PROTESTAS. Los productores de Junín volvieron a protestar ante el incumplimiento del gobierno de entregar fertilizantes para asegurar la próxima campaña agrícola.
Por: Magali Estrada (Áncash), Geraldine Santos (Huánuco), Karin Chacón (Puno) y Yoselin Alfaro (Junín)
Miguel Pérez Manrique, agricultor del distrito de Santa, en la región Áncash, al igual que otros productores de su zona, inició la siembra de sus plantines de arroz la primera semana de julio. Aunque el precio de urea es alto debido a la crisis mundial de fertilizantes químicos —generada por la guerra entre Rusia y Ucrania, principales exportadores de urea— tuvo que comprar algunas bolsas de ese abono para asegurar el crecimiento de sus plantas. No pudo seguir esperando a que el gobierno concrete la compra de fertilizantes en el mercado internacional que intenta realizar desde el 19 de mayo.
Cuenta que normalmente gastaba unos 7 mil soles para cultivar una hectárea de ese cereal, pero ahora estima que invertirá hasta 12 mil soles. “A veces pienso que no me conviene sembrar, mejor tendría que arrendar mi terreno. Hemos esperado el abono del Estado y no hay nada todavía”, dijo Pérez Manrique a OjoPúblico.
El saco de urea de 50 kilos pasó de costar S/70 en 2021 a S/240 en junio del 2022, según corroboró este medio. El gobierno ha ofrecido entregar hasta cinco sacos de 50 kilos por hectárea, una cantidad insuficiente —dice el agricultor— porque para hacer producir ese terreno se necesitan unos 30 sacos.
Ante la crisis mundial de fertilizantes químicos, el gobierno declaró en emergencia el sector agrario y de riego el pasado 18 de marzo para implementar un plan de emergencia que en 120 días debía asegurar la dotación de insumos, semillas, créditos financieros, asociatividad de campesinos y equipamiento. Pero este plan no se tradujo en medidas inmediatas para atender a los productores agrícolas, por lo que el 28 de marzo se inició en la región Junín un paro agrario por el alto costo de los fertilizantes que —junto a los bloqueos de vías que los transportistas de carga pesada realizaban en diversas regiones del país— devino en 11 días de protestas y cuatro fallecidos.
Tras esos sucesos, el plazo de 120 días para ejecutar el plan de emergencia para el sector agrario venció y el 16 de julio se prorrogó por 167 días más. Esta demora en la atención de sus demandas hizo que los agricultores de Junín junto a los de la región Puno y Piura retomaran el 17 de julio sus protestas. Al día siguiente, la medida de fuerza se levantó con la llegada a Huancayo del viceministro de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego, Hugo Obando Concha, quien aseguró que el 30 de agosto llegará al país el fertilizante que requieren y se distribuirá en base al padrón de agricultores que se viene construyendo a nivel nacional desde noviembre del 2021.
REFUERZO. Para la fertilización del maíz, uno de las principales líneas de cultivo en Perú, se utiliza el 38% de urea.
Foto: OjoPúblico / Magali Estrada
En condiciones normales, los productores se aprovisionan de urea desde la quincena de julio para la siembra de cultivos, que se inicia a fines de setiembre y se extiende hasta diciembre. Sin embargo, ante el alza de precios de los fertilizantes es necesaria la intervención del Estado para la adquisición de estos insumos. Con dicho fin, el gobierno dispuso el pasado 19 de mayo la transferencia de S/348 millones a favor del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Agrario (Midagri) para la compra de fertilizante nitrogenado urea de uso agrícola en el mercado internacional a través del Decreto de Urgencia 013.
Pero, a poco más de dos meses de la promulgación de este decreto que tiene como objetivo asegurar la campaña agrícola 2022-2023, el gobierno no ha concretado la compra de la urea que necesitan los productores agrarios. El primer proceso de selección internacional —lanzado el 31 de mayo y que buscaba adquirir 73.529 toneladas de urea— fue declarado desierto el 5 de junio. Aunque hubo 55 empresas que mostraron su interés, ninguna cumplía las especificaciones técnicas solicitadas por el Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural), organismo dependiente del Minagri a cargo de la compra.
