Mejoras genéticas en cultivos de hoja de coca aumentan la producción mundial de cocaína

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) alerta sobre la tecnificación del cultivo de hoja de coca en Perú, Colombia y Bolivia, los países que concentran casi la totalidad de estas plantaciones en el mundo. Ello trajo como consecuencia la elaboración de 1.982 toneladas de cocaína pura a nivel mundial en el 2020. En Perú, las áreas de siembra se incrementaron en un 13%, siendo el Vraem, la zona donde se aplican técnicas de cultivo y secado de la planta que permiten mayor rendimiento. Los expertos advierten sobre el avance del narcotráfico en la triple frontera amazónica y destacan la urgencia de replantear la estrategia de lucha contra los cultivos ilícitos.

SIMBIOSIS. La mejora del rendimiento de las plantas de hoja de coca ha provocado un aumento de la producción mundial de cocaína, según Unodc.

SIMBIOSIS. La mejora del rendimiento de las plantas de hoja de coca ha provocado un aumento de la producción mundial de cocaína, según Unodc.

Foto: Andina

El Informe Mundial sobre las Drogas 2022, publicado recientemente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), alerta sobre la tecnificación en el cultivo de hoja de coca y la producción de la cocaína. La publicación indica que la producción mundial de cocaína alcanzó récords históricos durante la pandemia: el 2020 se fabricaron aproximadamente 1.982 toneladas de cocaína pura, un 11% más que el año anterior.

Perú, Colombia y Bolivia concentran casi toda la producción de esta droga a nivel mundial. El informe de la Unodc advierte que en estos tres países se registró una superficie de cultivo de 234.000 hectáreas, que es 5% menor a los picos de superficie alcanzados en 2018. Pese a esta reducción en las áreas dedicadas al cultivo, la producción fue mucho mayor que aquellos años, debido a que "hubo una concentración constante del cultivo en áreas con altos niveles de producción y sofisticados conocimientos técnicos de fabricación de cocaína, resultando en la alta eficiencia de los laboratorios".

Perú, Colombia y Bolivia concentran casi toda la producción de esta droga a nivel mundial. 

Históricamente la hoja de coca solo se cultivaba en valles húmedos de la cordillera de los Andes, por encima de los 600 metros sobre el nivel del mar. En 2022 es posible encontrar plantaciones en la selva baja, a solo 40 metros sobre el mar. 

En el último quinquenio, la producción de hoja de coca ha dado un salto cualitativo que permite su cultivo en distintos pisos ecológicos, pero también la obtención de hasta cinco cosechas al año, cuando lo normal eran dos producciones anuales. Así lo indica el Informe sobre los Costos de Producción de la hoja de coca en las zonas de Quillabamba, Tingo María y el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida). 

hoja de coca

ILÍCITA. Aunque la hoja de coca tiene usos en la medicina y la industria, más del 90% de su producción se destina para la elaboración de cocaína.
Foto: Andina

 

Aunque la coca forma parte de rituales y tiene usos en la medicina e industria, la mejora en su rendimiento no está relacionada con estos usos lícitos, sino con la demanda del narcotráfico para la elaboración de cocaína.

El informe de Devida señala que la mayor parte de la producción nacional de hoja de coca va al narcotráfico. En el 2018 se tuvo una oferta total de 117.129 toneladas, de los cuales  el 90,7% se destinó a la fabricación de cocaína y solo el 9,93% al consumo tradicional e industrial.

 

Mejoras en el cultivo 

 

Jaime García Díaz, investigador asociado del Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, indicó a OjoPúblico que los productores de hoja de coca ahora hacen una mejor selección de semillas, e incluso realizaron mejoras genéticas para poder adaptar al arbusto de coca a diferentes pisos altitudinales.

Adicionalmente, usan agroquímicos y riego tecnificado para mejorar la producción. El especialista señala que el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) es la zona del país donde se logró más tecnificación.

El informe de la Unodc  resalta que la producción en el Vraem representó el 45% del área total de cultivo de arbusto de coca en el país, seguida por Inambari y Tambopata (12%) y La Convención-Lares (11%). En términos de producción de hoja de coca, el Vraem representó el 69% del total de 61.800 hectáreas de producción del país en 2020.

