AUMENTO. La minería ilegal crece en otros puntos dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata.
En los últimos cinco años la lucha contra la minería ilegal se ha concentrado en La Pampa, un territorio sepultado en mercurio y con enormes forados, ubicado en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Durante los últimos meses la actividad ilegal en esta zona se ha reducido, pero al mismo tiempo se ha reubicado en otras localidades cercanas. Así lo confirma un reciente informe del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés).
El reporte analiza una serie de imágenes satelitales y detalla cómo la actividad ilegal ha retrocedido en La Pampa, pero ha aumentado en los sectores de Pariamanu y Apaylon, otras áreas ubicadas también dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. La investigación midió la deforestación por minería desde inicios del 2017 hasta finales de mayo del 2020, incluidos los dos primeros meses del Estado de Emergencia por el Covid-19.
La minería ilegal retrocede en La Pampa, pero aumenta en Pariamanu y Apaylon.
El informe sostiene que la actividad ilegal continúa en Madre de Dios, pero a tasas más bajas que en los dos años anteriores. Por ejemplo, entre enero del 2017 y febrero del 2019, antes de la Operación Mercurio (la intervención militar y multisectorial contra la minería en la zona), se deforestaban 173 hectáreas al mes. Sin embargo, después de esa intervención, se redujo a 14 hectáreas por mes: una disminución del 92%.
Antes de febrero de 2019, en la zona del Alto Malinowski, ubicada en la cuenca alta del río del mismo nombre, se deforestaban 61 hectáreas por mes, pero luego de la intervención se redujo a 28 hectáreas.
“Lo bueno es que ya no tenemos ese gran monstruo comiendo el bosque primario de La Pampa hacia el Este. Ese monstruo ya está detenido. Lo malo es que, mirando todo este ámbito, hay muchos otros monstruos pequeños que siguen avanzando aquí o allá”, dijo a OjoPúblico Matt Finer, uno de los investigadores de Amazon Conservation. Además de Finer, el análisis fue realizado por Sidney Novoa, de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica; y contó con el apoyo de USAID, a través de su proyecto Prevenir.
RETROCESO. De acuerdo con estas imágenes satelitales, la deforestación por minería ilegal disminuyó en La Pampa desde la Operación Mercurio.
Foto: Andina
Las imágenes satelitales revelan también que la destrucción al interior de la Reserva Nacional Tambopata se ha contenido. Antes se destruían 6.5 hectáreas de bosques al mes, y ahora se pierden 0.5 hectáreas mensuales. “Lo que mostramos es que los avances de espacios y frentes mineros como La Pampa y Alto Malinoswki tienen una reducción muy importante por encima del 90% de su tasa histórica. Hay buenos resultados, porque ese descenso es a partir del inicio de la Operación Mercurio. La presencia constante del Estado ha permitido que baje y controle este cáncer. Lo que no quiere decir que está al 100% libre. Hay ligeros remanentes”, precisó Sidney Novoa.
Por su parte, el experto Matt Finer dijo que es una buena noticia que la deforestación minera haya disminuido respecto a las tasas de los años 2016, 2017 y 2018. “La mala noticia es que sigue la minería ilegal y en un gran ámbito de Madre de Dios y Cusco. Sigue siendo un problema en las zonas de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, Bahuaja Sonene y Amarakaeri, aunque no en la magnitud que afectó a La Pampa”, dijo.
Los otros pequeños ‘monstruos’
Si bien la minería ilegal disminuyó considerablemente dentro de La Pampa y el Alto Malinowski, se incrementó en otras zonas. Uno de esos puntos de crecimiento fue Apaylon, ubicado en los límites de la Reserva Nacional Tambopata. Aquí, de acuerdo al periodo analizado, la deforestación minera aumentó de 2.9 hectáreas por mes a 4 hectáreas mensuales, que representa un incremento de 41%.
Asimismo, en la zona de Pariamanu, fuera del corredor minero autorizado, el incremento fue del 70%: se pasó de 2.5 hectáreas de deforestación al mes a 4.2 hectáreas. “La minería en Pariamanu está hace varios años, solo que por mucho tiempo había estado latente”, dijo Sidney Novoa.
Lo que aún no está claro es si el crecimiento en ambas zonas responde al llamado efecto globo: la mudanza de los mineros ilegales expulsados de La Pampa. Los investigadores sostienen que una de las zonas hacia donde creían que los mineros se reubicarían sería Camanti, en la frontera entre Cusco y Madre de Dios. Sin embargo, también aquí se ha reducido la deforestación.
La deforestación minera aumentó de 2.9 hectáreas por mes a 4 hectáreas mensuales en Apaylón.
“Hay evidencia de que los mineros están siendo desplazados a Pariamanu, pero no ha habido un aumento en Camanti”, precisa el estudio. El experto Finer señala que algunos mineros ilegales se están mudando a otras zonas, como Apaylon o Pariamanu, pero todavía en una cantidad poco considerable. “Por eso es importante que el gobierno controle estar áreas antes de que la situación se agrave”, observa.
