CITES. Perú planteó, en Panamá, plazo de dos años para que el shihuahuaco se incluya en lista global de especies amenazadas.
El pasado 17 de noviembre, en Panamá, el gobierno de Perú —a través del Servicio Nacional Forestal de Fauna Silvestre y del Ministerio del Ambiente— planteó una modificación a la propuesta inicial de incluir al shihuahuaco (Dipteryx) como especie protegida: que esta protección sea efectiva luego de dos años de adecuación.
La medida se aprobó con 74 votos a favor y 13 en contra. En este debate participaron los miembros de la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
La modificación planteada por Perú –sin un sustento técnico público que respaldara esta propuesta– se tomó pese a la existencia de evidencia producida por diferentes científicos respecto a la inminente vulnerabilidad del shihuahuaco.
Durante las últimas semanas OjoPúblico insistió y consultó a Serfor y el Minam sobre cuál sería la posición del país respecto a la iniciativa de la Unión Europea, Panamá y Colombia de incorporar a este árbol amazónico como especie amenazada, pero ambas entidades evitaron responder.
La postura del Perú se mantuvo en secreto hasta el último jueves 17 de noviembre, cuando las autoridades locales intervinieron en la Conferencia Mundial de Vida Silvestre, organizada en Panamá.
OjoPúblico accedió a las fichas científicas de las especies Dipteryx Micrantha y Dipteryx Ferrea, que analizan el estado actual del shihuahuaco con presencia en regiones como Loreto, Madre de Dios y Ucayali.
Una ficha de categorización es un documento basado en evidencia científica que brinda las principales características de una especie, así como estimaciones respecto a su población actual y proyecciones frente a una eventual extinción.
De acuerdo a los cálculos de los investigadores, entre 2016 y 2020, se han extraído más de 275.000 metros cúbicos de Dipteryx Micrantha, por lo que en el período 2021-2036 se proyecta que se retirará alrededor del triple. Es decir, más de 827.000 metros cúbicos, equivalente a más de 85.000 árboles de shihuahuaco.
La ficha de categorización es usada como sustento para que el Serfor evalúe la situación del árbol y, de ser necesario, incluirlo en la lista de especies amenazadas de flora silvestre que maneja el sector forestal.
Dicho listado no ha tenido modificaciones desde 2006, cuando se creó su primera versión. Aunque desde 2015 se han presentado distintas propuestas para actualizarlo, estas medidas no han prosperado, principalmente, por la oposición de los gremios empresariales del sector maderero.
Estiman que al 2025 Dipteryx Ferrea podría tener por lo menos una pérdida del 99%.
Entre las conclusiones de estos documentos se indica que en los últimos años se ha generado una sobreexplotación del árbol que puede volverse crítica y llevar a su eventual desaparición de los bosques amazónicos.
Los científicos que realizaron la ficha de la especie calificaron al Dipteryx Micrantha en situación vulnerable y al Dipteryx Ferrea en peligro crítico.
Para estimar el estado de la población del shihuahuaco, los investigadores calcularon los árboles que ya se habían extraído del bosque a partir de los registros oficiales del Serfor, incluidos en sus anuarios forestales que pueden considerar datos “subvaluados” debido a que varios conteos regionales no llegan a Lima.
Además, como parte de su metodología para ambas especies, los especialistas calcularon el número de árboles que habría en el área de distribución original, el volumen de madera extraído en metros cúbicos, la cantidad de árboles que representan el volumen de madera extraído y cuántos árboles o el porcentaje de la población extraída en los últimos años así como la que se extraería en el futuro cercano.
En su sustento, la propuesta menciona que esta especie se encuentra “explotada por su valiosa madera dura” y es materia prima de “la madera más cara comercializada a escala global”. Asimismo, según la iniciativa, en algunos países emplean esta especie para diferentes actividades como la alimentación, medicina tradicional, carbón vegetal y otros.
En las dos fichas revisadas también se menciona a la extracción del carbón procedente de esta especie, considerado un producto secundario de los aserraderos. En las fichas se recuerda que solo en Pucallpa la producción de este producto es “ocho veces más alta de la consignada en las cifras oficiales” de los anuarios forestales.
En una investigación de julio último, este medio identificó que marcas de carbón gourmet utilizaban madera de shihuahuaco sin detallar esta información a sus clientes.
Asimismo, los especialistas destacan la relevancia que tiene el shihuahuaco para los ecosistemas de la Amazonía. En el caso de Dipteryx Micrantha su población se distribuye en las regiones de Loreto, Huánuco y Ucayali. Como consecuencia de la sobreexplotación, el documento estima que su población podría desaparecer en los próximos 14 años.