De acuerdo al informe sobre los costos de producción elaborado por Devida, en la cadena de valor de la hoja de coca se realizan al menos 13 actividades diferenciadas, desde la obtención de las plántulas hasta la venta de hoja seca por arroba (equivalente a 11 kilos), en el Vraem estos procesos implican más costos, pero también una mayor producción.

Hay una mayor inversión por instalación y mantenimiento de hectárea de coca, llegando a S/19.883. Asimismo, se planta con una menor distancia entre surcos (menor a 0,5 metros), las hojas se secan en mantas o patios acondicionados especialmente para esta función. 

Erradicación de hoja de coca

ERRADICACIÓN. Desde la pandemia, las acciones de destrucción de áreas sembradas con cultivos ilícitos se redujeron en Perú y Bolivia.
Foto: Andina

El estudio muestra que en el Vraem los cocaleros pueden obtener una ganancia neta anual de S/ 7.192, una cifra pequeña considerando la inversión, por lo que se indica que la producción puede estar asociada a una dinámica económica complementaria a otras actividades, como la producción de cocaína. Asimismo, según el informe de Devida, la siembra de hoja de coca es una actividad complementaria que provee ingresos constantes al productor, pero no es su principal cultivo. 

En la cadena de valor de la hoja de coca se realizan al menos 13 actividades diferenciadas".

Además del Vraem,  el investigador en temas de narcotráfico, Jaime Antezana Rivera, señaló  a OjoPúblico que también es preocupante la expansión del cultivo de hoja de coca en regiones de la selva baja como Loreto y Madre de Dios, causado por el acondicionamiento de la planta a la siembra por debajo de los 600 metros sobre el mar.

"Loreto se ha cocalizado. En las cuencas de Yavarí, el Putumayo y Contamana se ha tenido un crecimiento sostenido de sembrío de hoja de coca, que se calcula no menor a 20 mil hectáreas", indica el especialista. Además, refiere que en la zona de la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú operan cárteles brasileños, pero hacia la parte más al norte de Loreto hay presencia de cárteles colombianos y el cártel de Sinaloa.

En los últimos años se ha reportado el avance del narcotráfico, así como el aumento de cultivo ilegal de hoja de coca, la deforestación, tala ilegal, minería ilegal y otras actividades ilícitas en la triple frontera amazónica

La droga —con destino a Brasil— que recorre los ríos Ucayali, Amazonas y Yavarí no solo procede del sector fronterizo en la región Loreto sino también de áreas más alejadas como el propio Vraem, según la Unodc.

En Loreto, los sembríos de hoja de coca destinados para el narcotráfico afectan a pueblos indígenas. El último monitoreo de la superficie cultivada con arbusto de hoja de coca en producción en territorios de pueblos indígenas u originarios, elaborado por Devida, señala que la superficie cultivada en esta región afecta a 37 comunidades nativas de los pueblos awajún, kichwa, kukama kukamiria, ticuna y yagua. En el 2020 se registró un crecimiento de superficie de cultivo de 76%, alcanzando las 1.752 hectáreas.  

 

Se redujeron acciones de erradicación

 

Entre Perú, Colombia y Bolivia, en el 2020 se mantuvo la superficie de cultivo con respecto al año anterior. Aunque en Colombia se disminuyó el 7,1 % del área de cultivo, esta pérdida fue compensada por un incremento del 13% de área de sembrío en Perú y 15,3% en Bolivia.

Alberto Otárola Peñaranda, miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas (JIFE - ONU) indicó a OjoPúblico que el incremento de las zonas de plantación en el país es causado por la falta de acción del gobierno en el proceso de erradicación de hoja de coca y la inaplicación de programas alternativos de siembra para los agricultores.

"El Perú está perdiendo la guerra contra el narcotráfico, se paró la erradicación y hay una especialización en las cocinas donde se produce la droga. En el trapecio amazónico se ha incrementado el cultivo de hoja de coca y los narcotraficantes ingresan tranquilamente, señaló Otárola Peñaranda.

La información de Devida sobre la superficie erradicada de cultivos ilícitos de coca en el 2019 y 2020 muestra un fuerte decrecimiento de la fiscalización. Mientras que en el año previo a la pandemia se habían erradicado 25.526 hectáreas, en el 2020 solo se han erradicado 6.272 hectáreas.