La segunda convocatoria se oficializó el 6 de junio y se dio como ganadora a la empresa brasileña MF Fertilizantes, pero el ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Andrés Alencastre Calderón— quien asumió el cargo ese lunes 6 de junio— dejó sin efecto el resultado el 22 de junio luego de que la Contraloría General de la República detectara que esta empresa y Dreymoor Fertilizers Overseas PTE LTD, también declarada apta, no cumplían los requisitos de participantes, características técnicas y condiciones de entrega. Al día siguiente fue destituido el director ejecutivo de Agro Rural, Rogelio Huamaní.
Mario Atarama Cordero, adjunto para la Lucha contra la Corrupción, Transparencia y Eficiencia del Estado de la Defensoría del Pueblo, explicó a OjoPúblico que, pese a la recomendación de Contraloría de subsanar las observaciones en el segundo proceso de selección para mantener al ganador y adquirir la urea en el plazo establecido, el ministro Alencastre Calderón declaró nulo el proceso realizado en la gestión del anterior titular del sector.
La Defensoría del Pueblo señaló que el cambio de funcionarios en el Midagri complicó la adquisición del fertilizante para los agricultores".
Javier Arce Alvarado, antecesor del actual ministro, estuvo solo dos semanas en el cargo y renunció por cuestionamientos a su falta de experiencia y por haber omitido antecedentes judiciales en su declaración jurada al asumir el puesto.
“Los constantes cambios de funcionarios, y en este caso de ministros, han generado que el proceso de adquisición se aplace, pese a la urgencia de adquirir el producto. Las observaciones de Contraloría eran subsanables, pero el ministro optó por no arriesgarse y anular el proceso porque la persona a cargo [Rogelio Huamaní] era de la anterior gestión”, explicó Atarama Cordero. El presidente Pedro Castillo ha tenido cinco ministros de Agricultura en un año de gestión.
El tercer proceso —que busca adquirir 65.587 toneladas de urea— se lanzó el 12 de julio y, según el cronograma, debe ejecutarse en 16 días calendarios. Es decir, para el 28 de julio se debería tener al ganador del proceso. Agro Rural informó que evalúan las propuestas de siete empresas postoras de Italia, Estados Unidos, Paraguay, Rusia, México y Australia, aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores cursó la invitación a más de 158 empresas de 52 países.
El director ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), Laureano del Castillo Pinto, advirtió sobre el riesgo que implica la demora en la adquisición de fertilizantes químicos ya que países como China, Rusia e India están cerrando sus mercados para no quedarse desabastecidos de abonos industriales en los próximos meses.
Ante el nuevo proceso, el 15 de julio la Contraloría emitió un informe de observaciones donde advierte que la directiva y las especificaciones técnicas para la compra de urea no consideraron “condiciones para la amortización de adelantos, presentación de la declaración jurada anticorrupción, otras penalidades y plazos en las fases de suscripción y ejecución contractual”. Estas observaciones —según Agro Rural— ya fueron subsanadas.
De concretarse la compra, el primer lote de 41.372 toneladas debería llegar al país hasta el 15 de setiembre, según las especificaciones técnicas del proceso. Aunque el viceministro Obando Concha se comprometió a iniciar la distribución del insumo el 30 de agosto en un acta firmada el martes 19 de julio en Huancayo (Junín) en el reciente paro agrario.
OjoPúblico solicitó una entrevista con el actual director ejecutivo de Agro Rural para conocer mayores detalles sobre el proceso de compra y la última observación de Contraloría, pero nos respondieron que “no están dando entrevistas”. El Midagri tampoco respondió un cuestionario de preguntas enviadas sobre este tema.
Padrón de productores agrarios
Además del retraso en el arribo de los fertilizantes, el Gobierno ha reducido en un 10,8% la compra de toneladas de urea, pasando de 73.529 toneladas de fertilizante nitrogenado a 65.587 toneladas. Esta reducción se debe a que se hizo una proyección de inscritos al 17 de setiembre en el Padrón de Productores Agrarios —un requisito para ser beneficiario del Decreto de Urgencia 013 y que garantiza el abastecimiento de urea— y se estimó que se necesitaban cerca de 65 mil toneladas de urea, informó el director general de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas del Midagri, César Santisteban Pérez.
