HISTORIADORA. Natalia Majluf fue directora del Museo de Arte de Lima y hoy realiza una residencia en la Universidad de Cambridge.
La imagen de unas máquinas que remueven el terreno donde se construirá el futuro aeropuerto de Chinchero, en pleno Valle Sagrado de los Incas, es la pesadilla de más de un estudioso o conocedor de la historia. Los pronunciamientos contra la obra han causado impacto en todo el mundo. El diario inglés The Telegraph anunció en un reciente artículo: “Nuevo aeropuerto amenaza con un daño irreparable a maravilla inca”. La influyente revista Science informó que: “La construcción del aeropuerto amenaza sitios arqueológicos inexplorados en Perú”. El periódico británico The Independent explicó la importancia del lugar con este dato: “El valle proporcionó maíz y otros cultivos a los gobernantes incas, y varios emperadores construyeron sus propiedades personales allí”. La BBC apuntó: “Hoy, Chinchero es ruta obligada para llegar a Machu Picchu”. Incluso el operador turístico Responsible Travel lanzó una petición abierta que indica: "Como turistas y personas que trabajamos en la industria del turismo, urgimos al Gobierno peruano a reconsiderar esta desastrosa decisión".
Quizá la imagen más clara de las posiciones en este tema está en otra fotografía tomada meses antes en una feria de arte de Madrid. La imagen muestra a la historiadora del arte Natalia Majluf mientras intenta explicar la dimensión del problema al presidente Martín Vizcarra durante una recepción. Majluf, una académica de prestigio internacional que fue directora del Museo de Arte de Lima, trataba de resumir en segundos lo que ha venido reclamando por meses: el peligro que la obra representaba para el patrimonio arqueológico y cultural del Cusco. La respuesta se Vizcarra fue que iba a reflexionar al respecto. En los meses siguientes, el gobierno cambiaría dos veces de ministro de Cultura, avanzó la remoción de tierras saltando requisitos de ley y ha declarado de interés nacional el contrato para la asesoría técnica de la obra. Majluf explica ahora lo que está en juego.
Usted ha promovido una petición abierta para que el Gobierno desista de construir el aeropuerto. Tiene más de 60 mil firmas, pero el proyecto sigue. ¿Qué estamos viendo con esto?
Desde distintos frentes se vienen señalando problemas muy serios sobre el proyecto, partiendo del que, en mi opinión es el más grave, que es la afectación a uno de los paisajes culturales más importantes del Perú, hasta problemas relacionados con la calidad del suelo, el agua, afectaciones al medioambiente, temas técnico-aeronáuticos. Todo esto sin mencionar los asuntos legales, que también existen. En la medida que estos problemas se hacen cada vez más palpables para la población, empieza a surgir el debate público que se debió dar antes de llegar a esta situación. Desgraciadamente, como en tantos otros casos, ha habido una falta de capacidad para desarrollar un proyecto con el profesionalismo y la probidad que se requiere. Quienes tenemos una posición contraria al aeropuerto no somos personas opuestas al desarrollo del país o del turismo. Lo que vemos es una falta absoluta de planificación y de capacidad técnica de gestión de proyectos.
OBRAS. Ojo-Publico.com documentó con estas imágenes el avance en la remoción de tierras para la construcción del aeropuerto de Chinchero.
Foto: Clarys Cárdenas/ Ojo-publico.com
"¿Cómo se vende el Perú ante el mundo? Cómo el país de los incas, ¿no? ¿Y qué hacemos con el paisaje de los incas? Le metemos una retroexcavadora y le hacemos un forado para meter más aviones".
