JUVENILES. La biomasa de la anchoveta está compuesta por más del 82 % de juveniles, según los últimos tres estudios del Imarpe.
Este año, la biomasa de anchoveta se ha reducido en 34% con respecto a lo registrado en el verano del 2022. Estudios del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) revelan que, al 1 de abril de 2023, se observó un stock de la especie de 6’450.383 toneladas frente a las 9’780.370 toneladas registradas el año pasado. Si se comparan estos datos con el promedio de biomasas de verano contabilizadas entre 1996 y 2022 (8’516.623 toneladas), las cifras también muestran una baja del 24%.
En los primeros meses del 2023, según tres estudios realizados por Imarpe entre los meses de febrero y mayo, la biomasa estaba conformada por juveniles en porcentajes de entre 82% y 91% en número. Es decir, de cada 10 anchovetas en el mar, ocho o nueve tenían tallas menores a los 12 centímetros y aún no se habían reproducido.
En los primeros meses del 2023, de cada 10 anchovetas en el mar, ocho o nueve tenían tallas menores a 12 centímetros".
Frente a este escenario, el Ministerio de la Producción (Produce) decidió que este año no habrá una primera temporada de pesca industrial de anchoveta en el litoral norte-centro del Perú y anunció que la segunda temporada de pesca aún es incierta.
“No existen las condiciones biológicas para el desarrollo de las actividades extractivas”, dijo el presidente del Imarpe, Jorge Paz Acosta, en una conferencia de prensa, realizada el pasado 8 de junio, en la que participó el ministro de la Producción, Raúl Pérez-Reyes Espejo.
Paz Acosta indicó que El Niño costero y el debilitamiento del Anticiclón del Pacífico Sur ―un sistema atmosférico que genera vientos que ayudan a disminuir la sensación de calor en el mar― están afectando la biomasa de anchoveta.
ANUNCIO. El ministro Raúl Pérez-Reyes informó que no se abrirá la primera temporada de pesca de anchoveta porque no existen condiciones para esta actividad.
Foto: Produce
Estas condiciones, que inciden en el calentamiento del mar, hacen que los ejemplares adultos de esta especie se encuentren hasta en 190 metros de profundidad, cuando en condiciones normales se hallan por encima de los 50 metros, explicó Paz Acosta. Dicho desplazamiento hacia las profundidades del mar ocasiona que los ejemplares reduzcan su peso entre un 12% y un 15%.
Con un fenómeno de El Niño costero en desarrollo y El Niño global ya confirmado, las perspectivas son inciertas para esta especie y para el sector pesquero, en especial para unos 20.000 pescadores industriales que no percibirán ingresos por la cancelación de la primera temporada de pesca, que normalmente, se desarrolla entre abril y julio.
El impacto de El Niño costero y global
La Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) mantiene el estado de Alerta de El Niño costero, que influye en el incremento de la Temperatura Superficial del Mar (TSM) en la región Niño 1+2, correspondiente al mar adyacente a la costa del norte del Perú y la costa de Ecuador. Existe una probabilidad del 77% de que, en esta región, el fenómeno continúe hasta el verano de 2024.
A la amenaza de El Niño costero, se suma la de El Niño global, ya que en la región Niño 3.4 o Pacífico central, la TSM también está elevada.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA, por su sigla en inglés) confirmó el pasado 9 de junio la presencia de este fenómeno climático que ―según indicó― continuaría en los siguientes meses de este año, con una probabilidad del 56% de tener un impacto fuerte y de un 84%, moderado.
La anchoveta es una especie cuyo hábitat ideal fluctúa en las aguas marinas con temperaturas de 16 a 18 grados, pudiendo adaptarse hasta los 22 grados.
Con temperaturas que han sobrepasado los 25 e, incluso, los 28 grados, los cardúmenes tienen un comportamiento típico ante estos escenarios: se pegan a la costa, se profundizan y migran hacia el sur, lo que genera su menor disponibilidad para la pesca, explicó a OjoPúblico Gino Passalacqua Walter, oceanógrafo peruano experto en ciencia del clima y meteorología.
Según el científico, las anomalías en la temperatura del mar y el aire van a continuar, así como sus efectos sobre la anchoveta. “La especie está sometida a un gran estrés, que incluso hasta la hace bajar de peso, lo que en parte contribuye a la reducción de la biomasa”, señaló.
PEQUEÑA. La anchoveta juvenil capturada en la pesca exploratoria se quedaba atrapada en la zaranda y no pasaba a la bodega de las embarcaciones.
