DESOVE. Anchoveta con hueveras expuestas, tras haber sido capturadas por embarcaciones industriales.
El último 31 de enero, un grupo de pescadores de Chimbote, uno de los más importantes puertos pesqueros del Perú, protestó frente a la sede principal del Ministerio de la Producción (Produce), en Lima, para exigir el cierre de la segunda temporada de pesca de anchoveta del 2022 —que comenzó en noviembre del año pasado— por exceso de juveniles y presencia de anchoveta en etapa de desove. Pescar en ese estado a la especie va en contra de su reproducción y pone en riesgo su sostenibilidad.
“Somos pescadores y no depredadores”, arengaban los afiliados del Sindicato José Olaya Balandra de Chimbote, mientras uno de sus compañeros estaba encadenado frente a Produce. No era una frase vacía: en las últimas semanas de enero, videos y fotos de embarcaciones industriales evidenciaron la extracción de gran cantidad de anchoveta juvenil atrapada entre las redes.
Aunque en las semanas previas habían mandado una carta a Produce para alertar a la cartera sobre el problema y solicitaron la intervención de algunos congresistas, como Lady Camones Soriano, para que se disponga el inicio de la veda, el ministerio descartó la medida, argumentando que los volúmenes de pesca reportados hasta entonces no alcanzaban el máximo permitido.
La anchoveta es de gran valor para el ecosistema marino, pues sirve de alimento para distintas especies —entre ellas, otros peces, aves y mamíferos marinos— y, además, se extrae para producir harina y aceite de pescado para la exportación.
COMPARACIÓN. El lado izquierdo muestra la red tras la pesca de anchoveta en talla adecuada. En el derecho se ve una red tras capturar anchoveta juvenil.
Foto: Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos
El 4 de febrero, días después del reclamo de los pescadores en Lima, Produce finalmente emitió la resolución que disponía el cierre de la temporada de pesca. La falta de previsión por parte de la entidad no es nueva: en años previos también han esperado las protestas, para luego disponer el inicio de la veda. Sin embargo, los retrasos no suelen prolongarse hasta el inicio de la etapa de reproducción de la anchoveta.
El 4 de febrero, tras el reclamo de los pescadores en Lima, Produce emitió la resolución de cierre de la temporada de pesca".
OjoPúblico recogió evidencia respecto a las situaciones que se han producido previo a los cierres de las segundas temporadas de pesca de los últimos seis años y conversó con especialistas y científicos que siguen de cerca esta pesquería. Los expertos consultados sostienen que, aunque la anchoveta no está en situación de sobreexplotación, sí existen varios riesgos, por lo que urge tomar medidas adicionales para su protección.
Captura de juveniles que no se reporta
La talla mínima para la pesca de anchoveta es de 12 centímetros de longitud y la tolerancia máxima de captura incidental es del 10% por faena. La Resolución Ministerial 391-2022/Produce, que autorizó el inicio de la pesca de esta especie, lo enfatizó. Sin embargo, esta disposición no se cumplió.
Las embarcaciones industriales que pescan anchoveta en el Perú están obligadas a realizar un muestreo biométrico y reportar —mediante la bitácora electrónica— el porcentaje de juveniles que extraen por cala, a fin de que el ministerio disponga el cierre temporal de zonas de pesca, si se advierte exceso de juveniles.
Este medio solicitó a Produce, a través de la Ley de Acceso a la Información Pública, los reportes de esas calas. El objetivo era determinar cuánta anchoveta juvenil se pescó durante la temporada. Sin embargo, aunque la entidad entregó datos relacionados al reporte, no incluyó información sobre el porcentaje de pesca en tallas menores. Si bien OjoPúblico insistió con la solicitud, no se obtuvo respuesta hasta el cierre de este informe.
No obstante, esa información no es la única que evidencia la captura de anchoveta juvenil en cantidades preocupantes: entre noviembre e inicios de febrero se emitieron 97 comunicados disponiendo el cierre temporal preventivo por presencia de tallas menores en 143 zonas de pesca, desde Ica hasta Piura, según datos que Produce entregó a este medio.
Santiago Bocanegra Mejía, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote José Olaya Balandra, y Macedonio Vásquez Contreras, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos, son dos pescadores en actividad que también están preocupados. Ambos coincidieron en que hubo anchoveta juvenil desde el inicio de la temporada, pero la situación se agravó en las últimas semanas de enero.