 

 

El Informe Mundial sobre las Drogas 2022 indica que el área de cultivo de coca en Perú ha mostrado una tendencia creciente desde 2015, pero esta se pronunció más en el año de inicio de la pandemia. El 2020, la superficie sembrada llegó a más de 61.800 hectáreas. Los especialistas entrevistados para este informe estiman que el cultivo en la actualidad puede encontrarse entre las 80.000 a 100.000 hectáreas.

 

 

"La gente en la pandemia cuando no tenía trabajo o qué comer, vio en la hoja de coca una alternativa y se lanzó a su producción", indicó Jaime Antezana. Este incremento de la oferta provocó el descenso de los precios de la hoja de coca en el mercado.

El  Plan Anual de Reducción del Espacio Cocalero Ilegal con Responsabilidad Social en el Perú 2022 tiene como meta erradicar 18.000 hectáreas de cultivos ilegales de hoja de coca, pero el año pasado el mismo plan tuvo una meta de erradicación de 25.000 hectáreas. Además, este año el presupuesto asignado a Devida es de S/ 299'278,080, que es menor al presupuesto de S/338' 913,578 destinado el 2021.

 

 

Jaime García indicó que la erradicación es la principal estrategia de reducción del cultivo de hoja de coca destinada a fines ilícitos, pero esta medida debe venir acompañada de programas que permitan a los agricultores continuar obteniendo recursos con la siembra de otros productos. Sin embargo, dijo que el gobierno de Pedro Castillo ha reducido el presupuesto destinado a  esta estrategia. El año pasado Devida destinó S/ 83’285,697 para programas de incorporación de familias al cultivo sostenible de otros productos, el 2022 el presupuesto fue de 79’824,630.    

En cuanto al incremento en la producción del Vraem, el especialista opina que el gobierno debe cambiar su política en la zona que está centrada en el combate de huestes terroristas, dejando de lado el hecho de que el narcotráfico es un negocio en la zona. 

“Se debería mejorar la estrategia de lucha contra el narcotráfico en el Vraem, se han creado más de 50 bases militares y el resultado de tanto despliegue militar creo que es bastante pobre, no se ha logrado acabar con los remanentes de Sendero Luminoso y mucho menos con el narcotráfico" señaló García Díaz. Este medio quiso conocer la postura de Devida en torno a los cuestionamientos a la estrategia en la lucha contra el narcotráfico, pero nuestro requerimiento de entrevista no fue atendido. 

 

La producción andina se amplía 

 

Aunque Colombia redujo las hectáreas de siembra en el 2020, continuó siendo el país con mayor producción de este cultivo en el mundo, representando aproximadamente el 61% del total. En Bolivia, en el 2020 el cultivo se expandió a 29.400 hectáreas, lo que representó un incremento de casi la mitad de hectáreas sembradas en el periodos 2015-2020. Con respecto al 2019, donde se contabilizaron 25.500 hectáreas, el aumento es del 15%.

La reducción de las acciones de erradicación en Bolivia coinciden con la crisis política, que devino en la gestión transitoria de Jeanine Áñez y el inicio de la pandemia de la Covid-19 que obligaron a suspender estas operaciones en diversos países productores.

Pero, a pesar de la pandemia, el tráfico siguió aumentando y las cantidades de cocaína incautada alcanzaron el récord de 1.424 toneladas. Los mercados principales son los Estados Unidos y Europa, sin embargo, se notó un incremento de envío de droga a Asia y África.

La Unodc estima que a nivel mundial existen 21 millones de consumidores de cocaína. Aunque en el estudio no existe información reciente sobre la prevalencia del consumo en países de Latinoamérica, se indica  que la mayor producción también puede afectar en el consumo en los países fabricantes de cocaína. 

Fernando Luna, director ejecutivo de área de adicciones del Instituto Nacional de Salud Mental, señaló a OjoPúblico que durante la pandemia se redujo la percepción de riesgo sobre el uso de drogas, lo que a largo plazo contribuiría al incremento de adiciones en el país. 

Reloj Se ha añadido un artículo a su lista de lecturas

Noticias Relacionadas