Las estimaciones para el Dipteryx Micrantha alertan que al 2020 se habría extraído el 33% de ejemplares existentes. Desde entonces hasta el 2036, calculan que se extraería otro 66%. El análisis considera que esta especie “ya estaría desaparecida” en Huánuco y Junín. En Ucayali, mientras tanto, ya se habría extraído el 87% y, en Loreto, solo quedaría alrededor del 50%.
Científicos calificaron al Dipteryx Micrantha en situación vulnerable y al Dipteryx Ferrea en peligro crítico.
“Actualmente, la especie está en situación vulnerable, pero en unos cinco años [2027] ya estaría en peligro. Debería recibir tratamiento de acuerdo a eso. Al ser una especie de madera muy dura y de muy lento crecimiento, requiere medidas para su protección”, concluye la ficha.
Si bien las cifras son preocupantes para la Dipteryx Micrantha, la situación es más grave para la Dipteryx Ferrea, que distribuye su población en Loreto, Madre de Dios y Ucayali y, en menor proporción, en Huánuco y Pasco. La ficha de esta especie señala que, entre 2016 y 2020, se extrajeron más de 1’200.000 metros cúbicos de este árbol.
El cálculo agrega que al 2020 se habría extraído entre el 73% y 92% de Dipteryx Ferrea y, al 2025, podría tener por lo menos una pérdida del 99%. “Al 2025 estaría desaparecida en todos los departamentos excepto Ucayali”, agrega el análisis de los expertos que considera a la especie en peligro crítico. La protección de Cites está contemplada luego de una adecuación de dos años, cuyo inicio se determinará en la clausura de la Conferencia Mundial de Vida Silvestre, a realizarse este 25 de noviembre.
La situación del shihuahuaco también se ha advertido en una reciente publicación de la Cámara Nacional Forestal. En el libro Una nueva política nacional para los bosques del Perú se menciona que la “responsabilidad principal de la degradación de los bosques” recae en el retiro de árboles de especies “valiosas preferidas por el mercado”, como el shihuahuaco, que genera una “descapitalización del bosque natural”.
El pasado 4 de noviembre, OjoPúblico realizó un pedido de información para acceder a las fichas de posición de categorización del Dipteryx Micrantha y Dipteryx Ferrea, documentos proporcionados luego por fuentes internas. Sin embargo, el Serfor señaló que no era posible atender la solicitud debido a que lo solicitado constituían “documentos de trabajo” que estaban “en revisión” y no eran “finales”.
Oposición y conflicto de interés
El debate en torno a la inclusión del shihuahuaco en la lista de Cites como una especie amenazada, generó el rechazo de diferentes sectores forestales en Perú. Una de las organizaciones que mostró su opinión en contra fue el Colegio de Ingenieros del Perú, que a través de su directiva manifestó a inicios de octubre el rechazo a su protección.
A fines de ese mismo mes, luego de una reunión en el Serfor, el presidente del capítulo de Ingeniería Forestal del citado Colegio, Rafael Mauricio Ramírez Arroyo, señaló en una carta dirigida al director ejecutivo de la autoridad forestal, Luis Alberto Gonzales-Zúñiga, que el género Dipteryx se encontraría en un estado de “preocupación menor” y que su posible inclusión en el ‘Apéndice II’ de la Cites “resultaría una medida inadecuadamente motivada”.
En la comunicación también se mencionó que la inclusión de especies en los apéndices de la Cites, tenía como un “mensaje tácito” de mostrar al Perú como “un país poco capaz o incluso incapaz de gestionar sostenible y adecuadamente sus recursos más valiosos”.
La carta suscrita por Ramírez Arroyo reiteró la postura del Colegio de Ingenieros del Perú, pero expuso al mismo tiempo la proximidad de este gremio con actores claves en la sustentación de la posición peruana en la Conferencia Mundial de Vida Silvestre en Panamá.
Fabiola Núñez Neyra, directora de Conservación Sostenible de Ecosistemas y Especies del Ministerio del Ambiente y cónyuge de Ramírez Arroyo, según su declaración jurada, fue una de las responsables de sustentar la postura de Perú de tener un período de adecuación de 24 meses antes de incluir al shihuahuaco como una especie amenazada.
“Deseamos persistir en el plazo que propusimos de 24 meses. Esto implica una adecuada gestión presupuestal, la actualización de normas y lineamientos; y desarrollar una campaña de comunicación adecuada con los actores”, dijo en su intervención en la conferencia de Cites, en Panamá.
A pesar del vínculo con Ramírez Arroyo, la funcionaria del Minam no se inhibió del proceso y viajó junto a la delegación peruana para apoyar el retraso en la puesta en vigencia de la protección del shihuahuaco, que ahora deberá esperar dos años —sin importar las alertas y evidencia científica— para luchar contra su posible desaparición.
OjoPúblico se contactó con el área de prensa del Minam y Núñez Neyra para recoger sus declaraciones sobre el posible conflicto de interés en este tema. Sin embargo, al cierre de esta publicación, no hubo respuesta.