Los han llamado fanáticos, incluso…
Nosotros solo hemos argumentado… Bueno, no quiero entrar en ese tema. Pero lo que me parece importante es que se habla de la necesidad de desarrollo, se usa la palabra progreso. Para mí, progreso sería que el Estado tuviera la capacidad de hacer un proyecto con la probidad y seriedad necesaria, que no tire el dinero de todos los peruanos en proyectos inviables. Si Cusco requiere un aeropuerto nuevo y más moderno -cosa que no estoy en capacidad de definir-, entonces que se haga una evaluación seria y que se escoja un lugar adecuado, en el marco de un plan integrado de desarrollo del turismo para el Cusco y su región. Eso no existe, hasta donde hemos podido ver. ¿Cuál es la visión detrás de todo esto? Machu Picchu no puede recibir más turistas de los que actualmente tiene, que ya es el doble de lo que recomienda la Unesco. Entonces, ¿vamos a seguir siendo un país cuyo desarrollo turístico está centrado en un solo destino? El Perú tiene recursos turísticos fabulosos. Está Kuelap, el lago Titicaca, Nazca, Choquequirao. Estamos hablando de lugares que podrían desarrollarse de manera sostenible y generar un crecimiento notable para el turismo en el Perú.
Una de las imágenes sintomáticas para esta discusión es la foto que se publicó de cuando usted se acercó al presidente Vizcarra, le explicó el tema, y finalmente estamos como estamos.
El presidente me dijo en ese momento que este proyecto no lo había concebido él, que lo había heredado. Y eso es cierto: no es un proyecto desarrollado por este Gobierno, pero es un proyecto promovido por este gobierno. Y creo que toca a este gobierno escuchar las voces discordantes y entender que a veces es mejor dar un paso atrás que persistir en un error.
Hace unos años, en relación a los robos de libros antiguos y raros en la Biblioteca Nacional, uno de sus ex directores, Sinesio López, dijo que estábamos ante un crimen de lesa cultura. ¿Cómo definiría el caso Chinchero?
Creo que en el Perú se está minimizando la gravedad del caso Chinchero en términos de la conservación del patrimonio nacional. Es un crimen mayúsculo lo que se está haciendo en Chinchero. Algunos dicen que el aeropuerto será ecológico. Yo no sé cómo puede alguien pensar que un aeropuerto, que según dicen recibirá entre 5 y 8 millones de turistas al año, con hangares, pistas de aterrizaje, edificios, en una zona como Chinchero, puede ser viable o ecológico. Es imposible hacer algo así en ese lugar sin causar una destrucción mayor, irreversible. Cusco no va a ser un destino masivo nunca. No va a ser ni debería serlo. Ese tipo de turismo es algo que en muchos lugares se está reconsiderando muy seriamente. Más allá del valor intrínseco del patrimonio, no podemos destruir el motivo del viaje y eso es lo que estamos haciendo con el aeropuerto de Chinchero. Es un contrasentido. En relación a la industria turística, estamos matando la gallina de los huevos de oro. Así de claro.
El movimiento que se ha generado contra el proyecto tiene un componente protagónico del mundo académico, del que usted es parte. ¿Cómo explican, los que saben, lo que estamos a punto de perder?
¿Qué es Chinchero? ¿Qué se imagina la gente cuando escucha la palabra Chinchero? Seguramente para muchos peruanos eso no evoca nada preciso. Uno de los éxitos de la campaña ha sido mostrar las fotografías que describen la belleza del lugar, su importancia histórica y arqueológica. Chinchero es parte del corazón del imperio inca, un paisaje cultural, construido, concebido como algo integrado. Por eso mismo, en el 2006 el INC declaró la zona denominada “Valle Sagrado de los Incas” como Patrimonio Cultural de la Nación. ¿Para qué sirven esas declaratorias si luego vamos a ir sobre ellas arbitrariamente y destruir lo que se supone que estas leyes están tratando de proteger?
¿Ese debió ser el momento para discutir el tema?
