CRECIMIENTO. En 2022, Servicios Agrarios de Pucallpa se ubicó como la principal empresa transformadora de aceite crudo de palma.
En Ucayali, la segunda región más grande del Perú, el comercio de aceite de palma superó, el año pasado, al negocio de la madera, según cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Desde 2020, los registros oficiales también muestran un incremento en las exportaciones de esta materia prima —empleada en diversos productos, como jabones, galletas o cosméticos—, pero todavía no hay claridad respecto a todos los actores que participan en su cadena productiva.
Además, la superficie dedicada al cultivo de la palma registró un aumento considerable en los últimos años: entre 2015 y 2021, el área cosechada creció 119,9%, de acuerdo a datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). En dicho periodo, pasó de 43.140 a 94.902 hectáreas en las regiones Huánuco, Loreto, San Martín y Ucayali. La última registró el 44,2% del total cosechado en 2021.
El crecimiento acelerado de esta actividad económica ha generado preocupación entre los especialistas ambientales, quienes consideran que este cultivo propicia la deforestación. Un análisis satelital del Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos (MAAP) estimó que, entre 2011 y 2015, se perdieron 12.000 hectáreas de bosque a causa de las plantaciones de palma aceitera.
En este contexto, OjoPúblico accedió —a través de un pedido de información vía la Ley de Transparencia— a los registros estadísticos entregados cada mes por las empresas que extraen aceite crudo de palma desde diferentes plantas transformadoras, ubicadas en gran parte a lo largo de la carretera Federico Basadre, en Ucayali.
Un análisis de esa información permitió determinar que solo dos empresas concentraron más de la mitad de la producción de aceite de palma entre 2020 y finales de 2022: Oleaginosas Amazónicas (Olamsa) y Servicios Agrarios de Pucallpa. Ninguna de ellas, al igual que la mayoría de las compañías del sector, brindaron información sobre los destinatarios finales del producto que comercializan.
Aunque no es una obligación, reportar el nombre de los destinatarios finales permite tener un seguimiento a la cadena de suministros de un sector que, cada vez, aumenta más su producción y que, ante las advertencias de diferentes especialistas, debería garantizar la sostenibilidad en el origen de sus actividades.
Dos empresas líderes
Al analizar los registros estadísticos de las declaraciones realizadas por las compañías, OjoPúblico encontró que solo dos empresas concentran el 63,1% de toda la producción reportada entre 2020 y 2022 en Ucayali: Oleaginosas Amazónicas (Olamsa) y Servicios Agrarios de Pucallpa del Grupo Ocho Sur. En conjunto, ambas compañías declararon una producción de más de 250.000 toneladas métricas de aceite crudo de palma durante ese periodo.
La empresa que registró el mayor volumen fue Olamsa, con más de 149.000 toneladas métricas del insumo en los tres años analizados. En ese periodo, la firma tuvo ingresos de racimos de fruta fresca de palma —que, luego, son transformados en aceite crudo, refinado y harina de palmiste— superiores a las 637.000 toneladas métricas.
En el rubro de las salidas de sus productos terminados la empresa señaló que estos se dirigieron a Lima, Chancay y la venta local en Ucayali. Sin embargo, su declaración no detalla los nombres de los compradores.
Los aumentos en la producción de esta empresa también se reflejaron en el personal contratado para sus dos plantas, que operan en los kilómetros 37 y 59 de la carretera Federico Basadre, en los distritos de Campo Verde y Neshuya, respectivamente. En diciembre de 2020 declararon 183 trabajadores, mientras que en 2022 la cifra subió a 223 empleados.
Dos empresas acumulan el 63,1% de toda la producción de aceite crudo de palma declarada entre 2020 y 2022 en Ucayali".
Esta firma, con actividades desde 1998, tiene entre sus accionistas a Manuel Gambini Rupay, actual gobernador de Ucayali. En su declaración jurada de este año, el máximo funcionario regional señaló que tenía más de 4.000 acciones en Olamsa, sumadas a otras 6.000 en Agroindustrias Oleaginosas del Perú y 12 acciones en Oleaginosas Amazónicas.
En agosto pasado, en plena campaña electoral, Gambini Rupay fue incluido en una investigación fiscal por presuntamente integrar una organización criminal dedicada al tráfico de tierras y lavado de activos. Además, también tiene otras tres carpetas abiertas durante su gestión anterior como gobernador, entre 2015 y 2018, por los presuntos delitos de abuso de autoridad, omisión de actos funcionales y negociación incompatible.