“Al comienzo, [la presencia de anchoveta] debe haber sido de un 20%. Fue aumentando a 30% y, luego, hubo reportes que llegaban al 77%. Y, en algunos casos, al 90%”, contó Vásquez Contreras. Fotografías y videos grabados por pescadores, sobre todo, en enero exponen los altos volúmenes de pequeños peces atrapados entre las redes.
Al ser capturadas cuando todavía son muy pequeñas, las anchovetas terminan incrustadas en las redes. Los pescadores denominan a este problema como enmallamiento.
Una de las falencias del muestreo que se aplica para determinar el porcentaje de juveniles capturados es que no toma en cuenta a las anchovetas que se quedan enmalladas: solo contabiliza la pesca que llega a la bodega de la embarcación. Así, miles de pequeños peces, que están en las redes, no forman parte de las estadísticas, aunque también son juveniles.
El muestreo para determinar el porcentaje de juveniles capturados no toma en cuenta a las anchovetas enmalladas".
“Algo importantísimo que tenemos que hacer es cuantificar el enmallamiento”, dijo a OjoPúblico la bióloga Nathaly Vargas López, decana de la Facultad de Biología Marina e Ingeniería Acuícola de la Universidad Científica del Sur, quien también ha sido funcionaria de Produce, en el cargo de directora de Promoción y Formalización Pesquera Artesanal.
En opinión de la especialista, sería importante empezar a discutir sobre la selectividad de la flota pesquera. Por ejemplo, los tipos de mallas utilizados que, en teoría, deberían asegurar que no se pesque una alta cantidad de juveniles.
“Creo que lo primero que hay que hacer son las revisiones de los estudios de selectividad y, en función a ello, estimar la cantidad que se retiene por enmallado, un estimado que tenga que reportarse necesariamente a través de las bitácoras electrónicas”, dijo Vargas López.
EXCESOS. Los mismos pescadores captaron imágenes que evidencian la pesca de anchoveta juvenil en la segunda temporada del 2022.
Foto: Sindicato de Pescadores José Olaya Balandra.
Juan Carlos Sueiro Cabredo, director de Pesquerías de Oceana y exconsultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), también considera que la anchoveta juvenil que se queda en la malla debe contabilizarse y reportarse. “Sabemos que no tienen ningún tipo de registro de esto”, remarcó.
Contar con un reporte del porcentaje real de anchoveta juvenil que se pesca es importante por dos aspectos. Por un lado, permite el cierre temporal preventivo de zonas de pesca con alta incidencia de la especie en tallas menores. Y, por otro, obliga al cierre de la temporada, si es que el conjunto de embarcaciones que pescan alcanzan la cuota global tope de juveniles.
El especialista de Oceana advierte falencias, no solo en la determinación de la cantidad real de anchoveta que se extrae al no considerar a los juveniles enmallados, sino también en la poca transparencia para establecer la cuota global tope de juveniles.
La cuota máxima que se puede pescar de la especie en tallas menores, explicó, no aparece consignada en la resolución que autoriza el inicio de la temporada. A este problema se añaden, además, las modificaciones que se van haciendo a lo largo de la temporada.
La cuota máxima que se puede pescar en tallas menores no aparece en la resolución de inicio de la temporada".
En la última temporada, detalló, inicialmente se había establecido que el tope era un máximo de 207.000 toneladas de anchoveta juvenil entre todas las embarcaciones. Pero luego, en enero, se incrementó a 272.000 toneladas.
“Hay que saber en qué se sustenta [el incremento de la cuota máxima global], sino genera suspicacias”, insistió. Según información del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), la temporada se cerró con la pesca de 237.000 toneladas de juveniles. Es decir, 30.000 toneladas más de la cantidad límite que se había establecido inicialmente, aunque dentro de los máximos considerados en la modificación posterior.
Pesca de anchoveta en periodo de desove
A fines de enero, los pescadores alertaron sobre la necesidad de cerrar la temporada de pesca por dos motivos: el exceso de juveniles y el incremento de la actividad de desove. Sin embargo, Produce cerró la temporada haciendo referencia únicamente a este último punto.
La anchoveta es una especie que desova todo el año. Pero tiene dos periodos de mayor intensidad: el principal, entre agosto y setiembre, y otro, entre febrero y marzo. Para evitar la pesca de los recursos durante su etapa de reproducción, Produce aplica vedas, como también ocurre con otras especies.