Pero, según Santisteban Pérez, el ritmo de empadronamiento se ha incrementado y es probable que en setiembre hallan más agricultores empadronados, por lo que se necesitaría una segunda compra complementaria. Hasta el cierre de esta edición, el empadronamiento se realizaba en más de 880 locales (tambos, agencias agrarias, municipios y otras dependencias) y se espera que se amplíe a otros 220 locales.
Aunque se menciona una aceleración en el proceso de empadronamiento, este aún no alcanza el ritmo deseado. Ha transcurrido más de la mitad del plazo y el avance es de 379.600 empadronados, de un total aproximado de 2’200.000 productores agrarios que existen en el Perú, según el Censo Nacional Agropecuario del 2012. De ese total, hay 1'750.000 de productores que tienen hasta cinco hectáreas.
La agricultora María Murillo Coacalla, quien tiene 0,70 hectáreas dedicadas al cultivo de papa en el distrito de Huancané, en la región Puno, refiere que ella ni ninguno de los productores de su jurisdicción ha sido empadronado, por lo que temen que no reciban el subsidio del fertilizante. “Solo hay un registrador para más de 6.000 campesinos en mi jurisdicción”, sostuvo Murillo Coacalla, quien también es vicepresidenta de la Confederación Nacional de Regantes de Agua del Perú (Conajup).
Hasta la fecha, 154.956 productores han calificado como beneficiarios para la entrega de Urea".
Sin la urea que requiere no podrá iniciar la cosecha de papa en el mes de agosto. Dice que produce aproximadamente 4.000 kilos de este producto por campaña y obtiene S/ 1.800 que le permiten subsistir durante los meses de junio a diciembre.
De los 379.600 empadronados a la fecha se ha calificado como beneficiarios para la urea a 154.956 productores, quienes en conjunto trabajan en 251.903 hectáreas y accederán en total a 48.011 toneladas del mencionado fertilizante. La mayoría de empadronados están en Huancavelica, Huánuco, Cajamarca, Junín y Puno. Santisteban Pérez indicó que la calificación es automática al momento del empadronamiento, pero recordó que para ser beneficiario se debe tener un máximo de cinco hectáreas y demostrar que están cultivando productos que necesiten urea.
Se estima que alrededor de 1,7 millones de hectáreas, pertenecientes a 950.000 productores, dependen de la fertilización química. El arroz (88%), la papa (54%) y el maíz (38%) son los cultivos que tienen mayor dependencia de fertilización química por urea en el país, explica el investigador de Cepes, Miguel Pintado, en su reciente artículo para la Revista Agraria.
Estos productores utilizarían cerca de un millón de toneladas de urea. Es decir, el abastecimiento con 65.587 toneladas que pretende comprar el gobierno solo servirá para atender la demanda del 15% de productores, advierte el especialista en ecología microbiana del suelo, fertilidad del suelo y nutrición vegetal, Sady García Bendezú. El investigador explicó a OjoPúblico que entre los principales fertilizantes utilizados en Perú está el nitrógeno, el fosfato y potasio. De ellos, la urea —que es el nitrógeno y se usa para incrementar la producción— es utilizada hasta por un 75% de agricultores del país, mientras los otros componentes son usados en menor cantidad porque el suelo es rico en fósforo y potasio.
El peligro de reducir los cultivos
El gobierno adoptó medidas previas a la actual crisis. En noviembre del 2021, a través del Decreto de Urgencia 016, se autorizó al Midagri otorgar subvenciones económicas de S/350 a S/1.300 para la compra de fertilizantes (SefeAgro) a productores agrarios que conducen de 2 a 10 hectáreas de terrenos y que acreditaron haber comprado fertilizantes para la campaña 2021-2022. Además, vendió guano de la isla a precio social. Ambas medidas, no obstante, no lograron mitigar el impacto del incremento de precios de los fertilizantes en la mayoría de productores del país que depende de la urea.
El presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) en Junín, Fredy García Medina, señaló que, ante la demora en la adquisición de la urea, los agricultores no saben cuánto van a sembrar y qué van a sembrar. De volverse a aplazar la entrega del abono sintético dejarían el cultivo de la papa para apostar por el maíz, ya que para su fertilización se utiliza el 38% de urea, mientras que para la papa se requiere el 54%.
ABONO. El guano de las islas es una opción impulsada por el gobierno para fortalecer los cultivos de la agricultura familiar.