Foto: Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos
El ministro de la Producción, Raúl Pérez Reyes Espejo, indicó en la conferencia del 8 de junio que se seguirán estudiando las perspectivas con miras a la segunda temporada de pesca de anchoveta de este año, pues el anticiclón del Pacífico —vientos que podrían desplazar las aguas cálidas que origina El Niño [global]— generarían condiciones más adecuadas para esta pesquería.
Passalacqua Walter estimó que no hay posibilidades de cambio sobre El Niño y que las anomalías en el Océano Pacífico van a continuar hasta marzo o abril del próximo año, pero no se puede precisar aún la intensidad, pues se trata de condiciones que nunca antes se han visto en el Pacífico y el resto del planeta.
“Se están batiendo récords, tanto en anomalías en aire como agua”, señaló el experto. Frente a esa situación, dijo, no es posible pensar en una segunda temporada de pesca de anchoveta.
El Ministerio de la Producción indicó que, en dos o tres semanas, volverán a realizar un nuevo análisis de la biomasa de la anchoveta y su disponibilidad para la pesca, a través de un zarpe de investigación oceanográfica.
El economista Juan Carlos Sueiro Cabredo, director de pesquería en Oceana, señaló que, aunque no está claro el impacto que tendrá en el Perú El Niño global, sí es evidente que, si hay temporada de pesca de anchoveta en lo que resta del año, las capturas van a ser muy bajas. Esto ocurrió, por ejemplo, con la presencia de El Niño de 1998, año en que se pescó solo el 20% de las capturas normales por las condiciones del mar.
Sueiro Cabredo recomendó una veda general para la especie, es decir no solo para la industria, sino también para la pesca de consumo humano directo (para las conservas). Esto teniendo en cuenta que la anchoveta, en su mayoría, es juvenil y se ha pegado a las costas, área donde pescan estas embarcaciones.
Produce informó que, en dos o tres semanas, se realizará un nuevo análisis de la biomasa de la anchoveta".
Maximiliano Bello Maldonado, conservacionista chileno y experto en política pública oceánica, cuestionó que se usen modelos arcaicos, que solo analizan el volumen del stock para recomendar que se abra o no la pesca.
“Lo importante es ver cuál es el rol de la anchoveta en todo el ecosistema, porque es una especie que consumen otros peces y aves. Entonces, si se excede en su pesca, se está dañando a una cadena trófica completa”, dijo. La anchoveta es alimento para el jurel, la caballa, el bonito, el atún, las ballenas, los delfines y lobos marinos, entre otros.
Por ello, sostuvo que la principal medida que debe tomar el Estado peruano para proteger a la anchoveta es considerar la información proveniente de la ciencia. “En Perú hay asesoría científica, pero la decisión final es de tipo política”, afirmó.
Pese a que Produce señaló que no habrá primera temporada, el pasado 14 de junio, Cayetana Aljovín, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), dijo que cree que sí habrá primera temporada de pesca de anchoveta. “Yo creo que vamos a poder pescar un mes o mes y medio, pero se va a poder pescar, porque ahí está la anchoveta y está crecida”, indicó.
La cuestionada pesca exploratoria
Aunque los estudios a la biomasa demostraban que las posibilidades de lanzar las redes y capturar un alto porcentaje de juveniles eran más que evidentes, la noche del 1 de junio, a través de una edición extraordinaria de las normas legales de El Peruano, Produce estableció la primera temporada de pesca de anchoveta.
Se autorizó la cuota global máxima de 1’091.000 toneladas, pero sin fecha de inicio cuando, por lo general, se indica el periodo de vigencia de estas autorizaciones.
La decisión estuvo acompañada de la autorización para el inicio de una pesca exploratoria por siete días, a partir del 3 de junio, con la participación de todas las embarcaciones pesqueras de mayor escala con permiso de pesca vigente para la extracción de anchoveta.
Los resultados arrojaron capturas de juveniles por encima del 80%, lo que despertó el reclamo de pescadores y dirigentes, quienes demandaron el cierre de la pesca exploratoria.
Los pedidos no eran infundados. Reportes de pesca de Imarpe —a los que tuvo acceso OjoPúblico— muestran, por ejemplo, que en el primer día de pesca exploratoria se descargaron 1.286 toneladas de anchoveta en el puerto de Chimbote y que el 89% de ellas eran juveniles.
Los resultados de la pesca exploratoria arrojaron capturas de juveniles por encima del 80%".