Yo creo que ha habido muchos momentos y mucha gente dando opinión y expresando oposición a este proyecto. El problema es que no han sido escuchados. No ha habido voluntad alguna de escuchar. No sé por qué se ha insistido tanto en la locación de Chinchero. Simplemente dicen que, de los lugares que estudiaron, era el mejor. Primero, no estamos seguros de eso. Segundo, Chinchero no debió ser una opción, nunca debió estar en la lista de lugares posibles para un aeropuerto. Jamás. Pero partimos de algo que es usual en nuestros gobiernos: se hacen las cosas a la inversa. Vamos a hacer un aeropuerto en Chinchero y luego lo vamos a justificar, vamos a remover tierras y luego vamos a subsanar. Así no se pueden hacer las cosas. Allí están las fotos que ha publicado Ojo-Publico.com. Cualquiera que ve eso, queda confundido y golpeado. Es una acción salvaje e incomprensible, que revela un desconocimiento profundo de lo que implica el valor de lo que se está destruyendo. Este va a ser recordado como uno de los atentados más grandes contra el patrimonio del Perú.
¿Nunca hubo una consulta a un comité de expertos para estudiar las repercusiones de una intervención de esta magnitud?
Que yo sepa, jamás. Y ese es otro de los problemas: no se valoran esas opiniones. Simplemente no se las atiende, como si fueran secundarias. Pero, ¿qué vende el Perú internacionalmente? Es decir, ¿cómo se vende? Cómo el país de los incas, ¿no? ¿Y qué hacemos con el paisaje de los incas? Le metemos una retroexcavadora y le hacemos un forado para meter más aviones que podrían estar llegando desde otro punto. Es absolutamente incomprensible.
"Es una acción salvaje e incomprensible, que revela un desconocimiento profundo. Este va a ser recordado como uno de los atentados más grandes contra el patrimonio del Perú".
Hay que decir también que, además del gobierno, hay otros sectores interesados en el aeropuerto.
Acá hay un tema gravísimo que con el caso Chinchero se pone en debate por primera vez: en todo el Valle sagrado se viene desarrollando un urbanismo informal agresivo, descontrolado, que revela una corrupción sistémica, que podríamos denominar como microcorrupción. Y la llamo así porque finalmente son pequeñas agresiones que juntas todas generan una gran catástrofe: edificios de cinco pisos con lunas reflectantes en una zona donde no está permitido, falta de capacidad de las autoridades para imponer orden. Hemos visto la gravedad de la corrupción en el Perú de los últimos años, a un nivel pavoroso. Esto es la corrupción a pequeña escala. Eso no está siendo atendido por las autoridades. El aeropuerto de Chinchero va a generar, además de una destrucción enorme, toda una serie de desarrollos, en medio de un proceso de especulación de la tierra. Toda la gente que ha comprado tierra quiere beneficiarse. ¿Cómo se beneficia? Generando, en zonas que deberían ser intangibles, una serie de desarrollos urbanos que van a terminar por destruir lo que ya está siendo degradado. Es una locura por donde se le mire. El efecto del aeropuerto va a ser como una bomba que tiene una tremenda onda expansiva, que terminará por destruir uno de los grandes valores del turismo en la región de Cusco: su paisaje cultural.
CAMPAÑA. En enero del 2019, Natalia Majluf lanzó una petición pública para que el presidente Vizcarra desista del proyecto. La carta virtual ya tiene más de 63 mil firmas.
Foto: Ojo-Publico.com
Haciendo una analogía en relación a la capital: sería como si Lima perdiera el Rímac o Barrios Altos. No se podría entender la ciudad sin la cultura de esas zonas esenciales.
El gran arte de los incas es un arte del paisaje. Este es un tema clave, porque nuestras leyes, reglamentos y costumbres en relación al patrimonio omiten por completo este concepto. Protegemos un monumento individual, pero si todo lo de alrededor se degrada y destruye, no parece importar. Nos quedamos con la idea de que hemos protegido el monumento, lo que fuere. Lo que no estamos viendo es que necesitamos proyectos integrales de protección de conjuntos monumentales y paisajísticos. Como decía un experto en turismo que escribía contra el aeropuerto: la experiencia del viajero para llegar a Machu Picchu es tan importante como Machu Picchu mismo. Todo ese trayecto, ese recorrido por unos paisajes maravillosos es parte de la experiencia.