Este año, cuando los pescadores llegaron a Lima para protestar, el ciclo de desove de verano de la anchoveta ya había comenzado. Sin embargo, el Imarpe aún no había emitido su informe sobre la situación del proceso reproductivo de la especie y, por lo tanto, Produce no había ordenado la veda.
En este contexto, César Córdova Ponce —asesor del Sindicato de Pescadores de Chimbote José Olaya Balandra— cuestionó que Produce haya esperado que los pescadores fueran a la capital a protestar para, recién entonces, pedir al Imarpe la emisión del informe.
“Se ha solicitado recién a inicios de febrero que entreguen el informe, cuando eso debieron exigir a mediados de enero… Nosotros hemos presionado para que Produce recién se preocupe en ver cómo está el desove. Eso llama poderosamente la atención”, cuestionó.
La situación ha generado preocupación en el sector, ya que —según explicaron diversas fuentes— los informes del Imarpe, usualmente, se emiten a mediados de enero, y la segunda temporada de pesca suele terminar durante las dos últimas semanas de ese mes, antes de alcanzar el mayor pico de desove.
En efecto, OjoPúblico verificó que, entre 2017 y 2021, las segundas temporadas cerraron entre el 15 y el 26 de enero, basándose en informes del Imarpe emitidos a mediados del mismo mes. La única excepción ocurrió en 2018 debido a anomalías en la temperatura del mar.
Otro riesgo que advierte Córdova Ponce para la anchoveta durante su periodo de reproducción está vinculado a las embarcaciones de menor escala. Estas no están incluidas en la veda de la especie, ni siquiera en el momento de mayor actividad desovante.
ENCADENADO. Pescadores protestaron en la sede de Produce para exigir el cierre de la temporada de pesca por exceso de juveniles e inicio del periodo de desove.
Foto: Sindicato de Pescadores José Olaya Balandra
De acuerdo con los informes que emite el Imarpe, para su reproducción, la anchoveta se pega a la costa. Por lo tanto, el desove y fecundación se produce en mayor cantidad dentro de las primeras 10 millas marinas, zona de pesca para el consumo humano directo, a cargo de embarcaciones de menor escala.
“La veda debería ser de modo general porque es una sola anchoveta. Nosotros estamos exigiendo que las vedas sean para los dos tipos de pesquería [industrial y de menor escala]”, dijo.
En la misma línea, Juan Carlos Sueiro considera que debería existir una veda para la pesca de anchoveta para el consumo humano directo. Sin embargo, plantea que esta sea diferente a la de la pesca industrial pues los volúmenes de captura son drásticamente distintos.
Mientras las embarcaciones de menor escala capturan alrededor de 150.000 toneladas al año de esta especie, la flota industrial pesca, aproximadamente, 4 millones. “Es un elemento a tomar en cuenta porque donde hay mayor captura para consumo humano directo es en verano [momento de uno de los picos de desove de la anchoveta]”, señaló.
Las embarcaciones de menor escala capturan 150.000 toneladas al año de esta especie y la flota industrial, aproximadamente, 4 millones".
Similar opinión tiene la bióloga Nathaly Vargas. La especialista considera que la pesca de anchoveta para consumo humano directo en momentos en que el recurso desova sí puede generar una afectación a la especie. Sin embargo, también cree que se debe hacer un análisis puntual acerca de las cantidades que se extraen para consumo humano directo y lo que se extrae para consumo humano indirecto.
“Yo no me preocuparía tanto por lo que se ha considerado oficialmente [como cuota de pesca] porque son cantidades despreciables comparadas con lo que se captura para el consumo humano indirecto. Sí me preocupa la informalidad que hay en esa pesca. Porque esas capturas, muchas veces, no son contabilizadas y no entran a la evaluación poblacional del recurso”, insistió.
Por su parte, Cayetana Aljovín Gazzani, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), organización que agrupa a las empresas pesqueras industriales más importantes del país, dijo que apoyaría toda medida que favorezca a la sostenibilidad del recurso.
“En toda especie, no solo anchoveta, se debe proteger al recurso en tiempos de desove, con la finalidad de asegurar un proceso reproductivo exitoso, la adecuada renovación del stock y, con ello, la preservación de las especies. En tal sentido, la medida propuesta nos parece acertada”, respondió a un cuestionario planteado por OjoPúblico.
