ANÁLISIS. Un trabajo del MAAP muestra el incremento de caminos forestales en regiones de la Amazonía peruana durante el 2019.
Las amenazas del tráfico de madera y la deforestación en la Amazonía peruana no se detienen. Un reporte del Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos (MAAP, por sus siglas en inglés) analizó los nuevos caminos forestales construidos en la Amazonía peruana durante el 2019 y concluye que estos alcanzaron los 1.500 kilómetros lineales, una distancia que equivale al recorrido desde la ciudad de Tumbes hasta la provincia limeña de Chilca.
Se trata de trochas que se van construyendo, a la par del desbosque en la zona donde se establece la vía, para el acceso y posterior transporte de madera u otro recurso forestal extraído de la Amazonía, cuya dimensión y ubicación -al no contar con una normativa con especificaciones al respecto- se determina a partir de la necesidad que se tenga al construirla.
La mayor parte de estas trochas se encuentran en las regiones Loreto, Madre de Dios y Ucayali. A partir de un conjunto de patrones analizados se identificaron una serie de caminos asociados a seis casos que posiblemente estén vinculados a la construcción ilegal de estas vías.
El reporte menciona la existencia de una red de caminos forestales en zonas sin concesiones o permisos forestales. Una de ellas se ubica en el límite de las regiones Loreto y San Martín, tiene una extensión de 55 kilómetros. Otro se construyó en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Asháninka (Junín), a casi 300 metros del límite de esta área protegida nacional, y con una extensión de 5,8 kilómetros lineales.
ALERTA. En uno de los casos analizados por el MAAP, el camino forestal fue construido a 300 metros del límite de la Reserva Comunal Asháninka (Junín).
Imagen: MAAP.
Entre los casos también se describe uno en Ucayali, donde se detectó un camino de 23,4 km lineales que recorre las comunidades nativas de Nuevo Paraíso y Fernando Sthal, esta última con una autorización caducada para el aprovechamiento de los recursos forestales, de acuerdo a información del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor).
Al ser consultado sobre posibles irregularidades en la construcción de este tipo de vías, Dumas Campos, fiscal ambiental de Ucayali, indicó a OjoPúblico que en su despacho se encontraba apenas una investigación vinculada a caminos forestales, iniciada alrededor del 2013, pero que no incluía a ninguna comunidad.
RUTA. En el estudio se detectó un camino forestal construido en las comunidades nativas de Nuevo Paraíso y Fernando Sthal, ambas ubicadas en Ucayali.
Imagen: MAAP.
Dumas Campos también dijo que antes de que los procesos sean investigados por la fiscalía reciben la supervisión de otras instituciones como la Dirección Forestal de Ucayali, hoy a cargo de Marcial Pezo Armas -con investigaciones vigentes por delitos ambientales- o del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), cuyo director ejecutivo fue retirado del cargo a inicios de junio.
En otro de los casos que menciona el análisis de MAAP está una construcción de 17,7 kilómetros lineales en una concesión forestal maderable que figura como no activa en la región Madre de Dios. De acuerdo al reporte, las sospechas de actividades de tala ilegal crecen en rutas construidas en permisos forestales en situación de “no activos” o “no definido”.
El coordinador de las fiscalías ambientales de la región Madre de Dios, Américo Bautista, señaló a OjoPúblico que este tipo de reportes ayuda a optimizar el trabajo de las fiscalías ambientales debido a que cuentan con poco personal y requieren de toda la información generada sobre los temas que investigan.
INACTIVA. En el reporte también se muestra que trochas se construyeron en zonas donde existían concesiones forestales en estado "no activo" o "no definido".
Imagen: MAAP.
“Estamos avanzando en un nuevo método para detectar el delito en tiempo real y cuando la acción preventiva aún es posible. Hay potencial para detectar un camino forestal con indicios de ilegalidad, enviar inmediatamente la información al gobierno para confirmar, y mandar un equipo al campo para una intervención. Es decir, replicar el modelo de intervención de minería ilegal a la tala ilegal”, señaló a OjoPúblico Matt Finer, director del proyecto e investigador de Amazon Conservation.
Para el procurador del Ministerio del Medio Ambiente, Julio Guzmán, los hallazgos de este informe son de utilidad para el trabajo que desempeñan las autoridades forestales del país pero se debe tener cuidado en realizar conclusiones sin la constatación de campo porque, según Guzmán, la información generada en regiones -como algunas autorizaciones otorgadas para la construcción de estos caminos forestales- presentan retrasos en los reportes entregados por las autoridades locales a los ministerios a cargo de manejar la información actualizada.
La publicación de MAAP se da meses después de que, como parte de las actividades de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25), la entonces ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, sostuvo que la deforestación de bosques amazónicos en el Perú se había reducido. Para sostener su afirmación, Muñoz presentó cifras oficiales hasta el 2018. El gobierno no ha actualizado la información del año 2019.
Ante la falta de datos oficiales, la sociedad civil y los centros de investigación realizan un seguimiento a la pérdida de bosques en la Amazonía peruana. Uno de estos trabajos del MAAP, que también forma parte del proyecto Prevenir de Usaid y que fue publicado a fines de junio de este año, señaló que durante el 2019 la Amazonía peruana registró un ligero aumento en la tasa de deforestación de bosques primarios (161 mil hectáreas), pese a que en ese año se dieron medidas contra la minería ilegal como el Plan Mercurio que se focalizó en la zona de La Pampa en la región Madre de Dios.