HUMEDAL LUCRE HUACARPAY. Este sitio Ramsar ubicado en la provincia de Quispicanchi, Cusco, soporta el avance desorganizado de construcciones urbanas.
Con información y reporteo de Jonathan Hurtado.
De todos los humedales que tiene el Perú, 14 cuentan con reconocimiento internacional por su enorme importancia para enfrentar la emergencia climática. Se trata de sitios denominados Ramsar, por el nombre del tratado global que los define. Sin embargo, a pesar de que el país se ha comprometido a garantizar su conservación, 11 de estos ecosistemas están amenazados por la falta de planificación urbana y la superposición de permisos para concesiones extractivas.
Los 14 humedales –cuyas áreas suman 6,8 millones de hectáreas– forman parte de la lista de la Convención de Ramsar, un tratado intergubernamental que el Perú suscribió en 1991. El tratado promueve la protección de humedales, lagos, ríos, acuíferos subterráneos, pantanos, turberas y manglares, porque son hábitats de especies únicas, como las aves migratorias, y eficaces sumideros de carbono: pueden capturar incluso más carbono que algunos bosques.
Entre el año 2000 y el 2022, la expansión urbana avanzó sobre ocho de los 14 humedales Ramsar, señala un análisis del Instituto del Bien Común (IBC) al que OjoPúblico tuvo acceso. Entre los espacios más afectados se encuentran los humedales de Lucre-Huacarpay, en la región Cusco; la Reserva Nacional de Junín, y los Pantanos de Villa, en Lima.
En el humedal Lucre - Huacarpay, compuesto por cuatro lagunas, los impactos se han dado principalmente por la expansión irregular del casco urbano. El año 2000 este humedal tenía 31 de sus 1.900 hectáreas ocupadas por infraestructura urbana, pero al 2022 esta ocupación creció en más de un 80%.
Entre los humedales Ramsar más afectados en Perú se encuentran los de Lucre-Huacarpay, en la región Cusco.
En la zona, a más de 3.050 metros sobre el nivel del mar, se promueve la venta de lotes para vivienda. Livio Pantoja Orihuela, dirigente del distrito de Lucre, dijo a OjoPúblico que, debido a las severas sequías, el agua de las lagunas ha retrocedido y sobre ese territorio algunos vecinos han arrojado desmonte para hacer cimientos y dar paso a nuevas construcciones. Este humedal tiene también restos arqueológicos y es refugio de más de un centenar de tipos de aves.
La Reserva Nacional de Junín pasó de tener 0,5 hectáreas de su área ocupada por construcciones en el año 2000 a 13 hectáreas en el 2022; y en Lima, los Pantanos de Villa, en Chorrillos, perdió ocho hectáreas en el mismo tiempo: ahora tiene 35 hectáreas ocupadas.
Otros sitios Ramsar afectados se encuentran en la Amazonía. Se trata del Complejo de humedales del Abanico del río Pastaza (con 3,8 millones de hectáreas) y la Reserva Nacional Pacaya Samiria (2 millones de hectáreas), impactados por años de actividad petrolera sobre estos territorios ubicados en Loreto.
Además, parte de estos sitios se encuentran superpuestos a lotes u áreas promocionadas para la extracción de combustibles fósiles. Por ejemplo, el 96% del área de humedales del abanico del río Pastaza se encuentra superpuesto a lotes petroleros o a áreas promocionadas, señala un estudio realizado por la Universidad Científica del Sur y CooperAcción.
OjoPúblico ha expuesto en investigaciones previas que Perupetro promociona ante inversionistas, desde el 2023, 31 áreas para futuras exploraciones de hidrocarburos. Por lo menos diez de estos lotes se superponen a los humedales del Abanico del Pastaza, en Loreto.
Además del impacto petrolero, en el Complejo de humedales del Abanico del río Pastaza —abrazado por los ríos Corrientes, Marañón, Pastaza y Tigre, y donde viven decenas de comunidades indígenas—, el avance urbano creció de 590 hectáreas, en el año 2000, a 1.030 hectáreas, en el 2022.
Otra actividad que se extendió en este sitio Ramsar fue la agricultura. De 20.310 hectáreas en el 2000 pasó a 35.050 hectáreas en el 2022, lo que representa un crecimiento del 72,5% en poco más de dos décadas.
La agricultura, junto a la expansión urbana y la minería “son las que tienden a expandirse [sobre estos sitios protegidos], al punto de poner en peligro este tipo de ecosistemas”, advierte Nicole Moreno, geógrafa del Instituto del Bien Común (IBC).
A diferencia de la mayoría de humedales Ramsar, el Complejo de humedales del Abanico del Pastaza no se encuentra dentro de un área natural protegida, por lo que no cuenta con un régimen de protección efectivo. Solo 10 de los catorce sitios en Perú que cuentan con esta categoría internacional están protegidos.
Para el especialista en bosques del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP), Dennis del Castillo Torres, otra de las amenazas que enfrentan los humedales del Abanico del Pastaza son los proyectos de carretera.
En la Reserva Nacional Pacaya Samiria se encuentran las turberas, como se llama a un tipo de humedal que se desarrolla en pantanos abiertos y en aguajales. Diversos estudios señalan que las turberas son capaces de almacenar grandes cantidades de carbono, de ahí su importancia para afrontar la crisis climática.
Las turberas son una tipo de humedal, se desarrollan debajo de las palmeras de aguaje y almacenan grandes cantidades de carbono"
En este sitio Ramsar de Loreto, la infraestructura urbana creció de 91 hectáreas en el 2000 a 215 hectáreas en el 2022. En el mismo tiempo, la agricultura pasó de 7.850 a 10.970 hectáreas. Esta reserva es considerada la más grande despensa de pescado para la población de Loreto, señala Dennis del Castillo.
El estudio de la Universidad Científica del Sur y CooperAcción menciona que la superposición de concesiones mineras y petroleras alcanza a nueve de los 14 sitios Ramsar. El análisis destaca el caso del Estuario de Virrilá, ubicado en Piura: tiene el 83% de su área concesionada a la minería, y el 100% a la actividad petrolera.
En menor medida, el humedal Manglares de San Pedro de Vice, también en Piura, tiene el 6,05% de su área concesionada a la minería. Sin embargo, el 99% está comprometida para la actividad petrolera.
Pese a que los humedales proporcionan servicios ecológicos al planeta y benefician a la humanidad, con la regulación del clima y el ciclo del agua, el ecólogo Ernesto Ráez Luna lamenta que estos sistemas naturales se encuentren en una situación crítica.
José Álvarez Alonso, exdirector de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, explica que los humedales son fundamentales para superar la escasez hídrica que se avecina por la crisis climática. “En el caso de la costa, si hay algo que puede amortiguar [la ausencia de recursos hídricos] y seguir proporcionando agua a esta franja eso son los humedales”, asegura.
El 26 de marzo de este año, el Ministerio del Ambiente aprobó los criterios que promueven la conservación de los humedales en el país. Mirbel Alberto Epiquién Rivera, actual director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, reconoció que el 2021 fue la última vez que el gobierno reportó sus avances en la gestión y protección de estos ecosistemas ante la Convención de Ramsar.
Hasta la fecha el Minam no ha dado a conocer qué humedales serán los priorizados para su protección.