Medidas para conservar al pequeño pez
Que la anchoveta sea sostenible depende de las medidas de manejo que se adopten para conservarla. Un aspecto que genera preocupación entre algunos especialistas es la dificultad que está experimentando la industria para completar la cuota de pesca global de las segundas temporadas debido a la incidencia de juveniles y al inicio de la etapa de desove.
Cayetana Aljovín considera que ese temor es infundado. Para sustentar su punto de vista recordó que, en la segunda temporada del 2021, capturaron casi toda la cuota asignada. Efectivamente, información de Produce muestra que ese año se capturó el 96,7% de la cuota.
Sin embargo, no pasó lo mismo en los años previos, ni tampoco el año pasado. En 2019 se alcanzó a pescar solo el 84% de la cuota global; en el 2020, el 90%, y en el 2022, apenas se llegó al 84% de los 2’283.000 toneladas que se había establecido como límite máximo total permitido de captura.
Respecto a esta última temporada, la titular del gremio industrial pesquero dijo que fue el inicio tardío de la temporada lo que impidió que cumplieran la cuota al 100%. “Toda persona experimentada en el mar sabe que no es igual pescar en noviembre que en enero, dada las condiciones oceanográficas, las temperaturas, los oleajes y el inicio del desove”, agregó.
Juan Carlos Sueiro tiene una opinión diferente. “No hay todavía evidencia sobre un tema de sobreexplotación de la anchoveta. Pero lo que sí existe, desde hace varios años, son dificultades para el cumplimiento de la cuota de las segundas temporadas”.
Una explicación del por qué de esas dificultades —indica— es la evidencia de que hay una juvenilización del stock, en comparación con 20 años atrás, cuando la proporción de juveniles era menor.
Produce ha establecido que la cuota máxima de pesca para una temporada no debe superar el 35% de la biomasa existente, a fin de asegurar la preservación de la especie. El especialista consideró que, como ahora hay más juveniles en el stock y la biomasa no siempre es de 10 millones de toneladas, debería evaluarse la aplicación de esa regla para las segundas temporadas.
Produce ha establecido que la cuota máxima de pesca para una temporada no debe superar el 35% de la biomasa existente".
“Habría que ponerlo en discusión en las segundas temporadas, porque hay que lidiar con juveniles. Hay que revisar si la regla de 35% debe aplicarse al igual que en las primeras temporadas. En realidad, lo que creemos es que las reglas tienen que ir adecuándose”, comentó.
Esto tiene relevancia, remarcó el especialista, porque podrían estarse estableciendo cuotas que no se pueden completar, con riesgo de pescar en exceso juveniles y anchoveta en desove, además de generar incertidumbre en el mercado que compra y programa el uso de la harina y el aceite de pescado.
Otras medidas necesarias para conservar la especie, en opinión de Sueiro, son evaluar el impacto del Decreto Supremo 024-2016/Produce, que permite la pesca de anchoveta juvenil sin sanción, y establecer más mecanismos de protección a los desoves en las zonas críticas.
En paralelo, la bióloga Nathaly Vargas considera que, además de las medidas ya establecidas para la conservación de esta especie, es necesario asegurar que exista una biomasa desovante que no sea inferior a 4,5 o 5 millones de toneladas. A esto se suma la necesidad de cuantificar la anchoveta que se enmalla y reportarlo a través de las bitácoras electrónicas para hacer los cierres temporales inmediatos donde hay alta incidencia de juveniles.
Por último, la especialista recomienda reforzar las acciones de monitoreo y seguimiento, establecer el límite de captura de juveniles por cada temporada en una norma y realizar estudios que permitan determinar de qué forma se puede pescar menos y ganar más. Es decir, optimizar el uso del recurso.
La coordinación de las entidades del Estado, como el Imarpe, con la academia también adquiere importancia en este contexto. “Siento [que hay] muy poca coordinación entre el Imarpe y las entidades y círculos académicos, lo que nos permitiría fortalecer la investigación. Para continuar buscando la preservación del recurso e implementando medidas necesitamos ciencia, entonces se requiere que la academia participe”, enfatizó.
OjoPúblico envió un cuestionario a Produce, a través de la Dirección de Comunicaciones, con consultas sobre los cuestionamientos planteados por los pescadores. Pero, hasta el cierre de este informe, no se obtuvo respuesta.