Por su parte, Novoa dijo que uno de los principales beneficios de la reducción de la depredación de los bosques en Madre de Dios es la disminución de la contaminación, al haber dejado de usar insumos químicos como arsénico y mercurio.
Al respecto, el experto en Derecho Ambiental, César Ipenza, dijo a OjoPúblico que desde el inicio del Estado de Emergencia en Perú, el 16 de marzo, se han realizado 2.000 intervenciones contra delitos ambientales, el 60% de ellos contra la minería ilegal.
DEFORESTACIÓN. En este gráfico se observa la disminución de la pérdida de bosques en la zona conocida como La Pampa, pero el aumento en Apaylón, en el límite de la Reserva Nacional Tambopata.
Imagen: MAAP
Contradicciones del Estado
Más allá de los alentadores resultados expuestos por el MAAP, el abogado César Ipenza dijo que la lucha contra la minería ilegal debe ser sostenida y en todos los frentes. Añadió que mientras la Fiscalía persigue y sanciona a los responsables; el gobierno central amplió el proceso de formalización minera y abrió el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo). Con ambas medidas se abren las puertas para que gente que se dedica a la actividad ilegal se inscriba disfrazada de minero informal, alertó el especialista.
“El problema es que cuando un minero ingresa al Reinfo queda libre de persecución por parte del Estado. Como se abrió el Reinfo hay más gente que se está inscribiendo, y si están inscritos la Fiscalía no los puede perseguir ni denunciar penalmente por minería ilegal de ningún tipo”, explica Ipenza.
Añadió que en los últimos años la Dirección de Formalización del Ministerio de Energía y Minas (Minem) no ha excluido a personas que “están haciendo realmente minería ilegal, pero disfrazados de minero informal”. El riesgo -prosigue el abogado- es que la deforestación empiece a ganar terreno en áreas protegidas, en algunos casos “con anuencia y permisividad de algunas comunidades indígenas, que cobran regalías, invitan a mineros, cobran un porcentaje por extraer el recurso y, luego, esto termina por descontrolarse”.
Cuando un minero ingresa al Reinfo queda libre de la persecución del Estado.
El transporte del mercurio tampoco se ha detenido en Madre de Dios, advirtió Ipenza. “Hace pocas semanas se incautó 3 mil kilos de mercurio, lo que indica que la actividad ilegal no se ha detenido”, dijo Ipenza. Se refiere al golpe que dio la Fiscalía de Prevención del Delito de Tambopata, en Madre de Dios, con el apoyo de agentes de la policía de lavados de activos, a una tienda informal donde se almacenaba 3 kilos 800 gramos de mercurio, que es uno de los insumos usados por la minería ilegal para lavar el oro.
En esa oportunidad se detuvo a Rusyien Viza Cruz (33), quien fue detenido por el delito de tráfico ilícito de insumos químicos y maquinarias destinados a la minería ilegal, informó la Fiscalía.
SIN FRENO. Estas imágenes muestran los avances y retrocesos de la minería ilegal en La Pampa.
Imágenes: MAAP
El monstruo avanza en territorios indígenas
El presidente de la Reserva Comunal Amarakaeri, Walter Quertehuari, dijo a OjoPúblico que el gobierno no está cumpliendo con controlar la actividad minera ilegal en esta zona protegida. La reserva alberga a 10 comunidades indígenas de las etnias Yine, Matsiguenka y Harakmbut, con una población total de 1.500 personas. “Las Fuerzas Armadas o la Policía no han estado en la zona para verificar la tala o la minería ilegal”, dijo.
Para el jefe indígena los mineros ilegales se han desplazado a otras zonas como Camanti y territorios de las comunidades indígenas. “Hay bastantes invasiones y superposiciones de actividades en territorios de las comunidades”, alertó.
Como consecuencia del desplazamiento, denuncia que la actividad ilícita se incrementó en las comunidades de San José de Karene, Puerto Luz y Barranco Chico, que pertenecen a la Reserva Comunal Amarakaeri. Las mismas comunidades se han organizado y expulsan a los mineros informales cerrándoles el paso, pero esas acciones no son reconocidas por el gobierno”, dijo Quertehuari.
ALERTA. Los líderes indígenas entrevistados por OjoPúblico están preocupados por el avance de la minería en sus territorios.
Foto: Policía Nacional del Perú
Fermín Chimatani Tayori, presidente de la Asociación Nacional de Ejecutores de Contrato de Administración (ANECAP) y dirigente de la etnia Harakmbut, también dijo que el riesgo a futuro es que la minería afecte la Reserva Comunal Amarakaeri, que se extiende en más de 400 mil hectáreas, también en Madre de Dios.
Por su parte Luis Tayori, líder de la etnia Harakmbut que vive en Puerto Luz, dijo que la minería ilegal no se ha detenido durante la emergencia sanitaria. “Han seguido trabajando de igual manera, y sin control. Ahora con el reinicio de las actividades, entre ellas la minería, acá se ha entendido que hay carta libre para que los mineros ilegales hagan y deshagan”, alertó.