Foto: Andina
El gobierno debería iniciar la distribución de la urea a inicios de setiembre, de lo contrario pondría en riesgo la siembra de cultivos que inicia a fines de ese mes y se extiende hasta diciembre, advirtió García Medina. “Si no llegan los productos, la siembra se demora y los productos no estarán listos para el final de temporada. Las consecuencias de estos retrasos se van a sentir en el 2023, cuando los precios de los productos se incrementen en los mercados ante la poca oferta de productos”, dijo el representante de Conveagro en Junín.
Ante las dificultades para adquirir fertilizantes por sus altos costos y la crisis económica de los productores, las siembras se reducirán. Según la encuesta de intención de siembra del Midagri, hay alerta por la variación de la superficie a sembrar en la campaña 2022-2023 en 11 líneas de cultivos, entre ellos papa, arveja, camote, cebada, entre otros.
En el caso de la papa, en la campaña 2021-2022 la intención de siembra era de 357.810 hectáreas y para esta campaña es de 331.165 hectáreas, lo que significa una reducción del 7,4%. Al respecto, el investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Carlos de los Ríos Farfán, señaló que, de no llegar el fertilizante requerido a tiempo, la producción de papa se podría reducir en un 20% del estimado nacional de 5.467 toneladas al 2020. El problema no es la reducción de la producción, ya que esta varía anualmente, sino el incremento del precio en los mercados para el consumidor ya que el agricultor debe pagar más por el costo del traslado del producto ante el aumento del precio de los combustibles, explicó.
En el caso del arroz el problema sería mayor —que en los últimos meses ha incrementado entre 0,20 a 0,30 céntimos al consumidor— porque habrá una reducción de cultivos ante la falta de fertilizantes, lo que hará que su precio en el mercado sea mayor.
“La crisis alimentaria es una de las mayores crisis que debe asumir este gobierno y el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, que no ha tenido suficiente peso político en los últimos años”, señaló De los Ríos Farfán.
La escasez de fertilizantes y la actual crisis económica afecta seriamente a los pequeños agricultores, que siembran menos de 500 metros cuadrados, y a la agricultura familiar que se destina para el autoconsumo. A esta problemática se suma el cambio climático y las sequías, razones por las que los agricultores abandonan sus terrenos de cultivo.
El gobierno debería iniciar la distribución de la urea a inicios de setiembre, de lo contrario pondría en riesgo la campaña 2022-2023".
“Al ver que la inversión que hará será superior a la ganancia que obtendrá, el agricultor abandona su chacra y se dedica a otras actividades, eso es lo que está pasando actualmente en Junín, donde los campos de producción se están llenando de casas. El futuro para el agro es desesperanzador y lo que nos espera es una crisis alimentaria”, señala García Medina.
Por su parte, Laureano del Castillo Pinto, director ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), explica que la agricultura en Perú requiere también que se atienda cuanto antes el problema de la falta de agua para cultivos en regiones como Puno, Moquegua, Arequipa y Piura; que se establezcan políticas agrícolas pensadas por zonas geográficas y se cuente con estadísticas actuales de agricultores.
El calendario agrícola en Perú, que inicia en agosto y termina en julio del próximo año, es complejo porque hay tres regiones geográficas distintas y diferente producción por temporadas, explicó García Bendezú. En la costa, la temporada de siembra se inicia en diciembre de este año, mientras que en la sierra, ya les urge el fertilizante porque comienzan a sembrar en setiembre. En tanto, en la selva, a excepción del arroz, los productos son cultivados con pocos abonos artificiales al estar en bosques.
Respecto a estadísticas en torno a la población de productores agrarios, esta idea surgió durante la gestión del expresidente Francisco Sagasti porque durante la pandemia se trató de dar créditos a agricultores, pero ante el desfase de los datos, ya que solo se cuenta con el Censo Nacional Agropecuario del 2012, no se pudo cumplir con la meta, señaló Castillo Pinto.
“El nuevo censo debió de realizarse el año pasado, pero el gobierno lo dejó pasar por la crisis sanitaria, indicó el investigador de Cepes. Para este año no hay presupuesto pese a que es un instrumento fundamental para realizar la estimación de producción e insumos a utilizar y tomar decisiones frente a escenarios cada vez más complicados para la agricultura nacional.