Es parte del valor que los grandes destinos turísticos del mundo cuidan tanto como sus monumentos.
Las ciudades que mantienen su calidad de destino turístico relacionado al patrimonio están protegidas: uno no va a ver una torre de quince pisos en el centro histórico de Florencia, uno no va a ver un edificio de cuarenta pisos a diez metros de la Torre Eiffel. En el Perú creemos que todo espacio “vacío” debe ser invadido, “aprovechado”. Bueno, una forma de aprovechar el espacio, el paisaje y el territorio es conservándolo como espacio intangible. Hay lugares que podrían ser polos de desarrollo urbanístico, industrial, pero hay también lugares que deben ser conservados. Al Estado le corresponde velar por el bien común. Lo que está haciendo en este caso es destruirlo. Alguien tiene que responder por lo que está pasando. Veo las fotos de Ojo-Publico.com y, como mucha gente, siento una mezcla de impotencia, frustración y una tristeza enorme, porque lo que estamos haciendo es un crimen de lesa cultura y lo que vamos a generar es una degradación de lo que, insisto, es uno de los paisajes culturales más importantes que tiene el Perú. Si no somos capaces de ver eso y pensamos que ese aeropuerto, que además tiene muchísimos otros problemas, es progreso, estamos absolutamente equivocados.
"Vamos a llegar al Bicentenario sin una visión clara de lo que queremos lograr como país. Este aeropuerto es un caso pavoroso de la falta de visión en ese sentido".
UBICADOR. Perímetro del área estudiada para la ubicación del aeropuerto, tomado de los estudios encargados por Proinversión. En ese lugar fueron encontradas las evidencias de caminos incas y precolombinos.
Si dentro de algunos años analizáramos este momento para conocer qué se hizo en la antesala del Bicentenario encontraríamos la discusión no cerrada sobre el Museo Nacional, la polémica sobre el local del Archivo de la Nación, la destrucción de Chinchero. ¿Qué dice eso del país?
Vamos a llegar al Bicentenario sin una visión clara de lo que queremos lograr como país, de lo que queremos ser. Este aeropuerto es un caso pavoroso de la falta de visión en ese sentido. Mira lo que hemos hecho con la gastronomía. Este fue un caso muy exitoso de desarrollo de una industria, de una imagen del país y de un valor que ha tenido un efecto multiplicador muy importante. Y ese ha sido un trabajo concertado entre la sociedad civil y el Estado: los empresarios relacionados a la gastronomía, Promperú, y otros actores. Pero hay que decir que, más allá de la calidad de los productos, el talento de los cocineros y la base de una tradición gastronómica, esto se ha construido casi de la nada. En el caso del patrimonio cultural, lo que tenemos es de un valor enorme, y en vez de construir sobre eso, de explotar todo el potencial que tiene para la educación, para el turismo, para la integración del país y el desarrollo local, no hemos hecho prácticamente nada. Casi no se han construido colecciones públicas en los últimos cien años. Nuestros museos, nuestros archivos, nuestras bibliotecas y sitios arqueológicos están abandonados; no hay suficientes fondos para mantenerlos, no hemos desarrollado capacidades, no hemos definido una legislación apropiada, no hemos integrado al sector público y al sector privado de una manera inteligente. La gastronomía fue el efecto de un trabajo concertado. Algo así tendría que hacerse con la cultura.
¿La cultura podría ser el próximo catalizador del desarrollo en el país?
Creo que podemos lograr muchísimo más, porque tenemos una base más importante sobre la cual construir. El mayor valor que el Perú tiene ante el mundo es su legado cultural. Pero mira qué estamos haciendo con ese legado. Es incomprensible.