún antecedente por mala práctica. También podrá reportar nuevos casos documentados con el fin de ayudar a la vigilancia ciudadana de este sector. Gilmar Pacahuala recurrió a este espacio de alerta y espera que su caso evite nuevos abusos y casos de impunidad.