Al ser consultados por la falta de detalle sobre sus compradores en las cédulas estadísticas, el gerente general de Olamsa, Nilo Maguiña Vásquez, indicó a este medio que cumplían con entregar “el requerimiento del formato de Agricultura” y que el sector no pedía “más detalles”.
Maguiña Vásquez también aseguró que garantizaban la sostenibilidad de su producto a partir de “tener georeferenciados” a todos sus proveedores que entregan el fruto de palma en sus plantas extractoras y centros de acopio.
La segunda empresa con mayor producción en Ucayali —que, en 2022, incluso superó a Olamsa— es Servicios Agrarios de Pucallpa, firma que integra el Grupo Ocho Sur. Esta compañía, aunque solo tiene declaraciones de 2021 y 2022, superó las 100.000 toneladas métricas de aceite crudo de palma. Y, en 12 meses de operaciones, incrementó su rendimiento en 15,9%.
El inicio de actividades de esta planta fue anunciado en abril de 2020 por el Grupo Ocho Sur, con una inversión de USD 20’000.000. A pesar de eso, la Dirección Regional de Agricultura de Ucayali (DRAU) no cuenta con información sobre la producción de Servicios Agrarios de Pucallpa de abril a diciembre de ese año.
Entre 2021 y 2022, el ingreso de racimos de fruta fresca de palma superó las 405.000 toneladas métricas, de acuerdo a los reportes de la empresa, que inició actividades en 2017, época en la que el Grupo Ocho Sur solo comercializaba el racimo de palma aceitera que cosechaba.
En sus declaraciones mensuales, al igual que Olamsa, esta compañía no reportó el destinatario final ni los nombres de los compradores de sus productos terminados. Solo indicó que su aceite crudo, refinado y harina de palmiste iban dirigidos a comercios en Lima y Ucayali.
Durante ese periodo, la empresa triplicó el número de operadores en su planta transformadora, que funciona en el distrito de Nueva Requena: pasó de reportar 71 empleados, en enero de 2021, a 254, en diciembre pasado.
Desde el 2020, solo dos de las ocho empresas que producen aceite de palma en Ucayali han brindado información sobre sus clientes".
En setiembre de 2021, OjoPúblico informó sobre la inversión que tuvo el Grupo Ocho Sur en la construcción de su planta y la no inclusión de la comunidad Santa Clara de Uchunya dentro del área de influencia del proyecto, aprobado por el Ministerio de Producción con la opinión técnica del sector Cultura. Tras la publicación del reportaje, la compañía sostuvo que no requería una consulta previa para aprobar su estudio de impacto ambiental.
Asimismo, el Grupo Ocho Sur ha afirmado que no tiene vínculos con empresas ni personas investigadas por deforestación que operaban en los fundos Zanja Seca y Tibecocha, donde hoy tiene sus actividades Ocho Sur P, Ocho Sur U y Servicios Agrarios de Pucallpa.
Respecto a las zonas donde operan estas tres firmas, la fiscalía de crimen organizado de Lima tiene una carpeta que involucra al empresario checo-estadounidense Dennis Melka por su presunta participación en la pérdida de bosques de Ucayali para el cultivo de palma aceitera.
Al ser consultados por los motivos para no declarar el nombre de sus clientes y los avances respecto a una posible aplicación para ser miembro de la RSPO, el Grupo Ocho Sur señaló a OjoPúblico que en esta oportunidad “no participarán del informe sobre el sector de la palma”.
Declaración de compradores
Las empresas del sector agroindustrial entregan cada mes los datos de su producción, en cumplimiento de una norma aprobada en 2001. En el sector palma aceitera, los datos proporcionados por las compañías están supervisados por la DRAU y por el Midagri.
Sin embargo, no hay un estándar para el llenado de la información respecto al nombre del destino de los productos terminados. En seis de los ocho casos revisados, las compañías solo declaran el nombre completo o las siglas del insumo, y apenas dos empresas colocaron el detalle del comprador de su aceite crudo, refinado o harina de palmiste.
Oleaginosas Padre Abad (Olpasa) —la tercera con mayor producción en la región— y Agropecuaria Palma Verde (antes Bioandes) han adoptado la práctica de brindar el detalle sobre sus clientes. En el caso de Olpasa, que produjo más de 50.000 toneladas métricas de aceite crudo de palma entre 2020 y 2022, señaló que sus compradores eran Alicorp, Superalimentos del Perú, Sol de Palma, Industrias Palm Oleo y ventas locales.