Al siguiente día, el 4 de junio, la flota de acero descargó 398 toneladas en Parachique, compuestas por individuos de tallas menores en el 83% de los casos. En Chicama y Chimbote, mientras tanto, la flota de madera descargó 65 y 41 toneladas, con un 97% y 99% de presencia de juveniles, respectivamente.
Produce cerró la pesca exploratoria antes de cumplirse los siete días de plazo y señaló que lo capturado —sin precisar el total— estaba compuesto por individuos de siete a 15 centímetros, con una incidencia de juveniles del 86%.
Respecto a la cuota establecida, el ministro de la Producción dijo que se determinó hasta 1’091.000 toneladas tomando como referencia la cuota que salía en la primera investigación, pero que “no había forma de que, en una semana, se pesque eso”.
OjoPúblico pidió entrevistas a Produce e Imarpe y envió una serie de consultas sobre el tema. Sin embargo, los cuestionarios no fueron respondidos hasta el cierre de este informe.
Passalacqua Walter considera que, teniendo en cuenta la evidencia sobre las condiciones de la especie, Produce podría haber recibido presiones para autorizar la pesca exploratoria.
IMPORTANCIA. Los expertos recomiendan que antes de abrir una temporada de pesca se evalúe el rol de la anchoveta ya que es alimento de otras especies.
Foto: Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos
“Quizá han jugado un poco con las recomendaciones de los científicos. Como están dentro de esas recomendaciones, se adaptan a las presiones que tienen, porque la pesca es un factor importante en la economía”, dijo.
A través de un cuestionario por escrito, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) dijo a OjoPúblico que la pesca exploratoria es parte de un sistema de investigación de la especie.
“Perú es reconocido a nivel mundial por el buen manejo de la pesquería industrial de la anchoveta gracias a que su regulación garantiza la sostenibilidad del recurso, lo que implica, entre otras actividades, un alto nivel de observación del ecosistema y de la biomasa”, sostuvo.
El gremio agregó que, dada la alta volatilidad de las condiciones, “era muy necesario realizar esta pesca exploratoria”, para determinar la oportunidad de apertura de la temporada, y que solo se pescó 40.000 toneladas. “[Esas cantidades] no tienen un impacto en el ecosistema; y, por el contrario, [la pesca exploratoria] permitió la toma oportuna de decisiones que son por todos conocidas”.
El conservacionista Maximiliano Bello tiene una visión diferente. Señaló que la decisión de autorizar la pesca exploratoria en las condiciones antes descritas no fue acertada. “Incluso diría que fue irresponsable y cortoplacista porque seguimos mirando solo ganancias de corto plazo, cuando sabemos que se está destruyendo un stock de una especie importante para las familias y la estabilidad del océano”, enfatizó.
El efecto en las exportaciones
La anchoveta es la pesquería más importante del Perú, país que es el primer exportador de harina y aceite de pescado a nivel mundial. En 2021, su participación fue de 35%, seguido por Chile, con 7,83%.
Según el ministro de la Producción, anualmente se exporta harina y productos derivados de la anchoveta por un valor de USD 3.000 a 3.500 millones.
En 2021 y 2022, solo en harina y aceite de pescado, de acuerdo a cifras de Sunat, las exportaciones peruanas han sido, en promedio, de USD 2.300 millones.
La cancelación de la primera temporada de pesca ocasionará una disminución del 30% en el volumen exportado, estimó Pérez Reyes Espejo. Aunque precisó que el impacto al sector dependerá de la cuota que se asigne para la segunda temporada de pesca de este año, si esta se abre. “Si esto no ocurre, ahí sí será fuerte [el impacto]”, estimó.
Al año se pescan, aproximadamente, 5 millones de toneladas, es decir, unos 2.5 millones de toneladas por temporada. Si bien este año no se autorizó la primera temporada, la expectativa del sector pesquero es que se abra una segunda temporada con una cuota mayor a la normal. Sin embargo, según los especialistas esto no es muy probable debido a las condiciones del mar.
La Sociedad Nacional de Pesquería indicó a OjoPúblico que está a la espera de los resultados de los informes científicos que realizará Imarpe en las próximas semanas. “Sin esa información es imposible realizar una proyección seria. Lo cierto es que, en cada temporada de pesca, el Perú percibe más de USD 1.000 millones en divisas”, respondió.
Según esta organización, que representa a la industria pesquera de anchoveta, la contribución directa del sector pesquero industrial al Producto Bruto Interno (PBI) es de 1,5% y, de manera indirecta, de 2,5%.
