PROPUESTAS. Un grupo de investigadores plantea alternativas para mitigar el impacto de la crisis climática del planeta.
¿Qué pasos se deben seguir para enfrentar de manera conjunta la crisis climática y la pérdida de biodiversidad en el mundo? Un grupo de 50 expertos de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes) y del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc) respondió esta pregunta y elaboró un informe donde recomienda medidas específicas para la protección de la naturaleza y la mitigación del cambio climático en el planeta.
Una de las principales conclusiones de los científicos es que las actividades económicas impulsadas por el ser humano, como la minería u otras industrias extractivas, han empujado a la disminución de la biodiversidad y al incremento de la temperatura en el mundo. Frente a este escenario, recomiendan la conservación de un estimado de 30% a 50% de sus zonas terrestres y marítimas.
A lo largo del informe los investigadores hacen énfasis en señalar que si bien la naturaleza ofrece formas efectivas para permitir la mitigación de la crisis climática, las soluciones solo pueden ser efectivas si se basan en reducciones ambiciosas en todos los focos de actividades económicas generadas por la actividad humana.
La publicación precisa que cualquier medida enfocada en la mitigación del cambio climático debe ser evaluada "en términos de beneficios y riesgos generales" porque, por ejemplo, "algunas energías renovables demandan grandes extensiones de tierras". Es decir, pese a la intención de obtener resultados a favor del ambiente puede generar un efecto opuesto.
"Cuanto más se calienta el mundo, tendremos menos comida, agua potable y disminuirán las contribuciones que hace la naturaleza a nuestras vidas, en muchas regiones", advierte el climatólogo Hans-Otto Pörtner, copresidente del Comité Directivo Científico.
Con los diferentes puntos evaluados, los investigadores proponen una serie de medidas para adoptar con el objetivo de conservar la tierra. Entre las principales propuestas se encuentran el desarrollo de prácticas agrícolas y forestales sostenibles; el perfeccionamiento de acciones de conservación ambiental; la eliminación de subsidios para las actividades que dañan la biodiversidad, la deforestación, la pesca y aquellas que tienen un uso excesivo de fertilizantes. También se plantea que los humanos reduzcan sus emisiones de gases contaminantes. Pero ¿cómo lograrlo?
Restauración de los ecosistemas
Los autores del informe coincidieron en que se debe frenar la pérdida y degradación de ecosistemas, en especial los que tienen numerosas especies y fuentes de carbono, como los bosques, humedales o praderas; además de los ubicados en zonas costeras como los manglares, praderas de pastos marinos y otras.
En octubre del año pasado, un estudio científico publicado en la revista Nature, advirtió sobre las áreas que se debían priorizar en el planeta para enfrentar la extinción acelerada de especies.
Por su parte, según el documento del Ipbes, para la reducción de emisiones de gases del efecto invernadero generados por el ser humano se plantea reducir las tasas de deforestación y degradación forestal, que consiste en la disminución de las características de los bosques por causas naturales (como incendios o plagas) o la actividad del hombre. Este punto se encuentra alineado a la restauración de ecosistemas con diversidad de especies que permitirían, además, generar hábitats para que los animales silvestres y la flora mejoren su adaptación frente al calentamiento global.
Investigadores recomiendan la conservación de un estimado de 30% a 50% de sus zonas terrestres y marítimas.
La restauración de ecosistemas, indican los expertos del Ipbes, tendría otros efectos positivos como la regulación de inundaciones, protección costera, mejora de la calidad del agua, reducción de la erosión del suelo y garantías de la polinización.
El informe también recomienda el aumento de prácticas agrícolas y forestales sostenibles para tener una estrategia eficaz en la adaptación al cambio climático, el almacenamiento de carbono y la reducción de emisiones. En la ejecución de esta medida se propone plantar nuevos tipos de cultivos y bosques, el mejoramiento en el manejo de tierras y los sistemas de pastoreo, junto con la conservación de los suelos así como la disminución en el uso de pesticidas y fertilizantes en la agricultura.
Los investigadores también alertan que la ganadería intensiva es una de las causas de la deforestación y de la disminución de la biodiversidad del planeta, por todos los recursos que implica su desarrollo. Para enfrentar este tema, el grupo de expertos propone que las personas tengan una dieta que considere más alimentos de origen vegetal y menos carne y productos lácteos.
Amazonía y territorios indígenas
Los expertos consideran que el papel de la Amazonía es “clave” para entender las interrelaciones entre biodiversidad y el clima a escala global. Esta región del planeta alberga un número “impresionante” de especies, proporciona servicios ecosistémicos que operan en todo el planeta, varios directamente relacionados con el clima.
En esa línea, algunos territorios del Perú pueden ayudar a revertir la crisis climática y pérdida de la biodiversidad en el mundo, y la aparición de nuevos virus, según un estudio publicado en la revista Science Advance.
Sin embargo, pese a la importancia de la Amazonía, los científicos advierten que la deforestación se ha convertido en la amenaza más crítica para su entorno, desencadenando algunos fenómenos que aceleran su degradación, como los incendios forestales. Solo Perú, por ejemplo, reportó más de 1.800 puntos de calor e incendios entre enero y setiembre del 2020, de los cuales 77 ocurrieron en áreas naturales protegidas, informó OjoPúblico.
Los expertos proponen que las personas tengan una dieta que considere más alimentos de origen vegetal y menos carne y lácteos.
En el grupo de actividades que amenazan la biodiversidad también se encuentra la minería, considerada como un motor de impacto en el bioma; denominación que recibe -a partir de su vegetación y de las especies animales que predominan- una comunidad ecológica que habita en una zona determinada.
En estos puntos, según los investigadores, el rol que tienen las poblaciones locales e indígenas es fundamental para proteger las áreas forestales y alcanzar los objetivos ambientales que tiene el planeta para los próximos años.
“La biodiversidad y el cambio climático son problemas perversos con una gran incertidumbre, valores controvertidos y vías políticas poco claras, valores controvertidos y vías políticas poco claras, pero con una gran urgencia de actuar”, concluye el documento.
La elaboración de este documento tuvo su origen a fines del año pasado, luego de un taller virtual desarrollado para examinar la relación entre la protección de la biodiversidad y la crisis climática.