Mientras que Agropecuaria Palma Verde declaró una producción de más de 7.500 toneladas métricas de aceite crudo de palma, entre 2020 y 2022. Estas cifras se repartieron entre sus clientes Heaving Petroleum Operators, Sol de Palma, Grupo Bioteck SAC, Agro Inversiones Los Abedules y Redondos S.A.
Al ser consultados sobre la posibilidad de que se incluya como requisito el detalle de los compradores en la cédula estadística, la DRAU respondió a OjoPúblico que esto no era posible. La oficina regional agregó que una medida de este tipo vulneraría el “principio de reserva a la información de las empresas” debido a que el sector privado señala que se “pondría en riesgo sus estrategias de negocios”.
Esta oficina también planteó que “otras entidades de control” como la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) “podrían articularse para llegar hasta el destinatario final”. Asimismo, la DRAU indicó a este medio que en el período analizado habían recibido información con normalidad y con solo algunos “retrasos en entrega de información, pero solucionándose en el transcurrir de los días”.
Por su parte, el Midagri indicó que no consideraban como destino a la persona jurídica por “metodología estadística”, pero veían necesario implementar “la trazabilidad mediante tecnología blockchain [un sistema seguro para almacenar datos y evitar falsificación de los mismos] para identificar el producto en cada etapa de la cadena”.
El sector añadió que, en alianza con la Corporación Andina de Fomento (CAF), habían decidido fortalecer la cadena productiva del cacao a través del sistema blockchain para “evidenciar el origen del producto” y que este desarrollo “podría servir como base para la trazabilidad de los demás productos, como la palma aceitera”.
Ruta final del producto
Uno de los últimos eslabones en la actividad del aceite de palma es el vinculado a la exportación y uso final del producto. Si bien no hay claridad respecto a los compradores, hay algunas empresas que —de forma directa e indirecta— permiten identificar a sus proveedores.
Una de estas firmas es Alicorp, del Grupo Romero, que reveló el nombre de sus proveedores luego de la publicación de un reportaje de OjoPúblico, en 2020. Este aspecto, además, era un requerimiento de la Mesa Sostenible de Palma Aceitera (RSPO, por su sigla en inglés) para sus miembros, tal como es su caso. Entre los proveedores de aceite crudo de palma de esta compañía se encuentran nueve firmas extractoras de las regiones Ucayali y San Martín.
Esta transparencia en los datos, como se señalaba previamente, es un compromiso que adoptan las empresas u organizaciones que pertenecen a la RSPO. Sin embargo, a pesar del crecimiento económico del sector y las alertas de deforestación por el cultivo de este fruto, apenas nueve compañías que trabajan con palma aceitera en Perú se han sumado al gremio.
CRÍTICA. La comunidad Santa Clara de Uchunya ha denunciado que la palma aceitera ha causado pérdida de bosques en zonas que reclaman como suyas.
Foto: OjoPúblico / David Díaz.
A la fecha, en esta lista no aparece ninguna de las grandes extractoras de la región Ucayali, Olamsa y Servicios Agrarios de Pucallpa. Tampoco se encuentra Sol de Palma, con sede en Lima, que es la principal exportadora peruana de aceite crudo hacia México, Colombia, República Dominicana, España y Países Bajos, entre otros.
En setiembre de 2021, este medio mostró los vínculos de Sol de Palma con el Grupo Ocho Sur, así como la participación de la firma de agronegocios Louis Dreyfus Company (LDC), que abastecía a sus refinerías en Indonesia y operaciones en Singapur con aceite extraído por el Grupo Ocho Sur, a través de Sol de Palma.
A fines de ese mismo año, la compañía de Países Bajos, Bunge Loders Croklaan, presentó una queja interna contra el Grupo Ocho Sur —proveedora de Sol de Palma— luego de la publicación de un reporte de la organización Forest Peoples Programme sobre el conflicto social de la comunidad Santa Clara de Uchunya, que desde 2015 ha denunciado el desbosque en territorios que reclaman como suyos.
Las respuestas superficiales del Estado y la poca información de las empresas generan un ambiente cada vez más difícil para garantizar que el origen del aceite de palma nacional no proviene de zonas en conflicto o territorios deforestados.