El principal mercado para la harina de pescado que produce Perú es China. De 2017 a la fecha, se hicieron envíos de este producto al país asiático por un valor de USD 7.908 millones.
Al respecto, el economista Juan Carlos Sueiro refirió que el impacto de la decisión peruana de no realizar la primera temporada de pesca de anchoveta va a generar incertidumbre en China, que alentará a otros países a producir este insumo. Además, consideró que los que producen harina buscarán hacerlo usando otras materias primas.
Por su parte, Yuri Vivar Miranda, economista radicado en el puerto pesquero de Chimbote, indicó que el aporte del sector pesca y acuicultura en el componente nacional es, en promedio, de 0,4% y, en el tercer trimestre, que abarcaría la temporada suspendida, es históricamente el más bajo del año, con alrededor del 0,2%.
“A nivel macro no tendrá mayores consecuencias, como sí a nivel micro. Es decir, afectará a los directamente vinculados al sector”, explicó a OjoPúblico.
La suspensión de la pesca generará impactos en regiones como Áncash. En especial, en el puerto de Chimbote, donde están asentados la mayoría de los pescadores de la flota de acero y de madera, que trabajan directamente en la pesca de anchoveta para la industria.
Pescadores industriales entre afectados
Durante una temporada de extracción de anchoveta en condiciones normales ―dependiendo de la cuota de la embarcación, el precio de exportación de la harina, el cumplimiento de la cuota y otros factores― un pescador puede ganar, en promedio, S/25.000 por unos dos a tres meses de trabajo.
En el ámbito nacional la pesquería industrial de anchoveta genera empleo directo para unos 20.000 pescadores, quienes, teniendo en cuenta que la primera temporada no se abrió, no contarán con ingresos para cubrir gastos de alimentación, educación y salud, entre otros, por lo menos durante el segundo trimestre del año.
La pesquería industrial de anchoveta genera empleo directo para unos 20.000 pescadores".
“Vamos a tener que ver, conjuntamente con la industria, qué hacemos para mitigar este problema. Tenemos que ver cómo lo resolvemos, tanto con la gran industria como con los barcos de madera”, dijo el ministro de la Producción sin precisar en qué podría consistir la intervención del Estado frente a la afectación que sufrirán los pescadores.
Hace ocho años se discutió la necesidad de contar con un seguro de pesca para situaciones catastróficas, pero hasta la fecha no se ha aprobado, recordó Juan Carlos Sueiro.
Esto resultará perjudicial en un escenario en el que la mayoría de los más afectados no cuentan disponibilidad de su Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), porque ya la retiraron en la pandemia de la covid-19. Una salida, según el especialista, podría ser otorgarles créditos con bajos intereses.
Un bono extraordinario podría ser otra alternativa, dijo Macedonio Vásquez Contreras, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos, quien cuestionó que los pescadores no hayan recibido un apoyo directo, pese a que expusieron su vida trabajando desde los primeros meses de la pandemia.
Otra opción, refirió el dirigente sindical, es que las empresas pesqueras les otorguen préstamos que les permitan subsistir, los cuales pagarían al realizarse la próxima temporada de pesca.
Desde 2015, el Sindicato de Pescadores de Chimbote José Olaya Balandra exige al Estado un plan de contingencia para situaciones como la que ahora atraviesan. La propuesta era crear un fondo económico con aportes del Estado, el armador pesquero y los pescadores, pero este aún no se ha concretado, dijo César Córdova Ponce, asesor del sindicato.
El pasado 13 de junio, este gremio remitió una carta al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo para solicitar la instalación de una mesa de trabajo junto a los ministerios de la Producción, y Economía y Finanzas. El objetivo es que se viabilice la devolución de los aportes realizados por los trabajadores a la Caja del Pescador.
Además, plantearon que el Estado garantice los créditos que coloquen las entidades financieras en las pesqueras para que estas den un adelanto de pesca o préstamos a sus trabajadores. “Del 100% que se le entregue al pescador, la devolución de un 30% que sea asumido por el Estado, como concepto de bono extraordinario no sujeto a devolución”, se lee en el documento.
La última vez que los pescadores no tuvieron una temporada de pesca fue en 2014, según gremios y expertos consultados. Entonces, el fenómeno de El Niño costero causó que no existieran las condiciones biológicas y climáticas para la pesca de anchoveta durante la segunda temporada. Ahora, con la coincidencia de El Niño costero y El Niño global, las consecuencias apuntan a ser mayores.